jueves, diciembre 30, 2021

School killer


La aparición de Scream y su posterior éxito propició el resurgimiento del slasher con Leyenda urbana, Un San Valentín de muerte... pero eso sí, todo mucho más limpio y pulcro, con ausencia de sexo y todo más controlado para abarcar el máximo público posible.
Aquí no seríamos ajenos a ese éxito y aparecieron abortos patrios como Más de mil cámaras velan por tu seguridad, Tuno negro, El arte de morir o School killer.


Un grupo de jóvenes llegan a una escuela abandonada a pasar la noche. Allí empiezan a escuchar ruidos y ver personas. En un principio creen que otro grupo de chavales les están gastando una broma, pero cuando cuando uno de ellos desaparece y encuentran su cadáver intentarán escapar del lugar.

Si bien School Killer está dentro del pelotón de las películas antes mentadas, su inicio empezó muy pronto, a principios del 1998 cuando la productora Dos orillas encargan un guión a Tino Blanco (futuro guinosta de Cruz y Raya.com) y Mercedes Hogueras. Hago un paréntesis para remarcar que la productora solo hizo dos largometrajes: el aquí mentado y ¡chorprechá! El forastero.
Los guonistas buscando por el prehistórico internet de la época se topan con la historia de una muchacha que había sido asesinada junto a cuatro amigos en un colegio abandonado. Buscando información sobre estos hechos solamente encontraron un sumario cerrado donde se culpaba al vigilante del lugar. A partir de ahí "virgencita dame inspiración".

Dirigida por Carlos Gil, que hacía su debut en la dirección de largometrajes (ya había hecho televisión). Pese a ser su estreno este señor tenía detrás un currículum dirigiendo segundas unidades verdaderamente envidiable: Indiana Jones y el Templo Maldito y La última cruzada con Spielberg; Las minas del rey Salomón y Delta Force de la Cannon; o Nunca digas nunca jamás.


Es por esa trayectoría que cuesta creer que pariera una película tan espantosa. Pero espantosa de aquellas que roza la línea de la parodia y te lo acabas pasando mucho mejor que si nos encontraramos ante un buen slasher (si es que alguna vez ha habido uno realmente bueno). Nos encontramos todos los clichés a la hora de crear los personajes: el graciosillo del grupo, el que los lleva al lugar y sabe lo que pasó años atrás, la que es experta en el más allá y tiene respuestas para todo lo que pasa, la que va de dura, el que casi no dice nada y que en algún momento apuntan como el asesino... Además de los famosos momentos donde toman la idea de seperarse del resto del grupo para minutos después... ¡tachán! aparecer muertos. Cualquier cliché del slasher lo tienes aquí al dente.


El elenco está sacado de aquellas series juveniles de la época como Al salir de clase: Carlos Fuentes (uno de esos nombres que parecía que llegaría algún sitio y hoy está missing), Zoe Berriatúa, Manuela Velasco (mucho antes de Rec y cuando presentaba videoclips en Los 40 de Canal Plus), Olivia Molina (hija de), Carmen Morales, el Dj Kwenya Carreira, Sergi Mateu (habitual en series de Tv3 y no sé muy bien que pinta aquí) y Paul Naschy / Jacinto Molina en la época que se dedicaba a rajar de toda la industria y la mano negra que no le daba papeles y de lo muy reconocido que era en el extranjero y blao, blao, blao...
Todos ellos con interpretaciones muy intensas a la vez que risibles. A este detalle hay que añadirle que la película no tiene sonido directo y se dobló, lo que pega un cantazo muy fuerte cuando alguno de los actores no lo hace él mismo y le ponen una voz que reconoces como la de algún personaje de dibujos animados.


A la producción se le nota su modestia, siendo rodada en un hospital abandonado en la sierra madrileña donde acontece toda la acción y con algún que otro maquillaje resultón. También se le nota (y mucho) la época de realización, cuando empezaba a pegar fuerte lo digital, que permitía facilmente hacer una edición llena de cortes a tutiplén. Aquí el caso es sangrante porque está trufado de infinitos flashbacks de lo que hemos visto 3 minutos antes.


Como era de esperar, la película se llevó críticas sangrantes nunca mejor dicho) y fracasó en taquilla, donde apenas recaudó 130 millones de las antiguas pesetas (unos 800 mil euros) muy lejos de lo que hacían Tuno negro y compañía, que triplicaban lo ganado. Así pues, School killer sería el carpetazo definitivo para el spanish slasher.

Un año después, Carlos Gil estrenaría Alas rotas, un Top Gun cañí con Carlos Fuentes, Ana Álvarez (Aquí huele a muerto), Jesús Cisneros, Ramón Langa y Monica Van Campen (sí, enseña las campens y lo de abajo). El film fue un fracaso aun más estrepitoso que apenas recaudó 250 mil euros y eso que trincó más de medio millón de subvenciones. Un pufo de los guapos.

