lunes, mayo 30, 2011
jueves, mayo 26, 2011
Este chico es un demonio (y secuelas)
Que curioso es como es capaz de afectar el tiempo a las películas. En su momento Este chico es un demonio me parecía divertidísima, llena de mala leche y sin las concesiones yankis de Solo en casa, de la cual, aunque parezca lo contrario, no es un exploitation.
Vista la otra noche me ha parecido floja y con sus dosis de moralina demasiado babeante.
La historia va de un matrimonio que no puede tener hijos. La mujer, que es la clásica petarda que solamente piensa en comprarse modelitos, quiere a toda costa un hijo porque así podrá formar parte del grupo de madres del vecindario, así que acaban adoptando un chaval que es un auténtico cabronazo que tiene martirizadas a las monjas del internado donde está.
Una vez adoptado y en su nuevo hogar se dedicará hacer perrerías a los del vecindario y a su abuelo, a la vez que se cartea con un peligroso criminal que se escapa de la cárcel, llamado el asesino de la pajarita.
El director de todo esto es Dennis Dugan, que algunos recordarán de salir como actor en Un astronauta en la corte del rey Arturo de la factoría Disney y en Aullidos. Aunque ha sacado más partido en su faceta como director: Beverly Hills Ninja, la salchicha peleona, aunque ahora se dedica a rodar casi todas del Adam Sandler: Un papá genial, Zohan. Licencia para peinar, Niños grandes y Sígueme el rollo.
Los que estaban detrás del guión eran Scott Alexander y Larry Karaszewski, que después acabarían especializándose en biopics con el Ed Wood de Tim Burton (que en un principio tenía que haber sido dirigida por Michael Lehmann), El escándalo Larry Flint y Man on the moon.
En un principio el guión era bastante más adulto y con mucha más mala leche, pero al acabar siendo producido por la Universal se acabó suavizando mucho hasta convertirlo en una película bastante familiar.
Entre los actores teníamos al eterno John Ritter, que vuelve hacer su clásico papel de palurdo), Jack Warden, la guapa de Amy Yasbeck (que años después serían mujer de Ritter en la vida real), Gilbert Gottfried, nuestro querido Michael -Kramer en Seinfeld- Richards haciendo de asesino de la pajarita, Michael Oliver haciendo de Junior, y un cameo del director, Dennis Dugan, que hace del padre del niño que compra una cantimplora.
Como he comentado antes Este chico es un demonio a perdido muchísimo con los años, acabando como carne de las sobremesas dominicales de Antena 3. Pero pese a todo hay que darle, como mínimo, un primer visionado para ver las perrerías de Junior, que es capaz de tirar a su abuelo por las escaleras para birlarle la cartera, destrozar la fiesta de cumpleaños de una vecina (petardos en lugar de velas, mogollón de porquería en una piñata, una rana en el ponche...), hacer fotos a las monjas mientras se cambian y están en el lavabo... resumiendo, un montón de cabronadas, que si lo piensas son la mar de incorrectas para una producción familiar, que como mínimo te sacan algunas risas.
Y no puedo olvidarme del espléndido doblaje de Junior a cargo de Eloísa Mateos, que todos recordaremos por ser la voz de Chicho Terremoto, y que lo borda dándole al niño un aire más cabroncete.
La película fue un éxito de taquilla que nadie se esperaba, recaudando más de 50 millones de dólares. Evidentemente esto tendría que repercutir en secuelas. Así fue un año después que se estrenó Este chico es un demonio 2, dirigida por Brian Levant, director primerizo que luego acabó detrás de películas familiares de corte amable como Beethoven, uno más en la familia, Los Picapiedra y su secuela o Un padre en apuros.
La secuela, también guionizada por Alexander y Karaszewski, que continua allá donde termina la primera, es repetir la fórmula pero añadiéndole más chicha, en este caso con una hermanastra tan o más cabrona que Junior, que, junto a su padre (de nuevo Ritter) acaba en un nuevo barrio donde una vecina intenta ligárselo.
