Si bien a mediados/finales de los 90 Daft Punk gozaba de gran popularidad entre los fans de la música electrónica pese haber publicado sólo el Homework en 1997, no sería hasta el lanzamiento del Discovery en 2001 que tendría un acercamiento ante un público más generalista. Otro cantar sería su salto definitivo al "para todos los públicos" con el Random Access Memories, por otro lado un disco bastante mediocre.
Pero volvamos a finales de los 90. El dúo se enfrascó en la grabación de su segundo álbum que duraría 2 años. Ya en el 2000 y con el álbum grabado (pero sin publicar) se fueron a Japón a tantear a Leiji Matsumoto, creador de El Capità Harlock, ya que los franceses eran fans de la serie animada y tenían en mente que el dibujante estuviera involucrado en un proyecto audiovisual más grande que el lanzamiento de un "simple" disco. Según el propio Matsumoto, aceptó participar el proyecto cuando recibió la visita de Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter (Daft Punk) y estos iban con sus cascos (en esta época ya llevaban todo el rollo de los robots). La verdad, la anécdota me parece más demasiado impostada, pero que siempre queda molona para rellenar el anecdotario.
Pero fuese como fuese, el artista japonés se embarcó en el proceso de esa historia animada que habían ideado los músicos junto a su colaborador Cédric Hervet (que también sería guionista en la posterior Electroma), siendo supervisor de los diseños y que acabó dirigiendo Daisuke Nishio, Hirotoshi Rissen y Kazuhisa Takenouchi en los estudios Toei.
Después de casi 3 años de producción y unos 4 millones de dólares gastados, Interstella 5555 vería la luz en el mismísimo festival de Cannes en el 2003.
En otro planeta, un grupo musical son secuestrados por un oscuro productor musical que se los trae a la Tierra, les cambia la apariencia (originalmente son azules), les lava el cerebro y los convierte en los Crescendolls, el grupo de moda. Básicamente una suerte de músicos zombificados que solamente se dedican a generar discos de oro, ya que el malvado productor necesita 5555 discos de oro para dominar el universo.
La película tuvo cierta repercusión en su día, aunque no inventaba nada (ahí teníamos The Wall de Pink Floyd o Recuerdos de Broad Street de McCartney) y con el tiempo ha quedado bastante olvidada. A las masas nos llegaría en una edición en DVD en su época temprana. Edición que hoy en día ha quedado muy mal parada con un formato 4:3 y una calidad de imagen justita.
Luego hemos tenido proyectos como el de Gorillaz, que iban un paso más allá y han dejado más huella como proyecto multimedia.