martes, mayo 27, 2014

Creepshow 2

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

No cabe duda que Creepshow fue unos de los puntos álgidos del cine de terror y de los films de antologías en particular. Fue una película de modesto presupuesto pero que funcionó muy bien en taquilla y tuvo muy buena prensa. Es por eso que sorprende que tardaran 5 años en estrenar la secuela. Posiblemente tuvieran por ahí líos de derechos, porque los primeros 80 fueron especialistas en explotar al máximo secuelas de films del género.

En la producción volvíamos a tener a la Laurel (que se habían montado Richard Rubenstein y George A. Romero una década atrás, aunque éste último ya no estaba en la compañía a mediados de los 80) pero además estaba por ahí la New World Pictures (cuando Roger Corman ya se la había sacado de encima).
Y a partir de ahí muy pocas caras del primer Creepshow repetirían. Romero se limitaba al guión, adaptando 3 historias de Stephen King que, salvo La balsa, que apareció en Skeleton crew / Dos historias para no dormir, estaban creadas especialmente para el film.
En la dirección Michael Gornick, que con Crepshow 2 haría su única incursión en esas tareas en largometrajes, ya que siempre había estado haciendo tareas como director de fotografía en varias películas del propio Romero (Zombi, El día de los muertos, o la misma Creepshow).

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

Tenemos a Billy que, si nadie dice lo contrario, es el niño de la primera parte, aunque aquí ya no está interpretado por el hijo de Stephen King. El chaval se va a la oficina de correos a recoger un paquete y por el camino se encuentra a los gamberros del barrio que quieren darle una tunda. Entre medio el personaje de Creep (para nosotros el tío Creepy) nos explicará tres historias macabras:
El viejo jefe Cabeza de Madera, donde un matrimonio que regenta una tienda en un poblacho de mala muerte son asesinados en un robo y una vieja estatua de madera cobrará vida para vengarles.
La balsa. Un grupo de chavales van a pasar el día a un apartado y solitario lago que está habitado por una extraña mancha flotante.
El autoestopista. Una mujer, que vuelve a su casa después de pasar la noche con su amante, atropella a una persona y se da a la fuga. A partir de ahí será perseguida por el cadáver del autoestopista.

A estas tres historias habría que considerar que la historia que va hilando a las otras, la de Billy perseguido por los matones, sería una cuarta. Ésta es la que más me gusta, porque la gracia es que transcurre totalmente en animación, lo que en la época, donde casi no existía la animación para adultos, me cayó en gracia.

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

La balsa es, seguramente, la más recordada por todos. Lo que comienza con un grupo de porreros que se adentran a un pantano no hace otra cosa que remitirnos a esos inicios de los Viernes 13 y demás slashers de la época. Además que teníamos la inevitable escena sexual que siempre ha de haber en los slasher y eso le añade puntos. Pero lo que se lleva la palma es la inquietud que nos transmite la mancha. Y encima un buen final. Originalmente estaba planeada su adaptación para el primer Creepshow, pero la cosa se les alargaba demasiado y la dejaron fuera hasta que la repescaron en esta secuela.

En cambio de El viejo jefe Cabeza de Madera la cosa es bastante peor. La clásica historia de EC Comics de venganza de ultratumba huele bastante y el muñeco de madera, mitad animatrónic, mitad mimo disfrazado, tiene tan poca personalidad que nos dejará frío.
Y El autoestopista no da para mucho más en una historia mil veces vista, en lo único destacable es la pequeña aparición del propio Stephen King.

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King
 
Al final Creepshow 2 quedó muy descompensada, con algunas historias que se hacen largas. Mejor hubiera sido acortarlas e incorporar alguna otra historia. Cosa ésta que era lo previsto con la adaptación de El gato del infierno, pero el presupuesto no era demasiado y se quedó fuera. Años después esta historia acabó en otro film de historietas, El gato infernal, de la que Tom Savini dijo que era la tercera parte espiritual de Creepshow.

También se nota a faltar todos aquellos juegos de luces tan de cómic del film original, cosa extraña porque, precisamente, el directro de fotografía de aquella era el propio Michael Gornick. Curiosamente, éste sí usó esos recursos de iluminación en uno de los episodios que dirigió para Historias del más allá (Tales from the darkside), justamente uno basado en un relato de Stephen King, El procesador de palabras de los dioses (The word processor of the gods). En cambio, la música, pese a que ya no estaba John Harrison, sigue siendo inquietante.
¿Los efectos? Obra de Greg Nicotero con ayuda de Tom Savini (que también interpretaba al Creep), aunque, la verdad, es que no hay demasiados.

Probablemente lo peor para el film es que es secuela de una obra maestra del terror y eso es un lastre difícil de superar. Pero si la vemos como una película independiente sabremos sacarle muchas cosas.
Casi dos décadas después apareció un Creepshow 3 totalmente deleznable, del que ya no tiene nada que ver con el original. Para subsanar este error/horror están planeando un remake desde hace años. Veremos como acaba.

jueves, mayo 22, 2014

El abismo negro

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Por alguna razón existe el pensamiento que Star Wars motivó el resurgimiento de las aventuras espaciales/space opera, cosa que no es real, ya que el género siempre estuvo ahí. Terror en el espacio, Planeta prohibido, 2001, Flesh Gordon, Naves misteriosas... fueron films que aterrizaron antes de 1977.
Otra cosa es que George Lucas mostró a los estudios que si se invertía los suficiente y se ponía a disposición de la película las últimas técnicas en efectos especiales, un género que (casi) siempre había vivido en la modesta serie B (en el mejor de los casos) pasaba a convertirse en una gran producción que podía mover a las masas hacia las butacas y amasar millones.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Y la prueba es que, pese a las inevitables bazofias llegadas desde Italia o la factoría Corman, tuvimos grandes producciones como la adaptación de Star Trek, el Flash Gordon de De Laurentiis, Alien o hasta una serie de televisión como Galactica.
Otro gran estudio que creyó en hacer una science fiction por todo lo grande fue Disney, en el período más oscuro de su historia. Período donde se inició una lenta travesía hacia los nuevos tiempos, donde convivieron las viejas figuras, que no hacían más que preguntarse qué haría el mismísimo Walt Disney en esos caóticos momentos, y las nuevas generaciones que entraban, deseando cambiar el rumbo del estudio con sus nuevas ideas.
Pero como he dicho, el relevo generacional no se hizo de la noche a la mañana, y todo ese conglomerado de ideas antiguas y modernas nos brindó películas como El carnaval de las tinieblas, Oz, un mundo fantástico, Tron, Taron y el caldero mágico o Los ojos del bosque. Films que, aunque fallidos, aportaban extrañeza y traumas a partes iguales. Siempre se ha dicho que combinaban momentos infantiles con otros mucho más adultos. Quizá no fuesen tan tan adultos, pero al estar enmarcados en una producción Disney el contraste se hacía excesivo, y la sensación que algo estaba cambiando en la compañía de Mickey Mouse era patente.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Una de las primeras (si no la primera) películas que comenzó a introducir a la compañía en un terreno más oscuro de lo acostumbrado fue El abismo negro, o en su versión original The black hole (El agujero negro). A principios de los 70 un par de guionistas de serie B y teleseries llamados Bob Barbash y Richard Landau se presentaban en la compañía con un guión bajo el brazo titulado Space station-one, en el cual no había el elemento del agujero negro, pero que aparecería en la siguiente re-escritura. Con lo que el proyecto comenzó a entrar en esa espiral donde los mandamases de la compañía nunca estaban contentos y pedían más y más escrituras. Se contrataron a más guionistas, el guión cambió el título varias veces, pasando a llamarse Probe One, Space Station One hasta el definitivo The black hole, incluso se contrató a John Hugh, que en la época estaba en nómina en Disney dirigiendo La montaña embrujada y secuela y que, años después, firmaría Los ojos del bosque, para dirigir la película, pero los 4 años que duró el periplo de nuevas escrituras hizo que éste acabara desertando para irse a dirigir Objetivo: Patton.
Finalmente sería otro interino el que se haría cargo de llevar a buen rumbo la producción, Gary Nelson, que ya había dirigido para la compañía Un viernes loco con una jovencísima Jodie Foster, y que, años después, realizaría para la Cannon Allan Quatermain y la ciudad perdida del oro, secuela de Las minas del rey Salomón.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Ya, por fin, en otoño de 1978, se iniciaba el rodaje del film después de haberse gastado casi 4 milllones de dolares sin haber rodado un solo fotograma. Y no sin antes picar a la puerta de la Industrial, Light and Magic para alquilar los equipos con los que se rodó Star Wars y, ante los altos precios que pedían, buscarse otras alternativas.

Como buena historia de ciencia ficción tenemos a la nave de rigor, llamada Palomino (sic), que regresa a la Tierra pero se topa con un agujero negro y, junto a éste, una nave que desapareció décadas atrás, de la que, casualmente, formaba parte el padre de la doctora de la Palomino, con lo que está claro que irán a investigar que ha sucedido en la nave.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Multitud de referencias a Star Wars con los personajes que pululan por la nave, desde el dúo Robert Forster y Joseph Bottoms, que parecen unos trasuntos de Han Solo y Luke Skywalker (sensación reforzada por tener los mismos dobladores), hasta el robot V.I.N.C.E.N.T., mezcla de C3PO Y R2-D2. Además de tufillos a 20.000 leguas de viaje submarino o 2001. Todo ello en una película muy adulta para venir de donde viene, con personajes oscuros y muertes miserables, en un claro antecedente de lo que años después sería Horizonte final.

Con unos efectos especiales adelantados a su tiempo, solo afeados por el robot V.I.N.C.E.N.T., que es casi tan horrible como los de Naves misteriosas. Y un buen plantel de actores que a los Forster y Bottoms ya mentados hay que añadir a Anthony Perkins, Ernest Borgnine, Tom McLoughlin (director de Viernes 13, Parte 6 Jason Vive), Maximilian Schell y Roddy McDowall poniendo la voz al robotito.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

La que fuera la primera película Disney que no está clasificada para todos los públicos acabó pasando algo de puntillas por la taquilla, cosechando unos 35 millones de dólares que acabaron amortizando los 20 millones que acabó costando. Beneficios que, por otro lado, no fueron ni de lejos lo esperado por la productora.

Si algo tiene el film es que es un espectáculo visual que, si quitamos la ausencia de batallas espaciales, está por encima de Star Wars, con estampas que parecen sacadas de un Métal Hurlant, una banda sonora del gran John Barry a la altura de las circunstancias (¡la primera que se grabó en formato digital!), unos efectos/trucajes que a día de hoy han resistido el paso del tiempo como pocos y un final totalmente tripado que deja en bragas al de 2001. No es un manjar para todos los paladares, pero el que le encuentre el punto de cocción, repetirá.

martes, mayo 20, 2014

Bigfoot y los Henderson

Bigfoot y los Henderson, Spielberg, bigfoot, John Lightow

Claro ejemplo de lo que era la factoría Spielberg en los 80. El amigo Steven eran sinónimo de espectáculo, emoción y, of course, buenos sentimientos. Pero algó pasó porque en Bigfoot y los Henderson el tito Esteban no dejó que su nombre apareciera. Ni en los créditos ni en el cartel. Algo debió pasar.

jueves, mayo 15, 2014

Skatetown USA (La fiebre del patín)

Skatetown USA, La fiebre del patín, Patrick Sawayze, Scott Baio, Greg Bradford

Nos encontramos con máximo exponente de la moda de discotecas de patines que inundó los USA entre finales de los 70 y principios de los 80. Skatetown USA, aquí mal llamada La fiebre del patín, huele a farlopa en cada uno de sus fotogramas. Cosa nada extraña porque los que participaron en ella han reconocido que la coca rulaba por el rodaje de mala manera.

martes, mayo 13, 2014

Trabajo sucio

Trabajo sucio, Chevy Chase, Norm MacDonald, Bob Saget

Hace años que en este blog se escribió sobre la figura de Norm MacDonald, ese cómico canadiense más bien desconocido en la piel del toro, pero que en USA y su Canadá natal de vez en cuando hace algún que otro trabajo televisivo o haciendo cameos en films de sus colegas Adam Sandler o Rob Schneider.

jueves, mayo 08, 2014

Waking sleeping beauty

Waking sleeping beauty, Disney, Don Hahn, Tim Burton

Documental que apareció en 2009 que profundiza en una de las épocas más extrañas por las que ha pasado la gran mega corporación Disney, que comprende un periodo de 1984 a 1994. Periodo que empezó cuando Don Bluth se fue de Disney para crear su propio estudio, llevándose a la mitad de animadores.

martes, mayo 06, 2014

Joysticks

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

A principios de los 80 había dos formas de hacer pasta en el mundo del celuloide sin gastarse demasiado: facturando un slasher o una teen movie. Alguien tuvo la ocurrencia de juntar los dos géneros con Wacko (aunque sí, antes estuvo 13 asesinatos y medio) y las cosa no quedó demasiado bien. Pero tampoco le culparemos porque los otros inventos que mezclaron estos subgéneros (Sábado 14, Pandemoniun desmadre en las aulas, Class reunion de la National Lampoon...) nunca salieron bien parados.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

La cuestión es que detrás de Wacko estaba el productor-director-guionista-actor Greydon Clark, experto en excretar cagarros de tomo y lomo como Satan's cheerleaders, El regreso de los extraterrestres y cualquier exploitation del momento que pudiera generar cuatro chavos. El culmen de esta táctica de rémora llegó a principios de los 90 cuando dirigió Lambada, el baile prohibido para la 21 Century, que compitió de tú a tú con Lambada, fuego en el cuerpo, producida por Yoram Globus y su Cannon, Sí, un Golan vs Globus después de partir peras en el ocaso de la Cannon. Una de esas guerras en las que, como decía Bart Simpson, no hay vencedores, sólo vencidos.

Clark, que no perdía ocasión para facturar cualquier cosa que oliera a dinero, se percató del éxito masivo que estaban teniendo los salones recreativos entre la chavalada, con lo que hizo un simple 1 + 1 = 2, y se puso manos a la obra para facturar un film que pasara en un salón recreativo repleto de adolescentes.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

Un chaval regenta una sala de arcades (llamada en el film como "la arcada" ¡¡!!) que montó su abuelo. Allí se reunen toda una fauna de jóvenes sedientos de darle a los mandos del come-cocos de turno y de ponerse morados con los pechotes de las féminas. Un buen día aparece por el lugar el padre de una de estas chicas y se horroriza ante lo que allí ve, así que, aprovechando su condición de hombre acaudalado emprende una cruzada para cerrarles el chiringuito.

Joysticks es un film muy muy sórdido, como todos los films de escaso presupuesto de la época. Todo él es oscuro (hay muchas escenas nocturnas y otras que pasan en el salón recreativo), con muchas tías que van de guapas (y no lo son ni por asomo) y enseñan sus tetas gelatinosas de cabra.
En el aspecto divertimento nos encontramos con una falta de gracia tremenda. Chistes de parbulario, personajes horripilantes a los que se les resbalan las salchichas y acaban en el canalillo de las mozas del lugar. Simplemente repugnante.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

Solo tiene un detallito que puede ser simpático, que es una transición entre escenas en la que aparece un Pac-man comiéndose la pantalla. Y ya. Como mucho, y apurando al máximo, el único interés puede ser de carácter arqueológico para los amigos del arcade, ya que en el film pueden encontrarse máquinas de la época como Super Pac-Man o Satan's Hollow (se nota que Midway estuvo ahí detrás) o varías pantallas en los títulos de crédito.