School killer ha quedado muy olvidada, al igual que el resto de sus compañeras en aquella ola del spanish slasher (si es que existe el apelativo). Y no es para menos, son subproductos que ni siquiera pueden rescatarse por un cuestión estética como el fantaterror de los 60/70 (ojo, por una estética que es la que había una época, porque la mayoría son igual de zarapastrosas), pero no se les puede negar que son hijas de una época muy concreta por sus formas y sus caras juveniles televisivas. Igual dentro de 10 años alguien las reivindica.

viernes, noviembre 26, 2021

Despedazator


Solo en los 80, en pleno boom de los videoclubs, podía llegar a nuestro mercado (incluso se emitió en TVE a mediados de los 90 a las tantas de la madrugada) un film básicamente amateur, rodado en 16 mm y con el gore más cafre que había en aquellas. Slime city, en su versión original, sería el debut en la dirección de Gregory Lamberson que, pese a contar con escasos 21 años, ya había trabajado como director de producción en La venganza de los zombies. 
 
Lo que aquí recibió el título de Despedazator (por aquello que estaba de moda todo lo que acabara en "ator" —Terminator, Re-animator—) es casi una versión cafre de El quimérico inquilino, (aunque su director dice que fue La semilla del diablo la que le influyó), que, en cierta medida, tiene que ver con su experiencia cuando pasó de vivir en su natal Gowanda, un pueblecito de menos de 3000 habitantes, a aterrizar en Nueva York, donde su piso de estudiante estaba rodeado de yonkis, prostitutas y gente poco recomendable. La historia que nos cuenta está protagonizada por un estudiante que alquila un apartamentucho y se topa con unos vecinos bastante fuera de lo normal. Estos realmente forman un culto y pretenden convertir al estudiante en la reencarnación desu lider.
 

Rodada en 1986 durante un mes y con un costo total de 50 mil dólares (de los que 35 mil se usaron en alquilar una maquina de edición) que llegaron de los ahorros de sus amigos. La producción quedó congelada durante su edición, ya que Lamberson se fue al rodaje de Síndrome Plutonio requerido por su colega Scott Coulter (que había estado detrás de los efectos de Despedazator), donde quedaría acreditado como asistente de dirección y dirigiendo parte del metraje. De ahí pasó hacer las mismas funciones en Brain Damage de Frank Henenlotter (Baskecase). Cuando por fin pudo volver para acabar la edicion de Slime city el dinero se había acabado y tuvo que esperar a vender los derechos de distribución en el Reino Unido para poder finiquitarla. En USA se pudo ver proyectada algunos fines de semana en las sesiones de medianoche de Nueva York. En un primer momento iba a tener distribución de toda una clásica de la serie B como la Vestron, pero justo tuvieron un pelotazo en taquilla con Dirty Dancing y quisieron dejar atrás el lanzamiento de títulos de bajo presupuesto.
Un año después, tendría su lanamiento en VHS, su verdadero medio, donde conseguiría cierto culto. 
 
Aun y siendo una producción hecha entre amigos podemos encontrar nombres que luego harían carrera en títulos muchos más grandes, como son los responsables del maquillaje: Scott Cuolter (Cementerio de animales, El cuervo, Los mercenarios), Dan Frye (Resident Evil, Capitán América, Juego de Tronos) y Tom Lauten (Pesadilla en Elm Street 4, King Kong de P. Jackson).
O el operador de cámara y, sobre todo, especializado en el uso de la steadycam, Jim Muro (Spookies, Abyss, Terminator 2, Titanic) y director de Street trash.
 

Despedazator es de esas películas que tienes que ir preparado para verla. Su condición zetosa lo llevan al terreno amateur, con lo que su realización de muchos tiempos muertos y los diálogos puramente sonrojantes hacen que no sea apta para todos los estómagos. Los encuadres son tercermundistas, tal y como reconoce su director. Aunque en su defensa dice que estaban hechos de esa forma para posteriormente recorta arriba y abajjo en un transfer ampliado a 35 mm, cosa que nunca sucedió dado lo caro del proceso. Básicamene hubiera duplicado el presupuesto.
Hasta que llegamos al último cuarto de hora, todo un festival de efectos de bajo presupuesto que nos harán reir con un cuerpo amputado al máximo. Este climax final es lo más recordado de la película y por lo que ha resistido estas décadas. Aun y así no puedo dejar de comentar las escenas en blanco y negro que forman parte de los sueños del protagonista que parecen una mezcla entre el Lynch de Cabeza borradora y Bergman. Ver para creer.
Un plato no apto para todos los paladares. Hay que saber qué es lo que se va a ver y esar preparado para el cine trash puro y duro. Pero aun y así, el divertimento está asegurado.
 
Todo ese anticine no le ha impedido seguir siendo recordada hasta el punto de tener edición en Blu-Ray o estar disponible en plataformas como Prime Video (al menos en USA).
 