La película, que costó más que la primera y recaudó menos, pero lo suficiente para no matar la saga, es un cúmulo de escenas grotescas llenas de vomitados y ensaladas repletas de cucarachas.
Ya en 1993 aparecería la serie de dibujos animados. Serie de apenas dos temporadas que era una coproducción entre USA, Canadá y ¡tachán! Spain, con nuestros amigos de D'Ocon por en medio.
Y, ¡por fin!, a mediados de los 90 llegaría el último coletazo de la saga con Este chico es un demonio 3 directamente para le mercado doméstico. Aquí ya no repetiría nadie de las dos anteriores salvo Jack Warden (el abuelo), y con William Katt haciendo de padre de Junior.
La película es un bodrio infumable, donde lo único que me hizo gracia (más que nada por lo absurdo que es) es un gag donde Junior encierra a su abuelo en un armario y después de media película o más vuelve aparecer saliendo de un agujero en el jardín que él mismo ha cavado para escapar de su prisión.
martes, mayo 24, 2011
La cripta
Cursando el primer curso de instituto, en el libro de castellano venía un fragmento de una novela. El fragmento me llamó la atención porque trataba de un grupo de locos jugando un estrafalario partido de fútbol. Tanto me llamó la atención que me acabé comprando el libro al que pertenecía. El libro resultó ser El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza.
Lo primero que captó mi atención cuando tuve la obra entre mis manos era la cubierta, donde había la foto de José Sacristán bajando por unas escaleras mal iluminadas. "¿Qué puñetas hace Sacristán en este libro?", me debí preguntar.
La vida siguió su curso, y un año o dos después (mediados de los 90), cuando daban los partidos de copa de Europa jugados por el Barça por TV3, en TVE-1 lo retransmitía para el resto del estado, pero en Catalunya desconectaban y solían poner una película en catalán. Y en una de estas ¡tachán! me encuentro una película ya empezada con José Sacristán (doblado al catalán por Jordi Boixaderas) que comienzo a seguir con cierto interés y acabo descubriendo que es la versión cinematográfica del libro de Mendoza y de la que sacaron el fotograma para ilustrar la cubierta.
No mucho después fui al videoclub (sí, cuando todavía existían y cumplían una labor social) y en la sección más mugrienta del local, la que estaba al lado del porno y donde habían casposidades varias de folclóricas del año de Matusalén y la cintas protagonizadas por Marisol y distribuidas por CB Films encontré La cripta, título en su versión cinematográfica.
La historia de La cripta transcurre en la Barcelona de la transición, donde un interno de un psiquiátrico, antiguo ratero de poca monta y soplón de la policía, es requerido por el comisario Flores ya que días atrás desapareció una niña de un colegio interno de monjas. La idea del comisario es dejar al interno, del que nunca se dice su nombre, libre unos días para que por su cuenta realice las pesquisas pertinentes, ya que al conocer los más bajos fondos de la ciudad tiene más posibilidades de descubrir el entuerto.
El hombre sin nombre de El misterio de la cripta embrujada, o lo que es lo mismo, su protagonista, volvió a protagonizar dos libros más, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras. Pero lamentablemente para la audiencia estas dos nuevas obras no tuvieron adaptación cinematográfica.
El film, rodado íntegramente en Barcelona (Sant Gervasi, el Born, el Raval...) en 6 semanas, está dirigido por Cayetano Del Real, siendo este su primer y único film. Aunque durante el rodaje de La cripta tuvo tan buena sintonía con Mendoza que comenzaron a trabajar en un proyecto llamado Caín y Abel S.A. al que cambiaron el título por Simplemente Jack, del cual el argumento era del propio Del Real.
La cripta es puramente cine negro, pero totalmente desnudo de los elementos alto standing. Tenemos un misterio a descubrir, pero aquí no hay un detective privado con gabardina y sombrero de ala ancha, si no a un ladronzuelo de tres al cuarto que ha ido a parar con sus huesos a un centro psiquiátrico y en lugar de recorrer las calles húmedas y llenas de niebla de alguna glamurosa ciudad americana, transita por el lumpen barcelonés entre putas y hostales llenos de cucarachas. Todo ello aderezado con unas gotas de picaresca, ese elemento tan castizo, la voz en off del protagonista y con una estética entre lo zetosa y lo pobre, que le ayuda a recrear esa estética tan realista que había a finales de los 70 y principios de los 80 en este país, con el cine quinqui por bandera.
