martes, marzo 31, 2015

TerrorVision

TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov

TerrorVision es de esos films que o los amas o los odias. No deja indiferente a nadie. Todo un clásico de la serie B, que por los pelos no acaba en la Z, de esa factoría que tantas alegrías dio a nuestros Betas y VHS en los 80 como es la Empire de la Band family.


TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov
El cartel que lo originó todo
El proceso de crear una película en la Empire era cuanto menos curiosa. Charles Band tenía alguna idea, se la explicaba a algún artista gráfico que, a su vez, hacía un poster. Ese cartel era enseñado a los posibles directores y Band les pedía que se inventaran una historia con la imagen que les mostraba y la que tenía mejor pinta y se podía hacer por un módico precio (sus producciones estaban entre el millón y los dos millones de dólares) se llevaba el gato al agua.
Además, claro está, estaba la clásica estratagema de hacer algún que otro cartel chanante antes de empezar el rodaje para atraer posibles inversores. Pero eso ya era una práctica muy habitual entre las diferentes productoras.

TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov

Y así es como nació TerrorVision. De un cartel bastante poco agraciado, Ted Nicolaou se sacó de la chistera la historia de un ser extraterrestre que, al igual que los perretes en verano y las conocidas leyendas de los cocodrilos que acaban en las alcantarillas, es abandonado por su amo, acabando en la antena parabólica de una familia norteamericana de aquellas que causan estragos. Pero a diferencia de lo que le pasaba al bueno de John Ritter en Permanezca en sintonía, la parabólica no absorbía a nadie, si no que expulsaba un ser de otro planeta.

Pese a su condición de modesta, la Empire reunió unos cuantos nombres muy a tener en cuenta. En el cast a Gerrit Graham (un habitual de los primeros De Palma como El fantasma del paraíso), Mary Woronov (que había estado trabajando con Andy Warhol y luego con Paul Bartel), Diane Franklin (asidua del cine teen de los 80: El último americano virgen, Las alucinantes aventuras de Bill y Ted) y Jon Gries (el hombre lobo de Una pandilla alucinante o el tío Rico de Napoleón Dynamite). Los efectos corrieron a cargo de John Carl Buechler, que ese mismo año dirigiría Troll. En la música el clásico Charles Band y la banda The Fibonaccis, que grabaron algunos temas como el famoso track de los títulos de crédito. Y la fotografía estaba firmada por Romano Albani, que ya había hecho esas labores para Argento en Inferno y Phenomena. ¡Menudo team!


TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov

Mucho se ha hablado y escrito sobre si la película es una crítica a la sociedad norteamericana de los 80: todos obsesionados con el consumismo, la televisión y la Mtv, lo bélico y el sexo. Teoría a la que se abraza sin miramientos Ted Nicolaou. Vale, no negaremos que el tipo la rodó con cierto toque paródico y con ganas de cachondeo, pero que estas segundas lecturas a modo de crítica social le han venido muy bien para aferrarse a ellas.

Pero eso no quita que TerrorVision sea un festín de homenajes a la serie B y Z de los 50, las presentadoras tetudas como Elvira y Vampira, y a los bichos pringosos y asquerosos que molaban tanto en los 80. Bicho el del film que parece una rana cubierta de mierda al que se le nota que cuando se desplaza está sobre una plataforma con ruedas. Una cosa que no deja de ser graciosa, como lo es el plano que abre el film, con esas maquetas tan costrosas que simulan Plutón (con navecita de Star Trek incluida). Porque el presupuesto no abundaba mucho, como dejan retratadas las escenas que acontecen en ese jardín donde el cielo se nota que es una lona azul a la que casi se le ven los zurcidos.


TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov

Sin lugar a dudas, la películas más conocida de su director, casi siempre trabajando bajo el amparo de los Band (ya fuese en la Empire o Full moon) con títulos como Subspecies o el crossover Puppet Master vs Demonic Toys. Aunque tampoco podemos dejar de mencionar que llevó las riendas de algunos episodios de aquel Lucky Luke infecto de Terence Hill. Y es que no hay que olvidar que durante la época boyante de la Empire, los Band le compraron a De Laurentiis unos estudios en Roma, donde rodaron un buen número de sus producciones, entre ellas TerrorVision. Ya en los 90, cuando la Empire había quebrado y los Band volvieron a las andadas con Full Moon, se dedicó a facturar algunos productos infantiles para el subsello Moonbeam Entertainment: Dragonworld o La magia de los gnomos, que, en su mayoría estaban rodados en Rumanía

Aunque donde Nicolaou tiene mejor filmografía es como montador: Ghoulies, Zone Troopers, RobotJox, Meridian, Trancers 2... Sí, un buen montón de los clásicos de la Empire.