¿Y qué fue de Gregory Lamberson? Intentó seguir en el cine pero nunca pudo librarse de la serie Z. Visto lo difícil que lo tenía para vivir del cine adaptó algunos de sus guiones no producidos a formato novela, que le fue medianamente bien. Al menos lo suficiente para vivir de ello, con lo que inicio una trayectoría como escritor con más de una docena de novelas a sus espaldas. Con el paso del tiempo y viendo la legión de fans que arrastraba Despedazator, rodó una secuela-precuela en 2010 titulada Slime city massacre, que evidentemente no tuvo ningún tipo de repercusión.
 

domingo, octubre 31, 2021

La cosa (y precuela)


Considerada por muchos como la mejor película de Carpenter, es, a la vez, su fracaso más recordado pese a que desde mediados de los 80 la mayoría de sus películas lo han sido.
En su momento destrozada por la crítica, que básicamente la ponían como una excusa para rodar un festival de efectos especiales sangrantes. Un poco lo que ha pasado con las nuevas versiones/remakes, que se siempre se dice de ellas que solamente aportan efectos especiales de la nueva hornada.
 

Después de los éxitos en taquilla de Halloween y 1997 Rescate en NY, a Carpenter le llegaba esta propuesta que le permitiría dar el salto para trabajar con un gran estudio (Universal) en una producción de generoso presupuesto, y, además, siendo una nueva versión del relato Who goes there? de John W. Campbell Jr. que se había materializado en El enigma de otro mundo, uno de los films favoritos de Carpenter.
Rodada entre localizaciones reales de Alaska y estudios hollywoodenses debidamente acondicionados para estar a temperaturas muy bajas, la producción haría estragos en la saludo del propio director, del que se dijo que cogió un cáncer de piel; y de Rob Bottin, que en aquel momento apenas contaba con 21 años de edad y, ya habiendo demostrado sus dotes en Aullidos, se cargó a las espaldas un montón de maquillajes y animatrónics que lo llevaron al colapso y tuvo que ausentarse un tiempo del rodaje. A su ayuda salió todo un Stan Winston sin acreditar.
 

Pese a sus 40 años, La cosa sigue manteniendo muy bien el tipo. Nadie como Carpenter para filmar a un grupo en un lugar cerrado (tan cerrado como pueda entenderse el desolado paisaje de la Antártida) envueltos en una situación extrema (un alien que despierta de su letargo congelado). Al igual que sus efectos de maquillajes y animatrónics. Todo un show visual con multitud de transformaciones y mutilaciones que dieron mucho de qué hablar en su día. Sin ir muy lejos aquí tuvimos la anécdota que se emitieron algunas escenas subidas de tono sangriento durante el telediario del mediodía para comentar el inicio del festival de Sitges 1982 y se montó una buena.
En cambio, hay algún momento con croma (como la escena de un grupo cuando descubren la nave) que baja muchísimo el nivel. Por suerte, apenas hay este tipo de efecto.

Nunca está de más comentar la banda sonora de Morricone, que es puro Carpenter. El compositor entregó una banda sonora de la que apenas se usó una mínima parte, así que ya te imaginarás como se lo tomó el italiano.
 
 
En su momento muy criticada y con una recaudación que estaba muy lejos de las espectativas del estudio (pese a que terminó recuperando la inversión) fue un traspiés para el director que, en cierta manera, supo esquivar con otros dos encargos de un gran estudio como Christine y Starman, seguramente dos de sus obras más asépticas, que funcionaron relativamente bien en taquilla (al fin y al cabo lo que buscan los estudios). Ya sería con la siguiente, Golpe en la pequeña China, que se llevaría otro gran fracaso económico y se le acabarían las ganas de trabajar con los grandes estudios (aunque volvería a caer en sus garras con Memorias de un hombre invisible).


La cosa (The thing, 2011). Con el paso de los años la película de Carpenter adquirió el consiguiente estatus de culto, generando comics, relatos e, incluso, un videojuego en 2002. Y por aquellas nos llegaría unos cuanto remakes de los films del director como el Halloween de Rob Zombie o La niebla. Aquí que cada uno las valore como prefiera.
Y ya nos llegaría esta precuela (con tintes de remake) y no nueva adaptación ya que es evidente que no tiene en consideración el relato original pero sí al film de 1982. Tanto que todo lo que acontece es para dar explicación a lo que vimos en los 80: el hacha clavada en la pared, el cádaver deformado que encuentran, el bloque de hielo... Todas las miguitas que dejó Carpenter aquí nos explican de donde vienen. Me hace especial gracia que en 1982 se usara (al menos en la traducción) el término "imitación", mientras que en esta nueva entrega digan "réplica". Casi parece un guiño a Blade Runner, por aquello que se estrenaron a la vez y ambas fueran fracasos en su momento.
Pajas mentales aparte, el argumento es una repetición: grupo en el ártico encuentran una nave espacial y a su tripulante congelados. Como es lógico, no perderán el tiempo en sacar al ser del hielo sin tener en cuenta que este sigue vivo y les hará la vida imposible.
Lo dicho, una precuela que en esencia es un remake adaptado a los malos nuevos tiempos. Aquí tenemos a una chica como protagonista (Mary Elizabeth Winstead) y los efectos de maquillajes y animatrónics dan paso a los siempre temibles CGI. Estos especialmente chungos porque son bastante reguleros. Seguramente sus 40 millones de presupuesto no dieran para mucho más.
En su estreno fue un fracaso y recibió críticas que la dejaban a caer de un burro. Personalmente no me parece ningún engendro. Por un lado no deja de ser un remake encubierto y por otro se toma la molestia de hacer cuadrar lo que explica con lo que luego le sucedería a Russell y compañía (no como en Prometheus...).