Porque si alguien disfruta de La cripta somos los que hemos conocido la ciudad condal en la época. Impagables son esas estampas de una rambla llenas de sillas de madera para reposar las nalgas previo pago, el interior del metro con sus básculas o las callejuelas del barrio chino, por decir tres al uso.
La película tuvo al propio Mendoza, que juraría que hace un cameo en el film (véase el vídeo de abajo), detrás del guión junto a Cayetano Del Real y Francisco Siurana. En el apartado actoral tenemos nombres tan variopintos como José Sacristán (amo y señor de la función), Rafaela Aparicio, Assumpta Serna, Víctor Israel y un montón de caras conocidas de la escena catalana: Alfred Luchetti, Mario Gas, Carles Velat, Jaume Sorribas (el senyor encargat del Filiprim) y Llátzer Escarceller, que aparece acreditado pero yo no lo he localizado en el film.
Aunque si algo hay que criticarle al film es su sonido en directo, donde hay momentos que no roza lo inaudible de puro milagro.
Otro detalle del sonido. Algunos actores están doblados, cosa que se nota mucho cuando hay una conversación entre estos y alguno que no lo está, ya que el cambio de calidad del directo al estudio es más que evidente.
Esto del doblaje en algunos actores es comprensible, ya que Blanca Guerra o Tito Junco son mejicanos (seguramente por imposición, ya que el film tenía capital mejicano) y se usaría el doblaje para esconder el acento. En cambio, en otros casos como el de Jaume Sorribas es raro que se le doblara, ya que era de aquí.
Resumiendo, una delicia para cualquiera, con grandes interpretaciones y con una notoria falta de presupuesto que le da un toque más que inmejorable. Una gran adaptación que no acaba de seguir a pies juntillas la novela, sobre todo en su parte final (muestra clara que no tenían dinero para rodarlo tal cual) y con algunos cambios significativos (el plano final es de los mejores hallazgos del film), aún y así se respeta algún que otro detalle poco importante a la trama y que es más bien un guiño al lector o que hay líneas de dialogo que son sacadas directamente del libro.
Por una vez los lectores no se sentirán defraudados por una obra literaria digna de cabecera.
jueves, mayo 19, 2011
Basil, el ratón superdetective
Recuerdo haber visto este Basil, el ratón superdetective de chavalín, pero no me debió marcar mucho porque apenas la recordaba. Tan poco poso me dejó que incluso tenía en mente que era un mediometraje, pero no, es un largo de escasos 70 minutos.
Vista ahora se entiende que sea de las menos recordadas de la factoría Disney. Básicamente porque sus historia no acaba de enganchar, los protagonistas no tienen excesivo carisma y el malo, pese a estar realmente conseguido en su diseño, le falta la garra y mala baba de los grandes villanos de la factoría.
El film está inspirado en una saga de libros infantiles ideados por Eve Titus. Esta saga está protagonizada por Basil, un ratón antropomórfico a modo de Sherlock Holmes.
La película estaba dirigida por cuatro debutantes en el largo animado: Ron Clements & John Musker, que luego dirigirían La Sirenita, Aladdín o Tiana y el sapo; y Burny Mattinson & Dave Michener, que nunca más han vuelto a realizar tareas de directores.
Uno de ellos, Clements, que era tan fan del personaje de Holmes que realizó un chorto animado de 15 minutos en Super 8 cuando era adolescente, fue el que comenzó a darle forma al proyecto en 1980 con la ayuda de Musker. Tres años se dedicaron hacer bocetos hasta que la Disney les dio luz verde para el inicio oficial del proyecto.
La producción duró unos cuatro años, en los cuales solamente se planificó al milímetro el rodaje, luego, para hacer la animación únicamente se empleó un año, ya que en aquella época ya se comenzaba a usar ordenadores y las pruebas de vídeo que facilitaban enormemente la labor de los animadores.
