viernes, junio 27, 2014

Flash, el relámpago humano

The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley Shipp

El exitazo que supuso el Batman de Tim Burton no sólo inundó el planeta con los objetos más variopintos que lucían el logo del murciélago, si no que animó a las productoras a lanzar versiones de carne y hueso de los personajes que pululaban las páginas de los cómics desde tiempos inmemorables. Pero rápidamente se dieron cuenta que la cosa no era tan sencilla. Si unos años antes las vetustas series televisivas de Spiderman o Hulk demostraban que las buenas intenciones no eran suficientes para hacer algo que no fuera jocoso, en el ahora de 1990 no iba a ser diferente. Batman había demostrado que sí se podía hacer un producto digno, siempre y cuando se inyectase el capital suficiente y se contase con la colaboración de un buen equipo de profesionales. El Capitán América de Albert Pyun era la prueba fehaciente de ello. No cash, no future.


The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley Shipp

Paul de Meo
y Danny Bilson eran un par de guionistas que, antes de hacerse cargo de escribir Rocketeer, estaban en nómina de la Empire de Charles Band, escribiendo y/o dirigiendo cosas entrañables como Zone Troopers, Trancers o Arena, ring de las galaxias, que, a principios de los 90, presentaron en el canal de televisión CBS el proyecto de Unlimited Powers, una serie donde se daba una nueva vuelta de tuerca a la humanización de los superhéroes (recuerda El retorno del Capitán Invencible) donde todos ellos tienen que desprenderse de sus poderes en bien de la paz mundial. Flash decide no pasar por el aro y se mantiene congelado durante 20 años. Después de volver a la vida se da cuenta que los villanos se han convertido en ejecutivos de mega corporaciones. Además de Barry Allen estaba por ahí Flecha verde, su hija, Block y Dr. Occult.


El proyecto acabó descartado por lo elevado de su presupuesto de haberse hecho (aunque este canal recuperó la idea en 1997 cuando rodó el piloto de Justice League of America -La liga de la justicia- que ni se llegó a emitir de lo malo que era), pero Jeff Sagansky, uno de los directivos de la CBS, comenzó a interesarse en el personaje Flash y encargó a los guionistas el desarrollo de una serie con el personaje.

The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley Shipp 

Para interpretar al superhéroe la primera opción de los creadores era Richard Burgi, el que luego sería el protagonista de Sentinel (serie también creada por De Meo/Bilson), pero el canal de televisión impuso a John Wesley Ship, que en la televisión norteamericana era muy popular por protagonizar culebrones estilo Santa Barbara y que en cine solamente había hecho de padre de Bastian en la secuela de La historia interminable, no estaba para nada convencido de protagonizarla cuando le ofrecieron el papel. La idea de una serie de un tipo en mayas rojas corriendo como un poseso no era demasiado tentadora, y más cuando los precedentes de las series de Nicholas Hammond y Bill Bixby estaban tan presentes.
Pero cuando le prometieron que la serie estaría tratada de forma adulta, que Howard Chaykin estaría asesorando y que la inyección económica iba a ser la mayor de la historia para una serie, cambió de opinión.

Hay que decir que los creadores se sacaron la espinita porque usaron a Burgi para encarnar a Deadly Nightshade en un episodio. Curiosamente, cuando hicieron Sentinel el primer actor seleccionado para protagonizarla era Wesley Ship, pero el canal de televisión lo descartó.

The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley Shipp

Además estaba Amanda Pays (de la serie Max Headrom) como la chica de la serie; Tim Thomerson (el Brick Bardo de Dollman de la Full Moon);  Emmet Walsh (el antiguo jefe de Harrison Ford en Blade Runner); Sven-Ole Thorsen (el segurata de Perseguido); Mark Hamill; Jonathan Brandis (el Bastian de La historia interminable II); Ken Foree (el negro del Zombi de Romero); Bryan Cranston (ahora conocido por Breaking Bad); Jeffrey Coms (el Dr. West de Re-animator), Dick Miller (habitual de la factoría Corman y las pelis de Joe Dante) y Marc Dacascos entre muchos otros.

