Para su siguiente proyecto para cines seguiría en el terror, pero en lugar de algo más moderno como el tan en boga slasher se fue al terror más clásico, un cuento de toda la vida de fantasmas que vuelven para vengarse.
En el pueblecito costero de Antonio Bay se preparan para celebrar su centenario cuando, una noche el cura del pueblo descubre un antiguo diario que relata como los fundadores levantaron el pueblo después de hundir un barco de leprosos y robar el oro que transportaban. Justo 100 años después, una misteriosa niebla se aproxima al lugar.
Como es habitual en Carpenter, contaría con muchos nombres habituales en su pasada o futura filmografía. Detrás de las cámaras: Debra Hill, con la que co-escribió el guión y fue productora; Dean Cundey (La noche de Halloween, Golpe en la pequeña China) en la fotografía; Tommy Lee Wallace, que terminaría dirigiendo Halloween III, como editor y diseñador de producción; Craig Stearns (Asalto en la comisaría del distrito 13) como director artístico; y Larry Franco, que acabaría siendo productor de todas sus películas en los 80, como ayudante de dirección. Y en los efectos destacar un joven Rob Bottin que también interpretaría al fantasmagórico Blake. También en los efectos colaboró (aunque sin acreditar) un jovencísimo Steve Johnson que luego tendría un largo recorrido en el campos de los efectos y maquillajes y volvería a colaborar con el director en Golpe en la pequeña China.
Y ya delante de la cámara un festival de rostros conocidos en el universo del director: Adrienne Barbeau (que en aquellos días eran pareja y habían coincidido en ¡Alguien me está mirando!), Jamie Lee Curtis y su madre Janet Leigh, Tom Atkins, James Canning, Charles Cyphers, George 'Buck' Flower, Nancy Kyes, y el propio Carpenter haciendo un cameo al inicio del film como el tipo que trabaja en la iglesia. Y, aunque es su única incursión en la filmografía del director, mentar a Hal Holbrook como el cura del pueblo.
La niebla es un cuentecito de terror muy influenciado por los relatos clásicos y los cómics de la EC, lo cual se acentúa con ese inicio en el que un hombre explica una historia a un grupo de chiquillos delante de una fogata por la noche. Precisamente esa es una de la escenas que se filmarían cuando la producción ya había acabado y el primer montaje no acababa de funcionar. El propio Carpenter se dio cuenta que al intentar evitar las escenas truculentas apenas aparecían los marineros sedientos de venganza y en una época que lo que estaba de moda eran los acuchillamientos y la sangre, le preocupaba que su ausencia le jugase una mala pasada en la taquilla. Así que rodó insertos con los marineros zombificados y algo de sangre, aunque tampoco demasiada.
El film, que en Barcelona sería la película que inauguraría el mítico cine Niza, acabaría superando escasamente el millón de dólares por esos añadidos. Presupuesto modesto para la época (El resplandor, que es del mismo año, superó los 20) pero mucho mayor que los escasos 300 mil dólares que costó La noche de Halloween. En su momento tuvo un éxito moderado en la taquilla yankie, pero el tiempo le ha ido dando cierto estatus de culto por mucho que el propio Carpenter nunca le haya tenido demasiada estima. Y lo cierto es que es de esas películas que se le ven las buenas intenciones pero algo tiene que no le hace brillar. Tiene atmósfera, una fotografía perfecta para el tipo de historia macabra que pasa en un pueblecito costero, una música del propio Carpenter que casa a la perfección... pero hay algo que hace que no sea del todo redonda.
Decía el propio director en la promoción del remake de hace una década, en el que estaba acreditado como productor, que esa nueva versión era para poder subsanar los errores del original y parir algo más pulido. Viendo los resultados y como Carpenter ha ido encaminando sus declaraciones de los posteriores remakes de su obra, está claro que le importan bien poco todas esas nuevas versiones de sus películas y que a él mientras le paguen, chitón y a seguir jugando a la Play y haciendo sus conciertos, mientras otros remakean sus viejos films que acaban engrandecidos. Bien por Carpenter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario