sábado, mayo 23, 2009

Encuentros con el cartero (9)

Flash Gordon OST, Howard Blake, Queen, Sam Jones
A día de hoy al nombrar Flash Gordon es casi más fácil que nos venga a la cabeza la película del tándem Hodges/De Laurentiis que del propio cómic original de Alex Raymond.
Cómo un fantasma de las navidades pasadas cualquiera lo antiguo está de moda y
Flash Gordon (la película) vuelve a ser fashion. Sólo hay que ver las camisetas y muñecos que han salido no hace mucho, o, incluso, esa redición en DVD de los seriales de finales de los 30, de la que han usado el logo ochentero para la portada. Por no hablar que el disco de Queen, que está constantemente reeditándose, incluso, en el 2003, los Vanguard hicieron un remix maquinero de la canción principal suficientemente vomitivo para que tuviera muchísimo éxito en Alemania (para gustos los colores).

Ahí es donde quería llegar. Porque viendo los fabulosos
títulos de crédito (nada que ver, nunca mejor dicho, con los de Supersonic Man) uno comprueba que un tal Howard Blake hizo parte del score instrumental que nunca vió la luz de forma comercial.

La historia de la música de la película
es la siguiente. Queen son contratados para hacer la música, pero como no pueden hacerla toda (paralelamente estaban grabando el The Game, de ahí que en el videoclip del mismo nombre Mercury luciese la camiseta de Flash Gordon) recomiendan contratar a Paul Buckmaster, un compositor musical que ha trabajado con Bowie, Elton John o los Stones, para que relllenara de una forma más clásica las partes vacias. Pero el tipo era muy lento y cuando De Laurentis vio que en un puñado de semanas apenas había escrito una parte muy pequeña de la composición lo despidió. Con lo que deprisa y corriendo contrataron a otro compositor para que, en un tiempo record, acabara el trabajo. Evidentemente ese otro compositor fue Howard Blake.

Flash Gordon OST, Howard Blake, Queen, Sam Jones
Casi 30 años después se ha editado una limitadísima edición en CD de este score grabado en Inglaterra durante el mes de junio de 1980 por la National Philharmonic Orchestra.Aparte, también se incluyen tracks pertenecientes a otra banda sonora del compositor, Amityville 3D.
Si Queen compuso su parte pensando en ser irreverentes y deliveradamente pasados de moda (era la primera vez que usaron sintetizadores), pensando en las intenciones de Hodges y no en las de De Laurentiis, al que no le hacía gracia que un grupo de rock estuviera a cargo de la banda sonora ("The score of my movie cannot be rock music") y mucha menos gracia le hacía el tema principal para los créditos.
Por fortuna Hodge,s siendo consciente de que a su película deliveradamente camp le iba que ni pintados los gorgoritos de Mercury, acabó imponiendo a los ingleses.

Howard Blake sacó su vena johnwilliameliana (si se permite el adjetivo) y puso mucha parafernalia de trombones a lo Star Wars. Aunque su versión de The hero, basada en la que hizo Queen (que se grabó en un sólo día), es, cuanto menos, cómica.
Sin duda de haber usado sólo el score de Blake la película hubiese perdido parte de su esencia kitsch, dándole un toque más seriote. Pero entonces, ¿a quién le hubiera interesado Flash Gordon?


martes, mayo 19, 2009

Franklyn

Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Primera película de Gerald McMorrow que, 6 años atrás, ya había dirigido un corto llamado Thespian X que, según dicen, porque yo no lo he visto, recicla muchas de sus ideas para esta película.

En
Franklyn nos encontramos las historias de varios personajes: una videoartista obsesionada con el suicidio, un chico que acaba de ser plantado en el altar y un padre que busca a su hijo desaparecido. Todas estas historias ocurren en el Londres actual, aparte tenemos la cuarta, la cual acontece es un futuro orweliano donde un personaje enmascarado busca a un tipo para liquidarlo.

Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Durante todo le metraje vamos saltando de historia en historia con lo que, y no chafo nada porque en este tipo de películas siempre funciona así, todas ellas se acabarán entrecruzándose, aunque claro, la gracia es saber como encaja en el puzzle la historia futurista.
Aunque más que puzzle la comparación buena sería un engranaje, cosa que ya nos señala el director en los títulos de crédito.


Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Y es que seguramente esta es la parte que, a priori, más puede interesar al espectador, sobre todo por sus decorados (reales o digitales), que pueden recordar a Vidocq, todo el anacronismo de vestuario y su personaje protagonista, Preest, que parece una mezcla entre el V de V de vendetta y el Rorschach de Watchmen, aunque tiene muchas más semejanzas a este último por su máscara (aunque ésta también puede recordar a la cabeza de Jack Skellington), su abrigo largo, la forma de moverse por los tejados de la ciudad y su narración (cuasi metafísica de saldo) en voz en off.

Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Aún y así muchos detalles, como algunas ropas, son gratuitamente estrafalarios, con lo que acaba siendo raro por raro. Al igual que gratuito o más bien se queda en algo muy superficial es esa crítica a la religión, ya que en ese futuro al ciudadano sólo se le exige que tenga una creencia religiosa, sea cual sea. Risible es esa religión de las manicuras del séptimo día (sic).

Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Al principio puede resultar algo difícil de seguir, porque nunca sabes realmente que pasa en cada una de las historias, y el hecho de ir saltando de una a otra no ayuda mucho; y cuando parece que ya te sales de la historia es cuando todo comienza acoplarse en su sitio (el engranaje que antes comentaba) y te acaba enganchando y queriendo saber como acaba todo.

Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Aunque en un primer momento tenía que haber contado con un reparto bastante "importante" con Ewan McGregor, John Hurt y Paul Bettany, estos, por un motivo u otro, acabaron saliéndose del proyecto. Al final los que acabaron por hacer la película no tienen tanto nombre pero ha acabado salido un cast bastante apañadete con la chica Bond de Casino Royal, Eva Green, Bernard Hill, uno que hacía de rey en El señor de los anillos.


Franklyn, Eva Green, Gerald McMorrow
Rodada con poco más de 6 millones libras esta producción inglesa los aprovecha muy bien. Para tener un presupuesto tan justito la parte futurista está muy lograda, no tiene la cantidad de (d)efectos de Watchmen pero lo que tiene luce a las mil maravillas.

Ya veremos que pasa con la peli, porque se ha estrenado en pocos países y ha pasado algo desapercibida. Una pena.


viernes, mayo 15, 2009

Queen The eye

Queen the eye, Freddie Mercury, videogame, electronic arts, John Deacon, Brian May, Roger Taylor
Tomando como inspiración el legado musical de una de las bandas de rock más grandes de la historia, Queen: The Eye es una videoaventura que no tiene paralelo. Se introduce uno en cinco mundos magníficamente realizados mientras supera a "The Eye", el ojo del demonio que todo lo ve. Serán necesarios nervios de acero para sobrevivir, e ingenio para resolver los innumerables rompecabezas que bloquean el camino para buscar la verdad que se esconde tras "The Eye". Recuerde: es necesario ver para creer.

Este texto es el que acompañaba la parte trasera de la caja de esta auténtica rareza de los videojuegos, Queen the eye.

Si grupos como Frankie Goes To Hollywood, Madness, Kiss, Peter Gabriel o Aerosmith tuvieron sus respectivos juegos ¿cómo no iba a tenerlo el grupo que más ha vendido en Inglaterra?

A finales de los 90 Queen, aún siendo un grupo que seguía vendiendo porradas de discos, ya no existía como tal pero como continuaba teniendo mucho tirón tuvieron que inventarse nuevas formas de sangrar a los fans que ya no estaban dispuestos a comprar más recopilatorios.
Y así nació este juego creado por Richard Ashdown y desarrollado por Destination Design, que años después se convertiría en Destination Software programando versiones para GameBoy Advance como SimCity 2000, Need for Speed o Midnight club.

Queen the eye, Freddie Mercury, videogame, electronic arts, John Deacon, Brian May, Roger Taylor
El juego nos trasladaba al año 2150, en un mundo postapocalíptico donde la sociedad está controlada por "el ojo", una tecnología biológica (sic). "El ojo" se encargó de eliminar cualquier forma creativa.
Uno de los agentes de "el ojo", Dubroc descubre archivos musicales lo que le hizo darse cuenta de la maldad de "el ojo". Pero unos guardias de seguridad le sorprenden y es condenado a muerte en la Arena.