The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley Shipp
Bob Short y Flash

Una de las cosas que siempre llaman la atención en este tipo de productos es el traje del héroe. En este caso fue creado por Bob Short, que había ganado el Oscar por el maquillaje de Bitelchús, basado en el diseño de Dave Stevens, el creador de Rocketeer, y cada uno costaba 25 mil dólares y llevaba un sistema de refrigeración interno ya que al poco de llevarlo Wesley Shipp comenzaba a sudar, con lo que el látex acaba rompiéndose. Además lo hicieron de un tono marrón oscuro y evitaron filmarlo con demasiada luz ya que, según los propios guionistas, "quedaba algo ridículo".
Y ahí es donde comienzan los muchos paralelismos con el Batman burtoniano, cosa que tanto se le criticó en la época. Darle todo ese toque oscuro, tanto al traje como la estética (la mezcla atemporal de retro y actual), la famosa imagen del piloto del rayo atravesando la luna y que el tema de la serie era de Danny Elfman (el resto del score era de Shirley Walker, colaboradora habitual del compositor) eran claros síntomas que el film del hombre murciélago había calado hondo. Y precisamente ese tono oscuro no era el que mejor le iba a Flash (aunque siempre es de ayuda para esconder fallos y no parecer demasiado infantil) y mucho menos ese traje ultramusculado (aunque, después del piloto, lo retocaron y lo hicieron menos inflado), que no sería el más adecuado para alguien que, simplemente, se dedica a correr.

The Flash, Flash el relámpago humano, DC, John Wesley ShippEn nuestra tierra nos llegó primero el piloto en vídeo, que debió funcionar bastante bien porque, más tarde, nos obsequiaron con una segunda cinta, La venganza de Trickster, el último episodio de la serie en la que el villano era encarnado por Mark "Skywalker" Hamill.
Luego ya la emitió TVE, pero de forma algo tardía, ya que esto no fue hasta 1993 (eran otros tiempos y todo nos llegaba tarde y mal). Incluso, para promocionar la serie, llegaron a traer a John Wesley Shipp al programa ¿Qué apostamos?

Finalmente la serie acabó siendo un relativo fracaso. Cada episodio costaba entorno al millón y medio de dólares (el piloto salió por 6) y esperaban sacar dinero de un merchandising que nunca funcionó (salieron un par de juegos para Game Boy y Master System) y la audiencia no acompañaba. Hay que entender que después del segundo episodio estuvo unas semanas sin emitirse por culpa de los partidos de béisbol, luego, cuando volvió, tenía que competir contra Los Simpson y La hora de Bill Cosby. La cambiaron de horario, pero el vaivén de emisión acabó por desquiciar a una audiencia que nunca sabía cuando la ponían. Tampoco ayudaba que a la serie le faltaran villanos a la altura (salvo Trickster, que llegó demasiado tarde y acabó quedando a algo más parecido al Batman de Adam West que al de los 90). Curiosamente los creadores dijeron que de haber llegado a una tercera temporada hubieran contactado con Rick Backer para que crease a Gorilla Grood.

El tándem Bilson/Di Meo siguieron en la televisión, adaptando el cómic de la DC The human target, que aquí se emitió en La 2 bajo el título de En el punto de mira. Aquí volvieron a darse un batacazo con otra serie que no pasaba de los 7 episodios. Dos décadas después se volvió hacer una adaptación televisiva del cómic, aquí llamada Escudo humano, y que duró dos temporadas.

miércoles, junio 25, 2014

Hansel y Gretel de Tim Burton

Hansel y Gretel, Tim Burton, Disney, Disney Channel, Stephen Chiodo, Rick Heinrichs

En 1982 Disney lanzaba Vincent, un cortometraje de un primerizo Tim Burton. Niños que sueñan con ser mad doctors, estética expresionista en rigurosísimo blanco y negro y perros zombi era lo que ofrecía bajo la narración de Vincent Price. Vamos, toda una antítesis de lo que se esperaba de algo venido de la factoría de Mickey Mouse, lo que hizo que la obra, pese a las buenas críticas, acabara escondida en algún polvoriento cajón.