Basil, el ratón superdetective no deja de ser una versión en dibujos protagonizada por ratones de las aventuras de Sherlock Holmes. Aquí el protagonista vive en la misma casa que el Holmes humano, cuya voz pertenece a las últimas grabaciones que hizo antes de morir Basil Rathbone, uno de los Holmes más conocidos.
Un día recibe la visita de una ratoncita a la que le acaban de secuestrar al padre, un inventor que ha caído en las manos del archienemigo de Basil, el malvado profesor Ratigan.
Cuando se estrenó Basil, año 86, era aquella época rara de Disney en la que parecía que no sabían muy bien por donde tirar. Por ejemplo, comenzaron a dejar de lado las canciones, quitándole todo el toque musical a sus films, ahí tenemos el anterior largo, Taron y el caldero mágico, como ejemplo.
En el caso que nos ocupa solamente hay un par de números musicales y, la verdad, pasan totalmente desapercibidos. Cosa que es de destacar ya que quien está detrás de la banda sonora es ni más ni menos que Henry Mancini, que compone una banda sonora que no pasa de ser correctita.
Pero no seamos malos con Mancini, ya que, como he dicho antes, todo el film destila ese tufo de cierta mediocridad, sobre todo en el apartado animado, que no deja de tener un estilo más parecido alguna serie de la productora hecha para televisión, estilo Chip y Chop los guardianes rescatadores, que la factura de alto nivel que pueden tener las producciones Disney.
Sin duda, si tuvieramos que salvar algo es a Ratigan, o mejor dicho, a su doblador Vicent Price, que hace una composición de malvado (siempre que oigamos la película en V.O.) de esas de las que tanto disfrutaba, y que tanto influyó a los animadores que cambiaron el aspecto del personaje, siendo en su versión final mucho más grande e inquietante. Aunque lamentablemente el personaje no acaba de estar bien desarrollado y solamente es de un aspecto amenazador al final del film, cuando le vemos convertirse en lo que más odia, una rata de cloaca.
Y aunque Basil no fue un éxito que reventara las taquillas pasó con cierto éxito cosechando unos más que estimables 40 millones de dólares sobre un presupuesto de 14.
Pero lo dicho, película totalmente fallida, que por su técnica parece más un producto directo al Disney Channel que para la gran pantalla. Con algún que otro detalle simpático como las referencias a otras películas de Disney como cuando aparece una lagartija que es idéntica al deshollinador de Alicia en el país de las maravillas o en una juguetería hay muñeco muy similar a Dumbo. Y con una de las primeras escenas animadas en la que el ordenador hizo acto de presencia.
lunes, mayo 16, 2011
jueves, mayo 12, 2011
Casino Royale
No soy un fiel seguidor de la saga Bond, aunque como todo hijo de vecino he visto alguna vez la mayoría de sus pelis. Además, tampoco coincido con la mayoría. Hasta hace poco Sean Connery me parecía el mejor, pero desde hace un par de pelis que Daniel Craig le ganó ese honorífico premio. En cuanto a pelis soy mucho más drástico, Al servicio secreto de su majestad con el vilipendiado George Lazenby (que no quiere decir que él me parezca un buen Bond) me parece muy buena, una película que rompía con el estilo anterior de Connery, siendo mucho más dramática. De la magnífica banda sonora de John Barry ni la mento porque hay que darle de comer aparte.
La otra entrega de Bond que me parece magnífica es Licencia para matar con el denostado de Timothy Dalton (que siempre me dio bastante penica), una peli bastante durilla y violenta. Igual también tengo buena opinión de ella porque la vi en pantalla grande de chavalín y esas cosas marcan.
El Casino Royale de hace 5 años me parece un Bond magnífico (Quantum of Solace ya no me parece tan redonda), pero el otro Casino Royale, el de los sesenta, el más psicotrópico, el más cachondón, es merecedor de analizar.
