De sobras es conocido por el fandom que Paul Verhoeven tiró a la basura el guión de RoboCop cuando apenas había ojeado unas pocas páginas, hasta que su mujer lo ojeó y descubrió que debajo de esa capa de película de acción/ciencia ficción había muchos elementos de los que, si se rascaba un poco, podía salir petróleo en forma de crítica de la sociedad norteamericana.
Además, el hecho que en Holanda no estuviese demasiado bien considerado y lo difícil que le resultaba conseguir la financiación de sus films, no ayudaba mucho, así que ni corto ni perezoso se plantó en los USA con la única oferta en firme que tenía. Aunque primero, mientras RoboCop iba cogiendo forma, dirigió un capítulo de El autoestopista para ir desfogándose con el modus operandi yanki.
Si es de sobras conocida la primera negativa del director al guión, no lo es menos los tira y afloja que mantuvo con Rob Bottin, auténtico creador de la imagen del cyborg. El trabajo de este fue interminable, creando un personaje que bebía del Juez Dredd, la Maria de Metrópolis o el Gort de Ultimátum a la Tierra. Después de varios meses la criatura estaba finalmente creada, no sin antes recibir el visto negativo de quien acabaría embutiéndose en la armadura, Paul Weller, el cual llegó a tardar 11 horas en caraterizarse como RoboCop el primer día que tenía que aparecer en el set de rodaje, con el consiguiente desepero del director. Esto no hacía más que enturbiar la relación entre el director y Bottin, lo que generó que este último no pisara el set durante la filmación, delegando el trabajo en un equipo bajo su supervisión en la distancia.
Producida por la Orion, una de esas extrañas productoras/distribuidoras que buscaron el equilibrio entre parir films que recibieran los elogios de la crítica (La fuerza de un ser menor, Colors, la etapa ochentera de Woody Allen) y los que amasaban millones en los cines (Terminator, Código de silencio, F/X Efectos mortales).
RoboCop se conserva fresquísima, a día de hoy no parece en absoluto que tenga 25 años, salvo algunos peinados crespados, pasa perfectamente por un film actual. Incluso sus efectos, mezcla de animatrónics, látex y stop motion, cumplen a la perfección. Quizá la animación fotograma a fotograma es lo que más canta, pero eso le da un toque entrañable. Por suerte, haber hecho algunos efectos en croma les hubiera salido demasiado caro. ¡De buena nos libramos!
Además de aprovecharse de pequeños detalles para darle un toque futurista pero sin pasarse, algo más tangible. Por ejemplo, al igual que en Perseguido, se aprovechó de algunas localizaciones (Dallas) donde sus edificios eran bastante angulosos, además de prescindir de los coches típicos de la época y usar los Ford Taurus, con estética europea.
Para el recuerdo han quedado muchos de sus elementos: el detalle de como gira la pistola al igual que el protagonista de la serie que veía su hijo o las muertes, ya sea la crucifixión a balazos de Murphy, el ejecutivo de la OCP a balazos ante el ED 209, el violador capado y la sombra de RoboCop proyectándose en la pared, el malo que se deshace en el ácido, el "vivo o muerto vendrás conmigo" o el sonido de RoboCop al caminar.
Todo ello bajo los innegables toques Verhoven, con todo ese humor negrísimo o los constantes anuncios de televisión (el del dinosaurio y el coche obra de la factoría Chiodo). Quedando patente que darle los medios de Hollywood a un europeo puede acabar generando productos más que buenos.
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