A principios de los 90, cuando Antena 3 y Telecinco apenas tenían 3 o 4 años de vida y entre tarotistas y vendedores nocturnos del teletienda emitían mucho cine de fondo de catálogo, pusieron El diablillo caliente, eso sí, programada con su título original de Evil toons. Un servidor ni conocía la peli y, mucho menos, conocía al temible rey de lo zetoso Fred Olen Ray, es por eso que en cuanto leí en la sinópsis del periódico que en la película se mezclaba imagen real y animación ni me lo pensé dos veces. No recuerdo si me dormí o la quité al rato, lo que tengo claro es que lo que vi lo borré automáticamente del cerebro. Pero ya por aquellas tenía claro que cuando emitían películas con un planteamiento que parece interesante pero que ni sus protagonistas ni sus responsables son nombres conocidos y, sobre todo, que las ponían de madrugada, es que estábamos ante una mediocridad en el mejor de los casos. Y así siempre ha sido en la serie B/Z, que jugaban con un gimmick interesante que al final nunca cumplían. Porque aquí nos prometían toons, que al final era solo uno, y animación, que pasa del minuto y gracias.
Pero empecemos por el principio.
Fred Olen Ray salió de ver ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y no pudo evitar pensar en subirse al carro pariendo una versión low cost. Le enseñó un borrador de guión a Roger Corman con la intención que invirtiera 250 mil dólares en la producción, pero el productor tenía claro que Olen Ray no podía sacar una película mínimamente decente que mezclara imagen real y animación por tan poco dinero. Así que nuestro director decidió producirla él mismo pero haciendo una última jugada. Se fue a Paramax Pictures, donde Vicky Jill estaba produciendo Camp Fear (que aquí nunca nos llegó) y aprovecharse de la infraestructura de ese film.
De una producción de serie B (siendo muy generosos en el término) pasamos a una serie Z que se rodó en apenas 8 días del lejano mes de julio de 1990, usando sobrantes de celuloide y el equipo y decorados que estaba rodando Camp Fear.
¿Y qué pasó con la parte de animación? Siendo una zetada de Olen Ray de escasos 140 mil dólares no podíamos tener nada bueno. Apenas teníamos un personaje animado, diseñado por Chas Balum, que aparecía en pantalla minuto y medio Al menos esos escasos 90 segundos son decentes, siendo animados por John Dilworth, creador de Agallas el perro cobarde y animador de multitud de series y nominado a un Oscar. Pero la fusión entre imagen real y animación ya era otra cosa. Si ya en el film de Zemeckis había momentos que Bob Hoskins se notaba que iba por un lado y Roger Rabbit por otro, en Evil toons esa interacción es simple y llanamente nula.
Como bien se ha comentado alguna vez, estamos ante Evil dead meets Looney toons. Al menos esa sería la intención, luego los resultados son lo que son.
Pero las auténticas protagonistas son Monique Gabrielle, Madison y Barbara Dare, todas ellas actrices habituales en el cine X.
Evil toons es difícil de aguantar. Muy difícil. Al final estamos ante la clásica producción low cost que acontece en un espacio cerrado, con muy pocos personajes e interminables escenas de diálogos insulsos que no llevan a ningún sitio con el único objetivo de llegar a la duración standard de largometraje. Podríamos hacer muy fácilmente un sin fin de cortes para quedarnos en un corto de apenas 10 minutos y la historia sería exactamente la misma y mucho más entretenida. Pero lo dicho, esto es una zetada de Fred Olen Ray y aquí no se hacen concesiones al espectador salvo que alguna de las actrices enseñen las ubres a falta de escenas animadas.