domingo, enero 26, 2020

Festival de trailers (CXLIV)



Tres en la carretera (Three for the Road, 1987) de Bill L. Norton. Con Charlie Sheen, Kerri Green, Alan Ruck, Sally Kellerman, Blair Tefkin, Raymond J. Barry y Alexa Hamilton. 



¿Estás muerta, cariño? (Hello Again, 1987) de Frank Perry. Con Shelley Long, Judith Ivey, Gabriel Byrne, Corbin Bernsen, Sela Ward, Austin Pendleton y Madeleine Potter.



Mi jefe, el diablo (Angel on My Shoulder, 1980) de John Berry. Con Peter Strauss, Richard Kiley, Barbara Hershey, Janis Paige, Seymour Cassel, Scott Colomby y Peter MacLean. 



Murphy el gafe (It's Murphy's Fault, 1988) de Robert J. Smawley. Con Patrick Dollaghan, Anne E. Curry, Stack Pierce, Norman Anstey, John Barrett, Suanne Braun, Tony Caprari, Tyrone Deche, Peter J. Elliott y Ted Le Plat.



Usted primero, por favor (Deathrow Gameshow, 1987) de Mark Pirro. Con John McCafferty, Robyn Blythe, Beano, Darwyn Carson, Mark Lasky, Bill Whitehead, Kent Butler y Debra Lamb.

miércoles, enero 22, 2020

Shock

Schock, shock, mario bava, Daria Nicolodi, lamberto bava

Dora es una señora que se ha quedado viuda. Su difunto marido era un drogadicto que murió en un accidente en un barco. La señor rehace su vida con su hijo pequeño y su nuevo marido, un piloto de avión que pasa mucho tiempo viajando, en la antigua casa donde vivió durante su primer matrimonio.

El niño se lleva genial con su nuevo padrastro, salvo cuando este último tiene momentos íntimos con la madre. Ahí el infante tiene un cambio de carácter y se vuelve violento hacia ellos, casi como si estuviera poseído. Eso hace que Dora empiece a tener accidentes hogareños (una persiana metálica está a punto de caerle encima, encuentra una cuchilla de afeitar entre las teclas del piano...) y sospeche que detrás de ellos está su hijo.


Schock, shock, mario bava, Daria Nicolodi, lamberto bava

Lo primero que te viene a la cabeza cuando hablas de Mario Bava son películas de terror gótico o esos primeros giallo con colorines. Por eso una película como Shock, que ya data de 1977 y sería su última película como director, con una fotografía "estándar" y ambientada en la actualidad (la de 1977) de entrada se nos puede hacer un poco extraña e, incluso, tirarnos para atrás.

No nos engañemos, estamos ante un film menor del italiano, en una época que ya arrastraba cierta dificultad a la hora de levantar producciones de cierta calidad, pues venía de películas con muchos problemas de producción y recaudación como El diablo se lleva a los muertos. Y tampoco está mal señalar que, pese a que muchos años después su figura fuese elevada a los altares del fantástico y terror, en vida fue una figura menospreciada y bastante maltratada.


Schock, shock, mario bava, Daria Nicolodi, lamberto bava

Está claro que Schock no es una obra maestra, pero al César lo que es del César, el tipo saca adelante una película que pasa en una casa y apenas tenemos 3 personajes. Podría ser una historia de aquellas que rápidamente la telegrafiemos y sepamos con mucha antelación cual va a ser la resolución, pero no es el caso. Aunque en parte esto es por el buen hacer de Bava, pero también porque el guión es tal caos que es difícil saber por donde irá el tema. Y eso que el libreto lo firma gente como Dardano Sacchetti (no debe ser casualidad que la resolución recuerde al de Siete notas en negro del que también tiene autoría) que, junto a Francesco Barbieri, había escrito una primera versión a principios de los 70 bajo el título de Al 33 di via orologio fa sempre freddo con la intención que Bava lo dirigiese con Mimsy Farmer (prota de 4 moscas sobre terciopelo gris) interpretando a la protagonista. El proyecto no fraguó y quedó congelado hasta que, una década más tarde, su hijo Lamberto Bava lo rescató y retocó junto a Alessandro Parenzo, básicamente para subir la moral de su padre que andaba depresivo por no conseguir una película que dirigir después de un par de años.


Además de Mario Bava hay que destacar unos cuantos nombres. Por un lado el mencionado Lamberto le ayudó en la dirección (se dice que el padre dirigía las sesiones matinales y el hijo por la tarde). La banda sonora corrió a cargo del grupo Libra, en cuya formación teníamos al batería Walter Martino, integrante de Goblin, lo que hace que la música del film nos recuerde mucho a la de Rojo oscuro, Suspiria y compañía.

