domingo, diciembre 27, 2009
Masters del universo
En estos días, donde es frecuente ver en el asfalto mojado solitarios guantes de lana y hay mucha gente que va de un sitio a otro cargadas de sillas, uno no puede evitar acordarse de los juguetes de la infancia con los Masters del Universo y los Gijoe's a la cabeza.
Como de estos últimos la película que tienen es "demasiado" hasta para mí, mejor hacerlo del film de He-man y sus amigos.
Ni me planteo explicar la génesis de todo con el tema de Conan el bárbaro, Mattel y la Filmation, para eso ya están otros.
Edward R. Pressman, productor de El fantasma del Paraíso, El sumarino o Street fighter entre muchas otras, acababa de producir Conan el bárbaro y ante su éxito, que hizo florecer multitud de películas de espada y brujería (sobre todo mucha morralla italiana), se apresuró en comprar los derechos cinematográficos de los muñequitos que estaban haciendo furor en ese momento, Masters del universo.
Durante 4 largos años estuvo moviendo el proyecto por todas las productoras de Hollywood hasta que finalmente acabó asociándose con Menahem Golan y Yoram Globus, o lo que es lo mismo, la Cannon Group.
La Cannon era sinónimo de películas baratas, de rápida factura y aún más rápido consumo. Mucha película de acción protagonizada por Chuck Norris, de justicieros urbanos con Charles Bronson o aventureras de serie B (rozando la Z) con Richard Chamberlain. Por no hablar de la coproducción El tesoro de las cuatro coronas rodada en 3D y con Anita Obregón, aunque en este caso solo hicieron de distribuidores.
Intentaron limpiar su imagen produciendo películas de autor como El rey Lear de Jean-Luc Godard, El reportero de la calle 42 o una adaptación de Agatha Christie, Cita con la muerte, que por la época estaban muy en boga. Por no hablar de versiones de cuentos clásicos con actores de cierto (o no tan cierto) nombre como Caperucita roja, La bella y la bestia o Rumpelstiltskin a la estela del éxito de los que hizo para televisión Shelley Duvall.
El director elegido para dirigir el film fue el novato Gary Goddard, un tipo cuanto menos curioso ya que estaba metido en Landmark Entertainment Group, empresa que se dedicaba al diseño y construcción de parques de atracciones temáticos, y hará 4 o 5 años se desvinculó de la compañía para formar la suya propia, Gary Goddard Entertainment.
Lo primero que hicieron fue contratar a un puñado de ilustradores para que hicieran diseños de todo, personajes, vestimentas, decorados, armas, naves... El más conocido era Moebius, que se encargó, entre otras cosas, de los primeros bosquejos del castillo de Greyskull y los trajes de He-man y la Hechicera. Aunque lo único que apareció en pantalla surgido de su pluma fue el taller de Gwildor y los discos voladores con los que se desplazan los centuriones de Skeletor.
Después de más de 2 mil diseños echaron el freno de mano y comenzaron hacer las cosas con un poco más de cabeza cuando se dieron cuenta que Masters del Universo no era más que una película de Cannon, es decir, presupuesto ajustadísimo que tenía que lucir al máximo en pantalla.
Originalmente de un presupuesto de 17 millones de dólares se pasó a 22, un coste más o menos normal, lejos de los millones que costaba una superproducción de la época. Aún y así para la Cannon fue su película más cara.
Muchos fueron los cambios que aparecen en relación con la versión animada. Son más los personajes nuevos o totalmente rediseñados que los que respetan el original.
El Castillo de Greyskull no tiene nada que ver con el animado, que es una calavera con torres de vigilancia (cosa que nunca entendí, ya que al ser un castillo tan lúgubre parecía más el de Skeletor, pero en fin). A He-man lo respetaron bastante y simplemente le añadieron una capita, mientras a la Hechicera, que originalmente llevaba un traje al más puro estilo Condorman, aquí parece la Estatua de la Libertad.
A Man-At-Arms le respetaron bastante el atuendo, no así a su hija Teela ni a Evil-Lyn que no tenían nada que ver. Es curioso que en la serie de dibujos muchas de las féminas lucían prendas de vestir minúsculas dejando poco o nada a la imaginación y que en esta versión a imagen real vayan tapadas hasta el cuello.
Algo así le pasó a Skeletor, que de ir en calzoncillos le metieron un traje negro que hasta tenía lucecitas en los guantes, y ni hablemos de la armadura dorada que luce al final.
Luego se sacaron de la manga nuevos personajes, detalle que siempre viene bien para vender más muñecos.
Teníamos al inventor Gwildor, que desempeñaba el rol de resorte cómico como hacía en los dibujos el personaje del mago Orko (que hoy sería totalmente hecho por ordenador). Y en el bando de los malos se inventaron a tres mercenarios llamados Saurod, Blade y Karg, también les acompañaba Beastman que no se parecía en nada al original.
