domingo, marzo 29, 2020

Festival de trailers (CXLXII)



Double Dragon (Double Dragon, 1994) de James Yukich. Con Mark Dacascos, Scott Wolf, Robert Patrick, Kristina Wagner, Julia Nickson, Alyssa Milano y Nils Allen Stewart.



Mortal Kombat (Mortal Kombat, 1995) de Paul W.S. Anderson. Con Robin Shou, Christopher Lambert, Linden Ashby, Cary-Hiroyuki Tagawa, Bridgette Wilson, Talisa Soto, Trevor Goddard y Chris Casamassa.



Wild Wild West (Wild Wild West, 1999) de Barry Sonnenfeld. Con Will Smith, Kevin Kline, Kenneth Branagh, Salma Hayek, Ted Levine, Bai Ling, Musetta Vander y M. Emmet Walsh.



La momia (The Mummy, 1999) de Stephen Sommers. Con Brendan Fraser, Rachel Weisz, John Hannah, Arnold Vosloo, Jonathan Hyde, Oded Fehr, Kevin J. O'Connor y Stephen Dunham.



El último gran héroe (Last Action Hero, 1993) de John McTiernan. Con Arnold Schwarzenegger, Austin O'Brien, Charles Dance, Anthony Quinn, F. Murray Abraham, Robert Prosky, Mercedes Ruehl, Frank McRae, Tom Noonan, Bridgette Wilson e Ian McKellen.



Bonus track 



miércoles, marzo 25, 2020

Escape from Tomorrow


En este blog siempre se ha recibido con los brazos abiertos todos aquellos Disney oscuros, amorfos y con ciertas taras. Todos ellos (o la gran mayoría) paridos entre mediados de los 70 y finales de los 80, hasta que La sirenita se convirtió en el ave Fénix de la compañía del tito Walt.
Meter a Escape from Tomorrow en el mismo saco es jugar sucio, pues no estamos ante una producción Disney pero, en cambio, sí está rodada en el seno de Disney. Más concretamente en sus parques de atracciones.

Dirigida por Randy Moore, que pensó en hacer una película amateur ambientada en un parque de atracciones. Siendo en su infancia un habitual en el parque Disney de Orlando, pensó que estos serían los escenarios idoneos por tener ese arraigo con la cultura norteamericana. Evidentemente esto lo complicaba todo, pues era imposible que le dieran el permiso para plantarse ahí a grabar. Así que, después de descartar la idea de grabar los fines de semana y usar a sus amigos, contrató a un grupo de actores y decidió que el rodaje fuese a escondidas, lo que también le obligó a contratar a un equipo técnico. 
 

A la hora de grabar se montó un plan de rodaje guerrillero en el cual usaron cámaras Canon EOS como las que usan muchos turistas y no llamar la atención, además, los actores llevaban grabadoras de audio en los bolsillos para no levantar la liebre. Para evitar sospechas también entraban a los parques en pequeños grupos y se comunicaban entre ellos mediante sus teléfonos móviles. Evidentemente se ajustaban a un guión que en los días anteriores habían memorizado y ensayado. Todo muy Bowfinger.Moore, siendo muy consciente que enfrentarse a la maquinaría legal de Disney era un suicidio, se llevó todo el material rodado a Corea del sur y allí realizó el montaje, lo que hizo que la cosa se le disparara en presupuesto y llegó superar el medio millón de dólares. No olvidemos que esto nació para ser una peli amateur filmada en fines de semana.

Después de su paso por el festival de Sundance, comenzó a generar cierta expectativa y en su ya extinta web había un reloj con el número de horas que había pasado desde el estreno sin que recibieran una demanda por parte de la major. Pero no pasó nada.

 

Con pases en varios festivales de renombre como Sundance o Sitges, la existencia de la película no era desconocida por Disney. Y, contra todo pronóstico, no hizo ningún tipo de acción legal. Podría haber tirado por el hecho que rodaron en sus instalaciones sin permiso, que aparecen muchas personas que estaban en el parque y que no habían dado su consentimiento a aparecer en la película... Pero Disney sabía que meterse en el pantanoso sistema judicial crearía un foco sobre la película, mientras que, como acabó pasando, si simplemente la ignoraban el tiempo acabaría por enterrar a Escape from Tomorrow.
 

