martes, noviembre 07, 2017

La matanza de Texas (y secuelas)

La matanza de Texas, Kim Henkel, Tobe Hooper

De niño era habitual que cuando te referías a La matanza de Texas era hacerlo de la cosa más bestia y sanguinaria que se había impreso en celuloide. Sólo con mentar el título ya te venía el repelús. Pero luego resultaba que no era para tanto, que aquello de sangre y vísceras más bien poco. Yo tuve la suerte de verla por primera vez de adulto (en un pase de BTv en época navideña de 2003) y sabiendo lo que me encontraría y por eso me gustó. Y es que su primer visionado suele ser decepcionante porque todo lo que esperamos de ella no lo vamos a ver. Lo bueno de la película es que no iban por el gore gráfico, si no por la ambientación malsana y el mal rollo, que aquello no iba de seres sobrenaturales, si no de gente que podía ser tu vecino, ese que los domingos sale a comprar el pan en chándal con su perrita Fifí, pero luego tiene a su madre embalsamada y hace ganchillo con el pelo de los niños que secuestra y esconde en el altillo.

No por casualidad este tipo de terror más terrenal y real se puso muy de moda en Norteamerica allá principios de los 70. Era un género agradecido para el low cost como demuestra La última casa a la izquierda. También ayudaba mucho un tema tan en boga en la época como era el sectario con la familia Manson a la cabeza.
El hecho que ocurriese en Texas no era más que un punto a favor. Para los norteamericanos aquello es lo mismo que la América profunda, donde cualquier tipo de aberración puede suceder. Coño, si hasta tienen allí a James Wallestein por algo será. Los yankis tenían La matanza de Texas y nosotros... El crimen de Cuenca.

La matanza de Texas, Kim Henkel, Tobe Hooper

Tobe Hooper era un treintañero tejano que venía de hacer una película llamada Eggshells, una cosa muy arty y psicódelica hecha con muy poco dinero y protagonizada por un grupo de hippies. Su siguiente proyecto lo escribió junto a Kim Henkel, que había sido uno de los actores de Eggshells.

Según el propio Hooper, el guión tenía una fuerte influencia de las historias que le contaban de niño unos parientes. Según ellos, tenían un vecino que usaba piel humana para hacer lamparas y muebles, lo que hacía morir de miedo al pequeño Tobe. Al parecer, ese vecino era Ed Gein. Con el tiempo, el propio Hooper diría que cuando escribió el guión no sabía la identidad real del vecino.

La matanza de Texas, Kim Henkel, Tobe Hooper

Lo que en un primer momento se llamó Leatherface (y en algún momento mutó a Head cheese), para acabar en un más comercial The Texas Chain Saw Massacre, fue una producción de bajo presupuesto, empezaron con menos de 100 mil dólares que aumentó en la post producción, donde la mayoría de implicados cobrarían porcentajes de lo que se sacara en los cines.
Evidentemente el cast era en su mayoría estudiantes de interpretación y las sesiones de rodaje interminables. Rodada casi de forma cronológica en agosto de 1973, los siete días de la semana y en sesiones de 12 o 16 horas, lo que hacía que el hedor de la carne podrida que había en el set diera arcadas a todo el que pasaba por ahí. El propio Leatherface tuvo que llevar durante toda la filmación la misma ropa, pues no querían llevarla a una tintorería y que se la perdiesen.

La matanza de Texas, Kim Henkel, Tobe Hooper

De la gente implicada tenemos al técnico de sonido que no era otro que Ted Nicolau, que luego trabajaría en las diferentes productoras de Charles Band (Empire, Full Moon...) y sería director, entre otras, de la descacharrante TerrorVision.
John Larroquete era el narrador. El actor había conocido a Hooper en los 60 gracias a un amigo común. Un buen día recibió una llamada de este último pidiéndole si podía grabar unas unas líneas. Detalle que se recuperó en el remake de 2003, pues volvieron a contratar a Larroquette para narrar el inicio.

La matanza de Texas fue un bombazo en su estreno norteamericano. Al final de su carrera amasó más de 30 millones. Siendo censurada en un puñado de países. Pero sin duda, su gran logro fue el gran impacto que tuvo en la sociedad y en el posterior cine de género. Y un personaje como Leatherface que, pese a los posteriores intentos de convertirlo en una estrella pop simpática estilo Jason o Freddy, nunca ha terminado de estar a ese nivel por su origen mucho más desagradable y crudo.
Aquí tuvo un estreno de tapadillo en las salas de versión original allá por 1977. Y no sería hasta finales de los 80 que TVE la emitió doblada.


