domingo, marzo 31, 2019

Festival de trailers (CI)



Infierno entre rejas (Perverse oltre le sbarre,
1984) de Gianni Siragusa. Con Ajita Wilson, Rita Silva, Linda Jones, Alessandro Freyberger, Leo Annibali, Leda Simonetti, Helen Johansson y Lucia Rotolini.




Awesome lotus (Awesome lotus,
1983) de David O'Malley. Con Lorraine Masterson, Joy Curtis, Stephanie Jones y Jane Shepard.



Airwolf III. Un viaje hacia el peligro (Airwolf,
1984) de Stephen Dollinger. Con Jan-Michael Vincent, Alex Cord, Ernest Borgnine, Jean Bruce Scott, Deborah Pratt y Eugene Roche.



 

Erik. El mercenario (One Man Out, 1989) de Michael Kennedy. Con Stephen McHattie, Deborah Van Valkenburgh, Aharon Ipalé, Ismael 'East' Carlo, Dennis A. Pratt y Michael Champion. 



 

Los centinelas (Dangerously Close, 1986) de Albert Pyun. Con John Stockwell, J. Eddie Peck, Carey Lowell, Bradford Bancroft, Anthony De Longis, Miguel A. Núñez Jr. y Dedee Pfeiffer.



Bonus track


miércoles, marzo 27, 2019

El morador de las tinieblas

El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs

Hace nada se nos fue John Carl Buechler, un tipo de esos que si conoces un poco los nombres de la serie B ochentera para videoclub te ha de caer en gracia por fuerza. Conocido y reconocido sobretodo por su trabajo en el campo de los efectos especiales con su compañía Mechanical and Makeup Imageries Inc. Si alguna vez te has preguntado por qué el parecido de los Ghoulies y algunos de los bichejos que viste en Troll, TerrorVision o La pandilla basura, se debe a que todos nacieron del mismo padre: el bueno de Carl Buechler. Sí, parecía que el tipo tenía cierta predilección por los monstruitos de goma de color caca y con mucha baba viscosa recubriéndolos. Pero aun y así también tuvo en cuenta los efectos menos fantasiosos y de criaturas fantásticas para tirarse al gore pitiminí de slashers hollywoodienses como la séptima entrega de Viernes 13 (de la que también fue director), Pesadilla en Elm Street 4, Halloween 4 o una algo más reciente como Hatchet. Incluso tuvo la oportunidad de trabajar con Spielberg en Indiana Jones y la última cruzada cuando fabricó el rinoceronte que casi le amputa los webs al joven Indy durante el prólogo en el tren del circo.
Debutó en la dirección de los largos con Troll (aunque antes había firmado uno de los sketch de la chunga El amo del calabozo) y El morador de las tinieblas fue la que siguió.


El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs
El proyecto nació de la mano de Kit Dubois, alías de Don Mancini, que, siendo todavía un estudiante de la Universidad de Californa (UCLA), intentaba mover un guión titulado Blood Buddy, que era ni más ni menos el de Muñeco diabólico antes de retitularse Child's Play. El libreto engatusó a Charles Band (ya sabes, el jefe de la Empire), pero la Metro se le había adelantado. Hago un inciso para recordar lo que ya comenté en la reseña de TerrorVision: Band tenía una técnica para crear películas que consistía en un high concept del que encargaba dibujar un póster que le enseñaba a los guionistas y éstos lo usaban de punto de partida para iniciar el guión. Y eso mismo hizo con Mancini, le enseñó un póster titulado Cellar Dweller y le ofreció la oportunidad de escribir el guión siempre y cuando cumpliera dos condiciones: que apareciese la criatura del dibujo y que toda la acción transcurriese en el set que la productora tenía en Italia. Y es que a mediados de los 80, el amigo Dino de Laurentiis había quebrado después de varios fracasos consecutivos y tuvo que vender sus estudios en Roma y ahí estuvo Band esperando las rebajas.

