domingo, agosto 31, 2008
miércoles, agosto 27, 2008
Demasié pa mi body
Corría el año 99 cuando, en el lugar de trabajo donde estaba, alguien tuvo a bien de traer una Interviu y como es lógico había que echarle un ojo. Y entre las clásicas secciones de la no menos clásica revista estaba la del catálogo de pelis porno. La sorpresa fue mayúscula cuando me veo este homenaje/parodia/plagio o vaya usted a saber en él. Y como modesto admirador del original era mi obligación visionarla. Así que cogí la revista arranqué el cupón mientras tosía, estornudaba, silbaba y gritaba para evitar el ruido de la hoja y que nadie se enterase que era yo el que me había cargado el ejemplar e hice el correspondiente pedido.
Y esa es la bonita historia de como, el otro día, rebuscando en un cajón secreto del escritorio apareció está preciosa cinta VHS en con su caja original. Y como soy buena persona he escaneado la carátula para deslumbre y deleite del personal. Cosa que no he hecho con la contra porque hay escenas subiditas de tono y a estas horas hay niños visitando el blog.
Ahora bien, la sinopsis es toda una declaración de principios:
Aquel pícaro Beatlechup está otra vez de juerga. Amenazado con la cancelación de su programa de radio, Beatlechup coge los controles y mantiene la emisora como rehén. Nuestro retorcido héroe emite por antena sus fantasias porno preferidas hasta que un día recluta a la super-estrella Victoria Paris para radiar sus trucos sexuales. Pero casualmente, cuando aparece "Sweets", la rubia que Beatlechup había estado buscando, nuestra historia hace un giro extraño. Escucha a Beatlechup.
Pura poesía, ¿eh? Pero leyéndola hay varias dudas que me surgen y veo que me quitarán el sueño: la sinopsis da a entender que esto es una segunda parte, ¿dónde está la primera? ¿Qué coño hace Beatlechup en una emisora de radio y desde que frecuencia emite? ¿Desde cuando las pelis X tienen giros extraños? (y no me refiero hacer el helicóptero) ¿Tim Burton ejerce de productor ejecutivo como en Batman Forever? Y la más importante, ¿me dignaré hacer un ripeo de la cinta y subirla al emule? Para esta última sí tengo respuesta.
Dios bendiga a Biff Malibu!!
lunes, agosto 25, 2008
La Gioconda está triste
En 1972 el dúo formado por Antonio Mercero, dirección, y José Luis Garci, guión, paren para Televisión Espanyola La cabina, mediometraje del que tantos ríos de tinta se han escrito (en el fondo todos sabemos que era un aviso de la sangría que se nos avecinaba con Timofónica) y que tuvo un gran éxito de crítica y público llegando obtener hasta un Emmy.
Tan bien fue la cosa que cinco años después, en el 77, se vuelven a juntar y ruedan otro mediometraje basado en el relato del mismo título escrito por Garci.
viernes, agosto 22, 2008
El fantasma del Paraíso
Swan, cisne. No tenía otro nombre. Su pasado es un misterio, pero su labor es ya una leyenda. Escribió y produjo su primer disco de oro a los 14 años. En los años siguientes, consiguió tantos discos de oro más que hasta pensó en depositarlos en Fort Knox. Llevó el blues a Inglaterra, trajo el Liverpol a América, unió el folk y el rock. Su conjunto, los Juicy Fruits, dio vida por sí solo a los ritmos nostálgicos de los años 70. Ahora está buscando el nuevo sonido de las esferas para inaugurar su propio Xanadú, su propia Disneylandia en el Paraíso, el último palacio del Rock. Esta película es la historia de esa búsqueda, de ese sonido, del hombre que lo creó, de la chica que lo cantó, y del monstruo que lo robó.
Con este texto narrado por Rod Serling (en la V.O.) y un fondo rojo que acaba transformándose en el logo (la silueta de un pájaro muerto) de la discográfica ficticia Death Records empieza la obra maestra de Brian De Palma, El fantasma del Paraíso (Phantom of the Paradise, 1974).
Según el propio De Palma la idea del film le vino mientras estaba en un ascensor y escuchó por el hilo musical una canción de los Beatles versioneada en muzak. Entonces pensó en la posibilidad de un musical mezclando todo tipos de géneros musicales.
El propio De Palma ayudado por Louisa Rose (aunque sin acreditar) escribió un guión mezcla de El fantasma de la ópera, El retrato de Dorian Gray y Fausto salpicado por gotitas de Frankenstein y, según algunos, El barril de amontillado de Poe.
A la hora de preparar la banda sonora contactó con Paul Williams para que la compusiera y produjera, pero éste, que en aquella época estaba en boga y tenía muchas ofertas de trabajo, tenía un caché demasiado alto para el presupuesto de la producción, pero quedó tan maravillado por el guión que accedió a rebajarse el salario a cambio de un papel protagonista. En un principio quería hacer de Wislow/Fantasma pero De Palma le convenció que encajaba mejor como Swan, el villano de la función, una especie de versión reducida de Roger Taylor.
William Finley, un amigo personal de la época universitaria de De Palma con el que ya había trabajado un año antes en Hermanas, se adjudicó el papel de Wislow/Fantasma, un pastiche compuesto por el propio fantasma de la ópera, Batman y V, sin cuerdas vocales, que se comunica a través de una caja de sonidos y que asesina a base de rayos de neón.