TerrorVision, Ted Nicolaou, Empire, Charles Band, Gerrit Graham, Mary Woronov

Como la mayoría de las producciones de la Empire, el paso de TerrorVision por los cines norteamericanos (aquí no se estrenó) fue anecdótico, para cubrir el expediente. Su auténtico objetivo era llenar las estanterías de los videoclubs, donde hacían el agosto gracias a engañosas y geniales carátulos que hacían volar la imaginación de los mocosos que desembolsábamos los 20 duros de rigor y, después de darle al play, nos saltaban las neuronas por los aires. Y es precisamente su edición patria en VHS que me dejó totalmente lelo, porque se cortaba precipitadamente antes de la aparición de los créditos. No me extrañaría que fuera una chapucilla de los que hicieron el tiraje de copias. Además debautizar al director en la carátula como Tednicolau, así, sin separar y sin la "O". Spain is diferent.

jueves, marzo 26, 2015

La montaña embrujada (y secuelas/remakes)

La montaña embrujada, Disney

Más allá de sus cortos y largos animados, Disney, en sus inicios, abrazó un tipo de cine de "acción real" muy conservador, con adaptaciones literarias de aquellas que entretenían tanto a padres como hijos. La espada y la rosa, Los hijos del Capitán Grant, Pollyanna, Un viaje increíble... estaban muy bien en los 50 y 60, pero las juventudes de los 70 ya buscaban otras cosas y Disney comenzó, en mayor o menor medida, a dejar de lado las obras de Verne, H. Porter o David Wyss.

viernes, marzo 20, 2015

Popeye

Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, Segar

Desde mediados de los 70, el que fuese el pez gordo de la Paramount, Robert Evans, volaba solo en eso de la producción, plantándose en los nuevos años 80 con un buen puñado de éxitos bajo el brazo: Chinatown, Marathon man, Cowboy de ciudad, Domingo negro... por no hablar de su participación en las dos primeras entregas de El padrino.


Por la época se empecinó en hacer una versión de carne y hueso de Popeye después que Paramount perdiera los derechos para hacer el musical Annie, cosa que fue recibida con frialdad por parte de la major, la que le producía/distribuía sus producciones. Y mucho peor fue acogida la intención de contar con Robert Altman como director, que en la época era conocido como un consumado alcohólico y seguía viviendo de las rentas de M.A.S.H., ya que sus últimas películas habían cosechado buenas críticas pero en taquilla las cosas no habían funcionado tan bien. No hay que olvidar que en aquellos años la nueva corriente de directores (Spielberg, Lucas, De Palma, Scorsese, Coppola...) habían tenido éxitos económicos que les permitieron tomar el control económico y artístico, dejando a los estudios como meras comparsas financieras. Aunque la cosa estaba a punto de cambiar cuando Michael Cimino se llevara por delante a la United Artist con La puerta del cielo. Y precisamente el proyecto de Popeye estaba programado estrenarse a la vez que el film de Cimino para hacerle competencia.

Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, Segar

Para el papel de Olivia (aquí Rosario) los productores querían a Gilda Radner, la que luego sería esposa de Gene Wilder, pero Altman impuso a una habitual de sus películas como Shelley Duvall. Para Brutus (Bluto en el original) escogerían a Paul Smith, que un par de años después estaría en Mil gritos tiene la noche de Piquer Simón y en Terrorífica luna de miel, donde ya coincidiría con Gilda Radner. Y para encarnar a Popeye se llegó a contactar con Dustin Hoffman, que no acababa de gustarle el guión, con lo que acabó siendo sustituido por un principiante Robin Williams, que en la época protagonizaba la sitcom Mork and Mindy y había sido sugerido por el ejecutivo de Paramount Michael Eisner.

En otros papeles teníamos a Ray Walston, prota de Mi marciano favorito, como padre de Popeye; Paul Dooley como Pilón;
Donovan Scott, el gordito de Loca academia de policía; y un breve papel para Dennis Franz. 
 
Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, Segar

Para construir todo el poblado se decantaron por irse a Malta. Toda la aldea fue construida en los últimos 7 meses de 1979 con madera importada de Holanda y Canadá. ¿Más datos? 165 operarios, 8 toneladas de clavos y 2 mil galones de pintura hicieron falta que acabar el set de rodaje. A día de hoy los decorados siguen en pie y son la principal atracción turística del lugar.
 

El 23 de enero de 1980 Robert Altman gritaba por primera vez aquello de ¡Acción!, lo que daba inicio a un rodaje que fue todo un derroche de alcohol y cocaina entre Altman y Robert Evans, siendo éste último el que tenía que lidiar con Disney, que había aceptado co-producir el film junto a Paramount. La compañía de Mickey Mouse estaba furiosa por todas las notícias sobre drogas que salpicaban el rodaje y que Popeye soltase algún que otro taco durante la película.

Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, Segar

Hablar del argumento del film es casi hablar de la nada más absoluta. Porque todo gira para ser una mera escusa de ver a los personajes del cómic en carne y hueso. Pero la cosa sería algo parecido a tres historias que forman el film en su conjunto: la llegada de Popeye al pueblo; la aparición de Coco Liso en la vida de Olivia y Popeye; y el rescate del padre de este último. Todo ello aderezado de unas canciones ramplonas y unos números de baile poco generosos. Porque algo que suele desconocer el que no ha visto el film es que estamos ante un musical.


Si algo bueno tiene la película es el casting. Todos los actores están clavados a sus versión dibujadas. Cosa a la que ayuda mucho los decorados, las prótesis de los brazos de Popeye y los trajes. Aunque ésto tiene su lado negativo. Al igual que en las películas de Tintín, todo tiene un aire tan falso que parecen disfraces de carnaval.
Mucho se ha comentado el clímax final, con esa pelea en el agua con pulpo incluido. Realmente está rodada de cualquier forma y nunca acaba de quedar claro qué está pasando. Al parecer todo venía por el clásico problema de estas películas: el presupuesto asignado se terminó antes de finalizar el rodaje. Así que el final se tuvo que medio imporvisar. 


Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, Segar

Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, SegarAunque nos pueda parecer lo contrario, Popeye fue un gran éxito de taquilla, recaudando 50 millones de dólares (habiendo costado 20) solamente en los USA. Aunque, como más o menos podemos sospechar, la crítica no la recibió con los brazos abiertos precisamente.
Hay que apuntar que la versión norteamericana llega hasta las casi dos horas, mientras que aquí nos llegó una versión recortada de 90 minutos. Muy posiblemente por decisión de Disney, que tenía la distribución fuera de los USA, en tierras norteamericanas era tarea de Paramount. Por supuesto aquí nos llegó de la mano de Filmayer, que en su pase a vídeo nos la trajo con la clásica carátula blanca de Disney que, por muy míticas que nos pudieran parecer, son bastante horripilantes.

 

Popeye, Robert Altman, Robin Williams, Disney, Paramount, Shelley Duvall, Paul Smith, SegarY como no podía ser de otra forma, en estas tierras de picaresca, algún distribuidor (Vincit Films en cine e IVS en vídeo) tuvieron el buen olfato de los buenos tiempos del exploit sacando a la vez Popeye brazo de hierro, que básicamente era un festival de cortos animados.

Durante los últimos años se ha estado trabajando en un largo animado en 3D del personaje de Segar dirigido por Genndy Tartakovsky, director de Hotel Transylvania, del que incluso se llegaron a ver algunas pruebas, pero finalmente el director ha cancelado el proyecto por discrepancias con Sony Pictures Animation decidió cancelar el proyecto.


martes, marzo 17, 2015

Johnny Destiny

Johnny Destiny, Quentin Tarantino, Destiny Turns on the Radio, Jack Baran

El boom que supuso Pulp Fiction no sólo lanzó al estrellato a Tarantino y Uma Thurman y "recuperó" a Travolta, si no que animó a productoras/distribuidoras a subirse al carro y lanzar films en los que, en mayor o menor medida, había participado el director de Jackie Brown. Ya fuesen films en los que era guionista o productor (Amor a quemarropa, Killing Zoe), en donde se preocupaban que su nombre fuese bien visible en la carátula/cartel, o habiendo hecho pequeños papeles como actor (Duerme conmigo, Alguien a quien amar). Es en este segundo caso donde nos topamos con Johnny Destiny (Destiny Turns on the Radio, 1995). 