Y sí, estamos ante una de esas producciones que es más fascinante toda su gestación que la propia obra en sí. En este caso, la historia del padre de familia que pasa su último día de vacaciones junto a su familia en un parque de atracciones y precisamente ese día recibe la llamada de su jefe para despedirle y su posterior locura para descubrir como las princesas Disney forman parte de una trama de prostitución para empresarios, es poca cosa. Vale que estéticamente tiene ese aspecto raruno por rodarse en un quemado blanco y negro (auto impuesto por aquello de no poder usar iluminación) y la idea de lo podrido que hay bajo la superficie del american dream tiene su aquel, pero luego todo se vuelve alargado hasta el aburrimiento.

Decía que Disney simplemente dejó que la película muriese por sí misma, pero viendo que Randy Moore solo tiene este crédito como director y ya data de 2013, parece que igual sí que la compañía de Mickey Mouse usó sus armas.


domingo, marzo 22, 2020

Festival de trailers (CXLXI)



Link (Link, 1986) de Richard Franklin. Con Elisabeth Shue, Terence Stamp, Steven Pinner, Richard Garnett, David O'Hara y Kevin Lloyd. 



La obsesión de Sarah Hardy (The Haunting of Sarah Hardy, 1989) de Jerry London. Con Sela Ward, Michael Woods, Roscoe Born, Polly Bergen y Morgan Fairchild.



House. Una casa alucinante (House, 1986) de Steve Miner. Con William Katt, George Wendt, Richard Moll, Kay Lenz, Mary Stavin, Michael Ensign y Erik Silver.



City of blood (City of blood, 1983) de Darrell Roodt. Con Joe Stewardson, Ian Yule, Ken Gampu, Susan Coetzer y Gys De Villiers.



Granja maldita (The Curse, 1987) de David Keith. Con Wil Wheaton, Claude Akins, Cooper Huckabee, Malcom Danare, Amy Wheaton y John Schneider.

martes, marzo 17, 2020

Nirvana

nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores

A mediados de los 90 nos llegaba el asentamiento total de la tecnología CD a la informática. Pese a que todavía eran días en los que tener un PC en casa no estaba al alcance de todos, nos empezaba a llegar la fragancia de internet y en las ediciones dominicales de los periódicos comenzaba a ser habitual las enciclopedias interactivas por entregas entre suplementos y panfletos. 

El cine no era ajeno a esto y nos vendieron la burra con el techno-thriller que a la que te descuidabas te metían aquellos incipientes efectos digitales que ya en la época eran cantones. Estaban los que nos querían meter el miedo en el cuerpo por el mal uso de la tecnología (La red), los que buscaban al público juvenil en pleno boom de los videojuegos (Brainscan) y hasta españoladas bizarras (Los corsarios del chip).

nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores

En un futuro indeterminado (aunque durante el rodaje se hablaba del año 2005) los videojuegos son cosa de la realidad virtual. Jimi Dini (!!!!) es el diseñador estrella del sector y tiene a punto Nirvana, el último de sus trabajos. Pero el videojuego virtual tiene un extraño virus que hace que su protagonista tenga pensamiento propio y sea consciente que está en un programa virtual. Este se pone en contacto con Jimi para que le ayude, a lo que el programador se embarcará un viaje hacia las instalaciones de Okosama Starr, la compañía que lanza el juego y está apunto de generar las copias para venderlas, con intención de parar la producción.
 
nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores

Nirvana es una película puramente cyberpunk que picotea sin rubor de otras obras del género como Blade Runner, Días extraños, un poco de Tron, Tank Girl o la novela Neuromancer. De la película de Ridley Scott toma buena nota en el aspecto visual (mezcla de culturas, los puestos de comida en la calle, neones, vestuario estrafalario –Papa Noeles con máscaras antigás, policía con estética mezcla de antidisturbios y samurai–) y colocarle una voz en off a nuestro protagonista que va soltando frases grandilocuentes que parecen sacadas de las galletas chinas de la suerte. También se fija en lo de que siempre sea de noche pero cambia la lluvia por una constante nevada (imagino que porque les daría muchos menos problemas).
Podríamos pensar que al estar en una coproducción franco-italiana (aunque, como luego veremos, apesta a italiana en cada uno de sus fotogramas) de los 90 con Christopher Lambert a la cabeza y mamando de Blade Runner como si no hubiera un mañana, nos vamos a topar con un exploit de chichinabo, pero nada más lejos de la realidad. A nivel estético la cosa se aguanta muy bien y ni la mezcla de culturas da un cante como podían dar los exploit italianos ochenteros de Mad Max, ni los decorados parecen un parque de atracciones. Y si bien es cierto que hay algún que otro efecto de croma que es malo como él sólo, cuando hay muertes en el mundo digital hacen un efecto de un amasijo de píxeles que caen al suelo que está fetén y que, casualidades de la vida, años después han usado en muchos videojuegos (No more heroes).
 