El personaje femenino y eje central del conflicto homo, Phoenix, sería interpretado por Jessica Harper que hacía su debut delante de las cámaras aunque ya había hecho sus pinitos en obras de teatro. Años después participaría en alguna película de cabecera de todo buen amante del fantástico que se precie, Suspiria de Argento y Shock Treatment, la secuela bastarda de The Rocky Horror Picture Show i de la que ja en parlarem, y que después de eso se dedicó a papeles alimenticios de toda índole.
Aparte del trío protagonista tenemos en un rol secundario a uno de los clásicos en las primeras películas de De Palma, Gerrit Graham, que interpreta al rockero andrógino Beef. Al principio de la preproducción para el personaje de Beef estuvo en cartera Peter Boyle, para el de Swan, Gerrit Graham y para el de Wislow/Fantasma, Paul Williams.
El productor musical más importante de todos los tiempos, Swan, un tipo enigmático del que poco se sabe, pretende abrir El Paraíso, un local musical. Pero para su inauguración necesita las mejores canciones con lo que convoca un casting. A éste asiste Winslow Leach, que presenta una cantata inspirada en el Fausto de Goethe. Swan queda maravillado por ella pero considera que Winslow no es el indicado para cantarla, así que usa sus contactos con la policía para que metan a Winslow en la cárcel y él pueda quedarse la obra.
En la cárcel, Winslow, es objeto de diferentes experimentos con lo que queda muy tocado, en un ataque de locura consigue escapar y se dirige a la discográfica de Swan, Death Records, y se dedica a destrozar la fabrica de discos pero con tan mala fortuna que se engancha en una máquina y su rostro queda desfigurado (rodando esta secuencia Finley se enganchó realmente con la máquina y el grito que se escucha en el film es el que lanzó en el momento). Totalmente demente consigue colarse en El Paraíso, roba uno de los disfraces que usan mientras preparan la inaguración y se dedica a atentar contra los participantes. Pero en una de estas descubre que Swan a eligido a una chica, Phoenix, de la que se enamora, para que cante su tema de Fausto.
Siguiendo con el tema de la producción: como ninguna productora importante estuvo dispuesta a poner dinero en la peli acabó siendo producida por Edward R. Pressman (productor de extenso currículum y que únicamente ha actuado dos veces, en Ola de crímenes, ola de risas y en Street Fighter. La última batallla. Pa cagalse), con lo que estamos hablando de un film independiente en cuanto a su producción, una vez terminada se la vendieron a la Fox por 1,5 millones de dólares. Y ahí llegaron más problemas. La peli, que en aquel momento se llamaba Phantom, a secas, comenzó a recibir demandas de los autores de El hombre enmascarado, que tenían los derechos del nombre, y de la Universal que les acusaban de plagiar El fantasma de la ópera, de la que tenían el copyright. Con lo que se tuvieron que gastar más dinero para no tener que llegar a juicio, y la película que les había costado un millón de dólares acabó costando más de los que les dio la Fox por los derechos de ésta.
En aquella época el presidente de la major era Alan Ladd Jr., que había quedado impresionado en el visionado de la película, así que decidió estrenarla a bombo y platillo sin escatimar medios. Pero, como ya he dicho otras veces, una película no puede generar ningún culto si no viene amparada por un gran fracaso. Y eso es lo que le pasó a este El fantasma del Paraíso que a duras penas recaudó algo más de 5 millones, curiosamente, en Francia, sí consiguió cierto éxito y se mantuvo en cartel en algunas salas durante años.
Antes comentaba que la peli se abría con el logo de Death Records, este nombre, que puede parecer un pequeño detalle dentro de la película, dio un sin fin de quebraderos de cabeza a la producción. En un principio la discográfica tenía que llamarse Swang Song Records pero el grupo Led Zeppeling tenía los derechos del nombre y tuvieron que eliminar toda referencia en el film, cambiándolo por el de Death Records, eso no sería más que una pequeña anécdota si no fuera porque cuando se dieron cuenta del problema la peli ya estaba rodandose. Así que la única forma que había para eliminar el logo antiguo (sin tener que volver a rodar) era redibujar encima de cada fotograma el nuevo, detalle que canta muchísimo en pantalla pero que le de un toque absurdo y raro a parte iguales. Aún y así alguna escena se les escapó y es posible ver el logo prohibido en alguna secuencia.
En el corto Aqui se come bianda... un pillastre lleva una camiseta con este logo
La cabeza pensante que está detrás del logo es el director artístico Jack Fisk (marido de Sissy Spacek que ayudó en la producción de El fantasma) que entre otras cosas creó el impagable casco del Fantasma (el traje -que recuerda poderosamente al de Eduardo Manostijeras- fue cosa de la diseñadora Rosanna Norton) e hizo una labor en la ambientación y elección de localizaciones cuasi perfecto. Fisk empezó en el cine de la mano de David Lynch, ya fuese en los primeros cortos de éste o actuando en Eraserhead, dirigiendo algún episodio de la fracasada serie On the air y que años después serío el diseñador de producción de Una historia verdadera o Mulholland Drive, aparte de seguir trabajando con De Palma en Carrie.