Y hasta ahí todo lo que se mantuvo, porque, para empezar, apenas vemos Eternia que se limita a un par de tomas con un escenario desolador porque es un simple desierto. O el interior del castillo del que sólo vemos esa especie de sala de trono donde se nota que en su mayoría es un fondo pintado (al igual que la fachada del castillo), por no hablar de las estatuas que debe ser cosa del mármol de Eternia porque cuando caen al suelo ni se rompen y encima rebotan.
O más descarado era el detalle que casi toda la película pase en la Tierra con el consiguiente ahorro en decorados. Además, nos encontramos el clásico fallo (por llamarlo de alguna forma) de este tipo de films donde nunca vemos gente en las calles y los locales que visitan están siempre desolados. Otro truco ramplón es que, al principio del film, después de unos títulos de crédito que recuerdan a los de Superman incluso en la música de Bill Conti, nunca vemos la supuesta invasión por parte del ejercito de Skeletor, simplemente lo explica uno de los personajes más adelante.
Tan mal de dinero estaba el asunto que antes de finalizar el rodaje se canceló la filmación, y dos meses después, ante la imposibilidad de hacer un montaje coherente con el material rodado, dieron luz verde a rodar algunas escenas que faltaban. Entre ellas la pelea final entre He-man y Skeletor, donde originalmente éste último tenía que salir despedido por el gran ojo, pero durante el parón de la filmación ese decorado se desmontó y tuvieron que improvisar la caída por una especie de fosa. Además, el que en esa escena final hubiese esa extraña iluminación no era más que un truco para disimular que apenas tenían decorado donde rodarla.
Junto a la película apareció la correspondiente versión en cómic, que apuntaba detalles que aparecían en el guión pero que nunca fueron rodados. Por ejemplo, la pelea final entre He-man y Skeletor acurre en la azotea del Castillo o más interesante era el detalle que en las catacumbas de Grayskull encuentran una bandera americana y otra de la Nasa con fecha de 2221, que nos daría a entender que los habitantes de Eternia eran descendientes de humanos, una especie de vuelta de tuerca de El planeta de los simios, quien sabe si la vestimenta de la Hechicera era otro guiño más. Y es que la primera versión del guión que escribió David Odell era mucho más fiel a los dibujos, entre otras cosas la madre de He-man revelaba que procedía de la Tierra (esto ya ocurría en la serie), aparecía el escondrijo de Skeletor, la Montaña de la Serpiente, y había muchas más secuencias en Eternia.
Aunque sin duda si hay una película de la que Masters del universo chupa (y mucho) es de Star Wars. No sólo porque Skeletor se parece más a Darth Vader que a su versión animada, todo su ejercito son una especie de soldados troopers pero de color negro, que, al igual que los de las películas de Lucas, son incapaces de acertar ningún disparo y por contra se los llevan todos. O la frasesita con copyright de la película, "Buen destino", demasiado descarado al "Que la fuerza te acompañe". También es muy semejante la nave que transporta a Skeletor a la Tierra con la que usaba Jabba en El retorno del Jedi.
Un detalle, durante la producción de la película Mattel hizo un sorteo, el ganador participaría en la película en una de las secuencias que suceden en la Tierra. El ganador del sorteo fue un tal Richard Szponder, pero como ya habían rodado todas las secuencias en la Tierra se optó por ponerle una máscara y que fuera el personaje que le da el báculo a Skeletor casi al final de la película (véase la foto inferior). El papel salió acreditado en los títulos de crédito como Pigboy. No sé yo si valió la pena ganar el concurso.
Y aún dicho lo dicho Masters del Universo no es un bodrio, es una película bastante disfrutable, con mucho ritmo. Además se enriquece con un gran malo como es Skeletor, que da auténtico miedo y se pasa todo el metraje soltando frases lapidarias ("He de poseer todo o no poseeré nada", "La oscuridad te envuelve ahora en su manto", "A todo me atrevo", "Todo le llega al que sabe esperar") con aire shakespeariano. Dolph Lundgren, que estaba viviendo cierta fama gracias a Rocky IV, no es un mal He-Man (pese a que reniegue del film, curiosamente Langella dice que Skeletor es su papel favorito) dentro de lo planísimo que es su papel, casi de mera comparsa, aunque, por otra parte, en los dibujos casi tenían más protagonismo los demás personajes que el propio He-Man.
Con muy poca diferencia de tiempo, la Cannon estrenaría Superman 4. En busca de la paz, con la idea de que tanto ésta como Masters del universo serían bombazos de taquilla y con las recaudaciones hacer una superproducción con Spiderman, del que poseían los derechos.
Ni Masters del Universo ni Supermán 4 fueron esos grandes éxitos y el Spiderman de la Cannon cayó en el olvido.