A partir de ahí tomaremos las riendas de Dubroc e intentar acabar con la tiranía de "el ojo" durante los cinco dominios del juego, uno por cada disco, a saber: The arena, The works, The theatre, The innuendo y The final.
Efectivamente, estos nombre no eran para nada fortuitos, todos tienen algo que ver con la discografía del grupo británico. No sólo eso, ya que el juego pese a ser de acción tenía algunos puzzles, como uno donde teníamos que colocar las manecillas del reloj igual que lo hacía Freddie Mercury en el videoclip de Radio Ga-Ga.

Queen the eye, Freddie Mercury, videogame, electronic arts, John Deacon, Brian May, Roger Taylor
Cosas de la vida el famosos musical We will rock you que se ha paseado por medio mundo reciclaba muchas de las ideas del videojuego: un futuro autoritario, personajes que usan nombres de las canciones y guiños a las canciones de Deacon, May, Mercury y Taylor.

Actualmente es bastante corriente que de muchos juegos punteros no sólo aparezcan las guias oficiales, si no que también editan un art book, una especie de libro making of con los bocetos, declaraciones de los programadores, etc. Pues bien hace una década esto no era nada habitual y para el juego aquí comentado tiraron la casa por la ventana e hicieron uno llamado
The art of Queen the eye, que, además, incluía un CD.
Aparte también hubo un programa para Tv de 30 minutos que a modo de making of mostraba la realización del juego. ¿Estaría este programa en el CD que acompañaba el libro artístico? Pues ni idea.
Y no sólo eso, también apareció una novela basada en la historia. El libro estaba escrito por un tal
Paul Darrow, actor inglés de series como Doctor Who o Los siete de Blake.

Una anécdota del juego es que en la caja teníamos la siguiente indicación: Aviso - No reproducir estos CD Rom's en reproductores de CD de sonido.
Pues bien, si eras lo suficientemente valiente para ignorar el aviso e introducías alguno de los discos en el discman o minicadena te encontrabas que en la primera pista no había nada, (ahí estaban los datos del juego) pero a partir del segundo track nos encontrábamos todas las canciones que aparecían en el juego, pudiéndolas oír perfectamente en nuestro reproductor.
En su momento esas pistas de audio se llegaron a vender de forma pirata y estaban bastante buscadas, ya que eran versiones de las canciones originales pero remezcladas dándole un nuevo toque pese a tratarse de las canciones de siempre.


Queen the eye, Freddie Mercury, videogame, electronic arts, John Deacon, Brian May, Roger Taylor
Pese a la cantidad de productos paralelos que aparecieron y la enorme popularidad de Queen, el juego pasó muy desapercibido.

La idea no era mala, sobre todo para los fans del grupo, pero la dificultad del juego era excesiva y era fácil morir aparte de tener un control bastante lastimero, según rumores el que el juego no acabara de tener ciertos puntos pulidos (como el control) fue cosa de
Electronic Arts, la distribuidora, que metió prisa a la gente de Destination Design, ya que los primeros querían lanzar el juego en la campaña navideña 97-98 y veían que no llegaban. Al final el juego salió a la calle a mediados del 98.

Podríamos decir que en su momento fue un
hype, ya que durante su programación se habló de él, y al final acabó siendo un juego con unos gráficos muy normalitos para la época (por decirlo de forma positiva), entre otras cosas porque se preocuparon de que el usuario no necesitase un ordenador excesivamente potente para jugarlo, y lo acabaron sacando para un Pentium 133 y 32 Mb de Ram (¡recordemos que era el 98!) y así les fue. Y aunque los personajes eran demasiado poligonales y acartonados el diseño de los decorados eran muy interesantes por tener un toque decadente y sucio.
Hay que destacar que en Espanya tuvieron el detallazo de doblarlo al idioma de Cervantes, cosa que en la época era poco frecuente.