lunes, octubre 18, 2021

Festival de trailers (CCXIV)



Una pandilla de lunáticos (The Dream Team, 1989) de Howard Zieff. Con Michael Keaton, Peter Boyle, Christopher Lloyd, Stephen Furst, Dennis Boutsikaris y Lorraine Bracco. 
 

 
Las locas peripecias de un señor mamá (Mr. Mom, 1983) de Stan Dragoti. Con Michael Keaton, Teri Garr, Frederick Koehler, Martin Mull, Ann Jillian, Carolyn Seymour, Christopher Lloyd y Jeffrey Tambor. 
 

 
Planeta prohibido (Forbidden Planet, 1956) de Fred M. Wilcox. Con Walter Pidgeon, Anne Francis, Leslie Nielsen, Warren Stevens, Jack Kelly, Richard Anderson, Earl Holliman y George Wallace.
 

 
¿Un chico como todos? (Just One of the Guys, 1985) de Lisa Gottlieb. Con Joyce Hyser, Clayton Rohner, Billy Jayne, Toni Hudson, William Zabka, Leigh McCloskey y Sherilyn Fenn.
 

 
Hasta que tu muerte nos una (Passed Away, 1992) de Charlie Peters. Con Bob Hoskins, Blair Brown, Tim Curry, Frances McDormand, William Petersen, Teri Polo y Sally Gracie.
 

 
Nunca es pronto para morir (Never Too Young to Die, 1986) de Gil Bettman. Con John Stamos, Vanity, Gene Simmons, George Lazenby, Peter Kwong, Ed Brock, John Anderson y Robert Englund. 
 

 
Salvaje kid (Wild Thing, 1987) de Max Reid. Con Robert Knepper, Kathleen Quinlan, Robert Davi, Maury Chaykin, Betty Buckley, Clark Johnson, Sean Hewitt y Theo Caesar.

lunes, septiembre 20, 2021

El porqué de las cajas blancas de Disney

 
Si viviste los 80 y frecuentabas algún videclub, sabes perfectamente que había unas cajas que destacaban por encima de las otras. Y no, no son las de José Frade (bueno sí, también, pero eso es otra historia). Y estas no eran otras que las archiconocidas cajas blancas de Disney.

Si tienes algún tipo de demencia o no las viviste tienes este escrito plagado de ellas, pero básicamente su diseño estaba formado por la no menos famosa firma de Walt Disney junto al Mickey de El aprendiz de brujo y un cuadro con un fotograma random de la película que tocase o parte del poster original. Todo ello en un virginal fondazo blanco nuclear, al igual que el estuche.

Para empezar, no era algo que solo tuvieramos aquí, ese diseño venía impuesto desde USA y no era una cuestión únicamente distintiva en la caja (que también, ya que en aquellos videoclubs abarrotados de cintas podía ser difícil destacar sobre la competencia), si no que era una forma de combatir la piratería. 
 
Ediciones USA 

En aquellos primeros años de explosión de los videoclubs era poco menos que el salvaje oeste. La gente se tiró en masa a esa nueva forma de entretenimiento que era ver la película que nos apeteciera cuando quisieramos y, encima, con la posibilidad de parar la reproducción o repetir las escenas que nos diera la gana. 
Eso no pasó desapercibido para montones de distribuidoras que vieron que había un pastel muy goloso del que podían trincar un pedazo. Quien no lo vió (al menos en un primer momento) fueron las majors, que tardaron mucho en lanzar sus grandes títulos (Indiana Jones, E.T., Star wars, Tiburón...). Lo de siempre con las grandes compañías, que tardan mucho en reaccionar cuando llega una revolución como pasó en los primeros 2000 con Napster, Internet y el formato MP3.

Eso daría alas a las pequeñas distribuidoras que nos traerían montones de basurillas de artes marciales, comedias eróticas o bélicas de cualquier cinematografía exótica, que verían como TODO se alquilaba.
Pero claro, lo que demandaba el público era los títulos gordos y viendo que las majors todavía estaban pensando de donde les llegaba la hostia, el distribuidor nacional se sacó la chorra e hizo de las suyas. 
 