Como decía antes El fantasma del Paraíso es, si no la mejor, una de las mejores obras de Brian De Palma, una mezcla de relatos clásicos y generos cinematográficos (terror, fantástico, humor -negrísimo- musical, drama...) con los delírios característicos del director, ya sea su fascinación por las dobles personalidades, homenajes hitchconianos o, aspectos más técnicos, los planos secuencias y la pantalla partida. Con un ritmo frenético que desde que aparece el logo de la Fox hasta su triste y psicodélico final (un final así solamente es posible en los 70 y no sólo por su estética) no deja lugar para el aburrimiento. Con una banda sonora espectacular mezcla de glam-rock y el pop más comercial, toda ella obra de ese pequeño gran compositor, Paul Williams.
Toda la producción puede destilar un tufillo que recuerde a The Rocky Horror Picture Show (que se rodó un año después de este Fantasma) o como mínimo las podemos meter en el mismo saco, aunque el film de De Palma es técnica y narrativamente infinitamente superior. En cuanto a la banda sonora lo dejaremos en empate técnico porque las dos son espectaculares.
A día de hoy nos hemos de conformar con la misma edición en DVD que los yankis, es decir, pelada con un triste trailer como extra. Por contra, los gabachos, que sí saben valorar las cosas y tienen buen gusto, disponen (y dispongo que para eso la tengo en mi casita) de la mejor edición, con dos discos y buenos extras retrospectivos y todo recogidito en un preciosos digipack troquelado. Vive la france et vive le rock!
martes, agosto 19, 2008
Mi obsesión por Helena
En el 93 (en estas tierras fue en el 94) cuando se estrenó esta Boxing Helena hubo mucho revuelo. Ya antes del estreno estuvo la polémica de Kim Basinger, que debería haberla protagonizado y en el último momento se apeó del proyecto teniendo que pagar más de 8 millones a los productores y declararse en bancarrota. Como decía, la peli creó mucha expectación en el momento de su estreno, y es que venía firmada por Jennifer Chambers Lynch, la hija de David, y en aquella época todavía estaba medianamente fresca la lynchmanía de un par de años antes gracias a Corazón salvaje y, sobre todo, Twin Peaks. Como toda buena peli precedida por expectación que se precie ésta no fue diferente y se pegó un barapalo impresionante, tanto crítico como económico.
La historia, escrita por Jennifer Chambers Lynch a finales de los 80, nos muestra la vida del doctor Nick Cavanaug, interpretado por Julian Sands de una forma patética, como el grueso de su filmografía, que pese a que le sonríe el éxito profesional en su vida amorosa el tipo las pasa canutas porque no acaba de consumar plenamente su matrimonio, vamos que no trempa por un trauma infantil a lo Edipo. Pero en el fondo el tío se pone a cien con una vampiresa con la que estuvo una noche, Helena (Sherilyn Fenn, que curiosamente hacía de femme fatale en Twin Peaks y tenía una breve aparición en Corazón salvaje) una tipa de armas tomar que usa a los hombres a su antojo sabedora de sus cualidades.
Así que Nick, obsesionado con ella, la medio engaña para que vaya a su casa y después de mucho paliqueo Helena se va y cuando está cruzando la calle ¡zas! pasa un todo terreno y se la lleva por delante.
Más tarde, despierta y se encuentra en casa de Nick, que ha tenido que amputarle las dos piernas. Y ahí la peli ya se pone enfermiza y agobiante, pero no se vayan todavía que aún hay más porque el doctor se encierra en su casa con Helena y desconecta teléfonos y pasa de ir a trabajar al hospital, y cuando te piensas que vamos a ver la versión recíproca de Misery va el tío y le corta los dos brazos, así, por la cara. Entonces ya te quieres morir y te entra muy mal rollo viendo a Sherilyn Fenn sin brazos y piernas en una silla (véase foto). Y entonces empieza todo el tema de prostituas, folleteos varios y Helena haciendo de voyeur. Y así todo el rato y decides aguantar hasta el final para ver como acaba y ahí es donde te la meten doblada porque todo lo que ha pasado ha sido un puto sueño del doctor Nick. ¿¡Pero esto qué es La invasión de los zombies atómicos!?
La peli, como muchas de principios de los 90, tiene un tufillo rancio ochentero sobre todo con el personaje de Bill Paxton que me lleva unas pintas de chulo-putas-gay y con un Art Garfunkel que no sabes muy bien que pinta en el film. Film que empieza muy flojo con esa estúpida trama de problemas metafísicos yuppies, luego, cuando llega todo el rollo amputación total, coge ritmo e interés pero al rato vuelve caer para descarrilar definitivamente, quedando en evidencia esas metáforas de planos de pájaros enjaulados y la Helena desmembrada, o la decoración de la casa compuesta por esculturas neoáticas con los que Jennifer juega a ser David.
Muy chunga, muy chunga y bizarra.
domingo, agosto 17, 2008
viernes, agosto 15, 2008
Street Fighter. La última batalla
En 1987 Capcom programó un videojuego llamado Street Fighter, el juego pasó sin pena ni gloria pese a que tenía buenas intenciones pero la tecnología de la época no permitía explotar al máximo sus buenas ideas. Años después, en el 91, Capcom volvió apostar por el juego y lanzó su secuela, Street Fighter II, y esta vez sí dieron en la diana y sacaron tanta pasta que la recaudación de las recreativas llegaron a sacar más que Jurassick Park del Spielberg.