Por aquella época nacía Disney Channel, y como cualquier nuevo canal iba necesitada de contenidos con lo que no le hacía ascos a (casi) nada que fuese producido dentro de la misma compañía. Uno de los programas que emitía era Disney Studio Showcase, en el que se veían cosas como el documental Beyond Tron, en el que hablaban de los efectos especiales de ese film,  y dentro de este programa se pudo ver Hansel y Gretel, mediometraje de menos de una hora dirigido por Tim Burton, que por la época no le resultó demasiado complicado que le dieran los 116 mil dólares que costó la producción.

Hansel y Gretel, Tim Burton, Disney, Disney Channel, Stephen Chiodo, Rick Heinrichs

La historia es la de toda la vida pero con añadidos muy poperos. Para empezar los protagonistas son japoneses, lo que para el director fue una forma de meter referencias a las artes marciales. Sin ir más lejos los protagonistas luchan con la bruja como si de una película de Bruce Lee se tratase.
Pero las referencias asiáticas no terminaban ahí. El padre de los niños, lejos de ser el carpintero de la historia original, es aquí un fabricante de juguetes. Figuras que acaban transformándose en diferentes figuras, igual que pasaba con los Transformers de Hasbro que por la época causaban furor en los USA.

Hansel y Gretel, Tim Burton, Disney, Disney Channel, Stephen Chiodo, Rick Heinrichs

Rodada en 16 mm y con actores practicamente amateurs, la cosa acaba quedando muy parca, con unos escenarios minimalistas y una música que va por su lado. Todo tiene un aire muy de El planeta imaginario. La diferencia es que aquí no se gastaban 116 mil dólares y salía Galindo. Y posiblemente aquello fuese mucho más entretenido que Hansel y Gretel, donde todo está estirado para llegar a los 3 cuartos de hora.

Lo único/más curioso de la obra es ver como Burton se rodeó de gente que, después, dio el salto a Hollywood y/o siguieron colaborando con él. A saber: el guión estaba firmado por Julie Hickson, que, además de ser su novia en la época, acabaría siendo productora del Frankenweenie de 1984 y con la que haría uno de los primeros tratamientos del guión de Batman a mediados de los 80. Rick Heinrichs, que aquí fue productor y se encargaría de la fabricación de las marionetas y su animación, ya había hecho tareas similares en Vincent y en el futuro sería muy habitual verlo en los films de Burton, ya fuese como diseñador de producción (Sleepy Hollow, Sombras tenebrosas), en los efectos especiales (La gran aventura de Pee-wee, Bitelchús) o como director artístico (Batman Vuelve). Y Stephen Chiodo, aquí encargado de la animación, que ya venía de estar en Vincent y luego director de Killer Klowns, además de creador de criaturas como los critters, volvería al universo Burton en La gran aventura de Pee-wee y el episodio de Aladino y su lámpara maravillosa para aquella serie aquí llamada Los cuentos de las estrellas.