Por un lado estaban los listillos que sí tenían los derechos de distribución de alguna película, PERO en formato Super 8, que es lo que se alquilaba y se proyectaba en las casas antes de la aparición del vídeo. Así que por sus pelotas sacaban esos títulos en VHS, pero con una calidad audiovisual más que discutible y, el gran problema, con la duración reducida, ya que lo que se editó en Super 8 eran películas resumidas, ya que por el coñazo de tener que estar cambiando bobinas se cercenaba la película.
Luego estaban los piratas puros y duros, que se aprovechaban que en UK ya se habían editado algunos títulos (recuerda que antes no existían los estrenos mundiales y desde su estreno en USA hasta que nos llegaba aquí podían pasar meses) y compraban esas cintas para luego meter el audio que grababan en las salas de cine con una grabadora de cassette. Y luego estaba lo más cutre que era plantar una cámara de vídeo de la época en la sala y grabar a saco audio y vídeo (vamos, lo que décadas después se mal llamó screener). Efectivamente, lo mismo que pasó en los primeros 2000 cuando estaba tan de moda el top manta.

La cuestión es que el catálogo de Disney era el más goloso de todos (porque todos hemos sido niños y nos hemos tragado sus producciones, fuese en los 50, 60, 70, 80...) y se editaron muchos de sus títulos de forma ilegal. Por esto es que Disney decidió que sus cintas tenían que tener un distintivo que le dejase bien claro al consumidor que se trataba del producto oficial, el que (se suponía) tenía la máxima calidad. Por un lado teníamos el tema de la carátula, pero se podían hacer copias (no con la facilidad actual, pero se podía) y dar gato por liebre. Así que Disney fue más allá y puso el estuche también blanco, con el interior impreso, y que la carcasa que contenía la cinta magnetoscópica también tuviese un elemento distintivo que garantizase la originalidad. Esto era la pieza que se doblaba una vez introducido el VHS en el reproductor para dejar paso a la cinta. Además de ser de color blanco tenía impreso su logotipo oficial.
 
No puedo dejar la oportunidad de comentar que Filmayer, aquí distribuidora oficial de Disney, sacó su visión de negocio más cañí y jugó a pasar muchas de sus cinta spor títulos Disney, usando el mismo diseño (eliminando algunos elementos) para cintas de Rocío Durcal, Paco Martínez Soria o Tintín
¿Sería sabedora la compañía americana del trapicheo? ¿Le daría algún toque a Fimayer y por eso dejaron de usar ese diseño para producciones no Disney a finales de los 80?
Que intriga.


Así que, como puedes ver, la piratería no la trajo el interné,si no que siempre ha estado entre nosotros. Como los pistachos
 

 Así lo contaba Fotogramas en 1984

sábado, septiembre 18, 2021

Festival de trailers (CCXIII)

 

A espaldas de la ley (The Mighty Quinn, 1989) de Carl Schenkel. Con Denzel Washington, Robert Townsend, James Fox, Sheryl Lee Ralph, Mimi Rogers, M. Emmet Walsh y Art Evans. 


Don Juan Demarco (Don Juan DeMarco, 1994) de Jeremy Leven. Con Johnny Depp, Marlon Brando, Faye Dunaway, Rachel Ticotin, Geraldine Pailhas, Bob Dishy, Talisa Soto y Stephen Singer.



El rey de la comedia (The King of Comedy,
1982) de Martin Scorsese. Con Robert De Niro, Jerry Lewis, Sandra Bernhard, Diahnne Abbott, Lou Brown, Ed Herlihy y Mary Elizabeth Mastrantonio.



El gato más rico del mundo (The Richest Cat in the World,
1986) de Mike Schondek. Con Ramon Bieri, Steven Kampmann, Caroline McWilliams, Steve Vinovich, Jesse Wells y George Wyner.


La chica que encontró la libertad (The girl who spelled freedom, 1986) de Simon Wincer. Con Wayne Rogers, Mary Kay Place, Kieu Chinh y Kathleen Sisk.


Bonus track



sábado, agosto 14, 2021

El rey de la comedia

No soy especialmente amigo de Scorsese. After hours está entre el grupito de mis favoritas, pero salvo alguna que me hace más o menos gracia (El lobo de Wall street, Shutter island), el resto de su filmo no me interesa. Sí, ni las cacareadas Taxi driver, Uno de los nuestros, Casino, Toro salvaje... Esto va como va.

Conocía la existencia de El rey de la comedia, pero solo por su condición de fracaso y su carátula. Solo con eso ya me había montado la película (nunca mejor dicho) que estábamos ante una comedia fallida. Pero hace nada cacé el trailer y pensé "coño, esto es como Cecil B. Demente u Obra maestra, la del Trueba pequeño". Así que mis pajas mentales se iban por el retrete a la vez que me daban ganas de verla.
Lo primero con lo que me topo es con un redoblaje más o menos actual y que pillar el original de la época no está fácil. No empezamos bien.