Como apunte decir que años antes Capcom lanzó Final Fight, que mientras se desarrollaba tuvo el nombre de Street fighter 89 y tenía que ser la secuela (aunque pasaban de un one vs one a un beat 'em up), no hay más que ver muchos de los personajes que son muy similares a los del juego protagonizado por Ryu y Ken.
Un par de años después comenzaron a filmar pelis basadas en videojuegos con SuperMario Bros a la cabeza y como es natural siguieron por uno de los juegos con más éxito, Street Fighter II (un año después se realizaría la adaptación de Mortal Kombat).Y a los de la Columbia no se les ocurrió mejor cosa que darle 35 millones y la silla de director a Steven E. de Souza, que en los 80 tuvo su auge firmando los guiones de cosas como Límite 48 horas, Comando, Perseguido o las dos primeras entregas de Jungla de cristal, pero que ya en los 90 cayó en desgracia firmando los libretos de El gran halcón, Los Picapiedra o Juez Dredd.
En el reparto nos encontramos con Raul Julia (que fue su última peli en cine), Kyle Minogue y, por supuesto, Jean-Claude Van Damme que hacía del coronel estadounidense Guile; casualmente el primer éxito del belga fue Contacto sangriento en el 88 bajo el amparo de la Canon, donde interpretaba (es un decir) a un militar americano que va a China a participar en un torneo ilegal de full contact donde participan luchadores de varias nacionalidades, entre ellos un espanyol llamado Paco o un japonés que parece un luchador de sumo.
Y como ya sabemos los yankis son muy suyos y modificaron la historia a su antojo, que nos contaba como el ejercito de Shadowloo, capitaneado por el general M. Bison, se dedica a secuestrar a un grupo de personas para pedir un rescate a las Naciones Aliadas, y estos mandan un grupo, encabezados por el capitán Guile, para liberarlos.
La peli es mala, más que en los 90 parece hecha en los 80, si cambiamos a Van Damme por el tito Norris cuela perfectamente como un Desaparecido en combate. Batallas mal rodadas, maquillajes de risa, diálogos muy tristes, estética muy cutre... un auténtico despropósito. Y aunque pueda parecer lo contrario la película fue un exitazo recaudando más de 100 millones, pero todo el mundo era consciente que era tan mala que nadie picaría con una secuela, aún y así sacaron alguna que otra serie animada pero ya bajo el amparo de los japos que de esto ya saben algo más.
Pero como ahora ya han pasado unos añitos y nadie se acuerda de este despropósito los yankis ya han puesto la maquinaria a trabajar y el próximo año sacarán Street Fighter: The Legend of Chun-Li, con Moon Bloodgood y Michael Clarke Duncan y dirigida por el director de Domm, Andrzej Bartkowiak. Puede salir una buena mierda.
Y como ya sabemos los yankis son muy suyos y modificaron la historia a su antojo, que nos contaba como el ejercito de Shadowloo, capitaneado por el general M. Bison, se dedica a secuestrar a un grupo de personas para pedir un rescate a las Naciones Aliadas, y estos mandan un grupo, encabezados por el capitán Guile, para liberarlos.
La peli es mala, más que en los 90 parece hecha en los 80, si cambiamos a Van Damme por el tito Norris cuela perfectamente como un Desaparecido en combate. Batallas mal rodadas, maquillajes de risa, diálogos muy tristes, estética muy cutre... un auténtico despropósito. Y aunque pueda parecer lo contrario la película fue un exitazo recaudando más de 100 millones, pero todo el mundo era consciente que era tan mala que nadie picaría con una secuela, aún y así sacaron alguna que otra serie animada pero ya bajo el amparo de los japos que de esto ya saben algo más.
Pero como ahora ya han pasado unos añitos y nadie se acuerda de este despropósito los yankis ya han puesto la maquinaria a trabajar y el próximo año sacarán Street Fighter: The Legend of Chun-Li, con Moon Bloodgood y Michael Clarke Duncan y dirigida por el director de Domm, Andrzej Bartkowiak. Puede salir una buena mierda.
martes, agosto 12, 2008
Comedian
En 1998 la mejor sitcom de la historia, Seinfeld, bajaba el telón y su co-creador, guionista, productor, actor y vete a saber cuantas cosas más, Jerry Seinfeld, quiso volver hacer un tour con nuevos monólogos. Así que todo ese proceso fue grabado y más tarde editado dando lugar a este documental, Comedian. Dirigido por Christian Charles, uno de esos currelas de televisión que nunca ha hecho ni hará nada destacable salvo el trabajo que hoy nos ocupa, y rodado en vídeo digital-caspa dándole un aspecto granulado muy sordido durante casi nueve meses bajo el resguardo de la Miramax en el 2002. Durante su metraje veremos dos historias paralelas la de Seinfeld y la de Orny Adams, otro cómico.