Hansel y Gretel, Tim Burton, Disney, Disney Channel, Stephen Chiodo, Rick Heinrichs

Hansel y Gretel se emitió en el Disney Channel la noche de halloween de 1983 a las 22.30, lo que tratándose de un canal infantil era poco menos que hacer que nadir la viese. Esa fue la única vez que se pudo ver, lo que le daba cierto aire de obra oculta apenas conocida/vista. Con el paso de los años ya se pudo ver en alguna de las muchas exposiciones que se han ido haciendo sobre el trabajo del director, pero ahora parece que ya lo podemos disfrutar/padecer el resto de los mortales con su cuelgue en el tubo.
La cosa es floja, cruda y pelin coñazo, pero tiene el encanto de bastantes efectos especiales a la vieja usanza y muchos diseños que serían recuperados por el director en sus obras posteriores. Lo que siempre ayuda a aguantar el trago.

jueves, junio 19, 2014

Maléfica

Maléfica, Angelina Jolie, Disney

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda eso de llevar a la imagen real todo ese conglomerado ideado por los Grimm, Andersen, Perrault y Cía. Desde series televisivas de baja estofa como la espantosa Érase una vez, Grimm (aunque esta va por otros derroteros), Érase una vez en el País de las Maravillas o mega producciones como Blancanieves, la leyenda del cazador, Alicia en el País de las maravillas o Hansel y Gretel: cazadores de brujas. Es natural, la tecnología permite hacer cosas que antes eran imposibles. Aunque no hemos de olvidarnos de algunos tímidos intentos noventeros como Blancanieves, la verdadera historia o la versión de la Cenicienta protagonizada por Drew Barrymore titulada Por siempre jamás.

martes, junio 17, 2014

La leyenda del troll

La leyenda del troll, Ernest scared stupid, Jim Varney, Halloween

Jim Varney, ese trasunto de Paco Calatrava (sí, ese que probablemente fuese a tu comunión y pillara la cogorza con güisqui "El caballito blanco") lo conocíamos porque TVE solía meter alguna de sus pelis la mañana de Navidad/Reyes mientras nosotros mirábamos de reojo un decepcionante jersey de lana de cuello alto que apenas habíamos tenido valor a desenvolver.

Este Pee-Wee Herman de serie B era muy popular en los USA. Lo que en principio era una personaje llamado Ernest P. Worrel, nacido a principios de los 80 en una serie de anuncios de parques de atracciones, cogió tal fama que no solamente anunció más productos como concesionarios de coches, leches y demás, si no que le acabaron dando su propia serie infantil, Hey, Vern, It's Ernest! (con  muchos paralelismos con Això no pot fer-se per televisió) y que aquí emitió Canal Plus los mediodías de 1990 y, después, a última hora de la tarde de 1991 como Hey Vern.

La leyenda del troll, Ernest scared stupid, Jim Varney, Halloween

Pero unos años antes, después haber editado directamente a vídeo unas cuantas cintas surtidas de varios sketch donde Varney interpretaba a varios personajes, entre ellos Ernest, la Disney, bajo su filial Touchstone (que, básicamente, era el sello con el que distribuían sus producciones no animadas) le produjo La batalla del campamento (Ernest Goes to Camp, 1987), un film super modesto (apenas costó 3 millones) que recibió palos hasta en el carné de identidad del chaval de los cafés pero que triunfó en taquilla con casi 25 millones de dólares.

Este éxito sorpresa abrió las puertas para que el personaje de Ernest protagonizara más aventuras en Hay que salvar a Papa Noel (Ernest save Christmas, 1988) y Mi doble anda suelto (Ernest goes to jail, 1990), films que en USA recaudaron bastante para lo modesto de su presupuesto, aunque aquí nos llegaban directas a vídeo de la mano de Filmayer como era habitual en la época con todo producto Disney.

La leyenda del troll, Ernest scared stupid, Jim Varney, Halloween

El cuarto film del personaje es el que hoy nos importa: La leyenda del troll o Ernest scared stupid en su país de origen. La historia nos sitúa en la época medieval, donde unos aldeanos consiguen capturara un troll que se dedica a secuestrar niños que utiliza para expandir su raza. Lo entierran vivo y sellan su tumba plantando un roble en ella que lo mantendrá recluido. Pero el troll, antes de ser enclaustrado, lanza una maldición que dice que uno de los descendientes de su carcelero lo liberará.

