viernes, febrero 22, 2019

Pánico en el Transiberiano


Este es de esos títulos que consumí, como es lógico, en vídeo en los 80. En casa nos metíamos nuestras buenas sesiones los sábados por la tarde/noche con un buen bocata entre manos. Sesiones que iban desde El perro de los Baskervilles (sí, acabado en S) de la Hammer, Fuga de Alcatraz, Golpe en la pequeña China, Un cadáver a los postres, La pareja chiflada... Sin duda una selección ecléctica.

Pánico en el Transiberiano era una producción rodada en la península muy de aquella época. Y es que pese al lugar de rodaje y la mayoría del equipo técnico que había detrás, la producción pasaba por anglosajona sin ningún problema. Por un lado teníamos una estética que las imitaba perfectamente y por otro unos protagonistas que eran caras conocidas en ese tipo de películas. Aquí con un trío de ases como Peter Cushing, Christopher Lee y, en menor medida (más que nada porque su aparición se reduce al último tramo del metraje) Telly Savalas. A estos hay que añadir unos cuantos nombres más que conocidos en el género como Víctor Israel, Jorge Rigaud, Alberto de Mendoza (habitual del giallo) o Helga Liné. Solamente falta por ahí José Lifante.


Dirigida por Eugenio Martín, realizador que sería casi más correcto catalogarlo como un director de encargo que autor. Sin ir más lejos, el film aquí comentado sería un encargo de Philip Yordan, guionista de la época dorada de Hollywood (Johnny Guitar, 55 días en Pekín, El Cid) y que al acabar en la lista negra por tener relación con el comunismo se tuvo que buscar las garrofes en Europa. Aquí produjo algún que otro film, como El hombre de Río Malo y El desafío de Pancho Villa. Y precisamente con esta última es donde tiene origen Pánico en el Transiberiano, ya que habían comprado un tren de maqueta que les costó un riñón, con lo que forzaron la maquinaria para conseguir otro guión que justificase la aparición del "juguete". Así que los días de descanso de El desafío de Pancho Villa se fraguó un guión escrito por Arnaud d'Usseau y Julian Zimet, aunque Bernard Gordon y Julian Halevy metieron mano pese a no estar acreditados.
Un guión que, como se ha dicho multitud de veces, remite directamente a El enigma de otro mundo. En la película de Martín, un antropólogo regresa a Europa con los restos de una criatura congelada que ha encontrado en una cueva China. Durante el trayecto irán apareciendo cadáveres con los ojos en blanco.


Tengo que reconocer que vista en la actualidad se ha quedado algo anticuada. Si bien el inicio tiene toques de whodunit muy en la línea de Agatha Christie con la presentación de los personajes principales que parece que oculten algo, pero rápidamente nos vamos al terreno de la criatura que se va cepillando a los pasajeros. Casi un cruce entre slasher (ojo a las posibles influencias a El tren del terror) y Alien. Todo esto cogiéndolo con pinzas. Con pinzas de 1972 cuando todavía el género de terror no había dado el salto que llegaría con El exorcista y La matanza de Texas. Aquí seguimos en toque muy reposado, muy inglés y hammeriano (aunque el director siempre ha dicho que nunca había visto una película de la productora británica y su intención era imitar a la serie B norteamericana), con virajes a la ciencia ficción verniana (todo el tema de las imágenes que quedan en la retina de los cadáveres) con lo que nos lleva a cierta ingenuidad.


Pánico en el Transiberiano ha quedado en el tiempo como un clásico del fantaterror hispánico, a la altura de No profanar el sueño de los muertos o La residencia, pese a que a su director ha comentado más de una vez que no le gusta especialmente ser recordado por ella y preferiría serlo por otros títulos como Juanita la larga (serie de TVE) o Tengamos la guerra en paz. Martín, no nos engañemos, no era demasiado amigo del género y cuando participó en él fue de manera puramente alimenticia.


domingo, febrero 17, 2019

Festival de trailers (XCV)



Amor embrujado (Un amour de sorcière, 1997) de René Manzor. Con Vanessa Paradis, Gil Bellows, Jean Reno, Jeanne Moreau, Dabney Coleman, Malcolm Dixon y Katrine Boorman. 



Bodas y prejuicios (Bride & Prejudice, 2004) de Gurinder Chadha. Con Aishwarya Rai Bachchan, Martin Henderson, Daniel Gillies, Naveen Andrews, Namrata Shirodkar y Indira Varma.



Las aceras de Nueva York (Sidewalks of New York, 2001) de Edward Burns. Con Edward Burns, Heather Graham, Stanley Tucci, Brittany Murphy, Rosario Dawson y Dennis Farina. 



Objeto de seducción (The Object of Beauty, 1991) de Michael Lindsay-Hogg. Con John Malkovich, Andie MacDowell, Lolita Davidovich, Bill Patterson, Jack Sepherd y Rudi Davies.
 



Stella (Stella, 1
990) de John Erman. Con Bette Midler, John Goodman, Trini Alvarado, Stephen Collins, Marsha Mason, Eileen Brennan, Linda Hart y Ben Stiller.



Bonus track:


domingo, febrero 10, 2019

Festival de trailers (XCIV)



Flores en el ático (Flowers in the Attic, 1987) de Jeffrey Bloom. Con Louise Fletcher, Victoria Tennant, Kristy Swanson, Jeb Stuart Adams, Ben Ryan Ganger, Lindsay Parker y Marshall Colt.  



7 mujeres atrapadas (The House on Sorority Row, 1983) de Mark Rosman. Con Kate McNeil, Eileen Davidson, Janis Ward, Robin Meloy, Harley Jane Kozak, Jodi Draigie, Ellen Dorsher y Lois Kelso Hunt.




El padrastro (The Stepfather, 1987) de Joseph Ruben. Con Terry O'Quinn, Jill Schoelen, Shelley Hack, Charles Lanyer, Stephen Shellen, Stephen E. Miller, Robyn Stevan, Jeff Schultz y Lindsay Bourne. 



Sonny boy (Sonny boy, 1989) de Robert Martin Carroll. Con Brad Dourif, Conrad Janis, David Carradine, Paul L. Smith y Michael Boston.


 

Virus (Apocalypse domani, 1980) de Antonio Margheriti. Con John Saxon, Elizabeth Turner, Giovanni Lombardo Radice, Cinzia De Carolis, Tony King, Wallace Wilkinson y Ramiro Oliveros.

jueves, febrero 07, 2019

Phantasma (y secuelas)

Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

La inicios de la carrera de Don Coscarelli se asemejan muchísimo a los de Spielberg. Comenzó haciendo cortometrajes con sus amigos siendo un niño, y ya de adulto acabó bajo el auspicio de la Universal gracias a Sid Sheinberg, jefe del estudio en la época y que también fichó a un joven Spielberg. A partir de ahí los paralelismos con el Rey Midas de Hollywood se acaban.

Universal se había hecho con los derechos de distribución de su debut, Jim, el más grande (aquí nos llegaría directamente a vídeo), película que lo convertiría en el director más joven en estrenar con una major a la tierna edad de 19 añitos. El film tuvo muy buenas críticas pero su carrera comercial fue testimonial. Pero a su padre, que había puesto el dinero, le dio bastantes beneficios como para animar a otros socios que invirtieran en su siguiente proyecto, Kenny y compañía, que fue comprada por la Fox. A esta le pasó como a la anterior y no tuvo demasiado recorrido comercial, pero le marcó un punto de inflexión. Durante los pases se dio cuenta que la parte que más gustaba al público era la escena que pasa en la noche de Halloween, lo que le llevó a adentrarse en el terror para su siguiente proyecto, género que en la época era extremadamente rentable.

Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

Evidentemente ese nuevo guión fue Phantasma, que escribió pensando en los actores/amigos que le habían acompañado en sus anteriores películas: el jovencito A. Michael Baldwin, Reggie Bannister (la versión joven de Chiquito de la Calzada) y Angus Scrimm. A este trío se le uniría Bill Thornbury encarnado al hermano mayor de Mike, aunque este papel sería ofrecido inicialmente a Gregory Harrison, que había debutado en Jim, el más grande y poco después llegaría a ser el protagonista de la serie televisiva La fuga de Logan, pero rechazaría la propuesta.

La historia del niño que visita un cementerio y presencia algo que no debería podría sonar a historia vista mil veces, pero la película rápidamente coge un tono entre onírico y de ciencia ficción que le hará romper con lo previsible.

Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

El rodaje del film no fue demasiado diferente a las anteriores producciones del director. Pese a que acabó contando con su mayor presupuesto hasta el momento (se habla de 300 mil dólares pero al no ser una producción demasiado profesional no queda del todo claro), la cosa era muy rudimentaria: las sesiones de rodaje se limitaban a los fines de semana (lo que acabó alargando el rodaje a más de un año), lo que favoreció al resultado final ya que podían prepararlo todo con antelación; la propia madre de Coscarelli era la maquilladora y decoradora; y, por supuesto, el guión nunca estuvo terminado y se iba escribiendo sobre la marcha. Prueba de ello es que hubo bastante material descartado (entre ellos varios finales) que acabarían reciclados en las siguientes entregas.

Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

Phantasma ha quedado en la retina de todo fan del fantástico gracias a ese personaje tan molón como es el Hombre Alto, las esferas voladoras (recreadas con unos efectos increíbles y más tarde llamadas "centinelas") y una gran banda sonora por obra y gracias del tándem Fred Myrow - Malcolm Seagrave con claras influencias de Goblin (Coscarelli ya era un fan de Suspiria en la época) y que luego influenciaría al tema de Saw.

Y es que de las limitaciones hicieron virtud. El hecho de tener pocos personajes hizo que el pueblo donde sucede la acción sea casi fantasmagórico, ayudando al toque onírico. Lo mismo que el detalle tan nimio de usar el recurso de la cámara lenta para el Hombre Alto, que enfatiza su presencia imponente, dando la sensación que el tiempo se pare a su alrededor. O el plano de los enanos en fila india por ese planeta de aspecto rojizo, donde mezclaban a niños con muñecos.

Aun y así hay detalles que denotan su condición de producción fuera de un estudio, por ejemplo con los diálogos, demasiado amateurs. O la famosa escena que, sin venir a cuento, Bannister y Thornbury tocan una canción (se llegó a rodar una segunda pero se quedó fuera del montaje) que se las apañan para justificarla en la trama con el diapasón, que será el elemento clave en su lucha contra el Hombre Alto. Como iremos viendo, estas improvisaciones se acabarían usando a lo largo de la saga para ir ligando las diferentes entregas entre ellas. Y tampoco podemos olvidar el muñecajo con aspecto de bicho peludo en el que acaba convertido un dedo amputado.

Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

Estrenada en primavera de 1979, 2 años después de haber iniciado el rodaje (aquí nos llegaría en agosto de ese mismo año), la película fue adquirida para su distribución por la AVCO Embassy, que ya había cosechado el éxito con una modesta película como La noche de Halloween. Pero Phantasma, sin llegar a ser un fracaso, no tuvo tanta suerte con unos 11 millones de dólares recaudados.

En su momento fue un éxito modesto y no llamó la atención del gran público, pero fue dejando poso entre los fans del género, que acabaron por darle un estatus de culto, cosa que ayudó el continuo goteo de entregas durante casi 40 años que nos ha permitido ver a los mismos personajes crecer, envejecer y hasta morir.



Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie BannisterPhantasm. El regreso (Phantasm II, 1988). El Phantasma original es un film que empieza y acaba en sí mismo, nunca se hizo con intención de convertirlo en saga y su final obedece más a los clásicos desenlaces negativos del género de terror que ha dejar una puerta abierta para seguir las andanzas del Hombre Alto. Prueba de ello son los casi 10 años que tardó en llegarnos esta secuela. Entre medias Coscarelli únicamente dirigió El señor de las bestias (otra pieza de culto) pero que le llevó a cierta frustración por los problemas con los productores. Rechazó dirigir Conan el destructor e inició el rodaje de Miedo azul pero se largó a la mitad. Pero para su fortuna tuvo el buen ojo de mantener los derechos de Phantasma y durante los años se ha dedicado en persona a negociar los derechos de las distribuidoras de los diferentes países, lo que le ha reportado sus buenos ingresos.
A finales de los 80 las sagas de terror estaban en todo lo alto de la explotación total. New Line lo petaba con Pesadilla en Elm Street, Paramount tenía a Jason con Viernes 13 y a Universal le encajaba Phantasma como saga. Le dio 3 millones de dólares a Coscarelli (lo que acabaría siendo el presupuesto más alto de todas las entregas) para que la escribiese y dirigiese.
Después de los hechos acontecidos Mike es internado en un centro mental. Allí comenzará a tener extraños sueños con una chica que sabe de la existencia del Hombre Alto. Haciéndose pasar por cuerdo saldrá del centro y se reunirá con Reggie, que le cuenta que todo lo que pasó fue solamente un sueño, pero al abrir los ataúdes de sus padres y descubrir que no están los cuerpos cambiará de opinión y emprenderán un viaje en busca del Hombre Alto.
La producción del film fue otro quebradero de cabeza para su director, que veía como Universal lo tenía atado de pies y manos. Le impidió volver a contar con Reggie Bannister y A. Michael Baldwin, pero aun y así consiguió que Bannister volviera a encarnar a su personaje. Para interpretar a Mike se contrató a James LeGros (entre los que hicieron audición estaba un jovencito Brad Pitt), elección bastante desacertada por ser un tipo de aspecto más cercano a protagonizar la portada de la SuperPop que para interpretar al desgarbado de Mike. A nivel de guión también le prohibieron usar los recursos oníricos para que no la catalogaran como una mala copia de Pesadilla en Elm street, con lo que quedaba claro que Universal no tenía ni idea de lo que estaba produciendo. El film tuvo muchos problemas de distribución y apenas recaudó 7 millones, lo que hizo que la major se desentendiese de la saga.
Phantasma II tiene sus virtudes y sus defectos. El contar con más presupuesto y con efectos de Mark Shostrom (recomendado por Sam Raimi, y que en su equipo tenía a unos jóvenes Greg Nicotero y Robert Kurtzman), pese a que no puede evitar meter un muñequito demasiado krueggeriano, le hacen ganar puntos y convertirla en una road movie (inspiración directa del final de Salem's Lot) le desprende del encanto del pueblecito extraño donde sucede la acción. (No puedo dejar de lado el famoso detalle que aquí a la versión cinematográfica de la adaptación de Stephen King se titulase Phantasma II). En su conjunto la cosa se queda algo coja, muy posiblemente por las imposiciones de Universal y los cortes para conseguir una calificación adecuada.



Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister
Phantasma. El pasaje del terror (Phantasm III: Lord of the Dead, 1994). Al no haber funcionado nada bien la anterior entrega, Universal dejó de interesarle seguir facturando films de la saga, lo que dio vía libre a Coscarelli a tener control total sobre la tercera entrega. Aun y así, pese a no financiarla, se reservaron la opción de distribuirla.
La trama empieza justo donde termina la anterior. Por un lado tenemos a Reggie, que se topa con un niño y una chica que le acompañarán en su búsqueda del Hombre Alto, que aquí nos revelan que está creando un ejercito para conquistar nuevos mundos y con el líquido que extrae de los cerebros crea las esferas voladoras.
Además de recuperar a Michael Baldwin, también regresó Bill Thornbury. Y ya que estábamos en los 90 empezaron a trabajar con algún que otro efecto digital, aunque con el suficiente buen gusto (o que el presupuesto no daba para más) de usarlos poquito. Por su parte, el personaje de Reggie, pese a que ya habían apuntado algo en la segunda parte, lo tenemos como un total neverfucker, cosa que acabara siendo una especie de chiste recurrente en el resto de entregas. Además, se convierte en el prota absoluto de la película, lo que también será habitual en las siguientes.
A Universal no le gustó nada el resultado final y, después de hacer algún pase de prueba, la lanzó directamente a vídeo en el mercado norteamericano. Aun y así, en videoclubs hizo el agosto. En cambio, aquí sí tendría estreno en salas.



Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister

Phantasma. Apocalípsis (Phantasm IV: Oblivion, 1998). Aquí tenemos a Mike que descubre el pasado del Hombre Alto, que fue un hombre bueno que inventó algún tipo de máquina que le permitió viajar a ¿otra dimensión? y volver convertido en el Hombre Alto.
Muy criticada por los fans, ya que nos cuentan el pasado de el Hombre Alto, quitándole todo el áurea de misterio que siempre había tenido. Por otro lado, se usa mucho material del primer film a modo de flashbacks y el argumento es psicotrónico hasta los topes. Además de tomarse algunas licencias como no explicar nada de lo que le sucede a la chica y el niño que habían sobrevivido. Sin duda un punto muy bajo para la saga que aquí volvía a contar con un presupuesto de risa (600 mil dólares). Hasta el punto que los chicos de KNB les hicieron algunos efectos gratis por su amistad con Coscarelli.
Aquí sería la primera vez que la franquicia no pasaría por cines y saldría directamente a videoclub.



Phantasma, Don Coscarelli, Angus Scrimm, Reggie Bannister
Phantasma. Desolación (Phantasm: Ravager, 2016). Casi 20 años después nos llegó, hasta la fecha, La última entrega. Y eso que por el camino se quedó un guión firmado por Roger Avary en 1999 (en 1988 Coscarelli dirigió Escuela de supervivencia, donde un grupo de estudiantes de cine de Los Ángeles hicieron prácticas en tareas de producción. En el grupo se encontraban unos jovencitos Quentin Tarantino y Roger Avary) titulado Phantasm 1999 A.D. y en la que se decía que aparecería Bruce Campbell. También se quedó en el tintero la opción que New Line estuviera detrás de una nueva película. Pero lo que finalmente nos llegó fue Phantasma. Desolación, donde por primera vez Coscarelli no ejercía como director. Esa función cayó en manos de David Hartman, que había estado en los efectos especiales de Bubba Ho-Tep y John muere al final, y ha dirigido montones de series de animación (Mis amigos Tigger y Pooh, Transformers...).
Nos encontramos ante el punto más bajo de la saga. Rodada con muy poquitos medios, una estética digital de película amateur (algunos la han catalogado de serie Z) y unos efectos digitales sacados de cualquier programa de edición. Lo que resulta triste siendo una saga que empezó siendo facturada de forma totalmente artesanal, con maquillajes, efectos analógicos y trucos clásicos y que haya terminado con un triste croma de fondo. El que tengamos escenarios como un bosque o zonas desérticas, que parecen sacadas de cualquier film postapocalíptico italiano no hacen si no que acentuar toda la falta de medios que tenían.
La verdad, para haber parido semejante despropósito mejor no haber hecho nada. En este punto, con Scrimm fallecido y con pinta que a Coscarelli no le deben quedar muchas ganas de levantar otra entrega, no apunta a seguir viendo las andanzas de Reggie y Mike. A menos que un estudio decida hacer un reebot.


Phantasma ha quedado como una de esas sagas (Aullidos, Leprechaun, Amityville...) que han ido degenerando a cada nueva entrega. Siendo, finalmente, la película original la que mejor ha resistido al paso del tiempo (y más viendo la restauración de la gente de Bad Robot), rodada por un Coscarelli que podríamos definir como un "autor total" (dirige, escribe, monta, produce...) que, salvo la segunda entrega, se ha podido permitir el lujo de tener todo el control del resultado final pero que ello no ha hecho que pudiéramos volver a ver la genialidad de la original. 

domingo, febrero 03, 2019

Festival de trailers (XCIII)


Princesas Disney (Wish Upon a Starfish / The Greatest Treasure, 1998) Animación.



Timón y Pumba (Timon
and Pumbaa,
1995) de Tony Craig, Roberts Gannaway y Rob LaDuca. Animación.



 

101 Dálmatas 2 (101 Dalmatians II: Patch's London Adventure, 2003) de Jim Kammerud y Brian Smith. Animación.



Peter Pan en Regreso al país de Nunca Jamás (Peter Pan: Return to NeverLand,
2002) de Robin Budd y Donovan Cook. Animación.



James y el melocotón gigante (James and the Giant Peach,
1996) de Henry Selick. Con Paul Terry, Pete Postlethwaite, Miriam Margolyes, Joanna Lumley, Steven Culp y Mike Starr.




Bonus track: 


domingo, enero 27, 2019

Festival de trailers (XCII)


 

Mentiras arriesgadas (True lies, 1994) de James Cameron. Con Arnold Schwarzenegger, Jamie Lee Curtis, Tom Arnold, Charlton Heston, Art Malik, Bill Paxton y Tia Carrere.



Tormenta blanca (White Squall,
1996) de Ridley Scott. Con Jeff Bridges, David Lascher, Ryan Phillippe, Ethan Embry, Scott Wolf, Eric Michael Cole, Balthazar Getty y John Savage.



Asalto al tren del dinero (Money Train,
1995) de Joseph Ruben. Con Wesley Snipes, Woody Harrelson, Jennifer Lopez, Robert Blake, Chris Cooper y Joe Grifasi.



La asesina (Point of No Return,
1993) de John Badham. Con Bridget Fonda, Gabriel Byrne, Dermot Mulroney, Miguel Ferrer, Anne Bancroft, Harvey Keitel y Geoffrey Lewis.



Space Truckers. Transporte espacial (Space Truckers,
1996) de Stuart Gordon. Con Dennis Hopper, Stephen Dorff, Debi Mazar, Charles Dance, Shane Rimmer, y Roger Gregg.