En los fragmentos de Jerry Seinfeld vemos sus diferentes actuaciones en locales no de mala muerte pero sí muy senzillotes para lo que es él, hablo de bares donde te puedes estar tomando tu cerveza y tienes una actuación en directo (más en la línea de Eugenio) y no de la basura esa de El club de la comierda que se hace en un teatrillo con personajes de farándula del botijo y la pandereta.
Lo vemos entre bastidores, momentos antes de su show, pensativo, callado e incluso le niega una foto a uno de los empleados del local ya que está preparándose mentalmente para su espectáculo. Son momentos tremendamente curiosos ver que un tío considerado una de las leyendas de los stand-up en USA y habiendo fabricado una de las series de más éxito de la historia se tome tan en serio algo que para él es un hobby ya que no tiene ningún tipo de necesidad de hacer un tour en vivo. Otro momentazo es cuando se queda en blanco en medio de una actuación y tiene que sacar las chuletas pero aún y así es capaz de usar ese lapsus para reconducir la situación. Pero como él mismo dice por ser Jerry Seinfeld le darán el beneplácito de los primeros cinco minutos, luego, si no hay diversión, lo mandarán a la mierda. Y ahí es donde le vemos preparar sus números, buscando el lugar adecuado para cada chiste, metiendo alguna que otra novedad de la que ni él mismo sabe como funcionará; y todo ello mientras charla con cómicos de primer nivel como Ray Romano (el Emilio Aragón yanki que hizo aquella basura de Todo el mundo ama a Raymond), Jay Leno (que está obsesionado por que no le cierren su programa y acabar de segurata) o Chris Rock. Precisamente con este último es con quien tiene una de las mejores diálogos mientras conversan y alucinan como dos niños pequeños porque Bill Cosby sigue haciendo sus monólogos de más de dos horazas y el público se ríe a mandíbula batiente. Y, evidentemente, más tarde aparecerá Cosby in person. Todos estos detalles nos muestran a un Jerry Seinfeld muy humano, totalmente volcado en su trabajo, que lo único que le importa es hacer un buen show y que el público disfrute, lejos de cualquier actitud de divo.
Luego está la otra historia que se va entrelazando, la de Orny Adams. Un chaval jovencito que está empezando y destaca por ser un hijo de puta en potencia, que está más interesado en ser famoso que otra cosa, crítica a todo dios... Momentazos es cuando alguien del público le interrumpe y cuando acaba su espectáculo lo primero que hace es llamar a su madre y explicarle que un asistente le ha parado su show y trata al público de "montón de animales" (cosa que en un momento dado también hace Seinfeld), otra es cuando sale cagándose en toda su audiencia porque en un periódico han hablado de él y nadie lo ha leído.
Tambien nos explican sus primeros contactos con los managers (George Shapiro) más importantes para dar el salto a primera línea o cuando actúa en el programa de Letterman y le censuran un montón de palabras modificándole su guión y buscando desesperadamente palabras para suplir las eliminadas.
Sin duda un documental ameno, divertido, con mucho ritmo; donde no nos van a explicar como salvar las ballenas o hacer más pequeño el agujero de la capa de ozono, simplemente es el día a día de gente graciosa (o no) que intenta hacer reír.
En los fragmentos de Jerry Seinfeld vemos sus diferentes actuaciones en locales no de mala muerte pero sí muy senzillotes para lo que es él, hablo de bares donde te puedes estar tomando tu cerveza y tienes una actuación en directo (más en la línea de Eugenio) y no de la basura esa de El club de la comierda que se hace en un teatrillo con personajes de farándula del botijo y la pandereta.
Lo vemos entre bastidores, momentos antes de su show, pensativo, callado e incluso le niega una foto a uno de los empleados del local ya que está preparándose mentalmente para su espectáculo. Son momentos tremendamente curiosos ver que un tío considerado una de las leyendas de los stand-up en USA y habiendo fabricado una de las series de más éxito de la historia se tome tan en serio algo que para él es un hobby ya que no tiene ningún tipo de necesidad de hacer un tour en vivo. Otro momentazo es cuando se queda en blanco en medio de una actuación y tiene que sacar las chuletas pero aún y así es capaz de usar ese lapsus para reconducir la situación. Pero como él mismo dice por ser Jerry Seinfeld le darán el beneplácito de los primeros cinco minutos, luego, si no hay diversión, lo mandarán a la mierda. Y ahí es donde le vemos preparar sus números, buscando el lugar adecuado para cada chiste, metiendo alguna que otra novedad de la que ni él mismo sabe como funcionará; y todo ello mientras charla con cómicos de primer nivel como Ray Romano (el Emilio Aragón yanki que hizo aquella basura de Todo el mundo ama a Raymond), Jay Leno (que está obsesionado por que no le cierren su programa y acabar de segurata) o Chris Rock. Precisamente con este último es con quien tiene una de las mejores diálogos mientras conversan y alucinan como dos niños pequeños porque Bill Cosby sigue haciendo sus monólogos de más de dos horazas y el público se ríe a mandíbula batiente. Y, evidentemente, más tarde aparecerá Cosby in person. Todos estos detalles nos muestran a un Jerry Seinfeld muy humano, totalmente volcado en su trabajo, que lo único que le importa es hacer un buen show y que el público disfrute, lejos de cualquier actitud de divo.
