domingo, octubre 30, 2011
jueves, octubre 27, 2011
Gnomo cop
Me lo veo venir. Más de uno dirá: "¡Gnomo cop! Que buena. Super divertida. Que risa con lo del pupus y los escupitajos." Pues nada más lejos de la realidad, Gnomo cop es muy mala, no hay nada más que hablar.
Parece mentira que Stan Winston dirigiera este film que debe ser la película que más emitió Antena 3 los sábados al mediodía en la década de los 90.
Stan Winston y el gnomo (ojo, que va con g)
A Winston no hace falta presentarle como uno de los más grandes en tareas de maquillajes y efectos especiales, pero quizá su labor como director sea más desconocida para el gran público.
En el 88 estrenaría Pacto de sangre (Pumpkinhead), la película, de escaso presupuesto que ha ido consiguiendo cierto culto con los años, era un estreno muy coherente: monstruito demoníaco, sangre y venganzas. Todo ello producido por Dino DeLaurentiis que le dijo: "Recuerda, chico, lo más importante es la cara del monstruo". Winston se lo miró pensando "algo sé de monstruos".
El primer contacto que Winston tuvo con Gnomo cop fue durante el rodaje de Una pandilla alucinante, en el que uno de los productores, Peter Hyams, le dijo que leyera el guión cuando simplemente se titulaba Gnome, lanzándole infinidad de preguntas sobre como haría al gnomo.
Peter Hyams acabó desentendiéndose del proyecto pero Winston siguió ahí, básicamente intrigado en como conseguir hacer un gnomo de medio metro que resultara creíble.
La historia de un gnomo que vive en el subsuelo y sale al exterior a cargar con energía solar un cristal que mantiene con vida a su pueblo para luego verse metido en medio de una operación policial y acabar siendo el principal testigo, es tan sumamente ingenua, tanto en su planteamiento, y desarrollo que cuando la veamos nos preguntaremos si no hemos sintonizado el Disney Channel.
Gnomo cop fue pasto de "la maldición Winston" como él mismo decía. Ya que justo después del estreno de Pacto de sangre la productora de DeLaurentiis quebró y cuando su segundo film estaba a punto de estrenarse, Vestron Pictures, su productora, cayó en bancarrota. Eso hizo que el film apenas se viese en festivales y no fue hasta 1992 (3 años después que empezara la preproducción) que se estrenó directamente a vídeo. Curiosamente fue Carolco quien la distribuyó y, como bien es sabido, ésta desapareció a mediados de los 90 por sus problemas económicos.
Este intento de refrescar el género de buddy movie añadiéndole un gnomo al poli de turno acabó siendo el segundo y último trabajo de Winston como director, al menos en lo que a largometrajes se refiere, ya que luego se puso tras las cámaras en el videoclip Ghosts, de Michael Jackson, y en el chorto de Terminator 2 3D.
En el 88 estrenaría Pacto de sangre (Pumpkinhead), la película, de escaso presupuesto que ha ido consiguiendo cierto culto con los años, era un estreno muy coherente: monstruito demoníaco, sangre y venganzas. Todo ello producido por Dino DeLaurentiis que le dijo: "Recuerda, chico, lo más importante es la cara del monstruo". Winston se lo miró pensando "algo sé de monstruos".
El primer contacto que Winston tuvo con Gnomo cop fue durante el rodaje de Una pandilla alucinante, en el que uno de los productores, Peter Hyams, le dijo que leyera el guión cuando simplemente se titulaba Gnome, lanzándole infinidad de preguntas sobre como haría al gnomo.
Peter Hyams acabó desentendiéndose del proyecto pero Winston siguió ahí, básicamente intrigado en como conseguir hacer un gnomo de medio metro que resultara creíble.
La historia de un gnomo que vive en el subsuelo y sale al exterior a cargar con energía solar un cristal que mantiene con vida a su pueblo para luego verse metido en medio de una operación policial y acabar siendo el principal testigo, es tan sumamente ingenua, tanto en su planteamiento, y desarrollo que cuando la veamos nos preguntaremos si no hemos sintonizado el Disney Channel.