Pasan los años y llegamos a la actualidad (la de 1991, se entiende) donde en el pueblecito de Briarville se prepara para la noche de Halloween, como no podía ser de otra forma. Por ahí corre nuestro "querido" Ernest, que es una especie de tonto del pueblo que, mientras hace de todo terreno en el servicio de limpieza del lugar, se dedica a buscar donde pueden construir una cabaña unos chavales. Lo que, evidentemente, le llevará al roble que plantó su antepasado años atrás, con el consiguiente despertar del troll.

La leyenda del troll, Ernest scared stupid, Jim Varney, Halloween
 
Nadie se va a llevar a engaños con este film, otro producto para el slapstick de Jim Varney y su humor entre infantil y absurdo. Pero por en medio tenemos detalles que dejarían traumatizados a chavles de 6 o 7 años de la época. Sin ir más lejos el prólogo,que aunque no veamos más allá de un puñado de actores vestidos de aldeanos y un bosque lo que cuentan sobre el troll que llevan en un saco es, cuanto menos, inquietante. Otra cosa, el árbol que está plantado sobre el troll, así como el bosque, se nota bastante su condición de decorado, pero el diseño es tan de cuento que hoy en día diríamos "es muy Tim Burton". Pues eso. 

Porque ese diseño de producción es lo mejor junto al troll, que no deja de ser un señor disfrazado pero que su cara es controlada de forma mecánica. Más o menos lo que hacían con las antiguas Tortugas ninja. Y no sólo eso, si no que su diseño es bastante adulto para ser un film infantil, que, además, tiene cierto aire a los monigotes que hizo la factoría Henson en El cuentacuentos. En cambio, el resto de trolls que salen en el último cuarto de hora son más flojetes y se les nota que la cara no tiene el detalle y calidad del troll original. Sin ir más lejos, estos trolls parecen hechos con los mismos moldes que algunos de los Killer Klowns.

Y es que detrás de todo esto estaban, nada más y nada menos, los increibles hermanos Chiodo, conocidos mundialmente gracias a Killer Klowns (Klowns asesinos). Es curioso que sin haber hecho demasiadas cosas en Hollywood, por poco que hicieran, todo es bastante conocido, como es el caso de los critters, Team America o cositas para el Elf de Will Ferrell. Y de momento siguen con su intento de hacer un remake en 3D de sus payasos galácticos.

La leyenda del troll, Ernest scared stupid, Jim Varney, Halloween

Después de La leyenda del troll el personaje de Ernest volvería al cine con Ernest rides again, que resultó un fracaso lo que propició que sus siguientes films, Ernest goes to school (el único film de Ernest no dirigido por John R. Cherry III), Slam Dunk Ernest, Ernest Goes to Africa y Ernest in the Army, ya no se estrenasen en cines y saliese directamente en vídeo. No hace falta decir que todo lo que vino después de La leyenda del troll aquí nunca llegó. Es más, La leyenda del troll tampoco salió aquí, y la pudimos ver gracias a un pase televisivo de La 2 a finales de los 90.

Varney vivió eternamente atrapado en el personaje de Ernest toda su vida artística (murió allá por el 2000 con apenas 50 años), aunque tuvo alguna que otra escapada en papelillos en Rústicos en Dinerolandia, 3 ninjas en el parque de atracciones y doblando animación para Pixar/Disney, y es que el tipo tenía un bozarron aunque en el doblaje nos quisieran colocar una voz oligofrénica.

miércoles, junio 11, 2014

El cortador de césped

El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

El exitazo que supuso el Carrie de Brian De Palma supuso la época dorada de las adaptaciones cinematográficas de Stephen King. Directores como Kubrick, Cronenberg, Carpenter o hasta el propio Tobe Hooper estuvieron metidos en adaptaciones (alguna muy libre) que funcionaban muy bien y fueron la base para una longeva relación entre el cine y el escritor.
Pero todo lo que empieza acaba y las adaptaciones a lo grande, con directores de renombre, dieron paso a producciones mucho más modestas y, en muchos casos, directamente para televisión, ya fuesen telefilms o mini series.