En el cast tenemos a Daria Nicolodi, pareja de Argento en la época y que a diferencia de la mayoría de actores y actrices del momento tiene una filmografía tirando a escueta de la que, básicamente, destacan sus participaciones con su ex (Rojo oscuro, Inferno, Tenebre...) y que tendría mucho peso en el guión de Suspiria. Interpretando a su nueva pareja tenemos a John Steiner, británico que hizo mucha carrera lejos de las islas. Lo tienes en El bosque del lobo de Pedro Olea, el díptico basado en Colmillo blanco de Fulci, trabajó mucho con Tinto Bras (Calícula, Salón Kitty), fue protagonista de la versión del 74 de La invención de Morel, y coincidió con Argento en Tenebre. Como ves, fue un habitual del cine italiano de los 70 y 80.
 

Schock, shock, mario bava, Daria Nicolodi, lamberto bava

Shock es una película que se disfruta más si dejamos aparte el nombre de su director. De no hacerlo caeremos en la trampa de esperar mucho más. Aun y así nos encontraremos buenos momentos de terror, con algún susto como su plano más famoso del niño "transformado" en padre de ultratumba. Su gran hándicap sería un final demasiado deudor de las películas que lo petaban en la época como Carrie o films con niño maléfico como La profecía, que todo apunta a decisiones de Lamberto Bava.

No es la mejor forma de terminar la carrera de un clásico del fantástico, pero el que tuvo retuvo y siempre podremos rascar algo. Aunque sea por verle el culo a la Nicolodi.

domingo, enero 19, 2020

Festival de trailers (CXLIII)


La viuda del capitán Estrada (1991) de José Luis Cuerda. Con Anna Galiena, Sergi Mateu, Nacho Martínez, Chema Mazo, Manuel de Blas, Germán Cobos, Carmen Rossi, José María Escuer y Gabino Diego.



Volavérunt (1999) de Bigas Luna. Con Aitana Sánchez-Gijón, Jorge Perugorría, Penélope Cruz, Jordi Mollà, Stefania Sandrelli, Fermí Reixach, Jean Marie Juan, María Alonso y Zoe Berriatúa.



La mujer más fea del mundo (1999) de Miguel Bardem. Con Elia Galera, Roberto Álvarez, Héctor Alterio, Javivi, Guillermo Toledo, Enrique Villén, David Pinilla, Pablo Pinedo, Alberto San Juan, Anabel Alonso, Javier Gurruchaga, Agustín González, Luis Ciges, Saturnino García, Manuel Manquiña, Manuel Morón, Inma del Moral, María Isbert y Santiago Segura.



Torrente. Elbrazo tonto de la ley (1998) de Santiago Segura. Con Santiago Segura, Javier Cámara, Neus Asensi, Chus Lampreave, Tony Leblanc, Julio Sanjuán, Jimmy Barnatan, Darío Paso y Nuria Carbonell.



Muertos de risa (1999) de Álex de la Iglesia. Con Santiago Segura, El Gran Wyoming, Álex Angulo, Carla Hidalgo, Eduardo Gómez, José María Íñigo, Uri Geller, Manuel Tallafé y Jesús Bonilla.

viernes, enero 17, 2020

Murderock (Danza mortal)

Murderock (Danza mortal), Lucio Fulci, giallo

Después de dos décadas dirigiendo, a Lucio Fulci le llegaría el éxito casi de casualidad. Nueva York bajo el terror de los zombi (Zombi 2) fue un éxito del que se dice que llegó a recaudar más de 30 millones de dólares en todo el mundo, que era una barbaridad. El romano no se lo pensó dos veces y siguió por ese camino de terror y gore, que, al fin de cuentas, son los títulos que le harían pasar a la posteridad. Lamentablemente para él esta etapa, pese a ser fructífera, le duró poco. Se podría decir que con esta Murderock iniciaría una decadencia que le llevaría a títulos tan abyectos como Zombi 3 (aunque no la dirigió en su totalidad) o Demonia, en parte por culpa del declive en el que entraría el fantástico italiano.

Murderock (Danza mortal), Lucio Fulci, giallo

En una escuela de danza preparan los ensayos para elegir a los tres bailarines que aparecerán en un nuevo programa de televisión. A partir de entonces empezarán a sucederse las muertes en la academia. El asesino las duerme con cloroformo y les clava un alfiler en el corazón.


Lo que tenía que ser un giallo al uso, acabó mutando por obra y gracia de los productores a una horterada con bailarinas, ya que Flashdance había sido un éxito y en televisión la serie Fama tenía muchos seguidores. Como es natural a Fulci no le hizo demasiada gracia el cambio. Y menos que le pusieran en la banda sonora a Keith Emerson (que ya había hecho lo propio en Inferno de Argento), que, la verdad, no debía estar muy inspirado porque su trabajo es bastante olvidable. Pero en el fondo toda la película es olvidable. Si Soavi se salió con sus escenas coreografiadas en Aquarius un par de años después, la película de Fulci es terrible en ese aspecto, quedándole una estética muy hortera ya en la época.

Murderock (Danza mortal), Lucio Fulci, giallo

La historia tampoco es muy allá, siendo más o menos previsible en su resolución. Y eso que en el guión estaba Roberto Gianviti, que se había hecho cargo de los primeros tratamientos de Siete notas en negro, y la pareja Vincenzo Mannino y Gianfranco Clerici, que venían de trabajar con Fulci en El destripador de Nueva York. Su trabajo se inspiraba muy de aquella manera en la novela A Time of Predators de Joe Gores, que pese a no acreditarlo le lanzan un guiño al hacer que uno de los personajes aparezca leyendo un libro del autor.

Aunque lo que mas van a notar a faltar los seguidores del director es el gore y las salvajadas. Aquí nos tendremos que conformar con una aguja clavada en el corazón y poco más.


Murderock (Danza mortal), Lucio Fulci, giallo

En el cast una lista de nombres habituales en el género italiano y muchos habituales en la filmografía de Fulci: Olga Karlatos (a quien le reventaban el ojo en Nueva York bajo el terror de los zombi), Geretta Geretta (Demons), Silvia Collatina (la niña pelirroja de Aquella casa al lado del cementerio), Ray Lovelock (prota de No profanar el sueño de los muertos), Claudio Cassinelli (Roma Año 2072 D.C. Los gladiadores), Cosimo Cinieri (El destripador de Nueva York), Christian Borromeo (Tenebre) y Giovanni De Nava (el doctor Freudstein de Aquella casa al lado del cementerio). 

Originalmente Murderock estaba pensada como el inicio de una trilogía a la que seguirían Killer samba y Thrilling blues, pero visto lo visto, casi mejor que se quedasen en el limbo.

domingo, enero 12, 2020

Festival de trailers (CXLII)


Mi proyecto científico ( My Science Project, 1985) de Jonathan R. Betuel. Con John Stockwell, Danielle von Zerneck, Fisher Stevens, Richard Masur, Linda Hoy, Barry Corbin, Raphael Sbarge, Ann Wedgeworth y Dennis Hopper.



El príncipe de la tierra del más allá (Mio min Mio, 1987) de Vladimir Grammatikov. Con Nick Pickard, Christian Bale, Timothy Bottoms, Susannah York y Christopher Lee. 



La estrella de Navidad (The Christmas Star, 1986) de Alan Shapiro. Con Ed Asner, Rene Auberjonois, Jim Metzler, Susan Tyrrell, Karen Landry y Alan North.



Aventuras en la gran ciudad (Adventures in Babysitting, 1987) de Chris Columbus. Con Elisabeth Shue, Maia Brewton, Keith Coogan, Penelope Ann Miller y Vincent D'Onofrio.



El bosque sin retorno (Babes in Toyland, 1961) de Jack Donohue. Con Ray Bolger, Tommy Sands, Annette Funicello, Ed Wynn, Tommy Kirk, Kevin Corcoran y Henry Calvin.

domingo, enero 05, 2020

Festival de trailers (CXLI)



Robin Hood (Robin Hood, 1973) de Wolfgang Reitherman. Animación.




Fantasía (Fantasia, 1940) de James Algar, Samuel Armstrong, Ford Beebe Jr., Norman Ferguson, Jim Handley, T. Hee, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Bill Roberts, Paul Satterfield y Ben Sharpsteen. Animación.



La bella durmiente (Sleeping Beauty, 1959) de Clyde Geronimi. Animación.



La bella durmiente (Sleeping Beauty, 1959) de Clyde Geronimi. Animación. 



Pinocho (Pinocchio, 1940) de Ben Sharpsteen y Hamilton Luske. Animación.
 


Bonus track: 

viernes, enero 03, 2020

The blob. El terror no tiene forma

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

Ahora más que nunca el efecto nostálgia está en lo más alto. Desde material audiovisual como Stranger things o Turbo kid, a las secciones de productos chorras de cualquier gran almacén que está inundado de merchandising que usan como reclamo cualquier cosa que nos recuerde a los 80.

Peeero no estaría de más recordar que la nostalgia no es algo de ahora. Ya a finales de los 70 hubo un efecto de recuperar los años 50 y 60 (la época dorada de los USA). Tienes Grease y American graffiti de George Lucas a la cabeza. Y en los 80 siguió esa moda: Regreso al futuro, Porky's, Xanadú, Hairspray, Terciopelo azul o, siguiendo con Lynch, Twin Peaks, donde había personajes que parecían anclados en aquella época. Pero a donde voy es al efecto nostálgico para fabricar remakes de series B (en el mejor de los casos) de los 50. Tienes Teen Wolf, que sin ser un remake puro es una puesta al día de Yo fui un hombre lobo adolescente, La cosa (que técnicamente es una nueva adaptación de Who Goes There? de John W. Campbell Jr.), En los límites de la realidad (aunque era más un capricho de Spielberg y compañía), Invasores de Marte, La mosca, La tienda de los horrores... películas que solían llevarse palos por parte de la crítica que las acusaba de ser un pretexto para usar las novedosas técnicas en efectos especiales de la época para parir films vacíos. Está más que claro que el tiempo ha ido poniendo a cada uno en su sitio y en la actualidad son obras subidas a los altares.

Uno de estos remakes fue The blob. El terror no tiene forma, que se basaba en The blob que, digámoslo ya, si ha pasado a la historia es por la presencia de un todavía desconocido Steve McQueen como protagonista.
 

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

En un pequeño pueblecito que apenas consigue subsistir gracias a la temporada de esquí, aterriza un meteorito del que surge una pequeña masa gelatinosa. Un vagabundo se acercará a ver qué ha caído del cielo y será aniquilado por la masa que avanzará al pueblecito y conforme vaya ingiriendo personas se irá haciendo cada vez más grande. 

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

El primer golpe de efecto lo tenemos en la idea "prestada" de Psicósis de fulminar al que parece el protagonista a las primeras de cambio. Justamente aquí tenemos una conexión con la futura Twin Peaks, ya que allí el deportista del pueblo, Bobby Briggs, es un pájaro de mal agüero que trapichea con la droga, mientras que los moteros del pueblo, encabezados por James Hurley, intentan que evitar los tejemanejes de los bajos fondos.Más o menos lo mismo que en The blob, donde el deportista es un tipejo que solo piensa en meterla en caliente, mientras que el motero, que se alzará como héroe, es un buen tipo que va a la suya y arrastra mala fama.

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

En la dirección el hoy desaparecido del mapa Chuck Russell, que había escrito y/o producido Pasaje para un coche fúnebre, La gran huida y Noche infernal. Queriendo dar el salto a la dirección se hizo con los derechos para hacer un remake de The blob, pero para su sorpresa la New Line le ofreció debutar con Pesadilla en Elm street 3, de la que también firmaría el guión junto a su colega Frank Darabont. Gracias al exitazo de la película de Freddy pudo sacar adelante este remake que también escribiría junto a Darabont.

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

En el cast la guapa de Shawnee Smith, que era la alumna embarazada de Juerga tropical, la chica que ayudaba a John Candy en ¿Quién es Harry Crumb? y décadas después volvería a la primera línea con su personaje de Amanda en la saga Saw; Kevin Dillon, visto en Platoon y The Doors de Oliver Stone; Art LaFleur, uno de los entrenadores de Tom Selleck en Mr. Baseball y jefecillo de Stallone en Cobra; Michael Kenworthy, el niño de La divertida noche de los zombis; Paul McCrane, el malo derretido en ácido en RoboCop; y Candy Clark, que precisamente sería nominada como mejor actriz secundaria por American Graffiti. Además de pequeñas apariciones de Bill Moseley, el Chop-Top de Masacre en Texas 2 o Luigi Largo de Repo! The genetic opera; Erika Eleniak, vigilante de la playa que enseñaba las domingas en Alerta máxima; y Jack Nance, habitual en la filmo de Lynch hasta que murió asesinado en 1996. 
 
The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

El terror no tiene forma fue un batacazo en la taquilla norteamericana, apenas recuperando 8 de los casi 20 millones que costó. Pero como suele ser habitual en la época, los videoclubs le permitieron disfrutar de una segunda oportunidad para los que estaban deseosos de un festín de muertes realmente gráficas y brutales (¡si hasta la masa se zampa a un niño!), como ese cocinero que acaba descompuesto en el desagüe. En su momento era de las películas más asquerosas que habían pasado por mi tele hasta que cacé Granja maldita en alguna madrugada de Antena 3.
Ahí hay que reconocerle su valentía para un producto que aspiraba a mucho más que a tener vida comercial en los videclubs. Precisamente sus efectos están fenomenalmente recreados. Todo lo que sean muñecos y maquillajes pasan la prueba del algodón sin despeinarse. Quizá lo que más chirría son los cromas y transparencias. Aunque esto no sé si es más por el lavado de imagen de las nuevas versiones en HD y en su apolillada versión en VHS aguantaba mejor el tipo. Ya deberías saber que todas aquellas películas estaban pensadas para los sistemas de la época, aprovechándose de la limitada calidad de imagen para esconder sus defectos visuales.

The blob, el terror no tiene forma, chuck rusell, 1988

Como ya es normal, desde hace unos años se anuncia una nueva versión que parece que no acaba de salir adelante. Pero algo bastante más desconocido es que, además de la de Steve McQueen, existe otra versión dirigida por el mismísimo J.R., Larry Hagman, que se tituló Blob. Masa mortal y es mortal de los mala que es. De hecho, Hangman hizo aquí su debut en la dirección de largometrajes y nunca más volvió a repetir.

Por su parte, Chuck Russell dirigiría años después La máscara, su gran éxito comercial, que le permitió encargarse de un producto para lucimiento del Chuache como Eraser, que no funcionó todo bien que se esperaba e inició cierta decadencia que le llevó a El rey escorpión y el año pasado estrenó su última película: Junglee, una de aventuras selváticas para el mercado indio. ¡Jau! 


domingo, diciembre 29, 2019

Festival de trailers (CXL)



Slappy y los mofetas (Slappy and the Stinkers, 1997) de Barnet Kellman. Con BD Wong, Bronson Pinchot, Sam McMurray, Jennifer Coolidge y Joseph Ashton. 



North Pole City. La ciudad del Polo Norte (The Night They Saved Christmas, 1984) de Jackie Cooper. Con Jaclyn Smith, Art Carney, Paul Le Mat, Mason Adams, June Lockhart y Paul Williams.



La estrella de la Navidad (The Christmas Star, 1986) de Alan Shapiro. Con Ed Asner, Rene Auberjonois, Jim Metzler, Susan Tyrrell, Karen Landry y Alan North.



Danny (So Dear to My Heart, 1948) de Harold D. Schuster y Hamilton Luske. Con Burl Ives, Beulah Bondi, Bobby Driscoll, Luana Patten, Harry Carey y Raymond Bond.



Cristal oscuro (The Dark Crystal, 1982) de Jim Henson y Frank Oz. Animación.

martes, diciembre 24, 2019

El señor de los anillos

El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

En algún momento de 1976 Ralph Bakshi estaba dándole los últimos retoques a Wizards/Los hechiceros de la guerra cuando vio una noticia en la prensa que anunciaba que United Artists preparaba una adaptación de El señor de los anillos en imagen real con John Boorman en la dirección. El animador, que ya te pongo en antecedentes es un frikazo de tomo y lomo, se llevó las manos a la cabeza cuando vio que iban a condensar los tres libros en una película e iban añadir personajes inventados. Ni corto ni perezoso se reunió con Mike Medavoy, en aquel momento presidente de United Artists, con intención de convencerlo que lo ideal sería hacer tres películas dirigidas por él. El directivo le confesó que no tenía ni idea del libro de Tolkien y que se arrepentía de haber activado el proyecto y haberle pagado 3 millones a Boorman solo por el guión. Tal era su grado de desesperación que le propuso que si conseguía 3 millones de dólares le cederían los derechos de la trilogía. El director de Cool World se fue a la Metro y se reunió con su jefazo, Daniel Melnick, que sin pestañear puso los 3 millones para United y la financiación para producir la trilogía animada. 
 
El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

Todo parecía ir sobre ruedas, pero los problemas no tardaron en aparecer. Melnick sería fulminado de su puesto y las riendas de la major recaería en  Richard Shepherd, que tampoco conocía la obra de Tolkien (se pensaba que la historia giraba en torno a ¡una boda!) y, efectivamente, quería cancelar el proyecto. Pero la realidad es que el equipo de Bakshi ya se había gastado 200 mil dólares durante la preproducción en hacer arte conceptual. Para su fortuna, sus anteriores películas, Fritz el gato caliente y Heavy Traffic, habían sido grandes éxitos en la taquilla norteamericana, así que pudieron convencer al productor Saul Zaentz (que venía de arrasar con Alguien voló sobre el nido del cuco y ya había ganado mucho dinero cuando editó algunas bandas sonoras de las películas de Bakshi con su sello Fantasy Records) que pagara a MGM, se hiciera con los derechos de la obra de Tolkien, produjera el proyecto de Bakshi y, además, consiguió acordar que United Artist la distribuyese.

El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

Con un guión de Chris Conkling y Peter S. Beagle empezaría por fin la realización de la primera entrega presupuestada en 8 millones de dólares de la que debía ser una trilogía pero de la que todavía no se había formalizado si sería en imagen real o en animación. Como la cabra tira al monte, Bakshi se inclinó hacia la animación para aprovechar que todavía no se había desmontado todo el ejercito de animadores que acababan de terminar Wizards (se dice que entre los animadores estaba un jovencísimo Tim Burton, aunque el dato nunca he leído que lo afirmase el propio director de Batman). No es mal momento para recordar que en aquellos años 70 la animación vivía tiempos difíciles en los que compañías cerraban sus estudios o Disney tenía que reciclar mucho material como sucedería en Robin Hood, que "aprovechaba" trabajo de El libro de la selva.

El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

Pero antes de meterse con los acetatos y los pinceles se iría a Inglaterra para presentarle el proyecto a la hija de Tolkien y una vez dada la aprobación, grabar allí todas las pistas de diálogo con gente como John Hurt, Philip Stone (el antiguo vigilante del Overlook de El resplandor) o Anthony Daniels (el C3PO de Star Wars).
El siguiente paso sería una decisión de la que, en cierta medida, se arrepentiría y le daría no pocos dolores de cabeza: rodaría parte de la película en imagen real para luego usar ese material en la realización de la animación, mezclando tres técnicas: la animación tradicional, rotoscopio y la de acción real de alto contraste. La primera es la clásica animación donde el dibujante va dibujando fotograma a fotograma; la segunda se usa el material rodado en imagen real y se calca encima para que los movimientos de los personajes animados sean lo más real posible; y la última se pinta directamente sobre los fotogramas rodados con actores reales. Esta última técnica sería un recurso muy arriesgado pero fundamental si quería terminar la película en el tiempo estipulado.
 
 
El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

En Los Ángeles filmaron a actores disfrazados como sus personajes en unos sets pintados de blanco mientras tenían que casar su interpretación con los diálogos grabados en Inglaterra que sonaban por los altavoces que había colocado Bakshi. Entre estos actores teníamos a Billy Barty (el Gwildor de Masters del Universo), como Sam y Bilbo; Sharon Baird (Ratboy) como Frodo; y Felix Silla (el Twiki de Buck Rodgers) como Gollum. En este punto habría que añadir que gente como David Carradine se ofreció para interpretar a Aragorn. También Mick Jagger se interesó en participar poniendo la voz a Frodo, pero el trabajo de doblaje ya estaba terminado.
Para la banda sonora fueron hablar con Led Zeppelin, grandes fans de la obra de Tolkien, pero su discográfica no les permitió aceptar la oferta.


El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

Seguidamente se vino a Spain a rodar las escenas de lucha de los orcos y la batalla de Helm en el castillo de Belmonte (Cuenca), donde ya le habían visto la cara a Charlton Heston en el Cid y años después Verhoeven se marcaría una master piece como Los señores del acero. 

El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopioAllí se las vió con montenes de extras disfrazados que estaban más pendientes de irse a comer el bocata que de hacerle caso, a la vez que tenía que controlar que los más de 3 mil animadores que tenía en USA siguieran sus instrucciones.
Pocos días antes del estreno, Bakshi consiguió terminar la película y su sorpresa fue al ver el material promocional. En el cartel no se indicaba en ningún sitio que era la primera parte, ya que United Artist pensaba que nadie iría a ver una película que quedaba inconclusa. Es más, el film debía acabar con un texto que decía "Fin de la primera parte" y también se eliminó. Pero es que a UA le parecía que la cosa no iba a funcionar, pues un año antes apareció Star Wars y el público estaba ansioso por historias galácticas y no parecía que una historia de magos y elfos fuese a tener demasiado interés. Aun y así lanzaron una escueta colección de 8 figuras que acabarían en la sección de saldos y que 40 años después son consideradas poco menos que un Grial para los coleccionistas. Aquí tendríamos que conformarnos con la versión fotonovela de la mano de Bruguera.

El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

Personalmente descubrí la película en aquellos mediados 80 con la edición en VHS de Thorn Emi (en cines nos llegó de la mano de CB Films) y no me entusiasmó demasiado. Posiblemente por mi corta edad, pero décadas después sigue pareciéndome un bocado difícil de tragar. Quizá por su duración que supera las dos hora y se me hace cuesta arriba, pero intuyo que lo que más rechazo me da es esa técnica de pintar sobre los fotograma, un mal rollo cercano al famoso "valle inquietante". Y es precisamente esa técnica la que recibió muchas críticas, al igual que el que no sé avisara que la película estaba inconclusa. Tampoco puedo alabar el diseño de algunos personajes. Quizá el más vilipendiado es el del Balrog, que parecía una mezcla de león y mono con alas. Pero no hay que dejar de lado a los elfos, con unos ojos exageradamente separados que hacen que nos preguntemos por su cromosoma 21; Gimli parece un enanito de Blancanieves pero con gigantismo; los Nazgul son la versión hipervitaminada de los jawa de Star Wars pero aun y así están muy bien; y los orcos son los primos feos de los trolls de David el gnomo.

En su momento había leído que la falta de una segunda entrega que finiquitase la historia se debía al fracaso comercial del film, pero visto que la película acabó costando 8 millones y que solamente en los USA amasó más de 30 está claro que no era una cuestión económica. Bakshi es famoso por tener un temperamento volátil y durante su carrera fue quemando puentes por las diferentes productoras por las que iba pasando. Él mismo reconocía y reconoce que acabó tan harto de los productores del film que se negó a mover un dedo para iniciar la producción de la segund aparte y prefirió adentrarse en un nuevo proyecto que sería American Pop.

 
El señor de los anillos 1978, Ralph Bakshi, Tolkien, rotoscopio

El señor de los anillos versión Bakshi ha quedado enterrada por el paso del tiempo y, sobre todo, la versión de Peter Jackson, de la que, es más que evidente, toma "prestadas" muchas ideas visuales de Bakshi, pese haber renegado un poco de ella y decir que no fue una gran influencia. Sin ir más lejos, se sabe de forma oficial que Three Foot Six, productora de Jackson, compró mucho material de producción de esta versión setentera mientras preparaban su trilogía. Sin duda Bakshi no es ageno a todo esto y cada vez que se lo recuerdan saca sapos y culebras por la boca.


domingo, diciembre 22, 2019

Festival de trailers (CXXXIX)



Rambo (Rambo, 1986) de John Kimball y Charles A. Nichols. Animación.



Rambo. Incursión en Las Vegas (Rambo, 1986) de John Kimball y Charles A. Nichols. Animación.



Rambo. La isla de S.A.V.A.G.E. (Rambo, 1986) de John Kimball y Charles A. Nichols. Animación.



Las fantásmicas aventuras de Casper (Casper, 1996) de Marija Miletic Dail. Animación.



Mortal Kombat. El viaje ha comenzado (Mortal Kombat: The Journey Begins, 1995) de Joseph Francis. Animación.

domingo, diciembre 15, 2019

Festival de trailers (CXXXVIII)



PatoAventuras (Disney's DuckTales, 1987) de Jymn Magon. Animación.



La princesa cisne (The Swan Princess, 1994) de Richard Rich. Animación.



La princesa cisne III. El misterio del reino encantado (The Swan Princess: The Mystery of the Enchanted Kingdom, 1994) de Richard Rich. Animación.



La vuelta al mundo de Alvin y las ardillas (The Chipmunk Adventure, 1987) de Janice Karman. Animación.



martes, diciembre 10, 2019

Huellas de pisadas en la Luna

Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

En la última reseña comentaba como Trauma de Argento no es un giallo por muchos elementos que tenga del subgénero transalpino. Al final, sus formas americanizadas la enmarcaban en el thriller yankie. Y con Huellas de pisadas en la Luna pasa algo parecido. No paro de ver como la catalogan como giallo cuando ni hay un asesino, ni muertes estetas, ni nada de nada. Parece que por haberse facturado en Italia en los 70 y salirse de la comedieta cachonda ya haya que calificarla como tal. Y mucho me temo que también algo tendría que ver la edición en DVD que sacó Regia Films ubicándola en su colección Cinema Giallo. Quiero pensar que si la lanzaron con esa etiqueta era porque tenían los derechos de distribución y comercialmente le veían más futuro dentro de esa colección.

Huellas de pisadas en la Luna vendría a ser más un thriller con cierta atmósfera extraña y onírica, algo de fantástico y con un misterio a desentrañar detrás. Lo dicho, ni hay una ristra de muertes y mucho menos un asesino enguantado.



Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

Alice es una traductora de la ONU que recibe la llamada de una amiga que hace unos días está intentando ponerse en contacto con ella. Alice se extraña pues ha estado localizable todo ese tiempo. La cosa se complica cuando su superiora en el trabajo le recrimina que no haya dado señales de vida durante los últimos días, lo que le hace pensar que algo está pasando. En su casa encuentra en el armario un vestido amarillo manchado de sangre, un pendiente y en la papelera una postal rota en pedazos de un lugar llamado Garma. Lugar al que se dirigirá para intentar averiguar que ha pasado en esos últimos días que ha borrado de su memoria.


Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

Contar mucho más de la trama sería perder un factor sorpresa que esta película pide a gritos. Pero ya te aviso que los enigmas que se van presentando en los siguientes minutos no son nada desdeñables.

