No debe ser nada fácil ser hijo de Mario Bava y tener que dedicarte al mundo del cine. Y si a eso le añades que Lamberto Bava como que no es un director muy allá, pues ya lo tienes todo dicho.
Al tipo, que empezó con trabajos en segunda unidad en películas de su padre y dirigió cositas como Macabro o la ramboexploitation Blastfighter, se le presentó la oportunidad cuando Dario Argento, con el que también había colaborado en esas funciones, le dijo que si le presentaba un buen guión le producía el proyecto. Justamente Dardano Sacchetti (un todo terreno en esto de los guiones, habiendo estado detrás de Bahía de sangre de Bava padre, montones de Lucio Fulci, alguna que otra de Pierino/Jamito, o hasta guionista en la sombra de Amityville II. La posesión) le había pasado el guión de un film de tres historias cortas de terror. Una de ellas les llamó la atención, la desarrollaron y nació Demons.
Recuerdo ver la película en Noche de lobos (aunque ya había visto la genial carátula en el videoclub). Apenas recuerdo haber visto completas en el programa ésta y Hermanas de De Palma (evidentemente no me enteré de nada) porque el programa se emitía tarde para un chavalín de 10 u 11 años. Y, la verdad, no me emocionó demasiado. Aquello me lo tomé más como un splatter que como algo que realmente infundiera miedo. Más bien asco, con toda esa carne burbujeante y esa especie de zombies babosos.
Y vista ahora la cosa no ha cambiado mucho. Y mira que tiene cosas que en un principio apuntan muy interesantes. Como el quién y el porqué se hace esa sesión que pinta a algo premeditado, pues la chica que controla el sarao tiene toda la pinta que sabe muy bien la que se va a liar. O ese ciego que va a "ver" la película (!!!!) y se le intuye que sabe algo cuando le dice a su acompañante que no toque la máscara del vestíbulo. Y ya lo flipamos cuando un puto helicóptero revienta el techo del cine sin venir a cuento.
Ideas interesantes pero que acaban siendo callejones sin salida a las que nunca se dan explicación. Da más la sensación que Bava, Argento y compañía tenían una brainstorm para ver quien la decía más gorda.
Pero el que debió tomar buena nota fue Wes Craven y/o Kevin Williamson, pues las similitudes con el inicio de Scream 2 son como dudar si es plagio u homenaje.
El film fue un pelotazo. Sólo con la venta de derechos en los USA ya amortizaron el presupuesto. Así que empieza a sumar lo que rascaron en media Europa o Japón. Fíjate que en el mismísimo videojuego Silent Hill sale un cine que se llama Metropol y luce un cartel de Demons.
Aquí, como siempre, tarde y mal. No nos llegó hasta dos años después, en 1987. Aunque peor fue en Alemania, que estrenaron antes la secuela que la primera.
Demons 2 (Demoni 2... L'incubo ritorna, 1986). Lo dicho, el primer film lo petó y en un año los italianos ya tenían preparada esta "secuela". Sí, entre comillas porque aquí no vamos a ver lo que sucede después del primer film, que nos lo deja como si hubiera habido un apocalipsis zombi en el planeta. Aquí más bien tenemos un remake (algo así como pasó con El regreso de los muertos vivientes y La divertida noche de los zombis, además con la similitud que algunos actores repiten pero en diferentes roles). La acción acontece en un edificio de apartamentos, donde varios de sus habitantes ven por televisión un film de esos demons que ya conocemos y que uno acabará saliendo de la pantalla para liarla parda.
Hace un año se rumoreó de un remake en 3D, pero parece que la cosa quedó en aguas de borraja. O, en este caso, en babas pringosas de demonios.
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