Rupert Punkin es un aspirante a cómico que está obsesionado con Jerry Langford, un showman consagrado que presenta el late night de más éxito. Tras un encuentro fortuito (o no), Punkin conoce a su ídolo y sigue su consejo de preparar un número y grabarlo en cinta para hacérselo llegar. Evidentemente esto no es más que una forma de quitarse de encima a otro de sus muchos fans y cuando Punkin lleve la cinta recibirá un "ya te diremos algo" como respuesta.
Y hasta aquí la sinópsis porque tampoco quiero fusilar demasiado, aunque en el trailer te explican casi la película al completo.

Martin llegaba a los 80 después de un fracaso como New York, New York y Toro salvaje, que si bien había cosechado premios y grandes críticas, a nivel económico no es que hubiera reventado la taquilla precisamente, por lo que no tenía muy claro que rumbo tomar en su carrera cinematográfica.
El proyecto de El rey de la comedia no le era extraño. Ya a principios de los 70 le llegaría el guión firmado por Paul Zimmerman (¡que venía de ser guionista en El barrio Sésamo!) de la mano del mismísimo Robert De Niro, pero no sintió ningún tipo de interés y lo rechazó. El que sí estaba muy interesado era el actor que, años después, acabaría ofreciéndoselo a Michael Cimino, con el que acababa de rodar El cazador. Pero el director acabaría apeándose del proyecto cuando el film que estaba rodando, La puerta del cielo, comenzaría a darle demasiados problemas.

Paralelamente, De Niro y Scorsese habían parado el rodaje de Toro salvaje para que el actor tuviese tiempo a engordar. Mientras tanto se dedica a ensayar su personaje de El rey de la comedia con ayuda de Scorsese, que, ante la insistencia del actor y ver con otros ojos el libreto, acabaría aceptando dirigirla.

Con un presupuesto de 20 millones puestos por la Fox, el rodaje empezaría en junio de 1981, un mes antes de lo previsto para intentar evitar problemas por una huelga de directores que se avecinaba, y con Scorsese todavía aquejado de una neumonía.
Además de De Niro tenemos a Jerry Lewis encarnando al showman Jerry Langford, en un papel muy diferente al que solía enfrentarse el cómico, y que en un primer momento se le ofreció a Johnny Carson, que lo rechazó. Sin duda un papel que Lewis aceptaría de buen grado porque le permitiría revindicarse y hacer uno de esos comeback que tanto gusta en Hollywood.

Quizá me equivoque por no tener demasiado interés en la filmo del director, pero me parece que el film es bastante rompedor dentro de su carrera.
Muchos se acordarán de como el título aquí reseñado volvió a la palestra con el Joker de Todd Phillips (aunque, a falta de verla, no ignoraría otro De Niro como Fanático). Curioso como se hablaría sin complejos de la influencia del film de Scorsese cuando, básicamente, es una fotocopia. Todo lo que viste en Joker lo tienes aquí: tipo tarado que sueña con ser un gran cómico, que vive con su madre en un castillo apartamentucho y ve la vida de una forma muy distorsionada. ¿Quizá por ser todo tan evidente pusieron al director de Uno de los nuestros como productor?

Más allá de estas semblanzas, también se buscó un vínculo directo, queriendo ver a ese showman interpretando por De Niro que acaba lleno de balas como al mismísimo Punkin, habiendo conseguido su objetivo de convertirse en una celebridad.
Y aquí es donde me meto en el final de El rey de la comedia OJO SPOILERS cuando se nos explica (con un montaje clásico de los telefilms con aquellos epílogos de "qué pasó con...?") Punkin se convierte en una celebridad y, pese a pasar unos años en la cárcel, escribe una biografía que se convierte en best-seller y al quedar libre se montá un exitoso espectáculo que lo lleva a ser el showman televisivo que tanto soñaba.

Sin duda, un final tan happy end que parece evocado por su mente enferma. Igual que la figura de su madre (¡hola, Psicosis!) a la que oímos pero nunca vemos y nos deja la semillita sobre su existencia real. Lo mismo pasa con su amiga Masha (Sandra Bernhard) que está tan o más tarada que él. Ella es la desencadenante del encuentro "accidental" entre Punkin y Landford, y lo digo entrecomillado porque podemos llegar a pensar que estaba planeado. Además, Masha casi parece otro personaje de la mente de nuestro protagonista, durante la mayoría del metraje no interactúa con nadie salvo con Punkin, y solo lo hace al final con el secuestrado Landford mientras le hace un patético estriptease. Aquí es donde se nos rompe esa opción, pues pudiendo pensar que es el propio Punkin el que esta haciendo el desnudamiento pero bajo la identidad de Masha (una de sus múltiples personalidades) en realidad, de forma paralela, está siendo retenido por la policía.
Pero me imagino que ni Scorsese ni Zimmerman tenía la intención de dejarnos la semillita de la duda ante la posibilidad de las múltiples personalidades del personaje de De Niro, y es casual.


