lunes, junio 04, 2007

18 años después



El 23 de Junio de 1989 se estrenaba Batman, la peli de Burton. Ya son 18 añazos, que se dice pronto. Evidentemente aquí llegó más tarde, mucho más tarde, concretamente el 29 de septiembre de ese año. Era otra época, las pelis nos llegaban con semanas o meses de retraso con respecto a los USA, la piratería no existía como la vemos hoy en día, que se centraba en las copias de VHS, internet no existía (o al menos para la población normal y vulgar) pero ya existían los screeners sacados directamente del cine bajo mano (puedo dar fe de ello), no teníamos la sobresaturación de información de hoy en día e íbamos al cine lo más virginales posible, nos chupábamos colas kilométricas y no teníamos cada semana el estreno de una megasuperproducción como en la actualidad. Es por esas cosas y otras lo que hacen de Batman especial. Probablemente sea la última gran superproducción de cine espectáculo como tal, incluyéndose en ese selecto grupo de pelis que era indispensable ver para después comentarla en el colegio y/o con los amigotes.
Yo fui a verla el viernes 6 de octubre, la semana siguiente de su estreno. Recuerdo que ya hacía semanas que iba preparándome para su visión, eso sí, a mi manera, como Sinatra. A parte de que ese verano había visto las primeras avanzadillas a través de los telenotícias donde comentaban la tan cacareada Batmanía, los records que había pulverizado la peli, el gran negocio que hizo Nicholson y por la radio ya sonaba alguna canción de Prince (que la carátula de su disco era el emblema del murciélago y mucha gente pensaba que era una boca). Yo, semanas antes del estreno, ya me había comprado la revista oficial de la peli (que aún conservo como oro en paño) que era una auténtica joyita, con mogollón de fotos (alguna, incluso, de escenas descartadas aunque esto no lo sabían ni los de la misma editorial), de como la rodaban y material chispeante. Luego ya adquirí la versión en cómic de la peli que, como curiosidad diré, su final es algo diferente a la versión cinematográfica (supongo que porque tanto peli como cómic se harían a la par y debido a los cambios de guión de última hora no sabían como la terminarían).
Y por fín llegó el día. El viernes 8, como ya he dicho antes, me plantaba delante del extinto cine Niza, junto a La Sagrada Familia, comiendome mis minutos de cola. No estoy seguro, pero calculo que sería una sesión de las 7 de la tarde. Ahí estaba yo, con mi padre y con un bocadillo de jamón dulce y una especie de pastelito-galleta de chocolate y caramelo llamada Space de Panrico en el bolsillo, especialmente nervioso, avanzando pasito a pasito hasta la entrada del cine. Una vez dentro de la sala pocas cosas recuerdo, pero una de las más significativas era que, aún estando las luces encendidas, se podía ver el logo de Batman proyectado en la pantalla, no era exesivamente grande pero daba igual, eso ya era suficiente para saber que no iban a proyectar una película cualquiera.
Nada más apagar las luces quedé hipnotizado por la pantalla y nada más acaparó mi atención en las siguientes 2 horas, cosa que, a día de hoy, soy incapaz de no evadirme de la proyección y mirar la hora, espiar al vecino de butaca o controlar quien va al excusado. Sólo hubo un momento que "salí de la peli", era, precisamente, uno de los más chulos, cuando Michael Keaton y Kim Basinger recorrían un bosque lleno de hojas a bordo del batmobil dirección a la batcueva. Pero eso fue un minúsculo instante. Y así después de 126 minutos se encendieron las luces, me metí la mano en el bolsillo comprobando que el pastiche ese llamado Space se me había desecho y me fui a mi casita totalmente en éxtasis.




P.D. Esta basura de blog ya ha hecho un añito como me recordaba Aratz, al cual, le debo el nombre del presente. Veremos si podemos superarnos y aumentar el mal olor en el venidero año.