Luego está la otra historia que se va entrelazando, la de Orny Adams. Un chaval jovencito que está empezando y destaca por ser un hijo de puta en potencia, que está más interesado en ser famoso que otra cosa, crítica a todo dios... Momentazos es cuando alguien del público le interrumpe y cuando acaba su espectáculo lo primero que hace es llamar a su madre y explicarle que un asistente le ha parado su show y trata al público de "montón de animales" (cosa que en un momento dado también hace Seinfeld), otra es cuando sale cagándose en toda su audiencia porque en un periódico han hablado de él y nadie lo ha leído.
Tambien nos explican sus primeros contactos con los managers (George Shapiro) más importantes para dar el salto a primera línea o cuando actúa en el programa de Letterman y le censuran un montón de palabras modificándole su guión y buscando desesperadamente palabras para suplir las eliminadas.
Sin duda un documental ameno, divertido, con mucho ritmo; donde no nos van a explicar como salvar las ballenas o hacer más pequeño el agujero de la capa de ozono, simplemente es el día a día de gente graciosa (o no) que intenta hacer reír.
lunes, agosto 11, 2008
jueves, agosto 07, 2008
Forbidden Zone (La zona prohibida)
A principios de los 70 existía un grupo teatral-musical llamado The Mystic Knights of the Oingo Boingo que había creado Richard Elfman. Un grupo disparatado que hacía performances musicales salpicadas de teatrillo, covers y cosas muy de la época.
Un buen día a Richard Elfman se le ocurrió la feliz idea de hacer una película y reflejar en ella todo el arte del grupo, así que cogió a los componentes, entre los que se encontraba su hermano Danny y que se haría cargo de la música (que muchas de sus melodías recuerdan a trabajos que vendrían en el futuro como Pesadilla antes de Navidad), amigos, amigos de amigos y a cualquiera que se cruzase por sus narices para que participaran en el film que él mismo iba a dirigir sin ningún tipo de experiencia en el campo. Además tambien se encargó del guión que firmó junto a Matthew Bright, Nick James y Nick L. Martinson que nos explicaban una historia muy influenciada por la Alicia de Carroll en la que la familia Hércules vive en una casa en la que en el sótano tienen la entrada a la sexta dimensión, un mundo que vive bajo el reinado de dos reyes chiflados que están más preocupados de cualquier tema sexual que de otra cosa. Y un día la hija de los Hércules, Frenchy, le da por bajar al sótano a rescatar a René un amigo de la escuela que está atrapado en ese otro mundo.
Explicado así puede parecer una historia convencional pero una vez visto lo visto uno no puede pensar que tipo de estupefacientes se meterían para rodar semejante locura, con reyes enanos, profesoras que dan clases mientras encañonan una escopeta, prisioneros con orejas de Mickey Mouse, el padre de la familia Hércules es un clon de Robert Crumb y todo ello con personajes salidísimos sexualmente hablando.
La película, totalmente amateur, comenzó a rodarse en 16 mm y se acabó en 35 mm, volviéndose a rodar parte del material pero de forma diferente, tardó 3 años en completarse con lo que podría ser un nuevo Eraserhead pero que después de su visionado uno no puede dejar de pensar en ella como el The Rocky Horror Picture Show de los 80. Con un presupuesto mínimo, tanto que su director vendió hasta su casa para acabarla y los decorados eran construidos y montados por los actores que tenían que hacer de todo; la prota, Marie-Pascale Elfman, que por aquella época era mujer de Richar Elfman, diseñaría y construiría los decorados, otro de los protas, Hervé Villechaize (que en aquel momento ya era conocido y muchos lo recordarán por interpretar al mayordomo cabrón de Cristopher Lee en El hombre de la pistola de oro o de ser entrevistado por la madre de Gurruchaga mientras hacía de mini-González) también acabó pintando los decorados con brocha gorda. Decorados con un claro diseño expresionista pero que no dejaban de ser de cartoon piedra pero tremendamente imaginativos como es la entrada a la sexta dimensión que no dejan de ser una lonas pintadas en forma de boca, todo el trayecto entre dimensiones son unas quilométricas tuberías que hacen la vez de intestinos y la salida, ya en la sexta dimensión, vuelven a ser lonas pero ahora pintadas como si fuesen un gran culo.
Uno de los elementos que más quebraderos de cabeza les dio fueron las animaciones que son bastante abundantes para un film amateur de apenas 70 minutos. Animaciones hechas por John Muto en un preciosista blanco y negro y muy influenciadas por las de Terry Gilliam.
Antes mentaba a The Rocky Horror Picture Show y no es una comparación gratuita. En el momento de su estreno, Forbidden Zone pasó muy de tapado y se le echó en cara sus escenas de chicas ligeras de cascos, que si era racista y cosas por el estilo. Luego con el paso del tiempo ha ido cogiedno su lugar como peli de culto, aunque no llegando a los extremos de TRHPS, que es la peli de culto por antonomasia.
Curiosamente mucha gente que participó en la peli pese a no ser gente de cine acabó haciendo carrera en el medio. No hace falta decir nada de Danny Elfman. Su hermano, Richard, luego dirigió cositas para tv y un telefilm que aquí se estrenó en cines, con Casper Van Dien, Revenant. Vampiros modernos.
Susan Tyrrell que en aquella época ya era una actriz destacada e incluso había estado nominada como actriz secundaria en los Oscars y luego estuvo en Los señores del acero o en Cry Baby.