El rey de la comedia fue un estrepitoso fracaso que apenas recaudo 2,5 millones en USA, pese a que la crítica fue benevolente.
El fim llegó en la época que La gran puerta del cielo se comió a la United Artist y con ello despertó a los ejecutivos que estaban embelesados de los blockbusters de Spielberg, Lucas y compañía, cerrando el crédito casi ilimitado que habían otorgado a todas aquella camada que llegó en los 70. Así que Scorsese, pese a verse en la tesitura de no contar con un éxito económico desde 7 años atrás (Taxi driver) no se amedrenta y se tira unos cuantos años intentando levantar su deseada La última tentación de Cristo. Cosa que casi sucede en aquellos primeros 80, pero eso ya es otra historia. 

lunes, agosto 09, 2021

Festival de trailers (CCXII)



Con air. Convictos en el aire (Con air, 1997) de Simon West. Con Nicolas Cage, John Cusack, John Malkovich, Steve Buscemi, Ving Rhames, Colm Meaney y Rachel Ticotin.



Ejecutor (Raw Deal, 1986) de John Irvin. Con Arnold Schwarzenegger, Kathryn Harrold, Sam Wanamaker, Paul Shenar, Robert Davi, Ed Lauter y Darren McGavin.



Desaparecido en combate (Missing in Action, 1984) de Joseph Zito. Con Chuck Norris, M. Emmet Walsh, David Tress, Lenore Kasdorf, James Hong y Ernie Ortega.



Rambo. Acorralado II (Rambo: First Blood Part II, 1985) de George Pan Cosmatos. Con Sylvester Stallone, Richard Crenna, Steven Berkoff, Charles Napier y Julia Nickson.



Justicia salvaje (The Evil That Men Do, 1984) de J. Lee Thompson. Con Charles Bronson, Theresa Saldana, Joseph Maher, José Ferrer, René Enríquez y John Glover.



Marcado para morir (Forced Vengeance, 1982) de James Fargo. Con Chuck Norris, Mary Louise Weller, Camila Griggs, Michael Cavanaugh, David Opatoshu y Seiji Sakaguchi.



Good morning, Vietnam (Good Morning, Vietnam, 1987) de Barry Levinson. Con Robin Williams, Forest Whitaker, Bruno Kirby, Robert Wuhl, Noble Willingham y J.T. Walsh.



Batman 1966 (Batman, 1966) de Leslie H. Martinson. Con Adam West, Burt Ward, Lee Meriwether, Cesar Romero, Burgess Meredith, Frank Gorshin, Alan Napier y Neil Hamilton.

viernes, agosto 06, 2021

Festival de trailers (CCXI)



Baltimore Bullet (The Baltimore Bullet,
1980) de Robert Ellis Miller. Con James Coburn, Omar Sharif, Bruce Boxleitner, Ronee Blakley, Jack O'Halloran, Calvin Lockhart y Michael Lerner.



Espías a lo loco (The Trouble with Spies, 1987) de Burt Kennedy. Con Donald Sutherland, Ned Beatty, Ruth Gordon, Lucy Gutteridge, Michael Hordern y Luis Barboo.



Cocodrilo Dundee (Crocodile Dundee, 1986) de Peter Faiman. Con Paul Hogan, Linda Kozlowski, John Meillon, Mark Blum, Michael Lombard, David Gulpilil y Reginald Veljohnson.



Hamburger (Hamburger: The Motion Picture, 1986) de Mike Marvin. Con Leigh McCloskey, Dick Butkus, Randi Brooks, Chuck McCann, Jack Blessing, Charles Tyner y Debra Blee.



Un detective muy especial (Oh Heavenly Dog, 1980) de Joe Camp. Con Chevy Chase, Jane Seymour, Omar Sharif, Robert Morley, Barbara Leigh-Hunt y Kay Tremblay.

viernes, julio 16, 2021

Festival de trailers (CCX)



Killerpoint. Matanza en Riverside (Kill point, 1984) de Frank Harris. Con Leo Fong,
Richard Roundtree, Cameron Mitchell, Stack Pierce
y Hope Holiday.



La fórmula (The Formula, 1980) de John G. Avildsen. Con George C. Scott, Marthe Keller, Marlon Brando, John Gielgud, Beatrice Straight y Richard Lynch.



Absolución (Absolution, 1978) de Anthony Page. Con Richard Burton, Dominic Guard, David Bradley, Andrew Keir, Billy Connolly y Willoughby Gray.



