viernes, noviembre 26, 2021

Despedazator


Solo en los 80, en pleno boom de los videoclubs, podía llegar a nuestro mercado (incluso se emitió en TVE a mediados de los 90 a las tantas de la madrugada) un film básicamente amateur, rodado en 16 mm y con el gore más cafre que había en aquellas. Slime city, en su versión original, sería el debut en la dirección de Gregory Lamberson que, pese a contar con escasos 21 años, ya había trabajado como director de producción en La venganza de los zombies. 
 
Lo que aquí recibió el título de Despedazator (por aquello que estaba de moda todo lo que acabara en "ator" —Terminator, Re-animator—) es casi una versión cafre de El quimérico inquilino, (aunque su director dice que fue La semilla del diablo la que le influyó), que, en cierta medida, tiene que ver con su experiencia cuando pasó de vivir en su natal Gowanda, un pueblecito de menos de 3000 habitantes, a aterrizar en Nueva York, donde su piso de estudiante estaba rodeado de yonkis, prostitutas y gente poco recomendable. La historia que nos cuenta está protagonizada por un estudiante que alquila un apartamentucho y se topa con unos vecinos bastante fuera de lo normal. Estos realmente forman un culto y pretenden convertir al estudiante en la reencarnación desu lider.
 

Rodada en 1986 durante un mes y con un costo total de 50 mil dólares (de los que 35 mil se usaron en alquilar una maquina de edición) que llegaron de los ahorros de sus amigos. La producción quedó congelada durante su edición, ya que Lamberson se fue al rodaje de Síndrome Plutonio requerido por su colega Scott Coulter (que había estado detrás de los efectos de Despedazator), donde quedaría acreditado como asistente de dirección y dirigiendo parte del metraje. De ahí pasó hacer las mismas funciones en Brain Damage de Frank Henenlotter (Baskecase). Cuando por fin pudo volver para acabar la edicion de Slime city el dinero se había acabado y tuvo que esperar a vender los derechos de distribución en el Reino Unido para poder finiquitarla. En USA se pudo ver proyectada algunos fines de semana en las sesiones de medianoche de Nueva York. En un primer momento iba a tener distribución de toda una clásica de la serie B como la Vestron, pero justo tuvieron un pelotazo en taquilla con Dirty Dancing y quisieron dejar atrás el lanzamiento de títulos de bajo presupuesto.
Un año después, tendría su lanamiento en VHS, su verdadero medio, donde conseguiría cierto culto. 
 
Aun y siendo una producción hecha entre amigos podemos encontrar nombres que luego harían carrera en títulos muchos más grandes, como son los responsables del maquillaje: Scott Cuolter (Cementerio de animales, El cuervo, Los mercenarios), Dan Frye (Resident Evil, Capitán América, Juego de Tronos) y Tom Lauten (Pesadilla en Elm Street 4, King Kong de P. Jackson).
O el operador de cámara y, sobre todo, especializado en el uso de la steadycam, Jim Muro (Spookies, Abyss, Terminator 2, Titanic) y director de Street trash.
 

Despedazator es de esas películas que tienes que ir preparado para verla. Su condición zetosa lo llevan al terreno amateur, con lo que su realización de muchos tiempos muertos y los diálogos puramente sonrojantes hacen que no sea apta para todos los estómagos. Los encuadres son tercermundistas, tal y como reconoce su director. Aunque en su defensa dice que estaban hechos de esa forma para posteriormente recorta arriba y abajjo en un transfer ampliado a 35 mm, cosa que nunca sucedió dado lo caro del proceso. Básicamene hubiera duplicado el presupuesto.
Hasta que llegamos al último cuarto de hora, todo un festival de efectos de bajo presupuesto que nos harán reir con un cuerpo amputado al máximo. Este climax final es lo más recordado de la película y por lo que ha resistido estas décadas. Aun y así no puedo dejar de comentar las escenas en blanco y negro que forman parte de los sueños del protagonista que parecen una mezcla entre el Lynch de Cabeza borradora y Bergman. Ver para creer.
Un plato no apto para todos los paladares. Hay que saber qué es lo que se va a ver y esar preparado para el cine trash puro y duro. Pero aun y así, el divertimento está asegurado.
 
Todo ese anticine no le ha impedido seguir siendo recordada hasta el punto de tener edición en Blu-Ray o estar disponible en plataformas como Prime Video (al menos en USA).
 

¿Y qué fue de Gregory Lamberson? Intentó seguir en el cine pero nunca pudo librarse de la serie Z. Visto lo difícil que lo tenía para vivir del cine adaptó algunos de sus guiones no producidos a formato novela, que le fue medianamente bien. Al menos lo suficiente para vivir de ello, con lo que inicio una trayectoría como escritor con más de una docena de novelas a sus espaldas. Con el paso del tiempo y viendo la legión de fans que arrastraba Despedazator, rodó una secuela-precuela en 2010 titulada Slime city massacre, que evidentemente no tuvo ningún tipo de repercusión.