Con unos medios más que justitos, que hacen que la línea de la serie B con el telefilm sea más que difusa, la película solo llama la atención por ver a un gnomo (que siempre me ha recordado al gelfling de Cristal oscuro) moverse de forma robótica, decir cuatro tonterías y hacer el simpático.
Y del elenco simplemente decir que sigue la misma línea: Anthony Michael Hall, que poco después sería el malo de Eduardo Manostijeras (curiosamente otra creación de Winston), Claudia Christian, una habitual en las cult movie de serie B (Arena, ring de las galaxias o Hidden) y la mandíbula cuadradísima de Robert Z'Dar, más conocido como Maniac Cop.
Gnomo cop fue pasto de "la maldición Winston" como él mismo decía. Ya que justo después del estreno de Pacto de sangre la productora de DeLaurentiis quebró y cuando su segundo film estaba a punto de estrenarse, Vestron Pictures, su productora, cayó en bancarrota. Eso hizo que el film apenas se viese en festivales y no fue hasta 1992 (3 años después que empezara la preproducción) que se estrenó directamente a vídeo. Curiosamente fue Carolco quien la distribuyó y, como bien es sabido, ésta desapareció a mediados de los 90 por sus problemas económicos.
Este intento de refrescar el género de buddy movie añadiéndole un gnomo al poli de turno acabó siendo el segundo y último trabajo de Winston como director, al menos en lo que a largometrajes se refiere, ya que luego se puso tras las cámaras en el videoclip Ghosts, de Michael Jackson, y en el chorto de Terminator 2 3D.
martes, octubre 25, 2011
Mi novia es una extraterrestre
Aunque ahora está un poco desaparecida, Kim Basinger pilló unos cuantos años donde metió la cabeza en las películas que reinaban en las carteleras: Nueve semanas y media. Atrapados sin salida o Una cita explosiva, hasta que comenzó a dejar ese lugar privilegiado a partir de Cool World.
Pero justo en su momento de más esplendor, en 1988, apareció en esta comedia junto a Dan Aykroyd, sin duda que con intención de repetir en la comedia después de la que protagonizó junto a Bruce Willis, y deshacerse de su imagen de mujer fatal.
Aykroyd ejerce aquí de un científico muy en la línea del que ya interpretó en Los cazafantasmas, pero aquí, en lugar de buscar vida en el más allá, la busca en otras galaxias. Intentando mandar una señal a otro planeta y por un cúmulo de circunstancias (lluvia, unos botones metálicos en el lugar menos indicado, o sea, esas cosas que solamente pensábamos que pasaban en las pelis de Kurt Russell en Disney) hace que la señal llegué a otra galaxia, pero con tal mala fortuna que, por cuestiones que nunca explican en la película, pone en peligro un planeta habitado. Los seres que viven allí mandan a Basinger para que Aykroyd vuelva a mandar otra señal, que será la única manera de evitar la destrucción del planeta.
El embolao fue dirigido por Richard Benjamin, actor ocasional (La pareja chiflada, Desmontando a Harry) que a como director se ha especializado en comedietas amables (Esta casa es una ruina, Air America), aunque de vez en cuando se ha marcado algún thriller (Espías sin identidad) y tuvo aquel fracaso de Ciudad muy caliente con los colosos Reynolds and Eastwood.
Es muy curioso que la idea del film ya circulaba por Hollywood a principios de los 80, pero que en sus inicios fuese más orientada al cine de terror con una perversa madrastra alienígena.
La película combina efectos y trucajes más que correctos (toda la parte de la nave espacial) con otros bastante abominables (¡esos cromas!). Y luego hay que darle de comer a parte el bolso parlante, que es para darle a comer aparte, una suerte de muppet que nunca me ha quedado claro si es que se quisieron reír del personal o es que no les quedaba ni un céntimo para hacerlo.
En cuanto al reparto poco que destacar aparte de Aykroyd y Basinger, el debut en el cine de Juliette Lewis. Pero el rey de la función y que termina comiéndose todos los planos donde aparece es John Lovitz, un actor buenísimo que no ha recibido la cancha que merece. Sin duda su personaje es el más cachondo y divertido de la función, un hermano calavera que se dedica a ir de ligón a lo Travolta pero que en realidad es un hortera de cuidado. No me extrañaría que estuviese inspirado en el Larry Laffer.
