El niño se lleva genial con su nuevo padrastro, salvo cuando este último tiene momentos íntimos con la madre. Ahí el infante tiene un cambio de carácter y se vuelve violento hacia ellos, casi como si estuviera poseído. Eso hace que Dora empiece a tener accidentes hogareños (una persiana metálica está a punto de caerle encima, encuentra una cuchilla de afeitar entre las teclas del piano...) y sospeche que detrás de ellos está su hijo.
Lo primero que te viene a la cabeza cuando hablas de Mario Bava son películas de terror gótico o esos primeros giallo con colorines. Por eso una película como Shock, que ya data de 1977 y sería su última película como director, con una fotografía "estándar" y ambientada en la actualidad (la de 1977) de entrada se nos puede hacer un poco extraña e, incluso, tirarnos para atrás.
No nos engañemos, estamos ante un film menor del italiano, en una época que ya arrastraba cierta dificultad a la hora de levantar producciones de cierta calidad, pues venía de películas con muchos problemas de producción y recaudación como El diablo se lleva a los muertos. Y tampoco está mal señalar que, pese a que muchos años después su figura fuese elevada a los altares del fantástico y terror, en vida fue una figura menospreciada y bastante maltratada.
Está claro que Schock no es una obra maestra, pero al César lo que es del César, el tipo saca adelante una película que pasa en una casa y apenas tenemos 3 personajes. Podría ser una historia de aquellas que rápidamente la telegrafiemos y sepamos con mucha antelación cual va a ser la resolución, pero no es el caso. Aunque en parte esto es por el buen hacer de Bava, pero también porque el guión es tal caos que es difícil saber por donde irá el tema. Y eso que el libreto lo firma gente como Dardano Sacchetti (no debe ser casualidad que la resolución recuerde al de Siete notas en negro del que también tiene autoría) que, junto a Francesco Barbieri, había escrito una primera versión a principios de los 70 bajo el título de Al 33 di via orologio fa sempre freddo con la intención que Bava lo dirigiese con Mimsy Farmer (prota de 4 moscas sobre terciopelo gris) interpretando a la protagonista. El proyecto no fraguó y quedó congelado hasta que, una década más tarde, su hijo Lamberto Bava lo rescató y retocó junto a Alessandro Parenzo, básicamente para subir la moral de su padre que andaba depresivo por no conseguir una película que dirigir después de un par de años.
Además de Mario Bava hay que destacar unos cuantos nombres. Por un lado el mencionado Lamberto le ayudó en la dirección (se dice que el padre dirigía las sesiones matinales y el hijo por la tarde). La banda sonora corrió a cargo del grupo Libra, en cuya formación teníamos al batería Walter Martino, integrante de Goblin, lo que hace que la música del film nos recuerde mucho a la de Rojo oscuro, Suspiria y compañía.
En el cast tenemos a Daria Nicolodi, pareja de Argento en la época y que a diferencia de la mayoría de actores y actrices del momento tiene una filmografía tirando a escueta de la que, básicamente, destacan sus participaciones con su ex (Rojo oscuro, Inferno, Tenebre...) y que tendría mucho peso en el guión de Suspiria. Interpretando a su nueva pareja tenemos a John Steiner, británico que hizo mucha carrera lejos de las islas. Lo tienes en El bosque del lobo de Pedro Olea, el díptico basado en Colmillo blanco de Fulci, trabajó mucho con Tinto Bras (Calícula, Salón Kitty), fue protagonista de la versión del 74 de La invención de Morel, y coincidió con Argento en Tenebre. Como ves, fue un habitual del cine italiano de los 70 y 80.
Shock es una película que se disfruta más si dejamos aparte el nombre de su director. De no hacerlo caeremos en la trampa de esperar mucho más. Aun y así nos encontraremos buenos momentos de terror, con algún susto como su plano más famoso del niño "transformado" en padre de ultratumba. Su gran hándicap sería un final demasiado deudor de las películas que lo petaban en la época como Carrie o films con niño maléfico como La profecía, que todo apunta a decisiones de Lamberto Bava.
No es la mejor forma de terminar la carrera de un clásico del fantástico, pero el que tuvo retuvo y siempre podremos rascar algo. Aunque sea por verle el culo a la Nicolodi.
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