Bonus track:



domingo, enero 20, 2019

Festival de trailers (XCI)



Blue in the face (blue in the face,
1995) de Wayne Wang, Paul Auster y Harvey Wang. Con Harvey Keitel, Victor Argo, Giancarlo Esposito, Mira Sorvino, Lou Reed, Michael J. Fox, Roseanne, Jim Jarmusch, Lily Tomlin, Madonna y Keith David.



Ejecutiva en apuros (New in Town,
2009) de Jonas Elmer. Con Renée Zellweger, Harry Connick Jr., Siobhan Fallon, Frances Conroy y J.K. Simmons.



Mr. North (Mr. North,
1988) de Danny Huston. Con Anthony Edwards, Robert Mitchum, Harry Dean Stanton, Anjelica Huston, Mary Stuart Masterson, Virginia Madsen, Lauren Bacall y David Warner.



Little voice (Little voice,
1998) de Mark Herman. Con Brenda Blethyn, Michael Caine, Ewan McGregor, Jim Broadbent, Jane Horrocks, Annette Badland y Philip Jackson.



El hijo de la novia
(2001) de Juan José Campanella. Con Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Verbeke, Eduardo Blanco, Gimena Nóbile, Claudia Fontán y David Masajnik.


viernes, enero 18, 2019

Juego mortal (Brainscan)


Si en los 80 teníamos cine infantil/juvenil en el que los protas iban a otros mundo como La historia interminable o Dentro del laberinto, en los 90 también. Pero si una década antes la cosa iba de adentrarse en un libro o en un juego de rol, ¿qué teníamos en los 90 que lo petara? Efectivamente, lo interactivo. O si me apuras, en aquella famosa "realidad virtual" que nunca llegó (ni ha llegado). Y es que a mediados de los 90 lo que oliera a 8 o 16 bits y a pixels apestaba. Estaría bien poder volver aquella época y decirnos "píllate el Cool World de Supernintendo, que en el Centro Mail está de liquidación y en 25 años te darán 500 euros por él".

Pero en los 90 nos llegó el CD a los ordenadores y a la Megadrive, y como los programadores no sabían qué hacer con tanto espacio por llenar, acabaron tirando por el vídeo a full. A Full Motion (FMV), para ser más exacto. Esto es, básicamente, las famosas películas interactivas (que ahora parece que las haya inventado los de Black Mirror) donde en algún momento decidíamos, muy a groso modo, si ir a la izquierda o a la derecha. Lo mismo que los libros de "Elige tu propia aventura", vamos.



El joven Michael es un chaval traumatizado por un accidente de tráfico que mató a su madre y a él lo dejó con cojera. Vive semi recluido en el desván de su casa, donde se ha montado un complejo sistema informático, visiona pelis de terror (monta un cinefórum en su clase proyectando La saga de los Drácula), lee la Fangoria y espía a la vecina de enfrente de la que está enamorado. Un buen día se entera que está apunto de aparecer un videojuego llamado Brainscan que promete llevar al jugador a la experiencia sangrienta más fuerte que nunca haya tenido. El juego acabará en manos de Michael, que en cuanto lo juegue flipará de lo real que ha sido el poder entrar en una casa y matar a un tipo. Pero la cosa se torcerá cuando descubra que su vecino ha sido asesinado de igual forma que en el videojuego.



Para hablar de la génesis de la película habría que retroceder a los 80, concretamente a los entresijos de una productora de (muy) bajo presupuesto que respondía al nombre de Brisun Entertainment de la que poco se sabe. Uno de los chicos para todo que malvivía en la compañía era un recién graduado universitario que respondía al nombre de Andrew Kevin Walker (sí, ese que se puso de moda a finales de los 90s por escribir Seven, Sleepy Hollow o Asesinato en 8 mm) que llegó a escribir algún guión como el de Braisncan en 1989. El libreto dormiría en un cajón unos años hasta que se desempolvó y se materializó para sorpresa de su autor, ya totalmente fuera de la compañía que ya había desaparecido.

Uno de los elementos importantes que surgieron durante la preparación del rodaje fue la aparición del del personaje de Trickster, que en un primer momento no era más que una voz y durante los castings terminó por ser un personaje corpóreo. Y habría que ver que elementos tecnológicos sobrevivieron de la versión de 1989.



