martes, mayo 01, 2012
La familia Addams
Barry Sonnenfel había comenzado en el cine porno, cuenta que, junto a un amigo, se compró una cámara y para poder pagarla se propusieron rodar 9 películas X en 9 días. Él mismo contaba que en su primer día decidió ponerse unos pantalones ajustados por si tenía alguna erección y así no se le notase, pero luego resultó que con la tensión del rodaje allí no se levantaba nada. Eso sí, se llevó alguna salpicadura. Dejemos a la imaginación de qué líquido espeso y blanco.
La cuestión es que tiempo después consiguió meterse en el cine convencional, siendo un reputado director de fotografía de Big, Misery o unas cuantas de los hermanos Coen (Arizona Baby o Muerte entre las flores, entre otras).
Bajo el amparo de la Orion (recordemos su buena época con Terrorífica luna de miel, Robocop o El silencio de los corderos) fichó para debutar en tareas de director con la adaptación cinematográfica de unas tiras cómicas que aparecían en el The New Yorker a finales de los años 30 y en los 60 tuvo su serie de televisión en imagen real, para, finalmente, en los 70 pasarse al terreno de la animación de la mano de Hanna-Barbera: La familia Addams.En general no tuvieron muchos problemas para el casting, siendo en su mayoría las primeras opciones que tenían en mente (Raúl Juliá y Anjelica Huston), salvo en el caso de Fétido, que en un primer momento se eligió a Danny DeVito, pero este declinó la oferta. Se pasó a contactar con Christopher Lloyd, que, al no tener la fisionomía que requería el personaje, se tuvo que prestar a interminables sesiones de maquillaje para las pruebas de cámara. Pero las prótesis no funcionaban y finalmente, dos días antes del inicio del rodaje, decidieron ponerle un traje con relleno y afeitarle la cabeza.
Además de estos tres actores teníamos a una jovencísima Christina Ricci; Carel Struycken, que había sido el gigante de Twin Peaks o el malo de La batalla del planeta de los ewooks, como el mayordomo Lurch; y un cameo del propio Sonnenfeld (muy amigo de hacer apariciones en sus films) como el pasajero del tren en miniatura de Gómez.
Recuerdo que en su estreno se comentaba mucho que era una película que tenía cierto tufillo a Tim Burton, seguramente porque, aparte de la estética, el film tiene una banda sonora que por momentos nos puede recordar al trabajo de Elfman; aunque también sería bueno recordar que detrás del guión estaban Caroline Thompson (Eduardo Manostijeras, Pesadilla antes de Navidad) y Larry Wilson (Beetlejuice / Bitelchús).
Uno de los grandes problemas que se encontraron fue con los efectos especiales, concretamente para dar vida a Cosa, una mano con vida propia. En la antigua serie de televisión siempre estaba metida en una caja y solventaban la papeleta con un clásico agujero. Pero para la versión cinematográfica quisieron darle más vida y que interactuase constantemente con los demás personajes, ¡que para eso estábamos en los 90!
Además de usar manos mecánicas a través de radio control, aprovecharon las nuevas técnicas digitales, borrando el resto del cuerpo del actor que daba vida a Cosa. Actor que en un principio se pensó en un mago, por aquello de saber mover las manos, pero el tema no acababa de funcionar. Luego se pensó en un mimo, cosa que tampoco cuajó, para volver a usar un mago llamado Christopher Hart.
El efecto de Cosa, pese a la cantidad de años que tiene el film, se mantiene muy digno. Cierto que en algún momento se notan las transparencias pero en general pasan con muy buena nota.
Es curioso, porque La familia Addams tenía todos los ingredientes para que me gustase en aquella época que no tendría más de 11 años: efectos especiales, gente rara, monstruitos, decorados siniestros... Pero había algo que me tiraba para atrás. Quizá era su argumento, terriblemente básico (Fétido hace 25 años que se fue de casa y ahora aparece alguien que se hace pasar por él para quedarse los millones de la familia), y que la mayor gracia de todo el asunto es ver las excentricidades de los Addams. O quizás el horrible final, donde resuelven todo de una forma la mar de tonta. Lo más jodido es que 20 años después sigo pensando lo mismo.
El film fue un exitazo, recaudando casi 200 millones en todo el mundo, lo que propició la consiguiente aparición de merchandising (videojuegos para las diferentes consolas del momento, muñecos, etc) y nuevamente una serie de animación, otra vez a cargo de Hanna-Barbera que usó un diseño basado en los dibujos originales de Charles Addams. Y, por supuesto, una secuela: La familia Addams. La tradición continúa.
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3 comentarios:
Recuerdo ver la peli en el cine. A mí me gustó. Era entretenida, pero no consiguió estar nunca a la altura de Los Monster que veía en La bola de cristal.
Y no es por el cariño que le tenía a Los Monster, es porque fué peor producto.
Bueno, es que técnicamente Los Munster salieron a rebufo de los Addams. Pero sí que en cuanto series los Addams salían perdiendo a mi parecer.
La que era infumable era "Los Munster hoy", donde se despertaban en los 90 después de haber quedado hivernados.
Película que recuerdo con mucho cariño, la vi muchas veces el mismo productor, Scott Rudin, ha hecho ya varios trabajos de ese tipo y mejores o interesantes.
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