Apuntar solamente un par de nombres en el cast: Joe Don Baker (habitual en la filmo de Greydon Clark), cara conocida que nos sonará de El cabo del miedo y de algunos films de James Bond; y Jon Gries, el hombre lobo de Una pandilla alucinante o el tío Rico de Napoleon Dynamite.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

El film acabó por ser uno de esos pequeños éxitos que, de vez en cuando, se sacaban de la manga esta gente tan alejada de los grandes estudios. Sus escasos 300 mil dólares que se gastaron en rodarla se convirtieron en 4 millones muy jugosos.
Demasiados millones para este engendro que parece salido de las peores pesadillas del programador del E.T. de Atari. Yo no le insertaría un coin y esperaría que me saliera un Game Over.

miércoles, abril 30, 2014

Tres mujeres para un caradura

Tres mujeres para un caradura, L. A. Story, Steve Martin

Me da la sensación que en este boniato de país Steve Martin es un gran desconocido. El clásico actor que a todo el mundo le suena pero que nadie se acuerda de su nombre. Eso y que se refieran a él como "el tío del pelo blanco que hace películas de risa". Lo que suele dar confusión a otro que, no sé muy bien porqué, tiene muchísimo tirón por estas laderas como es Leslie Nielsen.

viernes, abril 25, 2014

Mortadelo y Filemón y el armario del tiempo

mortadelo y filemón el armario del tiempo, estudios vara, vara, ibáñez

Rafael Vara fue un dibujante de cómics que, a finales de los 50, creó Estudios Vara, donde facturó anuncios, documentales y algunas animaciones para algún que otro film como ¿Por qué te engaña tu marido? de Summers. Y fue a mediados de los 60 cuando adquirió los derechos de Mortadelo y Filemón a Editorial Bruguera, aunque realmente fue a Creaciones Editoriales, un rollo de derechos y eso.

lunes, abril 21, 2014

Trabajo basura

trabajo basura, office space, mike judge, jennifer aniston, milton

Fue llegar el verano del 99 y enterarme que el creador de Beavis and Butt-head estrenaba un film y no haber mañana. Y en una de esas calurosas tardes me metí en una de esas minúsculas salas del cine Glories y salí con una decepción del mismo tamaño con la ilusión que había entrado.

miércoles, abril 09, 2014

Leprechaun. La noche del duende (y secuelas)

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Me da la sensación que los leprechaun, estos personajes puramente irlandeses que esconden una olla repleta de oro al otro lado del arco iris, no han sido demasiado explotados en el cine. Salvando, of course, su vertiente puramente infantil con series o largos de animación o alguna que otra producción Disney (El cuarto deseo, El abuelo está loco). Es por eso que, por muy criticada que pueda ser la película, me parece que el personaje de un duende que se carga a todo aquel que le robe sus monedas de oro, está muy bien parido.

La cosa va de un tipo que compra una vieja casa que perteneció a un tal O'Grady. Allí se va con su hija, que es muy pitiminí y no le gusta nada lo de pasar el verano en una vieja casa llena de bichos. Así que contratan los servicios de un chaval para que le arregle la finca, además de a sus ayudantes, un gordito que no para de elucubrar teorías conspiranoicas y a un chavalín. El problema de la finca es que dentro hay prisionero un duende/leprechaun. El bicho consigue escapar con la única intención de recuperar el oro que le robaron una década atrás.

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Mark Jones venía de ser guionista en series de animación (Mr. Magoo, Scooby Doo, James Bond Jr.) y acción real (Las desventuras del sheriff Lobo, El equipo A), aunque lo que él anhelaba era ser animador, pero su pericia para el dibujo no era suficiente y se coló en la industria escribiendo. Viendo que la productora/distribuidora Trimark estaba sacando al mercado películas de bajo presupuesto probó de colarles el guión que había escrito basado en los personajes irlandeses. La productora aceptó encantada, siempre y cuando cambiara el tono y lo hiciera más adulto, ya que esa primera versión era más de corte infantil.