El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs


Cellar Dweller, o El morador de las tinieblas como se conoció aquí, acabó siendo una producción casi de guerrilla. Con un presupuesto que no llegaba al millón de dólares, apenas 8 actores, un decorado y menos de 2 semanas para rodarla. Ante tal panorama, Buechler, que lo habían colocado de director, tuvo que rehacer el guión de Mancini, que, en cierta medida, acabó renegando de la película y firmando con pseudónimo.
El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs

Un dibujante de cómics usa un antiguo libro de brujería como fuente de inspiración para crear sus historietas, pero sin querer acaba invocando a una criatura del averno. Consigue acabar con ella pero muere y termina siendo acusado de matar con un hacha a una chica y su nombre queda manchado.

30 años después la casa del tipo es una especie de escuela de artistas. Allí irá a parar una chica que es una fanática del dibujante. Ella también dibuja cómics y cree que instalándose en la casa encontrará la inspiración para rendir homenaje al dibujante. Pero lo que se encontrará es que invocará al monstruo y el resto de inquilinos irán desapareciendo.

El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs

No sería justo decir que El morador de las tinieblas es una buena serie B. Ni tiene el encanto de un Troll, ni el cachondeo de TerrorVision. Aquí tenemos el clásico producto parido para producir y trincar lo que se pueda en los videoclubs. Si quitamos los títulos de crédito del inicio y final apenas llegaremos a los 70 minutos de metraje; detalles tan tontos como que hay veces que los dibujos que aparecen están muy bien hechos y otras parecen de un niño de 9 años; cosas tan naif como que vencen al monstruo con Tipp-Ex (¡sic!); el que todo pase en 4 habitaciones no ayuda y se nos hace todo un poco tedioso; el contar con pocos actores y un único monstruo no hace otra cosa que reafirmar que ni había cash. Por fortuna, su corto metraje hará que la experiencia sea llevadera. Alguna vez leí a alguien decir que lo ideal hubiera sido que en lugar de un largo fuese un sketch de una peli de episodios. Razón no le falta, esa historia que lo que la chica dibuja afecta a la realidad es muy de la serie animada de Historias de la cripta.

En el cast tenemos a Jeffrey Combs, que sale 5 minutitos (por mucho que nos lo coloquen en la portada del VHS) como el dibujante que invoca al monstruo, e Yvonne De Carlo (la Lily de La familia Munster) como la casera de la casa. Los inquilinos son Brian Robbins, un Tom Hulce de marca blanca que luego se reconvirtió a productor y director, estando detrás de muchas (de las peores) pelis de Eddie Murphy; Miranda Wilson, habitual de culebrones como Santa Barbara y Days of Our Lives; y la protagonista Debrah Farentino, que tampoco es que haya mucho que destacar en su currículum lleno de episodios sueltos en series y telefilms de sobremesa.

El morador de las tinieblas, John Carl Buechler,, Charles Band, VHS, serie B, Jeffrey Combs

La carrera como director de Buechler no se detuvo ahí. Siguió con Viernes 13. 7º entrega (La película), que es como se tituló aquí cuando nos llegó directamente a vídeo. Aquello fue su punto álgido como realizador (aunque salió escaldado por la cantidad de censura que tuvo la película), pero rápidamente dio un pasó atrás cuando se encargó de Ghoulies III. A partir de ahí se tiró un puñado de años sin dirigir para regresar a finales de los 90 con unos cuantos subproductos (algunos en formato telefilm) que aquí ni llegaban. Aunque tiene en ese grupo alguna como La maldición del cuarenta y nueve que ni por la presencia de John Phillip Law podemos salvarla. Lo último que rodó fue Wizardream de la que poco se sabe salvo que se filmó allá por el 2015 con Malcolm McDowell y que pinta a una de esas de espada y brujería con efectos digitales del tercer mundo y rodada en bosques chusqueros. No sé si será que se quedaron sin dinero en la postproducción o que no encontraron distribución, pero la película ha quedado en el limbo. Quizá ahora alguien se anime a rescatarla para que la emita Cuatro el domingo por la tarde junto a una de esas de catástrofes naturales. que tanto les gusta.


domingo, marzo 24, 2019

Festival de trailers (C)


 

El poder de los celos (Modern Problems, 1981) de Ken Shapiro. Con Chevy Chase, Patti D'Arbanville, Dabney Coleman, Mary Kay Place, Nell Carter, Brian Doyle-Murray y Mitch Kreindel. 