Estamos ante uno de esos films en los que la historia siempre va a ir por delante nuestro, podremos intuir alguna cosa en las pistas que irá encontrando Alice (está claro que el nombre no es casual) por el camino. Un camino lleno de personajes singulares y, sobre todo, lugares casi mágicos. Culpa del protagonismo de los lugares que vamos a visitar (el minimalista apartamento de Alice, los mastodónticos y angulosos edificios de la ciudad que contrastan con la isla de Garma –cosa que me ha recordado a La invención de Morel–, con su playa, su hotel de interiores barrocos y art nouveau...) se lo debemos al director, Luigi Bazzoni, al cual se le nota su pasión por la arquitectura y el buen gusto por unos movimientos de cámara elegantes y refinados. Pero tampoco hay que pasar por alto la increíble fotografía de Vittorio Storaro (primo del director), repleta de juegos con sombras, siluetas y unos colores saturados (aunque oficialmente Bava fuese la inspiración de Argento para Suspiria, seguro que también picó de la película aquí comentada) y una estupendísima banda sonora de Nicola Piovani. Ambos trabajos son partes fundamentales en un conjunto que se escapa a lo que se hacía en la época, y que serían los pilares para crear esa atmósfera de ensueño.


Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

Una de las cosas más extrañas detrás de su gestación es que oficialmente se basa en el libro Las huellas (tal cual en castellano) de Mario Fenelli, que aquí también ejerce de guionista y ya había trabajado con Bazzoni en El día negro. El tema es que esa novela es inencontrable y en la actualidad es imposible hacerse con ella y no hay evidencias de que se haya publicado, lo que hace que muchos duden de su existencia. 

Luigi Bazzoni tuvo una carrera cinematográfica singular. Empezó a finales de los 50 como asiente de dirección, hizo algunos cortometrajes y a mediados de los 60 inició una escueta carrera como director (dejo aparte varios documentales que firmó en los 90 sobre el imperio romano) de apenas 5 títulos pero todos de gran interés: dos italo western con Franco Nero y Jack Palance, El hombre, el orgullo y la venganza y Los hermanos azules respectivamente; un thriller noir (que también Regia editó en su colección Cinema Giallo aunque tenga poco o nada de él), La mujer del lago; un (ahora sí) giallo, El día negro, con, otra vez, Nero; y la aquí comentada Huellas de pisadas en la Luna, que sería su último trabajo en 1975. Está claro que Bazzoni era una rara avis en una industria y tiempo donde sus colegas engrosaban filmografías extensísimas de decenas de títulos. Esta Huellas de pisadas en la Luna es su obra maestra e irónicamente se trata de su film más oculto y desconocido. Aun su genialidad no es fácil entrar en él y suele ser tachado de desesperadamente aburrido, aunque, si acabas conectando ya no despegarás los ojos de la pantalla.


Aunque si tuviera algo malo que señalar es ese texto que aparece al final y nos da una solución de lo que hemos visto. Tengo la impresión (y quiero pensar que es así) que sería alguna imposición de los productores para que el público no se sintiese gilipollas en una época menos dada a los finales interpretables. Lo más curioso es que en la edición en VHS que nos llegó en los 80 (totalmente amputada de formato y partiendo de un master horripilante que se cargaba todo el buen trabajo de Storaro), no contenía ese texto explicativo, con lo que el interés sería saber si se lo añadieron en las ediciones en DVD o ya existía en la época de su estreno.
 
Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

Aparte de ese trío calavera formado por Bazzoni, Storaro y Piovani, Huellas de pisadas en la Luna puede presumir de un reparto tan goloso (muchos nombres emparentados a la filmo de Fulci) como es el que forman Florinda Bolkan (Una lagartija con piel de mujer, Angustia de silencio), Evelyn Stewart (Siete notas en negro, La Frusta e il Corpo de Bava), Lila Kedrova (El quimérico inquilino), un casi cameo de Klaus Kinski y Nicoletta Elmi, que tuvo una carrera breve pero intensa, asomando su pelirrojismo en Bahía de sangre y Orgía de sangre ambas de Bava, Rojo oscuro, o Demons. Casi nada.
 
Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus Kinski

Huellas de pisadas en la Luna, La huella, Le orme, 1975, Luigi Bazzoni, Florinda Bolkan, Nicoletta Elmi, Klaus KinskiSegún dicen, aquí se estrenó muy tarde, en verano de 1978 en salas de V.O. pero yo no lo tengo muy claro. Lo que sí tengo claro que en los 80 tuvo su edición en VHS con el título Las huellas de pisadas en la Luna, con una carátula muy de aquella época, con una imagen de Klinski, que, además de tener una aparición minúscula, la foto nada tiene que ver con la película que nos ocupa y en la contra pusieron la imagen de un astronauta de la NASA y se quedaron tan a gusto. Todo ello no ayudaría a ser demasiado demandada entre los consumidores del formato magnetoscópico, y los que cayeron en la telaraña del vil arte de embaucar al personal con carátulas engañosas se quedarían con el culo torcido y el cerebro licuado. ¿Pero desde cuando este nicho ha tenido buen gusto?