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lunes, junio 19, 2017

Area 88 / U.N. Squadron

area 88, u.n. squadron, vhs, traición en los cielos, capcom
 
Como la mayoría de los poseedores de una Super Nintendo en la primera hornada, disfruté como un loco con el pack que incluía el Super Mario World. Luego ya vendrían el del Street Fighter II, el de Carlos Sainz o el del Mario All Stars. Pero el original, el primero, el que incluía esa joyita de Miyamoto era canela en rama. Pack que cayó el día de reyes de 1993, y de propina ¡catacroquer! el U.N. Squadron, versión doméstica del arcade de la mano de Capcom.

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Reconozco que no tenía demasiada ganas de incarle el diente, básicamente por mi falta de interés en la época por los shoot'em up y que los de la Hobby, pese a ponerlo bastante bien, destacaban su elevada dificultad y que el avión que manejábamos era demasiado pequeño.

Como ya se ha dicho millones de veces, por la época te podía caer uno o dos juegos al año, más allá de alquilarlos o con el clásico trueque con los amiguitos del cole, así que el que te tocaba había que exprimirlo al máximo. Te gustase más o menos. Y lo clásico, que a base de meterle horas empecé a coger el gustillo al juego de Capcom. Más allá de ir hacia adelante y disparando a todo lo que se menease, el asunto tenía su componente de estrategia. Para empezar teníamos a 3 pilotos para elegir (cada uno con sus virtudes) y 6 aviones que podremos ir comprando según el dinero que dispongamos. Todos los aviones podíamos incorporarles unas armas especiales, que eran diferentes según el avión. Salvo para el F200, el último avión que costaba la friolera de 1 millón de pavos cósmicos, y capaz de manejar todas las armas especiales.



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Pero si había algo que me llamaba poderosamente la atención era el diseño de los personajes, desde los tres pilotos (el japonés andrógino Shin Kazama, el yanki Mickey Scymon y el danés Greg Gates), pasando por el tipo que te explica las misiones hasta el vejete que te vende el armamento. ¡Eran muy manga! Y algo me olía.

No fue hasta el nuevo milenio, con el acceso a la red de redes que me enteré que el juego estaba basado en un manga de finales de los 70 llamado Area 88 y firmado por Kaoru Shintani editado por Shogakukan. Y no sólo eso, si no que a mediados de los 80 se editó en VHS un OVA de 3 episodios que aquí pudimos ver gracias a Chiqui Video.

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La historia tiene como protagonista al japo de Kazama, un piloto en prácticas que es engañado y firma un contrato para irse al area 88, una zona de Oriente Medio donde unos mercenarios libran una guerra. La única forma que tiene de volver a su casa es aguantar 3 años o pagar un millón y medio. 

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Así que, sin más contemplaciones y directamente desde la bobina de un roído VHS, el primero de los 3 OVA's titulado Traición en los cielos por primera vez en internet doblado al castellano.
Bon profit!

jueves, diciembre 27, 2012

¡Juguetes! (y II)

juguetes clásicos

(Viene de aquí)

Aunque cayeron algunos Airgamboys no les di demasiada cancha, yo era más de Playmobil. De estos tenía un arsenal. De hecho, los guardaba en los bidones de cartón del detergente de la ropa y tenía un par. Y aunque no cayó el fuerte (aunque sí el de Comansi, que dejaba un poco que desear, la verdad) ni el barco pirata, tenía una ambulancia, un par de coches (uno de ellos descapotable muy del estilo de Pontiac del coche fantástico), una casade época y no sé cuantas pijaditas más.

Por el camino hubo un tímido intento con los Battle beast, unos adelantados a su tiempo que usaban ese concepto tan Pokemon y Gormiti de coleccionismo. Estas figuras de poco tamaño y menos movilidad tenían un pequeño holograma en su pecho, que al frotarlo nos mostraba a que bando pertenecían, ya fuese madera, fuego o agua. Sí, todo muy en la linea piedra papel o tijera, cada elemento podía vencer a otro y ser vencido por un tercero. Recuerdo que en el blister venían dos figuras, pero del precio ni idea. No tuvieron ningún éxito.                                                                                                   
Battle beast

Los Masters/Secret Wars me duraron 4 o 5 años para sustituirlos rápidamente por los G.I. Joe, muchísimos más articulables, con mogollón de mini armas que se perdían a las que las sacaba del blister, y, los más importante, el precio, por lo que pagabas por un Master casi podías llevarte dos figuras de las fabricadas por Hasbro.
Como buen hijo de vecino tenía mis favoritas. Uno que me gustaba mucho era uno llamado Jungla, un pirado de la supervivencia que tenía un fuerte ramalazo a Chuck Norris. Otros que me flipaban era Boa, Muskrat (que me recordaba a uno de los personajes de La fuerza de la venganza de Michael Dudikoff), Rompeolas, Sombra y muchos más que ni recuerdo.

Pero si bien tenía bastantes figuras iba más escaso de vehículos. Tuve alguna espinita clavada como un pedazo de avión llamado Phantom o el Hovercraft. Pero lo que me traía loco era la Máquina de truenos de Cupra/cobra. Simplemente era un coche de combate estilo Mad Max con un mega cañón en el techo. Que todo lo que escupiera ese trabuco lo compararán con truenos me dejaba atontado. Era algo así como la Impaciente de Depredador.
Luego comenzaron a emitir en Telecinco la serie de animación en algún programa de Miliki y Rita Irasema, pero no me molaba. Igual era por aquel doblaje latino, ¡Varonessssa!
A principio de los 90 sacaron la edición Tiger, que era una especie de equipo especial, que en el fondo eran algunos de los mismos personajes que ya habían aparecido pero con estética atigrada, O sea, una manera de volvernos a vender el mismo perro con distinto collar. También se inventaron una versión de los personajes de Street fighter aprovechando el estreno de la película. Ahí ya dejaron de interesarme.


G.I. Joe

Las Tortugas ninja hicieron furor, ya fuese en animación o en películas, por lo que su versión juguetera era normal que triunfara. Como en la mayoría de colecciones cuando se les acabaron los personajes a explotaron comenzaron a sacar nuevas versiones de los personajes, con movimientos de ataque, otros colores/ropa, con transformaciones...

Por el camino se quedó el intento de resucitar la maquinaria de Masters del Universo, pero la nueva colección de figuras y, sobre todo, la nueva serie de animación (Las nuevas aventuras de He-man) no ayudaron en absoluto a que las nuevas generaciones se interesasen en ellos.
Paralelamente vivimos una fiebre por la lucha libre con la eclosión de Pressing catch en Telecinco, a la que en Catalunya se le unió la emisión de Musculman.
Y ahí teníamos las figuras de Hulk Hogan, el Último Guerrero y compañía. Si los Masters eran limitados en articulaciones estos rozaban la paraplégia. Cada figura tenía un golpe característico y de ahí no pasaba. Me cayeron El Serpiente, Ash y para de contar. La verdad es que no daban para más.


Pressing catch

Hubieron unos productos que no eran exactamente colecciones de muñecos, eran más bien chucherías que acaban en tus manos y, al cabo de pocos días, se pudrían en algún cajón/armario: el cococrash, los chinitos de la suerte, de los que intentaron repetir la formula en los 90 con aquellos chupetes de plástico), los relojes que se transformaban en robot, manos locas, las pulgas mágicas (unas píldoras que gracias al plomo de su interior se movían), los guerreros de la basura (sucedaneo de la pandilla basura que iban en una bolsa de papel que al contacto con el agua se disolvía)...


Juguetes 80, chinitos de la suerte

Los 90 pecaban de una fiebre por la miniaturización. Todo tenía que ser minúsculo, y los juguetes no escaparon de esta moda. Aparecieron los Micro Machines (¿quién no recuerda el concurso de otro de los programas de Miliki y Rita Irasema donde te regalaban tantos blisters de los coches como veces fueses capaz de decir "Si no son Micro machines no son los auténticos" en un tiempo determinado?), las Polly Pocket y su versión maculina, Mighty Max. Y me dejo más, seguro.

Nos volvimos a encontrar la enésima colección de Star Wars, mucho mejor hechos que los aparecidos en la década pasada. De estos también me calleron unos cuantos, pero nunca me engancharon.
Por el 93 aparecieron los muñecos de la serie de animación de Batman, que si bien seguían esa política de no doblar codos y rodillas, eran muy fieles a los dibujos.
Estos los coleccioné (y todavía los conservo), pero era una cuestión puramente de frikismo con el personaje y la serie. Me quedaron dos espinitas clavadas, por un lado la figura de el pingüino y por otro el batmobile. La figura nunca la conseguí y el vehículo lo pude pillar en alguna de estas subastas por internet por pocos euros. Luego, cuando tuve el armatoste, que tenía mugre de sobra, entre las manos me di cuenta que eso solamente me iba a ocupar espacio y precisamente este año acabó en la basura.
Ya por aquella época me era imposible coger las figuras y ponerme a recrear aventurillas, se me había pasado el arroz y si me fijaba en alguna figura/colección era para ver su acabado. Mi espíritu de Peter Pan había vuelto a Nunca jamás para eso, no regresar nunca jamás.


juguetes 80 90

miércoles, diciembre 26, 2012

¡Juguetes! (I)


Ahhhh, los juguetes. Aunque a muchos les haga gracia lo del espíritu navideño y demás paparruchas lo que aquí nos importa es el afán consumista y que nos regalen cuanto más mejor y cuando uno es niño solamente piensa en una cosa: ¡juguetes!

jueves, junio 03, 2010

Chillidos en el aire, ajoceite y tangando a Ono



Lista de la compra:
  • Donuts de Jud
  • Mocos de elefante fluorescentes (3)
  • Entradas para el Chicago protagonizado por Millán







  • La sonrisa de Punset y su revista fantasma
  • Cocacolas con sabor a Kojack
  • El universo para-lelo(s) de Faraday
  • Tesoros y coronas en 3D

miércoles, febrero 24, 2010

Encuentros con el cartero (13): Beavis and Butt-head

Beavis and Butt-head
Mike Judge había presentado un corto animado en el festival Sick and Twisted. La animación, de un par de minutos, se llamaba Frog baseball, donde Beavis y Butt-head, un par de adolescentes descerebrados y amantes del heavy que visten pantalones cortos y camisetas de AC/DC y Metallica (en el posterior merchandising por cuestiones legales serían cambiadas por Skull y Death rock) se dedicaban a jugar a béisbol usando una rana como pelota.

