Tal era la fe de la Orion que, mientras RoboCop 2 ni se había estrenado, pusieron la maquinaria en marcha para producir RoboCop 3.
Y para la ocasión se volvió a recurrir a Frank Miller para el guión y para la dirección se llamó a Fred Dekker, que, pese a su escueta filmografía, había dirigido un par de pequeños clásicos como El terror llama a su puerta y Una pandilla alucinante, además de ser el autor del guión de House. Una casa alucinante.
Una vez que vieron lo poco que había funcionado la secuela tuvieron que reescribir el guión para adaptarlo a una producción mucho más modesta (unos 20 millones de dólares) y suprimirle lo más escabroso para conseguir una calificación para todos los públicos. Además de tener que buscar a otro protagonista, ya que Peter Weller no estaba por la labor y estaba enfrascado en El almuerzo desnudo de Cronenberg. El elegido para sustituirle fue Robert Burke, que era más conocido por el culebrón Santa Barbara que otra cosa; además de tener cierto parecido a Weller les fue de maravilla que tuviera su misma percha y pudieron aprovechar las armaduras del anterior film.
Sí siguieron en el cast Nancy Allen, aunque a mitad de película la palma; Robert DoQui como el sargento de la policía y Felton Perry.
Como nuevas incorporaciones teníamos a Mako, John Castle haciendo de malo y un par de pequeñas incorporaciones pertenecientes al universo Seinfeld: Lee Arenberg (también conocido por ser el enanito gruñón de Érase una vez) y Daniel von Bargen.
Al final, y pese a las muchas trabas que tuvo la producción (estuvo más de un año acabada pero la Orion rozaba la bancarrota y no podía estrenarla), la cosa les quedó mucho más apañada que Robocop 2. En parte porque es un divertimento que hay que tomarse a cachondeo, con mogollón de ideas estrafalarias como colocarle al protagonista un injerto de fusil en la mano o hacerle que vuele.
Por otra parte se vuelven a usar muchos clichés del film original: mucho humor negro (el ejecutivo que se suicida mientras telefonea a su mujer), los anuncios de televisión y algunas imágenes icónicas como una chica a la que quieren violar y la sombra de Robocop aparece de fondo o cuando los rebeldes le reparan y lo vemos todo desde su perspectiva, al igual que su "nacimiento".
Y, además, tiene una trama super actual: la OCP, dueña de la ciudad, está arruinada y se dedica al desalojo masivo para edificar.
Aunque no todo iban a ser alagos, sus efectos son en general flojetes, sobre todo los cromas cuando Robocop vuela. Y uno de los villanos, el japonés-ninja, mola mucho, pero se nota que es un recurso para no tener que construir un mega robot que les hubiera disparado el presupuesto.
RoboCop 3 acabó llevándose un buen varapalo, a las malas críticas se le unió un fracaso en la taquilla bastante importante con apenas 10 millones en caja.
Orion vendió los derechos a los canadienses para que hicieran una serie de televisión. En un principio las intenciones eran buenas: contactaron con Peter Weller para que volviese a robotizarse y, evidentemente, dijo que no; y llamarón a los guionistas originales y creadores del personaje, Edward Neumeier y Michael Miner, que acabaron reciclando el guión que les rechazaron para RoboCop 2 para el episodio piloto.
Aquí los listillos de Manga sacaron el piloto en vídeo bajo su sello Strong Video con el falso título de RoboCop 4. Policía del futuro.
Ya en 2001 los canadienses volvieron a la carga con otra miniserie de 4 capítulos titulada RoboCop: Prime directives, que, pese a las buena intenciones de los guionistas de volver a la esencia del primer film, el poco presupuesto del que disponían le daban a los capítulos en aspecto demasiado pobre para los tiempos que corrían.