Curiosamente este punto de inflexión vino del propio King, cuando decidió que quién mejor que él para llevar uno de sus relatos al celuloide. Para ello usó el titulado Camiones (Trucks), uno de sus primeros escritos que acabó recopilado en El umbral de la noche. Lo que terminó siendo Maximum Overdrive fue un fracaso, más por los logros artísticos que por taquilla, que el autor rodó enfarlopado hasta las cejas mientras David Lynch estaba metido con Terciopelo azul que se rodaba a pocos metros (recordemos, las dos producciones de De Laurentiis). Y ya. El tipo nunca más volvió a dirigir.
A partir de ahí su obra en versión celuloide decayó, aunque, de vez en cuando, iba apareciendo alguna producción que llamaba la atención. Y una de ellas fue este El cortador de césped.

 El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Un científico experimenta con la realidad virtual, consiguiendo con esta aumentar la inteligencia de los monos. Por diversos motivos acaba fuera del proyecto, pero él sigue trabajando en su casa. Una vez que da por terminados sus experimentos con monos decide trabajar con humanos. Y el elegido es un tipo deficiente que se dedica a cortar el césped del vecindario.

El que haya leído el relato original comprobará que poco o nada tiene que ver con esta sinopsis. Esto viene dado cuando la New Line adquirió los derechos y pensó que podría fusionar la historia con un guión que tenía entre manos titulado Cyber god (Ciber dios). Aunque lo que realmente hizo fue meter el título del relato a ese guión y poco más. La clásica estratagema de usar el nombre de un autor super ventas para vender una película que no tiene nada que ver.
En cuanto King se enteró que el film no tenía nada que ver con su relato activo la maquinaria judicial para que eliminasen su nombre de los créditos.

 El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Lo que en los 90 molaba, como eran todas esas secuencias hechas por ordenador, hoy son poco más que horrendas, lo que hace que a día de hoy el film ha envejecido fatal, y eso es muy malo cuando el principal reclamo son esas secuencias virtuales.
El resto de la estética del film no ayuda mucho más. Sobre todo el supuesto laboratorio que luce una iluminación azulada que da la impresión de cualquier cosa menos de laboratorio científico.
Aun y así, si dejamos de lado la estética, la peli se hace hasta disfrutable si la tomamos como una serie B para pasar el rato. Aunque claro, si su fuerte era la estética... mal vamos.

Con un elenco bastante curiosote con un Pierce Brosnan pre James Bond, cuando era conocido por Remington Steele. Aunque el prota real era Jeff Fahey, cuando prometía mucho con la tercera parte de Psicosis, Cazador blanco, corazón negro de Clint Eastwood y Cuerpo maldito. También corre por ahí Jenny Wrigt (la prota de Lecturas diabólicas), Geoffrey Lewis (El misterio en Salem's Lot), Austin O'Brien (el niño de El último gran héroe) y Troy Evans (el director del instituto de Twin Peaks). Y dirección de Brett Leonard, que viendo su filmografía se entiende su elección para el puesto, además de ser el guionista, ya que está obsesionado con todo lo relacionado con la realidad virtual. Ahí está Virtuosity, la del Denzel Washington, aquel espantoso videoclip de Peter Gabriel de la canción Kiss that frog y alguna cosita para Imax.


El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Un apunte, existe una versión de finales de los 80 dirigida por un tal James Gonis, totalmente amateur que sí sigue el texto original. Esta versión forma parte de aquel invento del propio escritor llamado Dollar baby, que consistía en que estudiantes de cine podían comprar por un dolar los derechos de algunos relatos de los que King poseía los derechos y hacer un versión audiovisual de la cual no podían explotarla comercialmente. De este grupo salió Frank Darabont, que luego se convertiría en un director recurrente en la obra de King (La milla verde, la versión noventera de El resplandor, The mist...).  Algunas de estas versiones aparecieron por estos lares en VHS de la mano de Dister bajo el título Pesadillas nocturnas.