Cuantas veces tuve la caja en las manos y nunca la alquilé, y como me alegro de no haberlo hecho, porque la cosa tiene guasa.

Johnny Destiny, Quentin Tarantino, Destiny Turns on the Radio, Jack Baran

Un preso que se acaba de fugar se topa en el desierto con un extraño personaje llamado Johnny Destiny, que le acerca a Las Vegas. Allí se topa con el socio de robo por el que fue apresado. Pero su proposito es encontrar a su novia, que ahora está liada con un mafioso.

Si la cosa suena soporífera es que lo he relatado bien. Porque Johnny Destiny es una basura infecta de las que hace falta mucha moral para verla de principio a fin. Diálogos de esos que van de transcendentales pero que dan vergüenza ajena, aburrimiento y más aburrimiento, actores tan malos que sólo se puede explicar porque deberían ir drogados, y Tarantino saliendo pecho henchido de una piscina como si fuera El nacimiento de Venus de Botticelli. Y eso que todavía no se había puesto fondón como ahora, pero hay que ver que lorzas se gastaba.

Johnny Destiny, Quentin Tarantino, Destiny Turns on the Radio, Jack Baran

Como en la buena época de los distribuidores aprovechados, aquí nos la intentan dar con queso con una carátula donde parece que Tarantino (poniendo morritos) sea el protagonista absoluto de la función. Y nada más lejos de la realidad, porque si sale 15 minutos ya nos podemos dar por contentos. Decía Roger Ebert que el problema venía porque en los cameos que ha ido haciendo Tarantino siempre hace de personajes de verborrea fácil y muchos aspavientos, básicamente se interpretaba así mismo, mientras que en Johnny Destiny tiene que interpretar a un personaje, y ahí es donde se le ven sus limitaciones actorales.

Johnny Destiny, Quentin Tarantino, Destiny Turns on the Radio, Jack Baran

También tenemos por ahí al pobre de James Belushi otros 15 minutillos con monólogos sobre rascarse las pelotas; Nancy Travis, del díptico Tres hombres y un bebé; el monologuista David Cross; Tracey Walter, colega personal de Jack Nicholson al que acompañó en Batman haciendo de Bob; y Bobcat Goldthwait, el Zed de la saga Loca academia de policía. Pero al final Dylan McDermott (de la serie El abogado o también recordado como el compañero de Clint Eastwood en La línea de fuego) era el prota absoluto.
Dirige en entuerto con muy poco arte Jack Baran, que si bien como director ésta fue su segunda y última película, como director de segunda unidad tiene mucho más bagaje, siendo un habitual de Jim McBride (La tabla de Flandes).


miércoles, marzo 11, 2015

Halloween III: El día de la bruja

Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

La noche de Halloween fue un éxito inesperado que transformó los poco más de 300 mil dólares que costó en casi 50 millones de dólares sólo en los USA, convirtiéndola en la película más rentable de la historia. Al menos hasta que llegó El proyecto de la bruja de Blair dos décadas más tarde.
Además de dar el pistoletazo de salida al slasher, generó un aluvión de secuelas que tuvo un punto de inflexión en su tercera entrega.

Pese a que John Carpenter prefirió no seguir como director, sí se mantuvo como productor y guionista en la secuela (aquí titulada Sanguinario) dirigida por Rick Rosenthal que, sin llegar a las cuotas del film original, tuvo una taquilla bastante buena. Pero cuando el estudio volvió a encargarle una nueva película, poco le interesaba seguir con las correrías de Michael Myers, por lo que puso como condición desmarcarse de lo hecho hasta ese momento y facturar una película totalmente nueva, cosa que el estudio aceptó porque, en el fondo, lo único que quería era algo que diera dinero.


Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

Carpenter, junto a Debra Hill, con quien ya había escrito y/o producido las dos primeras Halloween, La niebla y 1997: Rescate en Nueva York, contrató a Joe Dante para que fuese el director. Éste, a su vez, aprovechó que Nigel Kneale, escritor de ciencia ficción que pasará a la historia por ser el creador del doctor Quatermass, estaba en Hollywood escribiendo el libreto de La criatura de la laguna negra para John Landis para encargarle el guión.