La película, filmada en los estudios de la Fox, donde se construyeron la nave de Kim Basinger o una enorme antena satélite, acabó siendo un batacazo en la taquilla americana, donde apenas recaudó la mitad de los 20 millones que costó.
En Spain la distribuidora fue un poco más lista y no la estrenó hasta julio del 89, basicamente para aprovecharse del estreno americano de Batman en donde también teníamos a Basinger luciendo palmito.
Mi novia es una extraterrestre ha perdido muchísimo con el tiempo. De ser una comedia más o menos simpaticona ha terminado oliendo a rancio dos décadas después, con gracietas que algunos reirán y a otros les parecerá de vergüenza ajena. Pero es general de eso se trata el síndrome Aykroyd, un humor tan suyo que solamente lo entiende él.
jueves, octubre 20, 2011
Dentro del laberinto
De Henson a Henson y tiro porque me toca. Nada más terminar Cristal oscuro nuestro titiritero favorito comenzó a darle vueltas a otra película, básicamente era ir un poco más allá de la película 100% de muppets y añadirle personajes humanos.
Para ello volvió a contar con la colaboración de Brian Froud creando los diseños de goblins y demás seres fantásticos que aparecen en el film, además de aportarle la idea inicial (un bebé rodeado de goblins), y, en el último momento, dándole las riendas del guión al Monty Phyton Terry Jones que trabajaría sobre la primera versión que había ideado el propio Henson y Dennis Lee, que años después se encargaría de la música y canciones de Fraggle Rock.
Además, aprovechando la amistad que tenía con George Lucas a raíz de haber participado en la creación de Yoda, consiguió que éste se metiera en la producción a través de Lucasfilm.
Dentro del laberinto cuenta la historia de Sarah, la clásica adolescente con sus problemas internos que prefiere refugiarse en su mundo de fantasía que vivir la vida real. Harta que sus padres la traten como a una niña y que además la tengan como la niñera de su hermano pequeño. Una noche entre los lloros de éste, pide al rey de los goblins que se lo lleve. Cual será su sorpresa cuando el mismísimo rey haga acto de presencia para llevárselo. La única forma que tendrá Sarah de recuperar el bebé es llegar hasta el mismísimo castillo de los goblins, que yace en el centro de un laberinto.
5 meses de rodaje en los estudios Elstree en Londres después de más de 2 años de preparación, la participación de casi 700 personas (entre ellos de Ron Mueck) y 25 millones de dólares es lo que necesitó Henson para llevar a buen puerto su proyecto, un cruce entre Alicia en el país de las maravillas, Blancanieves y El mago de Oz, que tiene muchas reminiscencias a la serie de animación que idearía el propio Jones una década después y que tendría una adaptación en forma de aventura gráfica para PlayStation y Sega Saturn, Blazing Dragons.
Sin duda este film es mucho más redondo que Cristal oscuro, para ello Henson se valió de aportarle un tono menos oscuro (al menos a simple vista) dándole un envoltorio más comercial, cosa que, sin duda, viene marcada por la participación de George Lucas.
Pero al igual que en su anterior film, aquí no se escatima en medios y cada uno de sus planos derrochan vida por los cuatro costados, haciendo que nos olvidemos por completo que estamos viendo un film de marionetas y gente disfrazada. Y aunque a sus decorados se les nota su condición de cartón piedra, eso ayuda a darle una atmósfera irreal.
Quién puede olvidarse de Ludo, el hedor eterno, Didymus, Ambrosius, las aldabas parlantes, ¡el pijama a rayas del bebé Toby! (que era el hijo del ilustrador Brian Froud), el gusanito que te invita a tomar el té... es comenzar a recordar toda la fauna que pulula por la película y no parar.
Un acierto y una apuesta valiente fue poner una popstar como malo de la función, aunque no creo que David Bowie y sus mallas fueran la mejor elección hay que reconocerle que mantiene el tipo y se encarga de un buen puñado de canciones pegadizas. !Y es que hay que dice que Dentro del laberinto es un musical! Que cosas tienen algunos.
Sólo un aspecto negativo más. El final y su asalto en plan guerrilla al castillo. Un poco más y nos encontramos por ahí a Annibal Smith y su puro.