Teléfono (Telefon, 1977) de Don Siegel. Con Charles Bronson, Lee Remick, Donald Pleasence, Tyne Daly, Alan Badel, Patrick Magee, John Mitchum y Sheree North.

lunes, julio 12, 2021

Festival de trailers (CCIX)



Tarzán. El hombre mono (Tarzan, the Ape Man,
1981) de John Derek. Con Bo Derek, Miles O'Keeffe, Richard Harris, John Phillip Law, Steve Strong y Leonard Bailey.



Los tres mosqueteros (The Three Musketeers, 1993) de Stephen Herek. Con Charlie Sheen, Kiefer Sutherland, Chris O'Donnell, Oliver Platt, Rebecca De Mornay, Tim Curry y Julie Delpy.









Spider-man (Spider-Man, 2002) de Sam Raimi. Con Tobey Maguire, Kirsten Dunst, Willem Dafoe, James Franco, Rosemary Harris, Cliff Robertson, J.K. Simmons y Bruce Campbell.



Spider-man 2 (Spider-Man 2, 2004) de Sam Raimi. Con Tobey Maguire, Kirsten Dunst, Alfred Molina, Rosemary Harris, James Franco, J.K. Simmons, Donna Murphy y Daniel Gillies.



Blueberry. La experiencia secreta (Blueberry: L'expérience secrète, 2004) de Jan Kounen. Con Vincent Cassel, Juliette Lewis, Michael Madsen, Eddie Izzard, Colm Meaney, Geoffrey Lewis y Ernest Borgnine.

viernes, julio 09, 2021

Festival de trailers (CCVIII)



Amityville 1992 (Amityville 1992: It's About Time, 1992) de Tony Randel. Con Stephen Macht, Shawn Weatherly, Megan Ward, Damon Martin, Jonathan Penner y Nita Talbot.



Warlock. El apocalipsis final (Warlock: The Armageddon, 1993) de Anthony Hickox. Con Julian Sands, Chris Young, Paula Marshall, Joanna Pacula, R.G. Armstrong y Steve Kahan.



Deep rising. Misterio en las profundidades (Deep Rising, 1998) de Stephen Sommers. Con Treat Williams, Famke Janssen, Kevin J. O'Connor, Anthony Heald, Wes Studi, Jason Flemyng y Cliff Curtis.



Mary Reilly (Mary Reilly, 1996) de Stephen Frears. Con Julia Roberts, John Malkovich, Glenn Close, Kathy Staff, George Cole, Michael Gambon, Linda Bassett, Henry Goodman y Michael Sheen.



Vampiros de John Carpenter (John Carpenter's Vampires, 1998) de John Carpenter. Con James Woods, Daniel Baldwin, Sheryl Lee, Thomas Ian Griffith y Maximilian Schell.

miércoles, julio 07, 2021

Festival de trailers (CCVII)



Voluntad de hierro (Iron Will, 1994) de Charles Haid. Con Mackenzie Astin, Kevin Spacey, David Ogden Stiers, August Schellenberg, Brian Cox, George Gerdes y John Terry.


De vuelta a casa. Un viaje increíble (Homeward Bound: The Incredible Journey, 1993) de Duwayne Dunham. Con Robert Hays, Kim Greist, Kevin Chevalia, Veronica Lauren, Don Alder, Benj Thall, Mariah Milner, Ed Bernard y Anne Christianson.



Las aventuras de Huckleberry Finn (The Adventures of Huck Finn,
1993) de Stephen Sommers. Con Elijah Wood, Courtney B. Vance, Robbie Coltrane, Jason Robards, Ron Perlman, Dana Ivey, Anne Heche y James Gammon.



Vuelve colmillo blanco (White Fang 2: Myth of the White Wolf,
1992) de Ken Olin. Con Scott Bairstow, Charmaine Craig, Alfred Molina, Geoffrey Lewis, Al Harrington y
Ethan Hawke.


 

Jack (Jack, 1996) de Francis Ford Coppola. Con Robin Williams, Diane Lane, Jennifer Lopez, Brian Kerwin, Fran Drescher, Bill Cosby, Michael McKean, Todd Bosley y Adam Zolotin.

domingo, julio 04, 2021

Festival de trailers (CCVI)



El peso de la corrupción (Storyville,
1992) de Mark Frost. Con James Spader, Joanne Whalley, Jason Robards, Charlotte Lewis, Michael Warren, Piper Laurie y Woody Strode.
 

 
Malas compañías (Bad Company, 1995) de Damian Harris. Con Ellen Barkin, Laurence Fishburne, Frank Langella, Michael Beach, Gia Carides, David Ogden Stiers, Daniel Hugh Kelly y Spalding Gray.
 

 
Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990) de Martin Scorsese. Con Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco, Paul Sorvino, Chuck Low, Christopher Serrone y Debi Mazar.
 
 
 
 

 
Una proposición indecente (Indecent Proposal, 1993) de Adrian Lyne. Con Robert Redford, Demi Moore, Woody Harrelson, Oliver Platt, Seymour Cassel, Billy Bob Thornton y Rip Taylor. 
 
 

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