El sketch fue adquirido por Liquid Television de la MTv y contrataron a Judge para que desarrollara una serie con Beavis y Butt-head.
Le acabaron encargando 65 episodios. Y cuando contrató a un minúsculo equipo de animación y vieron que a la entrega de los primeros 20 episodios únicamente tenían acabados 2 se les vino el mundo encima. Así que en marzo del 93 empezaron a emitir esos dos episodios, que eran de una calidad técnica ínfima, y para sorpresa de todos el primer episodio dobló la audiencia que solía tener la cadena. Durante la primera semana se emitió el mismo episodio y cada día la audiencia aumentaba considerablemente. En ese momento apareció el imperio Beavis and Butt-head.

Una especie de versión animada de El mundo de Wayne pero yendo más allá. Creando unos clichés propios, como su forma de reír, o minimizando el lenguaje a cool y suck (mola y apesta), con un humor que mezclaba lo grotesco (que empezaba por el aspecto físico de B&B), con el absurdo y el destroyer, que se mofaba de una generación cuyo único interés era consumir televisión y drogarse (ahora mal llamada Nini). Generación que era la misma que consumía la propia serie y que acabó en su evolución natural: Jackass.


Beavis and Butt-head
La crítica persiguió siempre a la serie, sobre todo cuando un niño de cinco años quemó su casa con su hermana pequeña dentro inspirándose en la pareja animada. La MTv no paraba de recibir denuncias y cartas de espectadores furiosos, con lo que tuvo que reajustar su horario y emitirla pasadas las 10 de la noche y comenzar a recortar las escenas violentas y a censurar algunas palabras malsonantes. Aun y así B&B siguieron metiendo perros en lavadoras, frieron ratas y gusanos para servir a los clientes despistados del Burguer World, destrozaban la casa de su vecino y reventaban las clases del instituto.

La mayoría de personajes que aparecían en la serie estaban inspirados en diferentes personas que había conocido Judge (él mismo pondría voz en la versión original a casi todos). Uno de estos personajes era una fémina llamada Daria, que acabó protagonizando serie propia, pero si a B&B les envolvía la esencia del heavy, ella era la versión grunge, tan de moda en la época.

Pero pese a todos los problemas de censura la serie seguía triunfando, lanzando cualquier objeto inimaginable con la cara de B&B: camisetas, llaveros, ropa interior, posters, muñecos, papel higiénico, gorras, comics de la Marvel (que aquí sacó Planeta y que degeneraban algo la esencia de los personajes), su versión porno e incluso videojuegos para consolas (que siendo del montón aun se les podía sacar partido) y una aventura gráfica para Pc llamada Beavis and Butt-head do U., que aquí llegó, lamentablemente, sin traducir. Y, por supuesto, acabaron teniendo su propia película, Beavis y Butt-head recorren América, que, aunque parezca mentira, en un primer momento se pensó en hacerla con actores reales.

Pero, al igual que la CherryCoke, Beavis y Butt-head nacieron y murieron en los 90. Judge se cansó rápidamente de ellos, pero su contrato por 8 temporadas lo ataban a la serie. Finalmente pudo hacer un trato con la MTv y a cambio de la realización de un largometraje (Beavis y Butt-head recorren América) le perdonaban la octava temporada, dando lugar al final de Beavis y Butt-head en el año 97.

Beavis and Butt-head
Como decía antes
Beavis and Butt-head fueron un fenómeno social en los USA y en algunos países, no así en Espanya, que, al emitirse de forma codificada por Canal Plus (también se podía ver directamente en la MTv a través del satélite Astra) y de madrugada, nunca pasaron de un grupito selecto que se pasaban las grabaciones bajo mano.
Allá por el 96 la Paramount tuvo a bien editar en VHS algunas cintas recopilando episodios de la serie. Cintas de vídeo que llevaban títulos como El trabajo apesta, Toma barrio, El día del juicio final, Tías y tal y Beavis y Butthead hacen la navidad. Éste último era un recopilatorio más curioso, porque aparte de ser, como su nombre indica, un especial navideño donde se versiona el Cuento de Navidad de Dickens, aparecen varios videoclips comentados por el dueto (cosa que no pasaba en las otras cintas) y se volvía un poco a los orígenes reales de los personajes.

Ya en plena era digital aparecieron 3 volúmenes (en USA ya habían aparecido otros recopilatorios pero estos "teóricamente" era una selección de propio Judge) que, sin ser la serie al completo, era una selección de los episodios más representativos (40 episodios por volumen) donde además incluía extras como entrevistas con los que hicieron la serie o algunos videoclips comentados por B&B. Lamentablemente no venían con el mitiquísimo doblaje (desconozco si fue por una cuestión de derechos).