Por mucho que nos pese, en USA fue un fracaso, logrando recaudar solamente la mitad de su presupuesto (25 millones de dólares), aunque en otros países, como Japón, tuvo cierto éxito
Después de este film Henson nunca más volvió a dirigir en el cine y siguió con otros proyectos televisivos, básicamente porque su fracaso económico lo desmoralizó y lo llevó a una depresión. A saber que más tenía que decir en el mundo del celuloide.
martes, octubre 18, 2011
Cristal oscuro
Primera película dirigida por Jim Henson a medias con Frank Oz, que también era su debut en la dirección, que acabaría promocionándose como el primer film de acción real en el que no aparece ningún humano.
Si lo normal es que un proyecto parta de un guión y a partir de aquí se siga con el diseño de personajes y decorados (diseño de producción que se llama) en el caso de Cristal oscuro fue al revés. Henson había quedado fascinado por unos trabajos del ilustrador inglés Brian Froud y le encargó varios diseños de criaturas. A partir de esos bocetos, Henson iría tramando el argumento.
Un argumento que nos remitía a las clásicas historias plagadas de seres mitológicos, todo muy al estilo Tolkien. En el caso de Cristal oscuro tenemos un mundo habitado por los místicos, seres bondadosos que siempre están en meditación, y los skeksis, los malos de la función que dominan el mundo, dos razas que antaño fueron una, los urskeks, pero la rotura del cristal oscuro los dividió.
Una profecía dice que cuando aparezca la conjunción de los 3 soles un gelfling reparará el cristal y todo volverá a su armonía, es por eso que los skeksis se dedican a exterminar a esta raza. Pero lo que ellos no saben es que un gelfling vive con los místicos, que le marcarán el camino a seguir para que recupere la parte del cristal perdida y la recomponga.
Sin duda ese argumento es el punto flaco del film, todo planísimo. Los buenos son muy buenos y los malos son muy malos; y el macguffin tampoco es para tirar cohetes, lo hemos visto mil veces: el protagonista ha de llevar un objeto a un punto determinado para que desencadene el final de una era.
Pero por suerte tenemos el aspecto visual, que eso ya es otro cantar, amigos. Decir que cada elemento de cada unos de los disfraces/marionetas están cuidados al detalle es quedarse corto. La cantidad de detalles que vemos en cada plano rebosan vida por los cuatro costados. Simplemente viendo son primeros 5 minutos, donde el skeksis emperador muere es para quitarse el sombrero o la gorra.
Tal fue el nivel de querer dar veracidad a la mitología del film que llegaron intentar inventar un lenguaje propio para los skeksis, pero el hecho de tener que subtitular esas partes hicieron que se lo replanteasen. Sin duda, los 5 años que emplearon en hacer la película están justificados al máximo.
Una cosa que me parece muy bien vista por Henson es que pese a ser su debut cinematográfico llevó la producción a su terreno, con lo que la película se nutre de ello. Al igual que Frank Oz, que con el tiempo se labró una filmografía como director más que cuca: La tienda de los horrores, Un par de seductores, Bowfinger o The score.
El film siempre ha tenido esa áurea oscura (nunca mejor dicho) de peli incomprendida que fracasó en su momento, aunque esto último hay que coger con pinzas ya que cosechó más de 40 millones habiendo costado 15 (aunque se dice por ahí que realmente fueron 25 millones).
Sin duda su fama viene marcada por su estética, terriblemente sombría y tétrica, demasiado para una película de "muñecos" que se vendía enfocada a un público infantil. Sus personajes son puramente grotescos, a excepción de sus protagonistas, los gelfling, que son los más humanoides del film, aunque por contra son los más sosos y robóticos.
Pero ya en su momento la película debió tener algo especial cuando alguna edición en VHS llegó a incluir un making of, cosa poco habitual en los 80.
Cristal oscuro siempre me ha recordado a Tron, películas que en su momento no fueron entendidas por la gran masa y no acabaron de funcionar del todo, pero que décadas después fueron pasto del culto impartido por los que en su momento les dieron la espalda y que, como en el caso del film de Steven Lisberger, acabó teniendo un (flojísimo) remake/secuela. Y en el caso del film de Henson & Oz hace años se habla de una segunda parte llamada The Power of the Dark Crystal. Y para qué, me pregunto. Si ahora la harán toda hecha por ordenador.
jueves, octubre 13, 2011
Això no pot fer-se per televisió
Hacía más de una década que por la cabeza me venían imágenes perdidas de un programa televisivo que veía por las mañanas en televisión. Lo recordaba muy vagamente, pero a la mente me venías flashes de la realización de un programa de televisión hecho por niños y/o adolescentes a los que con mucha asiduidad les tiraban a la cabeza un cubo con algún líquido viscoso.
Pero una de las cosas que me dejaban alucinado es que de vez en cuando alguien del programa se dirigía a la cámara y nos daba a elegir entre dos opciones, según lo que eligiésemos debíamos tocar un botón u otro de los que aparecían en pantalla. En la época yo tendría 10 añitos pero ya era más que consciente que aquello era un rollo patatero porque ni el programa era en directo y mucho menos era de aquí y ni un crío se tragaría lo de tocar un botón en la pantalla. ¡Pura televisión interactiva!
Pero claro, con tan pocos datos conseguir sacar el título era una misión imposible, así que ya llevaba años resignado, dando por hecho que nunca me enteraría con que programa me entretenía antes de ir al colegio a las 9 de la mañana.
Hasta que, el otro día, visitando una de esas webs americanas que taaaanto me gustan que se dedican a meter imágenes retro/vintage, sobre todo de los 80, me encuentro la foto que hay un poco más abajo y mi cerebro comienza acosarme con flashbacks.
El programa se llamaba You Can't Do That on Television y estuvo en antena desde 1979 hasta 1990 en las pantallas canadienses para pasar al Nickelodeon americano. Los 30 minutos de duración se abrían con unas animaciones puramente Terry Gilliam y era un compendio de gags y bromas hechas por chavales que cada vez que decían "no lo sé" les caía encima el chorrazo viscoso.
Después de bastante investigación di con el título con el que se pasó por estas tierras: Això no pot fer-se per televisió.
Se emitió los mediodías del verano de 1990 en la 2 (Tv2) en su desconexión en Catalunya, aunque yo lo descubriría allá por el 91 a las 7.30 de la mañana, así que es normal que el texto comentado le sonará a chino a todo el mundo. Entre otras cosas porque a esas horas y encima emitiéndose por la 2 en el circuito catalán como que no debía tener muchos seguidores. Aunque hay que decir que un año antes, en verano de 1990 se emitía al mediodía.
Los noventa acababan de empezar y todavía no eramos conscientes que todo aquel mundo preadolescente y lleno de jolgorio y felicidad se acabaría; una época que mascábamos chicles Cheiw, teníamos nuestros caramelos Chimos, Chispas era nuestra primera colonia (tanta "CH" en los nombres de esos productos me hacen pensar que había una mano negra detrás de todo) y todavía no nos habíamos preguntado porqué las tías de Friends siempre van empitonadas (entre otras cosas porque la serie aun no existía).
Pero claro, con tan pocos datos conseguir sacar el título era una misión imposible, así que ya llevaba años resignado, dando por hecho que nunca me enteraría con que programa me entretenía antes de ir al colegio a las 9 de la mañana.
Hasta que, el otro día, visitando una de esas webs americanas que taaaanto me gustan que se dedican a meter imágenes retro/vintage, sobre todo de los 80, me encuentro la foto que hay un poco más abajo y mi cerebro comienza acosarme con flashbacks.
El programa se llamaba You Can't Do That on Television y estuvo en antena desde 1979 hasta 1990 en las pantallas canadienses para pasar al Nickelodeon americano. Los 30 minutos de duración se abrían con unas animaciones puramente Terry Gilliam y era un compendio de gags y bromas hechas por chavales que cada vez que decían "no lo sé" les caía encima el chorrazo viscoso.
Después de bastante investigación di con el título con el que se pasó por estas tierras: Això no pot fer-se per televisió.