Como es bien sabido para el 2014 nos espera un remake de la mano de José Padilha, con Gary Oldman, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Michael Keaton y Joel Kinnaman enfundado en la armadura del policía robot. Y no han faltado los malos comentarios en cuanto han aparecido las primeras imágenes, pero esto es como todo, mejor nos esperamos a ver la película y luego ya opinaremos.
Una vez que vieron lo poco que había funcionado la secuela tuvieron que reescribir el guión para adaptarlo a una producción mucho más modesta (unos 20 millones de dólares) y suprimirle lo más escabroso para conseguir una calificación para todos los públicos. Además de tener que buscar a otro protagonista, ya que Peter Weller no estaba por la labor y estaba enfrascado en El almuerzo desnudo de Cronenberg. El elegido para sustituirle fue Robert Burke, que era más conocido por el culebrón Santa Barbara que otra cosa; además de tener cierto parecido a Weller les fue de maravilla que tuviera su misma percha y pudieron aprovechar las armaduras del anterior film.
Sí siguieron en el cast Nancy Allen, aunque a mitad de película la palma; Robert DoQui como el sargento de la policía y Felton Perry.
Como nuevas incorporaciones teníamos a Mako, John Castle haciendo de malo y un par de pequeñas incorporaciones pertenecientes al universo Seinfeld: Lee Arenberg (también conocido por ser el enanito gruñón de Érase una vez) y Daniel von Bargen.
Al final, y pese a las muchas trabas que tuvo la producción (estuvo más de un año acabada pero la Orion rozaba la bancarrota y no podía estrenarla), la cosa les quedó mucho más apañada que Robocop 2. En parte porque es un divertimento que hay que tomarse a cachondeo, con mogollón de ideas estrafalarias como colocarle al protagonista un injerto de fusil en la mano o hacerle que vuele.
Por otra parte se vuelven a usar muchos clichés del film original: mucho humor negro (el ejecutivo que se suicida mientras telefonea a su mujer), los anuncios de televisión y algunas imágenes icónicas como una chica a la que quieren violar y la sombra de Robocop aparece de fondo o cuando los rebeldes le reparan y lo vemos todo desde su perspectiva, al igual que su "nacimiento".
Y, además, tiene una trama super actual: la OCP, dueña de la ciudad, está arruinada y se dedica al desalojo masivo para edificar.
Aunque no todo iban a ser alagos, sus efectos son en general flojetes, sobre todo los cromas cuando Robocop vuela. Y uno de los villanos, el japonés-ninja, mola mucho, pero se nota que es un recurso para no tener que construir un mega robot que les hubiera disparado el presupuesto.
RoboCop 3 acabó llevándose un buen varapalo, a las malas críticas se le unió un fracaso en la taquilla bastante importante con apenas 10 millones en caja.
Orion vendió los derechos a los canadienses para que hicieran una serie de televisión. En un principio las intenciones eran buenas: contactaron con Peter Weller para que volviese a robotizarse y, evidentemente, dijo que no; y llamarón a los guionistas originales y creadores del personaje, Edward Neumeier y Michael Miner, que acabaron reciclando el guión que les rechazaron para RoboCop 2 para el episodio piloto.
Aquí los listillos de Manga sacaron el piloto en vídeo bajo su sello Strong Video con el falso título de RoboCop 4. Policía del futuro.
Ya en 2001 los canadienses volvieron a la carga con otra miniserie de 4 capítulos titulada RoboCop: Prime directives, que, pese a las buena intenciones de los guionistas de volver a la esencia del primer film, el poco presupuesto del que disponían le daban a los capítulos en aspecto demasiado pobre para los tiempos que corrían.
Como es bien sabido para el 2014 nos espera un remake de la mano de José Padilha, con Gary Oldman, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Michael Keaton y Joel Kinnaman enfundado en la armadura del policía robot. Y no han faltado los malos comentarios en cuanto han aparecido las primeras imágenes, pero esto es como todo, mejor nos esperamos a ver la película y luego ya opinaremos.
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