Queen the eye, Freddie Mercury, videogame, electronic arts, John Deacon, Brian May, Roger Taylor
En definitiva, que Queen the eye, fue un juego que fracasó, dejando muy descontentos a los aficionados de los juegos y un tanto indiferentes a los fans del grupo, convirtiéndole en la actualidad en un juego muy buscado (entre los pocos aficionados que lo recuerdan) y difícil de encontrar.

domingo, mayo 10, 2009

La mansión de Cthulhu

La mansión de Cthulhu, Juan Piquer Simon

La mansión de Cthulhu
(1991) es, para algunos, el principio del ocaso de Juan Piquer Simón, para otros toda su filmografía es un despropósito basada en la serie más zetosa. Otra cosa no, pero lo que no se le puede negar a Piquer fue su valentía al sacar adelante y materializar unas películas que nadie en su sano juicio hubiera rodado en este país. Aún y así hay que reconocerle su condición de remedo al buscar las migajas que dejaban los últimos éxitos procedentes de Hollywood, ya fueran géneros superheroicos, extraterrestres con niño o folletines subacuáticos.



La mansión de Cthulhu, Juan Piquer Simon

En esta
La mansión de Cthulhu nos encontramos a un mago de feria, Chandú, que a punta de pistola es obligado a sacar del recinto a un grupo de macarras que acaban de matar a un tipo en el tren de la bruja.
Al final acabarán en el caserón del mago, una casa que esconde fuerzas maléficas que se dedicarán a eliminar a los ocupantes de la casa.

El propio título ya nos ubica en el universo
H.P. Lovecraft pero de ahí no pasa porque pese a que "oficialmente" la peli está basada en diferentes textos del autor estadounidense, esto no es más que otro de los innumerables señuelos del amigo Piquer.


La mansión de Cthulhu, Juan Piquer Simon

La película adolece, entre otras cosas, de unos medios pobrísimos que acaban por afectar a todo el conjunto. Como el elenco, prácticamente desconocido, con
Frank Braña, inefable en la filmográfia de Piquer Simón; Melanie Shatner, que su único logro es ser hija del capitán Kirk de Star Trek William Shatner; y Luis Fernando Alvés, habitual de series espanyolas. Y el resto es para hechar a correr, porque, como en toda la obra de Piquer, usa actores anglosajones (o al menos que dominasen el inglés) ya que eso le facilitaba la exportación de sus obras a nivel internacional.

Y es que el director valenciano siempre fue más allá y buscó por encima de todo el éxito comercial. Como el mismo dice:
"Mis películas son de serie B aquí, pero salen al extranjero y siguen siendo serie B, mientras que el resto de españolas serán A aquí, pero luego salen por ahí fuera y no llegan ni a la serie Z más infame. Yo puedo presumir de que las películas que más dinero han hecho en Estados Unidos han sido las mías, por mucho que se festejen otros nombres."
Que cada uno lo coja como quiera, eso sí, en su defensa hay que decir que esto lo dijo a finales de los 90, antes de la eclosión de Almodóvar, Amenábar y compañía.


La mansión de Cthulhu, Juan Piquer Simon

Los efectos tampoco es que sean mucho mejores, y eso que detrás estaba
Colin Arthur, que había estado en películas con caché como 2001. Una odisea en el espacio, Simbad y el ojo del tigre, Furia de Titanes, Conan o el Allan Quatermain de la Cannon.
Y si a eso le añadimos un ritmo lentísimo pués la cosa no se acaba de encarrilar.
Por el lado positivo hay que destacar que cada una de las muertes intenta ser original, pero sólo "intenta" porque, al igual que la filmografía de Piquer, en su conjunto es un quiero y no puedo.
La película contó con los clásicos (y evidentes) problemas de presupuesto, a eso hay que añadirle que la distribución corría a cargo de Lauren que acabó dando más problemas y su estreno se alargó un año para acabar lanzándose directamente en vídeo.


La mansión de Cthulhu, Juan Piquer Simon

El que tenía que haber sido el director de las secuelas de
Barbarella y Orca, la ballena asesina ya nunca más tuvo "grandes" proyectos y se tuvo que conformar con esa especie de trilogía telefilmesca que componen La isla del diablo (1994), Manoa, la ciudad de oro (1996) y El escarabajo de oro (1996), que con suerte se estrenaban pero que apenas aguantaban una semana en la cartelera.