Finalmente le di la oportunidad y tengo que reconocer que tiene bastantes bondades y me hizo pasar un ratillo entretenido. ¿Quizá iba con las expectativas tan bajas que cualquier cosa me habría parecido salvable? Podría ser.
El amigo Mick Garris ya se había pasado por estos lares. Y no es para menos, pues, junto a Frank Darabont, debe ser el que más adaptaciones de Stephen King ha dirigido. Pero más allá de eso no seré yo el que alabe sus cualidades fílmicas. En general tiene pocas cosas salvables: Critters 2 es pasables sin más, la mini serie de El resplandor es un horror en el peor de los sentidos, Quicksilver Highway es bazofia, Psicósis IV que igual la veo algún día... y el resto es para darle de comer aparte. Es por eso que me sigue asombrando que lo tengan en esos altares del terror junto nombres que sí han demostrados su buen hacer, y que posiblemente su mejor virtud sea la de ser un tipo que sabe camelarse al personal como ya vimos cuando se marcó aquel Masters of horror. No por casualidad la productora que se montó a principios de los 80 para amparar sus making of de La cosa o Los Goonies se llama With Nice Guy Productions. Al menos el tío lo tiene claro desde que empezó.
Sonámbulos es el primer guión cinematográfico que escribió King sin ser una adaptación de sus novelas/relatos. Al menos el primero que se realizó, ya que a finales de los 70 escribió The Shotgunners y Sam Peckinpah se interesó por él, pero pocos años después el director moriría y el proyecto quedaría en el limbo.
Paramount se haría con los derechos del guión y contrató a Rupert Wainwright para que la dirigiese. El tipo, que era un habitual en la dirección de los videclips de MC Hammer y solamente había dirigido el telefilm Dillinger con Mark Harmon y Sherilyn Fenn, no acabó entendiéndose con King y salió del proyecto. Hay que apuntar que luego dirigió un Disney como Cheque en blanco y tuvo su incursión en el terror con Stigmata y el horripilante Terror en la niebla, remake milenial de la que tu ya sabes. Finalmente la silla de directo recayó en Garris cuando fue propuesto por el propio King después de ver Psicósis IV.
El film sería una producción tirando a modesta con un presupuesto de 15 millones de dólares y contando con una pareja de protagonistas más o menos reconocibles en la época: Brian Krause, que acababa de protagonizar el fracaso de Regreso al lago azul junto a Milla Jovovich; y Mädchen Amick, que estaba on fire por ser una de las protagonistas de Twin Peaks. Además teníamos a Alice Krige, la Morgana de El aprendiz de brujo; Glenn Shadix, el Otho de Bitelchús; y Ron Perlman, Hellboy. Además un montón de cameos: Mark Hamill, Joe Dante, Tobe Hooper, John Landis, Clive Barker y el propio Stephen King.
Un chico llamado Charles Brady y su madre se mudan a un pueblecito de esos idílicos. Allí Charles conoce a una compañera de clase de la que se enamora. Lo que ella no sabe es que Charles es un sonámbulo, seres felinos que transmutan en diferentes formas y se alimentan de la fuerza vital de las vírgenes. Su único punto débil son los gatos, que pueden ver su verdadero aspecto.
Sonámbulos tiene algo muy bueno y es que va por faena. No se comen mucho la cabeza en presentar personajes ni su historia. Si a eso le añadimos que si le quitamos los títulos de crédito iniciales y finales apenas llega a los 80 minutos, nos queda un producto de rápido consumo que nunca llega hacernos mirar el reloj. Quizá el ir tan a barraca le pase factura porque podríamos decir que hay detalles de importancia en la trama que no s eexplica, como todo el origen de esos seres felinos o sus intenciones, que te las has de suponer. Aun y así, prefiero esto a que se alargue hasta la extenuación. También habría que ver si parte del material que se tuvo que cortar para que no fuese clasificada como exclusivamente para mayores de 17 años, se llevó parte de esa trama.
Uno de los platos fuertos serían sus maquillajes y efectos. Los primeros están más que correctos aunque tampoco matn demasiado el diseño del aspecto real de los sonámbulos. Por contra tenemos algún efecto digital que básicamente eran los tan de moda en la época morphing, que a día de hoy han perdido cualquier tipo de espectacularidad y son espantosos.
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