El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'BrienEl cortador de césped 2. Más allá del ciberespacio. 4 años después, en pleno 1996, aterrizó en las salas más "selectas" esta secuela. Mucho me temo que los amigos de New Line querían convertir El cortador de cesped en otra de esas franquicias, cosa que les facilitó el final abierto de la original. Aunque más que final abierto era un chiste/guiño a los fans de esas sagas donde siempre meten al final el momento que el malo nos deja con la duda si ha fenecido o no. Y no olvidemos que la original tuvo una taquilla bastante estimable e, incluso, sacaron algún que otro videojuego para las consolas de la época.
En esta segunda parte, escrita, entre otros, por Michael Miner, uno de los guionistas del Robocop original, estamos en un futuro ya totalmente cyberpunk en el que todo está controlado por los ordenadores. Una mega corporación encuentra con vida al chaval deficiente de la primera parte y aprovechan para usarlo con un chip que están desarrollando con intención de controlar todos los ordenadores del mundo. Evidentemente "el cortador de césped" comenzará hacer de las suyas en cuanto esté dentro de la red.



El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

De los actores del original el único que repitió fue Austin O'Brien, cuando ya no lucía ese cabezón infantiloide que le acompañó en su época gloriosa de Mi chica 2 o Prehysteria! Como científico nos colaron a Patrick Bergin, y como malo, repitiendo el personaje de Jeff Fahey en la primera, a Matt Frewer, que le recordamos por ser el vecino cascarrabias de Cariño, he encogido a los niños y, sobre todo, por ser Max Headroom, lo que le da cierta gracia al hecho que aquí también sea un personaje cibernético. Además, el director es Farhad Mann, que hizo las mismas tareas en el piloto de Max Headroom.

El film acabó siendo el punto y final de una posible franquicia ya que en la taquilla USA fue un pufo. Cosa nada rara viendo los resultados. Y la cosa empieza más o menos bien con ese futuro con esa estética tan cyberpunk, pero la cosa decae rápidamente cuando el resto de la película pasa en interiores, todos ellos con mucha iluminación azul y aséptica, efectos especiales de los que se abusa de los cromas. Sí, todo muy de los 90. Stephen King ya puede dormir tranquilo por las noches.

jueves, junio 05, 2014

Tank girl

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

De lo 90 hacia atrás las adaptaciones de comics eran unas chuflas que, salvo un par de super producciones, eran, en el mejor de los casos, series B cuyas pretensiones no iban más allá de criar polvo en los estantes del videoclub.
Pero una cosa es ser una mala adaptación, como era el caso del Juez Dredd de Stallone, y otra ser, directamente, un bodrio. Porque si nos olvidamos de sus orígenes comiqueros, como película de acción es, cuanto menos, resultona. Eso es algo que, por lo general, los yankis lo tienen muy claro, el espectáculo ante todo.
Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Y por otro lado está Tank girl, que como adaptación es mala, pero como película, más allá de las páginas impresas, es nefasta, aburrida, ridícula y patética.
Seguramente buena parte de culpa es de su directora Rachel Talalay, que venía de hacer Pesadilla final: la muerte de Freddy, aquella que tenía 15 minutos en pseudo 3D, y producir un par de trabajos de John Waters, y después de dirigir el film aquí comentado se pasó al mundo televisivo de donde nunca más salió.