Se emitió los mediodías del verano de 1990 en la 2 (Tv2) en su desconexión en Catalunya, aunque yo lo descubriría allá por el 91 a las 7.30 de la mañana, así que es normal que el texto comentado le sonará a chino a todo el mundo. Entre otras cosas porque a esas horas y encima emitiéndose por la 2 en el circuito catalán como que no debía tener muchos seguidores. Aunque hay que decir que un año antes, en verano de 1990 se emitía al mediodía.
Los noventa acababan de empezar y todavía no eramos conscientes que todo aquel mundo preadolescente y lleno de jolgorio y felicidad se acabaría; una época que mascábamos chicles Cheiw, teníamos nuestros caramelos Chimos, Chispas era nuestra primera colonia (tanta "CH" en los nombres de esos productos me hacen pensar que había una mano negra detrás de todo) y todavía no nos habíamos preguntado porqué las tías de Friends siempre van empitonadas (entre otras cosas porque la serie aun no existía).
miércoles, octubre 12, 2011
jueves, octubre 06, 2011
Caos en alta mar
Principios de los 90. A Tim Burton le sonrie la vida, su carrera ha sido un crescendo que desemboca en convertirlo en el Walt Disney de los emos, hasta estuvo en negociaciones para construir un parque de atracciones temático sobre su obra.
La cuestión que es un día recibió un guión firmado por Adam Resnick y Chris Elliott, dos guionistas que habían hecho fortuna escribiendo para El show de David Letterman y, sobre todo, creando la serie de culto Búscate la vida (Get a life), de la que Elliott también era el protagonista.
La historia trataba en clave de comedia las desventuras de un chico bien que por un despiste acaba formando parte de la tripulación de un barco de mala muerte compuesta por borrachuzos. En su estancia en la nave se convertirá en el bufón de abordo, a la vez que se topará con extraños seres como Chocki (hijo de un hombre y un tiburón), gigantes de hielo y demás fauna mitológica.
A Burton no le interesó demasiado el guión, al menos para dirigirlo (decía que si él la dirigía sería demasiado cara); pero básicamente porque se veía bastante claro que sería un paso atrás hacer un film que estaba más cerca de La gran aventura de Pee Wee que de Ed Wood. Pese a todo accedió producirla junta a su socia de entonces, Denise Di Novi.
La película fue producida por Disney porque tenían a Burton detrás, pero cuando vieron la película se echaron las manos a la cabeza. El propio Burton no quedó nada satisfecho del resultado. Lo que hizo que la dejaran bastante de lado y la estrenaron de forma muy minoritaria, lo que propició el desastre, apenas recaudó 4 millones de dólares de los 10 que costó. Aquí ni se dignaron a estrenarlo en cines y salió directamente a VHS.
Una de las curiosidades del film es la cantidad de gente perteneciente al mundo Burton que colaboró en él: la banda sonora es de Steve Bartek (que tiene toques del Elfman de la época de Pesadilla antes de Navidad), que había estado junto con Danny Elfman en Oingo Boingo y le había hecho los arreglos de varias bandas sonoras; el vestuario era de gente que participó en Eduardo Manostijeras; o la actuación de Mike Starr, que poco después aparecería en Ed Wood.
Hablando del reparto, bizarrísimo: Brion James, Russ Tamblyn, David Letterman y un cameo de Alfred Molina.
Caos en altas mar (Cabin boy, 1994) tiene un argumento tan chorra que haría las delicias de cualquier consumidor de los telefilms propios que emite en la actualidad Disney Channel, pero por suerte es tan corta (no llega ni a la hora y cuarto) que apenas molesta y su estética camp es lo que nos ayuda a seguir el visionado. Muchas maquetas, stop motion, fondos pintados, maquillajes que cantan bastante pero que tienen mucha gracia. Algo como lo que pasaba en Bitelchús pero no tan conseguido.
Para fans de los primeros trabajos de Burton y de la vis cómica de Chris Elliott.
martes, octubre 04, 2011
Saint
La figura de Papá Noel, Santa Claus, Babbo Natale o como queramos llamarle ha sido más que explotada en el género de terror. Desde la archiconocida saga de Noche de paz, noche de muerte, pasando por Navidades negras o las menos conocidas Noche infernal o No abrir antes de Navidad. Pero pese a esta retahíla de títulos, la figura más ancestral del personaje, sus orígenes, no habían sido explotados.
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