El gran problema de la película es que empezó siendo un proyecto muy publicitado a finales de los 80, cuando Dangerfield está en un momento de subidón y la finalización de la película se alargó mucho. Básicamente porque los productores acabaron suavizando el argumento para acabar facturando un producto bastante light, seguramente por aquello que en la época no se estilaba la animación para adultos que sí tenía lugar en los 70. El propio Dangerfield acabó pasando bastante de la película pese a poner dinero una vez visto que su idea original nunca llegaría a la gran pantalla. El film, que en USA tendría un estreno muy limitado y aquí saldría directamente en VHS (con las canciones en inglés y sin subtítulos), nunca acaba de funcionar. Quedan algunas pinceladas canallescas, pero ni de broma lo que debería haber sido. La animación, sin ser una genialidad como las de Disney en la época, está muy correcto (el inicio tiene ordenador por un tubo) ya que detrás estaban los de La tostadora valiente (Hyperion Animation), pero ni por esas se salva.
Está claro que este argumento lo hemos visto en un sin fin de comedietas de enredo que, supuestamente, dan pie a equívocos y malentendidos que harán las delicias del respetable. O eso creen los guionistas. Lo que podría ser una comedia de corte amable y familiar en este caso les quedó algo muy políticamente incorrecto que hoy en día no se podría haber rodado y posiblemente por eso esté bastante desaparecida (aquí ni se llegó a editar en DVD). La mayoría de gags consisten en equívocos con lector pedófila. Para ejemplo un botón: Dangerfield y Brandis (que está patético haciendo comedia) están en el probador de una tienda de ropa femenina y una abuela con su nieta desde afuera escucha la conversación que le da a entender que el hombre se está beneficiando a la niña. Y así todo el rato. Incluso sale el Salvo Dangerfield y Jonathan Brandis (el chaval de la serie Seaquest o La historia interminable II, que acabó suicidándose por aquello que a él le molaban más los pirindolos y no aguantó la presión de ser un ídolo de adolescentes) destacar a la comediante Jackée Harry y Vinessa Shaw (vista en El retorno de las brujas o el remake de Las colinas tienen ojos). En la dirección un decadente Sidney J. Furie, que venía de hacer lo propio en Superman IV, El ente o Águila de acero. Casi nada.