Una cana al aire (Skin Deep, 1989) de Blake Edwards. Con John Ritter, Vincent Gardenia, Alyson Reed, Julianne Phillips, Chelsea Field, Joel Brooks, Nina Foch, Michael Kidd y Don Gordon.



Un zapatón en el paraíso (Un piede in paradiso, 1991) de Enzo Barboni. Con Bud Spencer, Carol Alt, Thierry Lhermitte, Jean Sorel, Ian Bannen, Sharon Madden y Sean Arnold. 



Los cuasicops (Downtown, 1990) de Richard Benjamin. Con Anthony Edwards, Forest Whitaker, Penelope Ann Miller, Joe Pantoliano, David Clennon, Art Evans y Rick Aiello.



La guerra de los Roses (The War of the Roses, 1989) de Danny DeVito. Con Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito, Marianne Sägebrecht, G.D. Spradlin y Sean Astin.

domingo, marzo 17, 2019

Festival de trailers (XCIX)



Hombres, hombres, hombres (Uomini, uomini, uomini,
1995) de Christian De Sica. Con Paolo Conticini, Carlo Croccolo, Christian De Sica, Massimo Ghini, Leo Gullotta, Alessandro Haber y Paco Reconti.




La profesora de ciencias naturales (La professoressa di scienze naturali,
1976) de Michele Massimo Tarantini. Con Lilli Carati, Michele Gammino, Alvaro Vitali, Giacomo Rizzo, Ria De Simone, Gianfranco Barra, Gastone Pescucci y Adriana Facchetti.




Kaos (Kaos,
1984) de Paolo y Vittorio Taviani. Con Margarita Lozano, Claudio Bigagli, Omero Antonutti, Franco Franchi, Biagio Barone, Regina Bianchi, Ciccio Ingrassia y Enrica Maria Modugno.




Chicos de la calle (Ragazzi fuori,
1990) de Marco Risi. Con Francesco Benigno, Alessandro Di Sanzo, Roberto Mariano, Maurizio Prollo, Alfredo Li Bassi, Salvatore Termini y Filippo Genzardi.




Jaimito contra todos (Pierino contro tutti,
1981) de Marino Girolami. Con Alvaro Vitali, Michela Miti, Enzo Liberti, Michele Gammino, Sofia Lombardo y Riccardo Billi. 


viernes, marzo 15, 2019

2010: odisea dos (El año en que tomamos contacto)

2010: odisea dos (El año que tomamos contacto), Peter Hyams, Roy Scheider


A finales de 1982 aparecería la novela 2010: Odisea dos, secuela 2001: Una odisea espacial, cuyo forma de publicitaria era que no había sido escrita a máquina en papel, si no en un ordenador (computadora, que se decía entonces), aunque la realidad es que escribió aproximadamente las primeras 70 páginas en una máquina de escribir eléctrica y el resto en ordenador.

Siendo la adaptación cinematográfica de Kubrick de la primera novela un hito para la ciencia ficción en el celuloide y tener una desmesurada fama, casi parecía lógico que Hollywood se abalanzase sobre los derechos de la segunda novela. La que se hizo con ellos fue Metro-Goldwyn-Mayer (que no pasaba por una buena época), quizá con miras que el propio Kubrick se hiciera cargo de ella, pero éste no tenía ningún interés. Así que la major le ofreció dirigir la adaptación a Peter Hyams, que ya venía con cierta experiencia en las películas espaciales después de haber dirigido Capricornio Uno (ciertamente no sería un film espacial propiamente dicho y que su argumento casi parece una ironía el hecho que Hyams dirigiese la secuela de 2001 por aquella historia que el aterrizaje lunar de 1969 lo filmó Kubrick en un plató) y Atmósfera cero (un western fuera del planeta Tierra). Éste puso como condición tener la conformidad de Clarke y Kubrick y poder modificar la historia, añadiendo el componente de la guerra fría que no aparecía en la novela.