Por otro lado, los diálogos son de chiste. Sin duda, el director y guionista Gabriele Salvatores, que en un principio quiso que la película fuera un western futurista con robots y androides, era poco indicado para llevar las riendas de un film de estas características que no deja de ser una rareza dentro de la filmografía italiana. Cosa que se nota especialmente en las escasas escenas de acción, que están filmadas con desgana y poco interés. El tipo, que venía del mundo del teatro, había hecho algunas películas en los 80 (comedias y dramas, como buen italiano), pero sería en 1991 cuando su nombre sonaría con fuerza gracias al Oscar a mejor película extranjera que ganó con Mediterráneo.
 
nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores

Y si antes decía que por mucha coproducción que digan esto es en esencia un producto totalmente italiano, no hay más que ver a los actores. La gran mayoría italianos que en su tierra eran conocidos pero que aquí nos eran totalmente anónimos. Todos con pintas de pasear en góndola y/o timar a turistas, y con ese gesto suyo tan característico de juntar las yemas de los dedos mientras mueven la mano arriba y abajo.

nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores
Pero, como es bien sabido, el auténtico protagonista es un Christopher Lambert que, mientras se pelea con una especie de Alexa, nos regala una de sus interpretaciones de peix bullit y que al menos no molesta y ni por asomo es el peor parado.
Me hace especial gracia que el póster de cine usaran la imagen de Kali, la diosa indú, y ya en su paso a videoclubs colocaron la cara de Lambert en la carátula dejándonos claro que el tipo ya tenía la etiqueta de actor videoclubero y en los cines más que atraer, repelía. Recuerda que era su época de serie B de acción norteamericana con Presa de la secta, Gunmen, Adrenalina o Mortal Kombat, que por muy bien que fuese en taquilla no dejaba de ser una adaptación de un videojuego en una época (y ahora pasa igual) que eran pasto del cachondeo peor entendido.
Como última anotación en el cast, una breve aparición de Emmanuelle Seigner, mujer de Polanski.
 
nirvana 1997, christopher lambert, Gabriele Salvatores

Nirvana costó mucha pasta (y no italiana, precisamente). 10 millones de dólares que dieron para quedar bien en el aspecto visual, pero ni las interpretaciones ni el director estaban a la altura (hay un personaje que se llama ¡Joy Stick!). Claro, si la comparas con otra producción europea del mismo año como El quinto elemento (que si no voy errado era la película europea más cara hasta ese momento) es como el día y la noche. Pero está claro que son películas con medios e intenciones muy diferentes.
En Italia fue un pepinazo que trincó más de 7 millones, aquí nadie le hizo ni caso y en los USA tuvo una distribución muy limitada de la mano de Dimension Films (Miramax).


Con buena visión, lanzaron junto a la película un videojuego para PC de título Nirvana X-ROM. Como no podía ser de otra forma en la época, nos encontramos ante una película interactiva o Full Motion Video, con algunas escenas sacadas de la película y otras rodadas ex profeso, junto algunos escenarios recreados en un prehístorico 3D. El juego pasó con más pena que gloria y juraría que por aquí no llegó a tener distribución.

domingo, marzo 15, 2020

Festival de trailers (CXLX)



Dos estafadores y una mujer (Tin Men, 1987) de Barry Levinson. Con Richard Dreyfuss, Danny DeVito, Barbara Hershey, John Mahoney, Bruno Kirby, Seymour Cassel, Jackie Gayle y Stanley Brock.