Matthew Bright, que actuó y escribió el guión, además de poner el dinero que faltaba para acabarla, ha escrito y dirigido cositas como Guncrazy, con Drew Barrymore, Freeway, con K. Sutherland, Ted Bundy o la mentada Revenant.
John Nelson, que se encargó de los efectos visuales, ha ganado varios Oscars y ha estado detrás de los trucajes de Terminator 2, Gladiator, las secuelas de Matrix o Iron Man.
John Muto, que hizo las animaciones, se reconvirtió a diseñador de producción en pelis como Flores en el ático, Solo en casa o Species.
Justo después de acabar la peli The Mystic Knights of the Oingo Boingo acabó transformándose en Oingo Boingo a secas, dejando de lado todo el teatrillo y centrándose en un grupo musical al cien por cien. Con Richard fuera de escena el grupo estuvo formado por: Danny Elfman (que a mediados de los 80 ya se centró en su carrera en el cine), Steve Bartek, Richard Gibbs, Kerry Hatch, Johnny Hernandez, Leon Schniederman, Sam Phipps y Dale Turner hasta 1995, donde el grupo bajó el telón.
Un buen día a Richard Elfman se le ocurrió la feliz idea de hacer una película y reflejar en ella todo el arte del grupo, así que cogió a los componentes, entre los que se encontraba su hermano Danny y que se haría cargo de la música (que muchas de sus melodías recuerdan a trabajos que vendrían en el futuro como Pesadilla antes de Navidad), amigos, amigos de amigos y a cualquiera que se cruzase por sus narices para que participaran en el film que él mismo iba a dirigir sin ningún tipo de experiencia en el campo. Además tambien se encargó del guión que firmó junto a Matthew Bright, Nick James y Nick L. Martinson que nos explicaban una historia muy influenciada por la Alicia de Carroll en la que la familia Hércules vive en una casa en la que en el sótano tienen la entrada a la sexta dimensión, un mundo que vive bajo el reinado de dos reyes chiflados que están más preocupados de cualquier tema sexual que de otra cosa. Y un día la hija de los Hércules, Frenchy, le da por bajar al sótano a rescatar a René un amigo de la escuela que está atrapado en ese otro mundo.
Explicado así puede parecer una historia convencional pero una vez visto lo visto uno no puede pensar que tipo de estupefacientes se meterían para rodar semejante locura, con reyes enanos, profesoras que dan clases mientras encañonan una escopeta, prisioneros con orejas de Mickey Mouse, el padre de la familia Hércules es un clon de Robert Crumb y todo ello con personajes salidísimos sexualmente hablando.
La película, totalmente amateur, comenzó a rodarse en 16 mm y se acabó en 35 mm, volviéndose a rodar parte del material pero de forma diferente, tardó 3 años en completarse con lo que podría ser un nuevo Eraserhead pero que después de su visionado uno no puede dejar de pensar en ella como el The Rocky Horror Picture Show de los 80. Con un presupuesto mínimo, tanto que su director vendió hasta su casa para acabarla y los decorados eran construidos y montados por los actores que tenían que hacer de todo; la prota, Marie-Pascale Elfman, que por aquella época era mujer de Richar Elfman, diseñaría y construiría los decorados, otro de los protas, Hervé Villechaize (que en aquel momento ya era conocido y muchos lo recordarán por interpretar al mayordomo cabrón de Cristopher Lee en El hombre de la pistola de oro o de ser entrevistado por la madre de Gurruchaga mientras hacía de mini-González) también acabó pintando los decorados con brocha gorda. Decorados con un claro diseño expresionista pero que no dejaban de ser de cartoon piedra pero tremendamente imaginativos como es la entrada a la sexta dimensión que no dejan de ser una lonas pintadas en forma de boca, todo el trayecto entre dimensiones son unas quilométricas tuberías que hacen la vez de intestinos y la salida, ya en la sexta dimensión, vuelven a ser lonas pero ahora pintadas como si fuesen un gran culo.
Uno de los elementos que más quebraderos de cabeza les dio fueron las animaciones que son bastante abundantes para un film amateur de apenas 70 minutos. Animaciones hechas por John Muto en un preciosista blanco y negro y muy influenciadas por las de Terry Gilliam.
Antes mentaba a The Rocky Horror Picture Show y no es una comparación gratuita. En el momento de su estreno, Forbidden Zone pasó muy de tapado y se le echó en cara sus escenas de chicas ligeras de cascos, que si era racista y cosas por el estilo. Luego con el paso del tiempo ha ido cogiedno su lugar como peli de culto, aunque no llegando a los extremos de TRHPS, que es la peli de culto por antonomasia.
Curiosamente mucha gente que participó en la peli pese a no ser gente de cine acabó haciendo carrera en el medio. No hace falta decir nada de Danny Elfman. Su hermano, Richard, luego dirigió cositas para tv y un telefilm que aquí se estrenó en cines, con Casper Van Dien, Revenant. Vampiros modernos.
Susan Tyrrell que en aquella época ya era una actriz destacada e incluso había estado nominada como actriz secundaria en los Oscars y luego estuvo en Los señores del acero o en Cry Baby.