Aún y así, al no funcionar tan mal la película de Goddard, contando los millones recaudados en cines más lo que salió del vídeo, se plantearon una secuela de la que Albert Pyun escribió el borrador con intención de dirigirla él mismo a la vez que Spiderman y con el surfista Laird Hamilton como He-Man. Por desgracia, y ya habiendo empezado la preproducción con algunos decorados y parte del vestuario construidos, perdieron los derechos de la franquicia. Así que para poder aprovechar lo gastado se reescribió el guión y todo el proyecto acabó siendo Cyborg con J.C. Van Damme.
viernes, diciembre 11, 2009
He visto El exorcista 167 veces y cada vez que la veo la encuentro más graciosa
Hace varios meses puse el trailer original de Batman, que tenía la curiosidad que las voces no eran las que acabaron apareciendo en la versión doblada.
Ahora le toca el turno a Bitelchús. Aquí las voces que no acabaron en el doblaje definitivo son las de Alec Baldwin y Geena Davis. Si bien es cierto que la de Beetlejuice sí es la correcta se pasan por el forro varias de sus frases y acaba diciendo lo que le da la gana.
Ahora le toca el turno a Bitelchús. Aquí las voces que no acabaron en el doblaje definitivo son las de Alec Baldwin y Geena Davis. Si bien es cierto que la de Beetlejuice sí es la correcta se pasan por el forro varias de sus frases y acaba diciendo lo que le da la gana.
sábado, diciembre 05, 2009
Casa de papel (Paperhouse)
Anna es una niña que tiene de forma periódica desmayos. Pero no unos desmayos cualquiera. Durante estos momentos de inconsciencia es capaz de vivir dentro de un dibujo que ha hecho, un gran prado donde sólo hay una casa.
Todo lo que dibuja en el mundo real aparece en sus sueños, dibuja un naranjo para el jardín de la casa e incluso un niño llamado Marc para que le haga compañía que le advertirá del peligro que corre en ese lugar.
Paralelamente, en el mundo real, Anna se entera que su médica tiene otro paciente, un niño que también se llama Marc que está terriblemente enfermo.
¿Es el Marc del mundo real el mismo que el de los sueños de Anna? ¿A que peligro se refiere Marc en el mundo onírico de Anna?
Casa de papel es de esas películas que ves de chaval, pasan los años y todavía tienes pequeños flashes de ella en la memoria. Sí, es de esas películas que desprenden cierto malrollismo en algunas de sus escenas, unas sensaciones que traspasan las imágenes y se te meten dentro de la cabecita y te van rascando con la uñita el hemisferio derecho poco a poco, poco a poco. Sin prisa pero sin pausa.
Paperhouse es casi una vuelta de tuerca (o más bien el reverso tenebroso) de Otto es un rinoceronte (que también está basada en un libro), aunque la película danesa es, aún entrando en el fantastique, 100% infantil. Allí un lápiz procedente del espacio (sic) era capaz de materializar todo lo que fuese dibujado con él, mientras que en Casa de papel todo lo que dibuja el personaje de Anna, aún sin usar ningún tipo de utensilio "mágico", aparece en su mundo onírico.
Varias son las escenas que nos producen malestar en ella, como el hombre sin cara que se nos presenta como una silueta en el horizonte, escenas que van apareciendo en pantalla poco a poco creando ese mal ambiente en un crescendo hasta el final.
Es cierto que usa elementos similares a las pesadillas de Freddy pero ni es la misma liga ni el mismo deporte. No tenemos monstruosos, ni sustos de esos con subidón de música. Aquí la cosa es más poética, ¿será porqué es inglesa?
Sí que es cierto que, en su tramo final, entra dentro de ese juego de "malo persigue a protagonista en el clímax final" a modo de peaje que hay que pagar.
El film está basado en el libro Marianne dreams de Catherine Storr, escritora que en los 50 consiguió cierta popularidad por sus libros de corte infantil pero, a la vez, bastante perversos.
Y no era la primera vez que se llevó a la pantalla, ya a principios de los 70 se hizo una miniserie bajo el título de Escape into night (que aquí ni llegaría), 6 episodios rodados en color, aunque actualmente sólo se conserva una versión en blanco y negro, que, pese a contar con unos medios ínfimos, dicen que eran bastante más aterradora e inquietante que la película del 88.
Hay que decir que a la autora nunca le gustó la versión cinematográfica, especialmente por su final, que no tenía nada que ver con el de la novela. Además en esta nueva versión dejaban de lado al hombre que tiene piedras en lugar de ojos. ¿Un precedente a los botones de Los mundos de Coraline?
La película fue dirigida Bernard Rose que salió, como aquel que dice, de la nada y casi que se quedó ahí. Comenzó con un par de pelis sin interés, después de Paper house se fue a USA e hizo Candyman, Amor inmortal (que tiene tela) y de ahí volvió a su cueva hacer peliculitas sin más interés.
Ahora tiene pendiente de estreno una comedieta con... Elsa Pataky. Que el Señor nos asista.
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