Masacre en Texas 2, Tobe Hooper, Cannon
Masacre en Texas 2 (The Texas Chainsaw Massacre 2, 1986). Ni aun habiendo "dirigido" una producción de Spielberg, Hooper volvió a marcarse un hit como el de La Matanza. Es por eso que cuando ficha por la Cannon y sus dos películas (Liferforce e Invasores de Marte) son dos fracasos que dejan a la productora al borde de la quiebra, decide retomar la película que le catapultó a la fama y agarrarse a ella como un clavo ardiendo. Pero aun y así, tuvo la genialidad de no hacer una burda fotocopia y realizó un giro que dejó al público con el culo torcido. Aquí era ir al splatstick, una comedia llena de locuras (el cartel es bien sabido que es una parodia de El club de los cinco), bestialidades y concursos de comida con carne humana, donde cambiaba a los hippies de la primera por los yuppies ochenteros. Básicamente teníamos a Dennis Hooper como agente de la ley que sigue la pista de la familia matarife, ya que el chico de la silla de ruedas de la primera era su sobrino. Por en medio tenemos a una disk-jockey que es secuestrada por la familia y enamorará a cara de cuero. Mucha sangre y cabezas cercenadas por obra y gracia del siempre bueno Tom Savini, unos decorados loquísimos y una banda sonora muy Psicosis. Además de un pasadísmo Dennis Hooper, tenemos a Bill Moseley haciendo de, según el propio director, Chop-Top, el hermano gemelo del autoestopista de la anterior entrega que por aquellas estaba en Vietnam; Jim Siedow, el único que volvió del cast original; Caroline Williams, que luego se convirtió en una cara habitual del cine de terror; Bill Johnson sustituyendo a Gunnar Hansen como Leatherface; y cameo del propio director como el barbudo con gorra de cuernos que recibe una lluvia de latas de cerveza en el hotel.
Pese a que no perdió pasta, se consideró que los 8 millones recaudados (costó el doble) eran insuficientes y Hooper salió trasquilado de su pasó por la productora de Golan y Globus, con los que sufrió de lo lindo pues durante la producción el presupuesto iba menguando y los primos iban llevando los maletines de fajos de billetacos según les llegaban. La crítica y el público la pusieron a caer de un burro, aunque en la actualidad se ha ganado cierto estatus de culto.


La matanza de Texas III
La matanza de Texas III (Leatherface: Texas Chainsaw Massacre III, 1990). New Line había pasado de estar a un paso de desaparecer a tener una franquicia multimillonaria como es Pesadilla en Elm street, y alguien de la productora pensó que sería buena idea adquirir los derechos de La matanza de Texas aprovechando que la Cannon estaba prácticamente finiquitada. Para dirigir esta nueva entrega se contrató a Jonathan R. Betuel, director de Mi proyecto científico, algunos episodios de Las pesadillas de Freddy y que acabaría con aquella ponzoña titulada Dino Rex. Pero el tipo abandonó la producción y pensaron en un Peter Jackson que salía de Tu madre se ha comido a mi perro, pero la cosa tampoco prosperó y acabó en manos de Jeff Burr, que venía de dirigir la decepcionante Gritos en Oldfield y El padrastro 2. Tal era el poco poder que le dieron al director que éste, antes de iniciar le rodaje, fue al cine a ver la quinta entrega de Elm street y se encontró aquel famoso trailer de Leatherface mirando a un lago y como de él, cual leyenda artúrica, una mano le lanza una motosierra. El tipo flipaba que el estudio no le hubiera dicho nada de ese trailer.
Del argumento muy poco donde rascar. Parejita que va por una de esas interminables carreteras americanas que acaba cruzándose con cara de cuero y su familia. Ya poco o nada queda de las intenciones del original de Hooper, virando aquí ya de forma más que evidente al slasher noventero pre-Scream. En cast un par de nombres conocidos: Ken Foree, Viggo Mortesen, y un cameo de Caroline Williams. Y en el maquillaje la siempre solvente KNB.
El film, se pegó un buen palo en la taquilla. En parte porque la película es un desbarajuste perpetrado por la New Line en la sala de montaje. En su intento por conseguir la calificación R comenzaron a eliminar escenas directamente del celuloide original, amputando la historia dando resultado absurdidades como la muerte de Ken Foree para, misteriosamente, resucitar minutos después. Esto viene porque hicieron un pase de prueba en Nueva York y vieron que ese personaje gustaba al público asistente, así que cogieron a un equipo reducido y rodaron un nuevo final dirigido por Michael Knue, montador en nómina de la New Line.
Aunque te suene a coña, aquí se llegó a estrenar en cines. 


La matanza de Texas. La nueva generación
La matanza de Texas. La nueva generación (The Return of the Texas Chainsaw Massacre, 1994). Después del batacazo de la anterior entrega, la New Line vio truncadas sus esperanzas de tener entre manos otra franquicia de terror, por lo que se olvidó de ella. Al menos hasta que el guionista de la original, Kim Henkel, escribió y dirigió esta cuarta entrega, que si por algo pasará a la historia es por tener como protagonistas a Renée Zellweger y Matthew McConaughey (aquí pasadísimo de speed) antes de saltar al estrellato. La película fue rodada en 1994 pero no estrenada hasta 1997, cuando ella aparecería en Jerry Maguire y él Tiempo de matar, lo que hizo que Tri-Pictures quisiera aprovecharse, cosa que los agentes de los actores intentaran impedir. Aun y así el estreno fue muy limitado y no recaudaría ni una tercera parte de lo que costó (600 mil $), pero es que estábamos ante una producción de muy bajo presupuesto que, además, no aportaba nada ni a la saga ni al género. Como mucho ese final que nos deja a entender que detrás de la familia matarife hay una sociedad secreta estilo Iluminati que se dedican a atemorizar al personal que pasa por allí. Por lo demás, monotonía absoluta. Unos jóvenes van en coche, tienen un accidente y, catacroquer, se topan con los malos.
La peli, que originalmente se iba a llamar The return of Texas Chainsaw Massacre y fue remontada por la distribuidora, tuvo un estreno limitado y no sacó ni para pagar los cafés. Aquí nos llegó directamente a vídeo.


Y hasta aquí el repaso de la saga "original". Aunque no hay que dejar de mentar muy por encima que la saga se queda congelada casi durante una década, hasta que aparecería el remake de Marcus Nispel y producida por Michael Bay, que funcionaría muy bien en taquilla. Un par de años después tendríamos una precuela como La matanza de Texas. El origen, que ya no funcionó tan bien. Luego, en un intento por subirse al carro de la moda 3D tuvimos La matanza de Texas 3D que tampoco acabó de cuajar. Y ya este año se estrena Leatherface.

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