¿Estás muerta, cariño? (Hello Again, 1987) de Frank Perry. Con Shelley Long, Judith Ivey, Gabriel Byrne, Corbin Bernsen, Sela Ward, Austin Pendleton, Madeleine Potter y Carrie Nye.



¡Por favor, maten a mi mujer! (Ruthless People, 1986) de Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker. Con Danny DeVito, Bette Midler, Judge Reinhold, Helen Slater, Bill Pullman, William G. Schilling y Anita Morris.



Tres hombres y un bebé (Three Men and a Baby, 1987) de Leonard Nimoy. Con Tom Selleck, Steve Guttenberg, Ted Danson, Nancy Travis, Margaret Colin, Alexandra Amini, Francine Beers, Lisa Blair y Michelle Blair.



Un loco suelto en Hollywood (Down and Out in Beverly Hills, 1986) de Paul Mazursky. Con Nick Nolte, Bette Midler, Richard Dreyfuss, Little Richard, Tracy Nelson, Elizabeth Peña y Evan Richards.



Bonus track:

domingo, marzo 08, 2020

Festival de trailers (CXLIX)



Recuerdos de guerra (In Country, 1989) de Norman Jewison. Con Bruce Willis, Emily Lloyd, Joan Allen, Kevin Anderson, Richard Hamilton, Judith Ivey, John Terry y Peggy Rea.



La mujer de hierro (Nowhere to Hide, 1987) de Mario Azzopardi. Con Amy Madigan, Daniel Hugh Kelly, Robin MacEachern, Michael Ironside, John Colicos, Chuck Shamata y Clark Johnson.



A la caza del lobo rojo (The Package. 1989) de Andrew Davis. Con Gene Hackman, Joanna Cassidy, Tommy Lee Jones, John Heard, Dennis Franz, Reni Santoni, Pam Grier y Ron Dean.



El imperio del sol (Empire of the Sun, 1987) de Steven Spielberg. Con Christian Bale, John Malkovich, Joe Pantoliano, Miranda Richardson, Nigel Havers, Leslie Phillips y Ben Stiller.



Desaparecido en combate 2 (Missing in Action 2: The Beginning, 1985) de Lance Hool. Con Chuck Norris, Oh Soon-tek, Steven Williams, Bennett Ohta, Cosie Costa y John Wesley.


jueves, marzo 05, 2020

El quimérico inquilino

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

A mediados de los 70 la carrera cinematográfica de Roman Polanski estaba en un punto álgido gracias al éxito de crítica y público de Chinatown (otro tema sería su vida personal después del asesinato de Sharon Tate). La película estaba producida bajo el amparo de la Paramount, al igual que La semilla del diablo, por lo que conseguir que le produjesen El quimérico inquilino, basada en la novela homónima de Roland Topor, fue tarea fácil. En octubre de 1975 y tras una conversación telefónica de poco mas de un cuarto de hora, se cerraría el acuerdo por el cual la major asignaba un presupuesto de 2 millones y medio de dólares para la producción. Sin tiempo que perder, Polanski se pondría manos a la obra y a finales de mayo de 1976 tendría la película terminada y presentándose en el festival de Cannes.

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

Un joven y gris oficinista de nombre Trelkovsky busca un piso donde alojarse en París. Gracias a un contacto se entera que un humilde apartamento ha quedado libre después que su inquilina intentara suicidarse lanzándose por la venta y haya quedado postrada en una cama bajo capas y capas de escayola en un hospital. Después de conseguir convencer al casero de que le rebaje el arrendamiento, se instalará en el piso, y lo que parecía que iba a ser una estancia tranquila acabará convirtiéndose en un viaje a la locura para nuestro protagonista cuando empiece a entablar relación con sus vecinos.

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

Uno de los pocos problemas que se encontró el director fue la insistencia de Paramount para que se rodase en USA, pero Polanski hizo valer su condición de director estrella e impuso Francia como lugar para la filmación, aduciendo que la novela original transcurría allí y que de rodarse en tierras americanas le daría un toque demasiado cómico. Concretamente se rodó en los estudios Épinay en París, en un decorado que simulaba el edificio donde transcurre la historia y que costó medio millón de dólares. Para conseguir darle una sensación de mayor tamaño se usó un ingenioso pero simple sistema de espejos. Tampoco le sería fácil usar una grúa Louma (acuérdate de la secuencia de la fachada en Tenebre), que en aquel momento estaba en una fase casi experimental, que permitió el plano secuencia de apertura del film.