2010: odisea dos (El año que tomamos contacto), Peter Hyams, Roy Scheider


Lo primero que hizo fue llamar al propio Kubrick y preguntarle qué le parecía la idea. El director de El resplandor le dijo que la hiciera, que no había problema. Muy posiblemente éste, que era un poco cabroncete, tenía claro que una secuela no haría más que agrandar su película de 1968. Aquí aparece la anécdota que la charla duró varias horas y prácticamente fue un interrogatorio de Kubrick a Hyams preguntándole por varios temas técnicos de sus película anteriores.

2010: odisea dos es una secuela directa de su predecesora, contando como ha pasado casi una década desde los acontecimientos de la nave Discovery a su llegada a Júpiter. Los norteamericanos y los soviéticos unirán sus fuerzas para enviar una nave hasta Júpiter e investigar sobre lo que le pasó a la Discovery y el origen del monolito que allí se encuentra.


Como prota absoluto tenemos a un Roy Scheider, que a partir de aquí iniciaría su declive cinematográfico. También tenemos por ahí a John Lithgow, Bob Balaban (que entre las pintas y el doblaje casi parece un Richard Dreyfuss de marca blanca), Helen Mirren, Keir Dullea (que repetía el papel de la película de Kubrick) y Dana Elcar (el jefe de MacGyver y de Condorman).

2010: odisea dos (El año que tomamos contacto), Peter Hyams, Roy Scheider

2010: odisea dos costó 20 millones de dólares y recaudó el doble en suelo norteamericano. Cifras más bajas de lo esperado por la Metro. Como es lógico la crítica estaba esperándola con los cuchillos afilados. ¿Qué es eso de manchar un clásico del cine?, debió pensar más de uno. Y porque aquello de "han violado mi infancia" todavía no se había inventado, si no hubiera caído también.

Lo cierto es que el film cojea en varios aspectos. Parte de un inicio prometedor por aquello de enviar a investigar el qué pasó (trama vista en montones de films espaciales) siempre tiene un componente misterioso que agrada, pero luego se tuerce con el sobadísimo conflicto entre yankis y soviéticos y que es fácil perderse en una trama explicada con los pies.

2010: odisea dos (El año que tomamos contacto), Peter Hyams, Roy Scheider

A nivel de efectos parece mentira, pero si 2001 sigue aguantando el tipo cinco décadas después, 2010 no puede decir lo mismo. Lo cierto es que tiene cosas que se ven muy bien, pero luego otras nos hacen sangrar los ojos (¡esos malditos cromas!) y que se añaden unos primerizos efectos digitales que son eso, primerizos. Y ahí no hay mucho donde rascar.

En cambio, donde sí gana la partida al film de Kubrick es en la ambientación futurista de la vida en la Tierra. En 2001 toda la estética era de un futurismo demasiado fantasioso, muy poco creíble y más en la actualidad. 2010, por su parte, lo hace mucho mejor aunque, todo hay que decirlo, juega con las cartas marcadas. Se enseña muy muy poquito, pero lo hace con los pies en el suelo. Ver a Scheider en la playa con un ordenador portátil es poco llamativo en la actualidad y es por eso que le da credibilidad. Cierto que su casa ambientada en un entorno natural y limpio, sin lugar para la contaminación es un poco sospechosa, pero daremos por bueno que vive en algún tipo de zona residencial para gente con parné.

Si con el paso de los años 2001 sigue siendo un clásico en el cine y de 2010 no se acuerda ni el tato por algo será, ¿no?

domingo, marzo 10, 2019

Festival de trailers (XCVIII)



Albino Alligator (Albino Alligator,
1996) de Kevin Spacey. Con Matt Dillon, Gary Sinise, Faye Dunaway, Viggo Mortensen, Joe Mantegna, Emmet Walsh y Skeet Ulrich. 