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Una trama aburrida, situaciones ridículas, de aquellas que te producen vergüenza ajena y te obligan a girar la cabeza para no ruborizarte. Y mira que la cosa empieza de una forma más o menos simpática con un montón de viñetas del cómic como en aquel Flash Gordon de Mike Hodges, pero ya, hasta ahí se queda cualquier atisbo de gracia. A partir de ahí se dedica a meter transiciones en forma de viñetas o animaciones, todo muy del estilo cartoon del que se tiraba mucho en los 90 en series como Parker Lewis nunca pierde.
Que la presencia de Lory Petty como protagonista no ayuda en absoluto en de sobras conocido, pero tener como al malo de la función a Malcolm McDowell, en su época que salía de malo en cualquier bodrio en el que se dignasen a pagarle lo que fuera, es para tomárselo a guasa. Ni la pobre de Noami Wats, mucho antes del salto a la fama con Mulholland drive, sale bien parada.
Y por salvar, los maquillajes de los canguros mutantes obra del estudio de Stan Winston. Aunque aprueban de forma muy justita, eso sí.

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Ni siquiera los autores originales, Jamie Hewllet (creador del grupo Gorillaz junto a Damon Albarn) y Alan Martin, son capaces de sacar algo positivo de este comistrajo. Es más, hablan pestes de ella. Lo que ya hace que nos hagamos idea de este despropósito post nuclear.

martes, junio 03, 2014

Un pacto de mil demonios

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

No sólo de películas extrañas se nutría Disney en los 80, también dejaba caer, de vez en cuando, con alguna producción de corte amable como las que sacaba años atrás. Es el caso de Un pacto de mil demonios.
Elliot Gould es Max Devlin (¿lo pillas?), un administrador de apartamentos de esos que pasan de arreglar los desperfectos y dice que las cucarachas que campan a sus anchas son hormigas. Algo así como el Joe Pesci de El super. La cuestión es que el tipo muere atropellado y va a parar al mismísimo infierno, donde será juzgado por el administrador de almas Barry Satin (éste si lo has pillado, ¿no?), para nosotros Bill Cosby, y condenado. Pero en el infierno deciden darle una oportunidad de salvarse y le ofrecen regresar a la vida y conseguir 3 almas que le suplan.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Tratándose de una producción Disney tan blanca como solamente ellos serían capaces, no hay que ser un lumbreras para adivinar que el caradura de Gould, cuando ya empezaba a coger esa figura tan rolliza que luce desde hace décadas, empezará muy decidido a engañar al personal para que les cedan sus almas, pero que con el tiempo se irá hablandando.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Es por eso que ya en su época la película no eran gran cosa, con una realización planísima de Steven Hilliard Stern, que se pasó casi toda su vida cinematográfica entre series (La fuga de Logan, El cuervo) y telefilms (Monstruos y laberintos, aquella de Tom Hanks estilo Dragones y mazmorras). Lo que se traduce en un ritmo lento como él solo y un montaje ramplón. Y si a eso le añadimos que aquí nos llegó a finales de los 80, cuando es originalmente de 1981, directamente a vídeo de la mano de Filmayer (¿quién si no?) y su doblaje no está tan cuidado como si fuese para cine, ya tenemos un completo.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Aunque ya ha quedado claro que el film no es para tirar cohetes, hay un par de elementos que se les puede sacar punta. El detalle que el personaje de Elliot Gould va durante gran parte del metraje con corte en la cara ya que cuando es devuelto a la vida no se refleja en los espejos, con lo que siempre se corta al afeitarse. Detalle chorra pero gracioso. 
Y, sin duda lo mejor, la recreación del infierno. Los trucajes se le notan mucho, pero molan más, además de ser muy evidentes los guiños a Melies. Y el detallazo de poner a Reggie Nalder, el vampiro de El misterio de Salem's Lot, como el presidente del concilio del infierno, es todo un punto de partido.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Por lo demás, una producción Disney totalmente desganada y más blanca que la nieve (la que cae del cielo o la que te metes, tú decides), con un Elliot Gould cuando tuvo su época Disney (La película de los Teleñecos, El último vuelo del arca de Noé) y un Bill Cosby totalmente serio que apenas sale 15 minutos en pantalla.
En los 90 la ponía TVE los domingos a la tarde, ahora ya ni la ponen en 13Tv. Con eso queda todo dicho.