martes, octubre 01, 2024

Mats Helge Olsson en Spain


Mats Helge Olsson ha pasado un par de veces por este blog. Concretamente en las reseñas de La liga de los fantasmas, Huellas de sangre y Misión tras el telón de acero. Allí tienes explicado con bastantes pelos y señales la vida y milagros de este director sueco que en su etapa de "esplendor" en los 70 y, sobre todo, los 80 fue repudiado por todo el mundo y que desde hace unos años ha sido rescatado en documentales y estudiosos de la serie B y Z.

Pero la cuestión de este texto no es volver a tocar su historia, si no comentar los títulos de su filmografía que llegaron a nuestro país. Apenas son 6 películas que aparecerían directamente en VHS (salvo Misión tras el telón de acero, que llegó a tener estreno en cines). Y, desde luego, no merecen grandes artículos ni análisis porque son de esos subproductos que es más divertido e interesante hablar de su realización que de la propia película, que al final eran títulos muy planos y ramplones incluso.

Así pues, aquí tenemos breves reseñas de la filmografía editada en España de Mats Helge.


Misión tras el telón de acero (The Ninja Mission, 1984). Este film fue su gran éxito internacional y el primero de sus títulos que tuvo distribución en nuestro país (incluso estrenándose en cines en 1987). Un locurón con la CIA, la KGB y ninjas en las nevadas tierras suecas difícil de aguantar. Al menos en sus primeros 75 minutos, a partir de ahí festival de ninjas cortando cabezas, tiroteos y explosiones. En su intento de distribución internacional fue rechazada por la Cannon por mala. En cambio, fue recibida con alegría por la New Line para el mercado norteamericano. Se estima que la película recaudó más de 25 millones de $ en todo el mundo, de los que el pobre Mats no vería un céntimo.


Huellas de sangre (Blood tracks, 1985). Es, quizá, el título más conocido de Helge (aunque acreditado como Mike Jackson). Básicamente por ser considerada un slasher con tintes heavy metal. Aunque realmente estaría más en la línea de Las colinas tienen ojos.
Protagonizada por el grupo heavy Easy Action (su guitarrista acabaría en Europe), que encarnan a los Solid Gold (en el doblaje traducido como Oro Puro), que llegan a unos parajes nevados para grabar un videoclip con la mala fortuna que la zona está habitada por una familia de ¿mutantes caníbales? Un alud los dejará atrapados e incomunicados a merced de la familia matarife.
Aquí Helge demuestra que poco o nada le interesaba el terror. Él iba a o lo que iba, que viene siendo dar la carnaza que el espectador medio del slasher quiere: muchas muertes. Pero se olvidó de darles algo de gracejo, pues son un poco pa sucat amb oli. Mucha muerte ramplona y poco imaginativa.
Huellas de sangre no es la peor de su especie. Pero tampoco la mejor.


La isla de las águilas (Eagle island, 1986).
Se dice que este film fue el intento de Mats por repetir el éxito de The ninja mission pero teniendo acceso a los beneficios. Pero poco o nada tiene que ver con aquella, salvo que en algunos países enfatizaron la presencia de ninjas que realmente eran militares con pasamontañas. Aquí un par de fotógrafas llegan a una isla con intención de estudiar a las aves del lugar, descubriendo que aquello es una base secreta militar.
Rodada al estilo del director. Esto es: realización paupérrima, diálogos amateur y escenas de acción sin acción. Parece que hay un intento de hacer una introducción épica con un tema Aor pero en cuanto vemos que los títulos de crédito están hechos con un Commodore todo cae por su propio peso.


La liga de los fantasmas (Spökligan, 1987).
El film es una rareza dentro de la filmografía de nuestro director sueco favorito. Una película de aventuras juveniles totalmente blanca. Pero fiel a su espíritu todo parece rodado fuera de su tiempo, siendo una historia demasiado naif hasta para ser de 1987.
Sí, sin duda estamos ante la mejor de sus carátulas, pero lamentablemente es demasiado buena para lo que nos vamos a encontrar cuando apretamos el botón Play. Muy posiblemente añadir el término "fantasma" en el título no sea más que una triquiñuela para emparentarla con Los cazafantasmas, porque aquí lo de los fantasmas es algo anecdótico, donde un grupo de chavales intentará ayudar a un ladronzuelo a desenmascarar a una banda de contrabandistas de alcohol. Sí, algo muy demodé ya en los 80. Podrían ser los Goonies suecos pero se queda en Alfred Hitchcock y los tres investigadores con benzodiacepina y leche calentita.


Animal protector (Animal protector, 1989).
Es la primera (y la única distribuida en nuestro país) de las tres películas dirigidas por Mats Helge en las que contaba con la presencia de David Carradine... aunque este solo había sido contratado para una. Estamos ante el clásico engaño a la estrella en decadencia de turno que acepta un cheque por participar en una pequeña producción en un país extranjero con la seguridad que su trabajo nunca llegará a tierras norteamericanas. Pero lo que no sospecha es que esas escenas inconexas que está rodando en 4 o 5 días, sin apenas aprenderse el guión, son realmente parte de 3 películas diferentes. Y, digámoslo ya, el que estuviera borracho durante su estancia en Suecia tampoco ayudaba mucho.
Créditos con filtros duotono y una canción de aquellas que se lo creen más que la propia película nos preparan para una de aquellas que evitabas en el videoclub. Y que escuchar a Pepe Carabias doblar ha 5 o 6 personajes diferentes siempre mola.


Hired gun. Mercenarios (The hired gun, 1989). Sin ninguna duda Hired gun (Mercenarios) es lo peor de Mats Helge de todo lo que se distribuyó por aquí.
Según algunas fuentes solamente estuvo en la producción y guión, pero en esta edición su nombre aparece compartiendo tareas de dirección con Arne Mattsson, un clásico del cine sueco que cosechó premios y alabanzas en los 50s y 60s para dar paso al ostracismo de subproductos eróticos y de terror en los 70s y 80s.
Tenemos un argumento tan poco interesante e insulso como el de unos mercenarios intentando recuperar unos documentos alemanes que se encuentra en una base militar norteamericana.
Monotonía y estupor absoluto entre explosiones falleras y diálogos sin ton ni son, que se salvan por tener un protagonista que parece el clon de Kurt Russell en Golpe en la pequeña China. Parecido que se acentúa por lucir mullet y el mismo tipo de vestimenta. Si nos imaginamos que es una nueva aventura de Jack Burton igual hasta podemos llegar al final de la cinta sin sufrir daños cerebrales. Qui no vulgui pols que no vagi a l'era.