Hago un inciso para resaltar la ironía que Landis le "robara" el maquillador Rick Baker a Dante durante las producciones de Un hombre lobo americano en Londres y Aullidos y que, al año siguiente, el director de Gremlins se "aprovechó" que el proyecto de La criatura de la laguna negra acabó por no materializarse para contactar con su guionista y ficharlo.


Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

Finalmente Joe Dante se tuvo que apear del proyecto ya que se había comprometido con la adaptación de En los límites de la realidad que dirigirían Spielberg, George Miller, el propio Dante y (¡otra vez!) John Landis.

El elegido para sentarse en la silla de director fue Tommy Lee Wallace, amigo personal de Carpenter con el que colaboró en La noche de Halloween, Dark Star, Asalto en la comisaría del distrito 13 o en La niebla, ya fuese como diseñador de producción, director artístico o en el sonido. Y salvo este baile de directores todo parecía ir bien hasta que entró en escena el todo poderoso Dino De Laurentiis, que estaba al tanto de lo que demandaba el público juvenil a principios de los 80: sangre, vísceras y casquería. Elementos que no estaban en el guión de Nigel Kneale. Con lo que el escrito fue revisado por el propio director, causando el descontento de Kneale, que ya había tenido sus más y sus menos con Carpenter y Wallace, que rechazó aparecer acreditado.


Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

En medio de la noche un extraño tipo aparece delirando en una gasolinera de la que es trasladado a un hospital. Durante la noche, otro tipo aun más extraño lo asesina y se prende fuego.
El doctor que lo atendía y que tiene los rasgos de Tom Atkins y la voz de Bud Spencer, conoce a la hija del hombre asesinado y descubre que éste tenía una tienda de juguetes. Junto a la chica comienza una investigación para descubrir que se esconde detrás de la muerte del juguetero, que le llevará hasta un extraño pueblo en el que hay una fabrica de máscaras de halloween.


Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

En el cast, además del mentado Atkins, tenemos a Dan O'Herlihy, el alien de Starfighter y el jefe de la OCP en RoboCop. Además de un par de guiños al Halloween original con Jamie Lee Curtis poniendo la voz a la operadora telefónica, y Dick Warlock, que hacía de Michael Myers en Sanguinario (Halloween II). Además de ver un par de veces el film original como lo están emitiendo por televisión.

Críticada hasta la saciedad, Halloween III: El día de la bruja es un film puramente ochentero que partía de una idea tan genial como hacer un film anual que tuviera algo que ver con la festividad de Halloween pero con ningún parentesco con Michael Myers. Pero el público se sintió estafado cuando vieron que aquello no era un slasher, si no una revisión de La invasión de los ultracuerpos, donde se cambiaba la sangre por líquidos asquerosos y los asesinos enmascarados por una especie de brujo que usa las piedras de Stonehenge. Mucho se nota la mano de Carpenter en el guión (suyo fue el primer tratamiento), con algunos paralelismos a las posteriores Están vivos (todo el tema de suplantación de identidad) o En la boca del miedo (las pesquisas en un extraño pueblo). Con ideas muy locas pero que te mantienen en vilo con el misterio que desprenden, y que si algo hay que reprocharle es un tramo final demasiado rebuscado, con la escena del coche alargada hasta la extenuación. Pero por fortuna todo se arregla con un plano final muy de cómic de la Warren.


Halloween III: El día de la bruja, John Carpenter, Tom Atkins, Tommy Lee Wallace

Pese a ser un film más o menos modesto (2,5 millones de dólares) y recaudar unos buenos 15 millones de dólares en suelo norteamericano, los productores congelaron la saga hasta que 6 años después, en 1988, aparecería la cuarta entrega ya sin Carpenter ni Debra Hill por en medio, donde se retomaba el slasher. Este pseudo fracaso también conllevó que aquí Halloween III: El día de la bruja nos llegara directamente en vídeo sin pasar por cines. Una lástima.


jueves, marzo 05, 2015

Goldface

Goldface, El fantástico superman, Goldface il fantastico Superman, Stanley Mitchell, Bitto Albertini, Espartaco Santoni, Robert Anthony, Evi Marandi

A Espartaco Garibaldi Borga Santoni, más conocido por estos lares como Espartaco Santoni, antes de ser un vividor follador de la noche marbellesa en la época de la jet-set y esas paparruchas, tuvo su época de actor de cine. Compartiendo cartel con César Romero, Fernando Rey, Jose Luis López Vázquez, Telly Savalas y siendo dirigido por Pedro Lazaga (Mil millones para una rubia), León Klimovsky (Un dolar por Sartana), Jorge Grau (Ceremonia sangrienta) o el mismísimo Mario Bava (El diablo se lleva los muertos). En general, todos estos papeles no pasaran a la historia del séptimo arte, y mucho menos lo hará el que interpretó en la película aquí reseñada.