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

Polanski se adjudicó el papel de Trelkovsky (aunque, al igual que El baile de los vampiros, no aparece acreditado). Sin duda sabía muy bien que era eso de vivir en un cuchitril en París y sentirse un extranjero allá donde iba. Por si no lo sabes, el director, pese a nacer en París, se cría en Cracovia desde los 3 años en el seno de su familia judío polaca. Después de haber visto como su madre moría en un campo de concentración nazi, consiguió evitar a los alemanes mientras vivía en la mendicidad en los guetos polacos. Ya de adulto, vivió en Francia, USA, Inglaterra, Italia... con lo que, además de conocer la vida de los bajos fondos, tenía muy claro lo que se siente al ser siempre considerado un extranjero.
Para el resto de cast nos encontramos a una joven Isabelle Adjani, Melvyn Douglas (el malo de Al final de la escalera), Claude Dauphin (el presidente de la Tierra en Barbarella), Shelley Winters y Rufus (habitual en pelis de Jeunet).

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

Con un guión firmado por el propio Polanski y Gérard Brach (con el que tuvo una extensa colaboración –Repulsión, El baile de los vampiros, Piratas, Frenético...–) en el que respetaban mucho el material kafkiano de Topor, aunque había algunas diferencias. Diferencias que básicamente venían dadas por el cambio de medios. Mientras que el inicio del libro casi parece un relato cómico, con un personaje al que todo le sale mal, la película se inicia con ese plano secuencia made in Louma que recorre la fachada del edificio acompañado de una música misteriosa (genial trabajo de Philippe Sarde) que ya nos pone en aviso que la historia que estamos apunto de ver tiene poco de graciosa. También es importante que el cambio de medio afecta al, en este caso, espectador. Mientras que en la versión de Polanski no se acaban de explicar el porqué de algunas decisiones del protagonista y quedan un poco en el aire, en el libro cuenta con la figura del narrador, quien nos transmite lo que le pasa por la cabeza a Trelkovsky y todo queda más claro. Aun y así esto son nimiedades en el resultado final.

El quimérico inquilino, Roman Polanski, Isabelle Adjani, Roland Topor

El quimérico inquilino fue un fracaso en Norteamérica (aquí tendría un estreno una año después que se limitaba a salas en V.O.) donde apenas llegaría a sumar 2 millones en taquilla. Está claro que allí esperaban otro estilo de película y el tipo de terror psicológico que mostraba Polanski estaría más cerca de la sensibilidad europea que la yankie. Por fortuna la película ha ido aguantando el paso del tiempo, llevándola a tener un pequeño culto.

domingo, marzo 01, 2020

Festival de trailers (CXLVIII)



Los locos defensores de la ley (Les ripoux, 1984) de Claude Zidi. Con Philippe Noiret, Thierry Lhermitte, Régine, Grace De Capitani, Claude Brosset, Albert Simono, Julien Guiomar y Henri Attal.



Mi mejor amigo (Mon meilleur ami, 2006) de Patrice Leconte. Con Daniel Auteuil, Dany Boon, Julie Gayet, Julie Durand, Jacques Mathou, Marie Pillet, Elizabeth Bourgine, Henri Garcin y Jacques Spiesser.



¡Ah!, si yo fuera rico (Ah! Si j'étais riche, 2002) de Gérard Bitton y Michel Munz. Con Jean-Pierre Darroussin, Valeria Bruni Tedeschi, Richard Berry, François Morel, Zinedine Soualem, Darry Cowl, Jean Dujardin y Héléna Noguerra.



La hija de D'Artagnan (La fille de D'Artagnan, 1994) de Bertrand Tavernier. Con Sophie Marceau, Philippe Noiret, Claude Rich, Sami Frey y Jean-Luc Bideau.



Un indio en París (Un indien dans la ville, 1994) de Hervé Palud. Con Thierry Lhermitte, Ludwig Briand, Patrick Timsit, Miou-Miou, Arielle Dombasle, Sonia Vollereaux, Jackie Berroyer, Philippe Bruneau y Marc De Jonge.