Está más que claro que la presencia de Edward Furlong como protagonista es síntoma del éxito de Terminator 2. Ese chaval que se escapaba del arquetipo de chavalín rubio con cara angelical. Furlong con su flequillo y ojos entrecerrados de fumeta casaba con el estilo grunge que lo impregnaba todo a principios de los 90, y los productores tenían claro que ahí había un diamante en bruto.
También contamos con el bueno de Frank Langella haciendo un papel totalmente testimonial e insípido como el del policía que investiga los asesinatos y en algún momento intuye que Furlong está metido por en medio. Y hago el apunte que en la época había llegado a leer en alguna publicación que este encarnaba a Trickster, supongo que por aquello del maquillaje y que había sido Skeletor. Y para rematar el cast, el director del instituto era interpretado por David Hemblen, el malo de El Capitán Power y los soldados del futuro.


Parecidos clónicos

Trickster estaba encarnado por T. Ryder Smith, actor que si bien ha hecho cine y televisión, tiene mucho más recorrido en el teatro, siendo el que se lleve las miradas del espectador. Si bien el personaje realmente no aporta nada a la trama, es el clásico personaje krueggeriano para hacer que la película sea más molona y ¿por qué no? sea la cara visible de una futura franquicia que nunca se materializaría. Su presencia se limita a poco más que ser el Pepito grillo del protagonista, diciéndole al oído lo que debe hacer mientras suelta chistes malos. Están muy claras las intenciones de los responsables del film, su presencia había que explotarla, prueba de ello es el póster, donde tiene todo el protagonismo. Su estética de rokstar con exceso de estupefaciente es un molar por molar, cayendo en el saco de los poochie. Según la publicidad de Lauren se decía: Freddy Krueger + el conde Drácula + Mick Jagger = Trickster. Aunque me gustaba más lo de "es como Adam Ant con una máscara de Halloween" que decía un crítico.


Juego mortal es una de las mejores postales, a nivel cinematográfico, que nos podemos encontrar de los años 90. Lo tienes todo: el chaval con estética grunge y flequillo, su habitación repleta de pósters de los grupos que lo están petando y mogollón de ordenadores para que tengamos clarito que el tipo lo peta en lo binario, banda sonora repleta de gente como Primus, White Zombie, Mudhoney... para vender CD's. Pero lo más importante es esa mezcla de efectos analógicos (genial el maquillaje de Steve Johnson) con los digitales de la época (sí, hay el puñetero morphing), que son poco menos que horrendos.

Pero la película renquea por querer abarcar más de la cuenta con muchos detalles sin desarrollar lo suficiente para que nos quede claro lo que está pasando y el porqué los personajes hacen lo que hacen. Es posible que su director John Flynn (un tipo que a sus espaldas tenía El ex-preso de Corea, Encerrado o Buscando justicia) no fuese el más apropiado para una de terror con elementos tecnológicos. Y eso que el tipo lo intenta con momentos en primera persona que recuerdan al giallo con guantes de cuero incluidos. Pero ni por esas. Y menos con un final happy que parece sacado de algún episodios de Cuentos asombrosos, aunque a mí me hace venir a la cabeza el de La puerta mágica.

Que Juego mortal. Braisncan haya quedado en el olvido es justificado. Pero para cuando se pongan de moda los 90s tocará reivindicarla.


domingo, enero 13, 2019

Festival de trailers (XC)



Asunto de mujeres (Une affaire de femmes,
1988) de Claude Chabrol. Con Isabelle Huppert, François Cluzet, Marie Trintignant, Nils Tavernier y Dominique Blanc.



Elegir un amor (Dying Young,
1991) de Joel Schumacher. Con Julia Roberts, Campbell Scott, Ellen Burstyn, Vincent D'Onofrio, David Selby, George Martin, Dion Anderson y Colleen Dewhurst.



Sentido y sensibilidad (Sense and Sensibility,
1995) de Ang Lee. Con Emma Thompson, Kate Winslet, Hugh Grant, Alan Rickman, Greg Wise, Emilie François, Hugh Laurie y Tom Wilkinson.



En el calor del verano (Summer Heat, 1
987) de Michie Gleason. Con Lori Singer, Anthony Edwards, Bruce Abbott, Kathy Bates, Clu Gulager, Jessie Kent, Noble Willingham y Nesbitt Blaisdell.