Pero primero pongámonos en situación. Finales de los 60, ya se habían estrenado 4 films con Connery como protagonista (007 contra el Dr. No, Desde Rusia con amor, Goldfinger y Operación trueno) con excelentes resultados en taquilla. Charles Feldman (productor de Un tranvía llamado deseo o La tentación vive arriba, entre otras) tenía los derechos de Casino Royale, la primera novela donde aparece Bond, y piensa en asociarse con Broccoli y Saltzman (productores de la saga Bond), pero estos rechazan la propuesta. Así que ni corto ni perezoso Feldman decide producir él mismo el film, pero convirtiéndolo en una parodia al estilo El mundo está loco, loco, loco, ya que cree que de hacerlo en tono serio saldrá mal parado en comparación a los Bond de Connery.
Casino Royale acabó siendo una producción grandilocuente de lo más caótica que se ha hecho en el cine. Seis fueron los directores acreditados (John Huston, Ken Hughes, Robert Parrish, Val Guest, Josep McGrath y Richard Talmadge); una decena de guionistas, muchos de ellos sin acreditar (Billy Wilder, Woody Allen, Peter Sellers...) y un reparto de campanillas: David Niven (curiosamente era el actor que Fleming había pensado para interpretar a Bond), Peter Sellers, Deborah Kerr, Orson Welles, Ursula Andress, John Huston, Woody Allen, Jacqueline Bisset, Charles Boyer y cameos de Jean-Paul Belmondo, Richard Burton y Peter O'Toole, que actuó a cambio de una caja de champán. Tuvo un presupuesto de 6 millones de dólares (más que alto para la época) y acabó inflándose hasta los 12.
Como comentaba antes el número de guionistas era estratosférico, básicamente por culpa de Peter Sellers, que era capaz de estar semanas sin aparecer por el plató y no paraba de quejarse del tono paródico del film (él quería enfocarlo de forma seria), por no hablar de sus continuos piques con Orson Welles. Sin ir más lejos la escena de la partida de poker que comparten los dos se rodó de forma separada para que no coincidieran.
El productor Charles Feldman tuvo un infarto que según él fue por culpa de Sellers.
Finalmente Sellers desertó del film, cosa que es muy evidente ya que desaparece porque sí en la película sin explicación alguna, hecho que hizo que el guión tuviera que irse reescribiendo sobre la marcha.
(Quien quiera saber un poco más de Sellers que se vea Llámame Peter, telefilm biográfico y edulcorado del actor).
Todos estos contratiempos hicieron que el rodaje se alargase hasta la extenuación. Como anécdota decir que Woody Allen se pasó semanas en el hotel por culpa del retraso, dándole tiempo a escribir los guiones de Los USA en zona rusa y Toma el dinero y corre, aparte de aprender a jugar al poker.
La producción empezó a rodarse en enero de 1966 con vistas a estrenarse las navidades de ese año, pero todos esos problemas acabaron por retrasar el estreno a abril de 1967 (aquí se estrenaría en navidades de ¡1977!). Lo que hizo que coincidiera en taquilla con Sólo se vive dos veces, y, aunque parezca mentira, a Casino Royale no le fue excesivamente mal en taquilla, sin ser un exitazo amasó más de 40 millones.
Como he comentado, el baile de guionistas y directores no le hicieron mucho bien a la película. Sobre todo en su argumento, totalmente caótico y alocado. Aquí la historia es que el auténtico James Bond vive retirado mientras el gobierno tiene a otros agentes secretos denominados 007 simplemente para que el enemigo siga pensando que el auténtico Bond sigue en activo. Pues bien, un buen día el Bond original es reclamado por las autoridades inglesas para que vuelva y tome parte en la lucha contra Smersh, una organización criminal liderada por el doctor Nah (aunque en el doblaje al castellano se cargaron el nombre paródico y le pusieron un Dr. No).
Al final todo acaba como una historieta de Mortadelo y Filemón, o mejor dicho, ya que estamos hablando del icono inglés por antonomasia, como un episodio de Benny Hill, todos corriendo detrás de todos. Esos últimos minutos (que tardaron 6 semanas en rodarlos) son un claro reflejo de lo que fue la elaboración del film, una locura.