Ya he comentado alguna que otra vez aquellos locos años 60 en Europa, donde además del eurocrime y el eurospy, comenzaron a abundar películas con personajes enmascarados y/o superpoderes. Sí, muchas décadas antes del actual boom de superhéroes en Europa ya se había explotado a conciencia el género. Pero, por supuesto, aquí ni teníamos personajes de Marvel ni de DC y mucho menos superproducciones con lo último en efectos especiales. Nos conformábamos con personajes inventados que vestían mallas de licra, máscaras carnavalescas y que eran capaces de levantar excavadoras que tenían una pinta demasiado sospechosa para ser de verdad. Diabolik, Argoman, Superargo, Kriminal, Mister X y, por qué no, Fantomas, era lo que se tragaba el respetable de la época.


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Godlface sería una de estas muchas co-producciones, en este caso entre Italia y España, y rodada en Venezuela a la vez que El hombre de Caracas. Práctica muy habitual ésta de compartir localizaciones y equipo técnico y actoral de sus productores, los hermanos Giuseppe y Mario Maggi de Cineproduzioni Associate.

Aquí la cosa va de un tal doctor Vilar que en sus ratos libres, además de beneficiarse a sus ayudantes y a todo lo que se le ponga por delante, es un consumado experto en eso de la lucha libre, ocultando su identidad bajo una máscara y el nombre de Goldface (cara de oro para los amigos). Paralelamente hay un señor muy malo que capitanea un grupo terrorista que responde al nombre de "La cobra" y se ha empeñado en amenazar a todos los empresarios del país exigiéndoles un impuesto revolucionario a cambio de no atentar contra sus empresas. Por fortuna para los empresarios y para desgracia de "La cobra", Goldface se mete por en medio para mantener la paz en el mundo empresarial.


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No se puede negar que Goldface, que en su pase a vídeo se tituló El fantástico superman, por aquello de emparentarla con el film de Richard Donner, es hija de su época. Todos los tics con el clásico héroe enmascarado que se precie: campeón en eso de darse mamporros en el cuadrilatero, un malo de los de carcajada y sus secuaces que se caen al suelo antes que los toquen, los periodistas de turno y mucha persecución en lanchas. Además de el compinche del héroe, aquí un negro que parece que te vaya arrancar la cabeza a la que se despista y que se pasa la película comiendo cacahuetes. Todo ello rebozado con un sentido del humor de lo más infantil, con lo que Goldface está más mucho más cerca de los latinos Blue Demon o el Santo que de Diabolik.


Goldface, El fantástico superman, Goldface il fantastico Superman, Stanley Mitchell, Bitto Albertini, Espartaco Santoni, Robert Anthony, Evi Marandi

Goldface, El fantástico superman, Goldface il fantastico Superman, Stanley Mitchell, Bitto Albertini, Espartaco Santoni, Robert Anthony, Evi MarandiSiendo una producción de finales de los 60, pese a que aquí no se estrenaría hasta 1972 en doble sesión junto a El armario del tiempo que haría las delicias de la chavalada de la época, la cosa de efectos anda, como es normal, bajo mínimos. Todo el gasto de parafernalia se reduce a un tercer mundista disfraz. Que nadie espere gadgets, Goldmobiles o Goldcueva, porque no la hay.

Dirige Stanley Mitchell, o lo que es lo mismo, Bitto Albertini, un experto en aquello tan italiano del exploit: Huida de la tercera galaxia, Los tres supermen en la selva o las dos partes de Emanuelle negra. Y en el montaje un tal Jordan B. Matthews, o lo que es lo mismo, uno de los tantos pseudónimos de Bruno Mattei.
Además de Santoni, aquí acreditado como Robert Anthony, sólo se puede destacar a Evi Marandi, que la recordaremos por Terror en el espacio de Bava.