El borracho (Barfly,
1987) de Barbet Schroeder. Con Mickey Rourke, Faye Dunaway, Alice Krige, Jack Nance, Frank Stallone, J.C. Quinn y Sandy Martin.

domingo, enero 06, 2019

Capitán Power y los soldados del futuro

Capitán Power y los soldados del futuro

Casi seguro que nunca te hayas preguntado qué fue del director Gary Goddard una vez dirigió su única película, Masters del Universo. Pero aun y así te lo cuento.
El tipo fue co-fundador de Landmark Entertainment Group en 1980, empresa que se dedica a diseñar atracciones en parque temáticos como Paramount Parks o Universal Studios (donde desarrollaron la primera atracción 4D con Terminator 2) o los efectos especiales de espectáculos de Broadway. Y es precisamente ahí donde desde hace un porrón de años que la tiene liada con el proyecto Broadway 4D, que se anunció en 2012 con fecha de estreno en verano de 2013 y ahí sigue sin estar muy claro cuando verá la luz. Esto básicamente es un espectáculo en 4D que consiste en una proyección de diferentes números musicales (clásicos del musical) sin ningún nexo de unión entre ellos. Por ahí están los nombre de Christina Aguilera (que hace una recreación de Evita), Hugh Jackman y en la dirección Bryan Singer y el propio Goddard. Para su proyección llegaron a restaurar el abandonado Times Square Theatre que, junto a lo invertido en las diferentes filmaciones, acabaría costando unos 90 milloncejos de nada. En 2014, por sorpresa de todos, se canceló todo pese a que la mayoría de sets estaban construidos, el segmento de Evita estaba rodado y el resto estaba en proceso de ensayos. Tiempo después se dijo que nuevos productores se habían hecho con el proyecto y estaban estudiando como seguirlo.

Pero si esto no fuese suficiente quebradero de cabeza para Goddard, hace poco más de un año fue acusado de abusar de menores en los años 70. El nombre más conocido de aquellos niños es Anthony Edwards, que lo has visto en porrón de pelis/series (La revancha de los novatos, 70 minutos para huir, Urgencias). Veremos como termina el asunto.


Capitán Power y los soldados del futuro
Gary Goddard y un amiguito

Pero volvamos con Capitán Power y los soldados del futuro.
Para dar vida al Capitán power se contó con Tim Dunigan, que encarnó a Fenix de El equipo A en el episodio piloto (como sabes, luego el papel cayó en manos de Dirk Benedict); Sven-Ole Thorsen, que era el segurata barbudo de Perseguido; Graham Greene, uno de los polis colegas de Bruce Willis en Jungla de cristal. La venganza, aunque igual te sonará más por Bailando con lobos, donde hasta recibió una nominación a los Oscar.


Capitán Power y los soldados del futuro

Además de Landmark Entertainment Group, en la producción encontrábamos a la juguetera Mattel, que aprovechó para lanzar una serie de figuras articuladas y sus correspondientes accesorios/vehículos. Estos vehículos contaban con la novedosa idea de interactuar con los episodios de televisión. Básicamente un sistema similar al que usaban las pistolas de luz de consolas y microordenadores (la Zapper de Nintendo, por ejemplo) en el que las naves lanzaban un rayo de luz a la televisión, tratando de golpear al enemigo, a su vez, éstos te disparaban y cuando el juguete detectaba que le habían dado expulsaba la figura que tenía en su interior. Sin duda un gimmick a la altura del teletrebol.
También se lanzarían videojuegos y cómics. Sin duda la idea era llenar el vacío que había perdido la colección de figuras de Másters del Universo a nivel de mercaderías.


Capitán Power y los soldados del futuro

Mattel estaba en la producción metiendo billetes hasta que terminó la primera temporada. Alegando el alto coste de la serie (cada capítulo costaba entorno al millón de dólares) y, sobre todo, a la pobre venta de los juguetes decidió cerrar el grifo llevando a la serie a su cancelación. Aunque tampoco hay que dejar de lado la presión por parte de Action for Children’s Television, que acusaba al serial de ser un mero vehículo para vender muñecos.

Lo que no podemos negar es que la serie, que aquí nos llegó en formato de cintas VHS y en 1991 se emitió dentro del espacio La merienda en Antena 3, tuvo el suficiente ingenio para ir un poco más allá e innovó buscando una forma más interactiva para que sus espectadores disfrutaran de ella e implementando las nuevas tecnologías 3D de la época.
Vista hoy está totalmente anticuada, pero no podía ser de otra forma cuando estamos ante la prehistoria del CGI. Quizá los más talluditos puedan disfrutarla.