 

American Psycho (American Psycho, 2000) de Mary Harro. Con Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto, Josh Lucas, Samantha Mathis, Matt Ross, Reese Witherspoon y Justin Theroux.



American Psycho 2 (American Psycho 2: All American Girl,
2002) de Morgan J. Freeman. Con Mila Kunis, William Shatner, Geraint Wyn Davies, Robin Dunne y Charles Officer.



El caso Wells (The Flock,
2007) de Andrew Lau. Con Richard Gere, Claire Danes, Kadee Strickland, Russell Sams, Dwayne L. Barnes, Ed Ackerman, Kristina Sisco, Avril Lavigne y Ray Wise. 



Confidence (Confidence, 2003) de James Foley. Con Edward Burns, Dustin Hoffman, Rachel Weisz, Andy Garcia, Morris Chestnut, Paul Giamatti, Donal Logue, Luis Guzman y Robert Forster.

domingo, marzo 03, 2019

Festival de trailers (XCVII)



The river wild. Río salvaje (River wild, 1994) de Curtis Hanson. Con Meryl Streep, Kevin Bacon, David Strathairn, Joseph Mazzello, Stephanie Sawyer, John C. Reilly y Benjamin Bratt.



Harry, un amigo que os quiere (Harry, un ami qui vous veut du bien,
2000) de Dominik Moll. Con Laurent Lucas, Sergi López, Mathilde Seigner, Sophie Guillemin y Liliane Rovere.



Última sospecha (The Glass House,
2001) de Daniel Sackheim. Con Leelee Sobieski, Diane Lane, Stellan Skarsgard, Bruce Dern y Trevor Morgan.



Falsa identidad (Domestic Disturbance,
2001) de Harold Becker. Con John Travolta, Vince Vaughn, Teri Polo, Steve Buscemi, Matt O'Leary, Ruben Santiago-Hudson y Chris Ellis.


 
Giro inesperado (Twisted, 2004) de Philip Kaufman. Con Ashley Judd, Samuel L. Jackson, Andy García, Russell Wong, David Strathairn, D.W. Moffett y Mark Pellegrino.

sábado, marzo 02, 2019

¿Dónde está Wally? (La serie de Tv)


Los 90 tuvieron sus cosas buenas, pero también tuvo sus cosas malas. Ahí tenemos modas demasiado chungas para el cerebro como aquellos pósters que eran un amasijo de colorines y que, se supone, después de mirarlos fijamente durante un rato podíamos ver una imagen en 3D.

Otra cosa mierdosa fueron los libros de ¿Dónde está Wally? (en su Inglaterra natal Where's Wally? y rebautizado en Norteamérica como Where's Waldo?) que si bien nacieron a finales de los 80, sería en los 90 su momento de máxima popularidad. Esa popularidad dio alas a un sinfín de productos relacionados, desde videojuegos para las consolas de la época (auténtica abominación de los 8-16 bits), juegos de mesa, comics...

Incluso recuerdo una versión cañí en la sección de pasatiempos de algún periódico con un ¿Dónde está Roldán?, en la que nos invitaban a encontrar al fugado director de la Policía Luis Roldán.

Pero lo que nos interesa es la serie de animación. Estrenada a finales de 1991, y que aquí llegaría un año después de la mano de Antena 3 en sesión dominical, estaba producida por DIC (COPS, Los auténticos Cazafantasmas, Las aventuras de Teddy Ruxpin...). Lamentablemente (para ellos) ¿Dónde está Wally? no tuvo demasiada aceptación y no pasó de una única temporada de 13 capítulos. Y es que aquello no daba para mucho. Si el material original se reducía a buscar una serie de personajes en un escenario infestado de personas, traspasar eso a una serie de 30 minutos era, simplemente, estúpido, con lo que se tuvieron que sacar de la manga un Wally que tiene un báculo mágico que le permite dar saltos en el tiempo mientras se las ve con su archienemigo Odlaw (sí, Waldo al revés).
Y para muestra del invento el primer capítulo.