Matthew Bright, que actuó y escribió el guión, además de poner el dinero que faltaba para acabarla, ha escrito y dirigido cositas como Guncrazy, con Drew Barrymore, Freeway, con K. Sutherland, Ted Bundy o la mentada Revenant.
John Nelson, que se encargó de los efectos visuales, ha ganado varios Oscars y ha estado detrás de los trucajes de Terminator 2, Gladiator, las secuelas de Matrix o Iron Man.
John Muto, que hizo las animaciones, se reconvirtió a diseñador de producción en pelis como Flores en el ático, Solo en casa o Species.
Y a mí que siempre me ha recordado a Terrorvisión
Justo después de acabar la peli The Mystic Knights of the Oingo Boingo acabó transformándose en Oingo Boingo a secas, dejando de lado todo el teatrillo y centrándose en un grupo musical al cien por cien. Con Richard fuera de escena el grupo estuvo formado por: Danny Elfman (que a mediados de los 80 ya se centró en su carrera en el cine), Steve Bartek, Richard Gibbs, Kerry Hatch, Johnny Hernandez, Leon Schniederman, Sam Phipps y Dale Turner hasta 1995, donde el grupo bajó el telón.
lunes, agosto 04, 2008
Mil gritos tiene la noche
Probablemente la película menos sonrojante de Juan Piquer Simón, aunque eso tampoco quiere decir mucho.
También conocida como Chainsaw Devil, The Chainsaw Terror o Pieces, que es como fue estrenada en los USA con relativo éxito (para lo que era una serie Z a rebufo de la oleada de slashers y procedente de las españas más cañís) recaudó más de un millón de dólares y que en su posterior edición en vídeo llevaba la coletilla "del productor de Viernes 13".
La historia en sí no es que tenga algún agujero, es que toda la película por sí misma es un gran agujero negro, donde cuenta con las clásicas escenas estrambóticas del giallo pero de forma más chabacana y sin sus hallazgos visuales; por ejemplo la escena que la chica se mete en un minúsculo ascensor y parece que no se dé cuenta que el tipo que entra con ella es un enmascarado, con gabardina, enguantado y con una sierra eléctrica dispuesto a trocearla, con lo que ya entendemos que si algo no está dentro del plano es que no existe en el universo del film; o escenas a cada cual más demencial como la patinadora que se estampa contra un espejo o el profesor chino de kun-fú que se dedica a dar yoyas a todo el que pasea por el campus por la noche, eso por decir un par. Con la participación en el guión de nuestro amigo Aristide Massaccesi -alías Joe D'amato- (con lo que se explica lo absurdo del libreto) pero que esta vez firmaba como John Shadow, no sé si como coña ya que la imagen del phsico-killer remite directamente al personaje de Walter B. Gibson. Imágen que es el mejor hallazgo visual de la peli pero que no está apenas explotado, salvo en alguno de los carteles. Una lástima.
Vuelvo con Massaccesi, o mejor dicho, con su argumento que, curiosamente, Piquer Simón siempre ha dicho que se improvisaba sobre la marcha y que él mismo se encargaba de idear los asesinatos, pero bueno, este hombre siempre dijo que tuvo técnicos del Supermán de Richard Donner trabajando en Supersónic man, así que...
La historia va de un asesino que se dedica a descuartizar al personal en una universidad de Boston, la policía (Christopher George, con un look que parece el clon de Sánchez Dragó, y, como no, Frank Braña) le siguen los pasos junto con uno de los estudiantes. También anda por ahí el bueno de Paul Smith haciendo de conserje que le encoloman el muerto.
Además es que está muy mal explicada, porque se supone que el asesino está montando un puzzle con diferentes partes de sus asesinados (de ahí el título yanki) pero que apenas se explica, algo así pasó décadas después con el primer Saw.
Pero pese a todos sus absurdos, su cutrez, sus malos actores y su look cerdo (que en el fondo no deja de ser algo positivo) la peli es terriblemente disfrutable y divertida con sus chorretones de tomate.
Curiosamente la versión espanyola contaba con la banda sonora de Librado Pastor, que es toda a base de pianos y melodías bastante melancólicas y tristes con lo que acercaba la peli mucho más al giallo, mientras que la música en la versión yanki era totalmente diferente, con melodías erotiquillas con saxo para las escenas de despelote y con acordes machacantes hechos con sintetizador para las de las muertes, muy en la línea de los slashers del momento.
Según el propio Piquer, a finales de los 80 o principios de los 90, rodó unas escenas en las que el cadáver reconstruido forma parte de unos experimentos en un laboratorio y un guarda comienza a investigar. Este guarda era interpretado por ni más ni menos ¡Javier Bardem! Las escenas las movió buscando financiación para afrontar el rodaje pero la cosa no prosperó.
Esto es lo que contaba el propio director, pero a saber lo que es verdad porque ni el mismo se pone de acuerdo si Mil gritos tiene la noche era originalmente el guión de la segunda parte de La última casa a la izquierda o se lo ofrecieron después de Mil gritos.
Con la puesta de moda del termino Grindhouse ahora se dedican a recuperar todas estas caspas en DVD porque es muy cool y los yankis ya están preparando la edición 2 discos de Mil gritos tiene la noche. Puede molar.
sábado, agosto 02, 2008
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