Si alguien se espera que el film siga el argumento de la novela mejor que se revise el Casino Royale del 2006, porque aquí no hay apenas nada salvo algunas pequeñas referencias como la partida de póker entre Bond y Le Chiffre. Precisa e irónicamente es esa parte mucho más seria y sin tantas estridencias, donde toma protagonismo Peter Sellers, la mejor del film.
Casino Royale es un film totalmente fallido, el caos reinante durante la producción se evidencía durante todo el metraje. Al final acaba siendo un producto para completistas de James Bond y los que se quedaron con ganas de más Austin Powers, eso sí, con un tono kitsh totalmente auténtico y genuino, y una banda sonora para poner en los altares.
martes, mayo 10, 2011
Cluedo. El juego de la sospecha
Cluedo. El juego de la sospecha es la primera película basada en un juego de mesa, que fue lanzado por Parker (años atrás MB) y se creó allá por finales de los 40 en Inglaterra.
La historia del juego no era más que una forma de trasladar las novelas de misterio estilo Agatha Christie al tablero. Aquí teníamos la historia de una mansión con sus 9 habitaciones, 6 jugadores/sospechosos y 6 armas del crimen.
La película básicamente sigue el esquema básico pero se toma muchas licencias. Desde algunos nombres de los sospechosos, como el desarrollo de la historia. Pero el esquema básico se mantiene: grupo de desconocidos que han sido invitados a una lúgubre mansión donde el anfitrión, que les está chantajeando a todos, aparece asesinado.
Efectivamente, a película tiene un tufo muy importante a Un cadáver a los postres. Pero a diferencia de ésta es menos divertida. Seguramente el hecho de ser inglesa le da un tono de humor negrísimo, mientras que Cluedo es puramente americana pese a que el director es inglés.
Una de las originalidades del film es que no solamente tenía un final, si no que tenía 3.
Además se llegó a filmar un cuarto, pero los responsables de la película pensaron que se alejaba demasiado del tono paródico del resto del metraje ya que tenía un tono mucho más serio y lo desecharon.
En el momento de su estreno americano se proyectaba solamente uno de los finales, así que según a que cine ibas te podías encontrar un final u otro, algo así como hicieron hace unos añitos con El escondite, la de Robert De Niro.
El director fue Jonathan Lynn, que debutaba así en el cine después de tener a sus espaldas multitud de guiones de episodios de series escritos. Luego dirigiría películas bastante conocidas pero bastante flojitas: Mi primo Vinny, Su distinguida señoría, Los codiciosos o Falsas apariencias.
Pero más interesante me parece algunos otros nombres que aparecen como responsables del film: John Landis, que junto a Lynn estuvo detrás del guión y fue productor; Debra Hill, productora de varios films de John Carpenter (La noche de Halloween, La niebla, 1997: Rescate en Nueva York); y la parejita formada por Jon Peters y Peter Guber, productores del primer Batman.
Una de las gracias de Cluedo, que pasó muy de puntillas por la taquilla, donde apenas recuperó los 15 millones que costó, es su reparto, que si bien no es de nombres muy conocidos sí lo son sus caras: Tim Curry, el eterno rostro extraño que vivió días de gloria en The Rocky Horror picture show, Legend e It; Eileen Brennan, que era la pareja de Peter Falk en Un cadáver a los postres; Christopher Lloyd, el archiconocido doctor Emmett Brown de Regreso al futuro; Martin Mull, del que ya dimos buena cuenta en Las locas peripecias de un señor mamá; o Madeline Kahn, la novia del monstruo en El jovencito Frankenstein o también vista y nominada en Luna de papel.
Hace varios años que vi la película por primera vez y me decepcionó bastante. Me esperaba algo más cercano a Un cadáver a los postres y me encontré una película con un humor más americano, más cercano al slapstick, que al soterrado del film de Robert Moore. Y en el último visionado me ha entrado algo mejor, continuo viéndola demasiado desaprovechada, pero aún y así tiene su gracia, su ritmo trepidante y un buen reparto que hacen que el sabor de boca no sea excesivamente amargo.
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