Y con la tontería Jones acabó siendo también el director del film, donde nos encontrábamos una primeriza -pre operación de nariz- Jennifer Aniston (aunque el estudio quería a una rubia y el propio director les engañó diciendo que le teñirían el pelo, y cuando se dieron cuenta que no lo hizo, el rodaje ya estaba comenzado y era tarde para volver a empezar), Mark Holton (el gordito de Teen Wolf), Ken Olandt (una especie de intento de estrella juvenil en los 80 que vimos en Juerga tropical, El equipo A o Super Force) y Warwick Davis (Willow, el Wicket de los ewoks) haciendo de leprechaun.

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Una vez terminada, la Trimark no lo tenía demasiado claro con su lanzamiento. Prueba de ello es que la tuvo un año entero guardada hasta que le dio por estrenarla en 1993. El film fue un éxito sorpresa. Su escaso millón de dólares de presupuesto se convirtió en 8 en su paso por los cines. Luego, en su distribución en videoclubs, volvió a petarlo.

Leprechaun es una peli muy oscura (básicamente pasa todo en una noche), lo que le ayuda a esconder sus limitaciones, que son muchas, dada su condición de modesta serie B. En cambio, tiene detalles muy buenos que hacen referencia al folclore de estos seres irlandeses, desde que son zapateros y su obsesión es arreglar el calzado, o que los tréboles de cuatro hojas ejercen una gran influencia sobre ellos.

Su éxito propició que la productora pusiera en marcha la maquinaria de crear secuelas como veremos después. Pero también aparecieron producciones que intentaban subirse al carro como Wishmaster (producida por Wes Craven), la llegada desde Inglaterra Funny Man o Rumpelstiltskin, que, en el fondo, fue producto del cabreo de Mark Jones cuando la Trimark lo apartó de seguir ligado a la saga Leprechaun, y decidió probar suerte creando otro personaje muy similar. Aunque, lamentablemente para él, el inventó no funcionó.



Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun 2. Dado el éxito del film se dieron mucha prisa, porque un año después sacaban esta secuela hecha con el doble de presupuesto, aunque luego no se notara demasiado en su resultado y mucho menos en su cast, donde apenas podemos destacar los cameos de Kimmy Robertson (la Lucy de Twin Peaks) y Clint Howard (hermanísimo del director de Apollo 13); además de Jack Klompus, que lo recordamos por salir en varios episodios de Seinfeld. Y, por supuesto, Warwick Davis nuevamente como el leprechaun, papel que repetiría en todas las películas que siguen.
Con un prólogo que acontece en la antigua Irlanda, rápidamente nos trasladamos a la actualidad (la de 1994, se entiende) donde un borrachuzo le da por meter una botella de whisky en el hueco de un árbol y ¡voilà! aparece nuestro pequeño y desagradable protagonista, que se pasa toda la peli detrás de una chavala que es descendiente de su prometida mil años atrás. Aquí ya tenemos algunas novedades en su forma de actuar, por ejemplo, se dedica a crear ilusiones en la cabeza de las personas, lo que, unido a sus constante chascarrillos, hace que el parecido con Freddy sea cada vez mayor.
Dirigida por Rodman Flender, un afincado en la pequeña pantalla que, muy de vez en cuando, hace algún largo para cine como El diablo metió la mano. La cosa le quedó más o menos correctita pero sin tirar muchos cohetes. Su paso por los cines fue muy de tapadillo, pero al menos recuperó los 2 millones que se gastaron en ella. Eso sí, en los videoclubs volvió a petarlo.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun. El duende asesino. O lo que es lo mismo, tercera entrega para una saga que oficialmente deja de ser facturada para cine y se tira directamente a las estanterías del videoclub. Un tipo lleva una estatua con la figura del leprechaun a una casa de empeños para venderla, no sin antes advertirle al dueño que no toque un medallón que tiene la estatua. Evidentemente lo coge, lo que hace que la estatua cobre vida y ya tengamos a nuestro verde protagonista liándola parda en Las Vegas.
Bastante gore, al menos más que en las anteriores, con varias mutilaciones. En esta es la primera vez que vemos unas tetas en la franquicia. Más detalles que nos van aportando de nuestro mitológico personaje: descubrimos que sus monedas de oro conceden deseos y que sus mordiscos son capaces de transformar a un hombre en leprechaun como si de un zombi se tratase.
Protagonizada por John Gatins, que empezó con las secuelas Witchboard 2 y Pacto de sangre 2, para reciclarse como guionista. Cosa que le ha ido de fábula, escribiendo Acero puro, Need for speed o El vuelo de Zemeckis, por la que tuvo una nominación al Oscar. También tenemos a Caroline Williams, habitual en el cine de terror con Masacre en Texas 2, El padrastro 2 o Halloween 2.
La película, pese a estar hecha con un escaso millón de dólares, tiene mejor empaque que la segunda, aunque esto no quiere decir mucho. Algo se debía de notar la mano de su director, Brian Trenchard-Smith, uno de los máximos exponentes de la ozploitation con mogollón de films a sus espaldas: El secreto del lago, El dragón vuela alto o Los bicivoladores.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun 4: in space. Muy contenta debió quedar la Trimark con Trenchard-Smith, porque un año después (1996) volvió a contar con él para esta cuarta entrega que nunca llegó a nuestro país. Como suele pasar en estas sagas interminables llega un momento que el único balón de oxígeno para evitar el agotamiento de la serie es mandar al protagonista fuera de su hábitat natural (aunque aquí ya lo habíamos visto en Las Vegas) y, suele pasar, que en el género fantástico el espacio causa debilidad. Vimos como ahí arriba mandaban a Jason (Jason X) o al mismísimo señor de las tinieblas (Drácula 3000). Aunque eso sí, todas estas fueron mucho más tarde, con lo que podemos decir que la saga del enano fue pionera en este aspecto. Aunque visto lo visto se podían haber quedado en la Tierra.
Aquí la cosa va de un grupo de marines espaciales que llegan a un planeta en el que, casualmente, tenemos al leprechaun que acaba de secuestrar a una princesa para casarse con ella y convertirse en el rey del planeta Dominian. Para su decepción los marines lo revientan con una bomba, pero uno de ellos tiene la ocurrencia de orinar en sus restos, lo que hace que el duende se meta en su cuerpo através de la orina (¡sic!). Una vez dentro de la nave militar nuestro pequeño protagonista reventará a su anfitrión para ir dando caza al resto de la tripulación.
Con unos efectos realmente cutres incluso para ser de mediados de los 90, arneses que se ven y unos escenarios menos realistas que los de Barrio Sesamo. El leprechaun sigue con sus dentelladas de humor, como cuando mata a uno con una espada láser made in Star Wars, o la gran ocurrencia de, mediante un rayo, convertirlo en gigante (efecto realmente casposo este). Pero salvo esto, monotonía total y absoluta con una falta de medios alarmante. Aquí se lo cargan lanzándolo fuera de la nave para que reviente en una escena que hace grande a la explosión final de Beowulf. Del elenco apenas destacar a Guy Siner, que le recordaremos por la serie Allo Allo haciendo de alemán y a Miguel A. Núñez Jr., el negro punk de El regreso de los muertos vivientes.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis
Leprechaun 5. La maldición. O también conocida en su país de origen como Leprechaun in the Hood.
La fórmula estaba dando más que evidentes síntomas de cansancio y la dejaron descansar hasta el 2000 para parir esta nueva continuación en la que, por primera y única vez respetaron sus rimas en el doblaje, curiosamente cuando teníamos el tema raperos de por medio. Unos niggers cavan un túnel buscando oro. Y lo encuentran, en una vasija junto a una estatua del leprechaun. Y, al igual que en la segunda, le quitan el collar que lo mantiene convertido en piedra. Para la suerte de uno de ellos, consigue volver a ponérselo. Años después el tipo está montado en el dolar y triunfa como productor musical. Pero unos chavales entran en su despacho dispuestos a robarle y ¿qué se encuentran? Pues sí amiguitos, la estatua del leprechaun de la que, evidentemente, cogerán el collar deshaciendo el encantamiento.
Aquí contaron con Rob Spera (un afincado en la televisión que hizo Campamento infernal -Bloody murder 2) para que se hiciera cargo de las riendas del proyecto. Y lo que hizo fue meterle bastante humor, lo que hace que, por momentos estemos ante una Scary movie. Es la única forma de entender a ese negro sacando armas de su pelo afro como un cartoon cualquiera o a nuestro colega leprechaun dándole unas caladas a un porro o rapeando en los créditos finales. Además de arrebatar un elemento común en toda la saga: la oscuridad. Todas ellas pasan en interiores y de noche, en cambio, aquí ya hay algo mas de escenas diurnas. Además encontramos algunas buenas ideas, como la explicación de porqué el tío que encuentra el oro consigue ser un magnate de la música. Pero todo lo bueno de la peli dura media hora para pasar al tedio absoluto, con un Leprechaun que sale más bien poco. En el elenco apenas destacar a Ice-T.



Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun. El regreso. Leprechaun: Back 2 tha Hood que la llamaron en las américas. Muy bien debieron ir los alquileres de la anterior entrega porque tres años después facturaron una secuela de la secuela. Un follón, vamos. Nada más empezar tenemos un prólogo de animación rudimentaria pero muy conseguida, dándole un toque de cuento de hadas. La cosa prometía para seguidamente meternos a un grupo de negros que encuentran el oro del duende y se dedican a pegarse la vida padre. Hasta que leprechaun aparezca para darles pal pelo. Ahí es cuando la peli naufraga estrepitosamente. Muchas transiciones del Premiere 2.0 y un leprechaun colocándose con una cachimba que ya no hace la más mínima gracia.
Dirige y guioniza Steven Ayromlooi (si no te suena, don´t worry), por ahí tenemos a Laz Alonso (visto marcando bíceps en Avatar o en alguna secuela de Fast and furious). La producción pasó a Lions Gate, ya que esta había absorvido a la Trimark.


Pero la cosa no termina aquí. Ha pasado una década desde la última vez que vimos al leprechaun en pantalla y como mandan los cánones actuales urge un remake/reebot. Y los amigos de WWE Studios, o lo que es lo mismo, los del Pressing catch, en colaboración con Lionsgate, han parido Leprechaun: origins, donde el pequeño luchador Dylan Postl (alías Hornswoggle) es el protagonista. Dirige Zach Lipovsky, de la escuela de telefilms catastrofistas con infografía casposa de Cuatro.

Por su parte, Mark Jones ha decidido contraatacar recuperando a Warwick para protagonizar Vamprechaun 3D, donde nuestro duende favorito muta a vampiro. Lo cosa está muy verde porque ningún estudio se la financia y el hombre está probando suerte con el tema crowdfunding, y, a falta de un mes, lo tienen muy peludo. Si te sobran 1.500 pavos te dejan darte un garbeo por el set de rodaje y pasarle un cupón de la Once por la chepa a Warwick. ¡Guau!

martes, abril 01, 2014

EDtv

Woody Harrelson, Matthew McConaughey, Edtv, ed tv, ron howard

Ya sabemos como es Hollywood. O mejor, como son sus estudios y sus guerras. Cuando la Warner hizo Cristóbal Colón el descubrimiento (uno de los mayores fiascos económicos del cine) en Europa la Goumont hace una coproducción para parir 1492: La conquista del paraíso. Touchstone (Disney) hace Armageddon y Dreamworks Deep Impact. También tuvimos una guerra de volcanes con Un pueblo llamado Dante's Peaks y Volcano o una de Robin de los bosques con Robin Hood el magnífico versus Robin Hood príncipe de los ladrones.

miércoles, marzo 26, 2014

Decisión crítica

Decisión crítica, Kurt Russell, Steven Seagal, Halle Berry, John Leguizamo


¿Ha sido KurtRussell un actor de los que llevaban masas de culos a llenar las butacas de los cines? Hombre pues la verdad es que no. Y sabiendo que sus films más mitificados (La cosa, Golpe en la pequeña China, 1997: Rescate en Nueva York, curiosamente todos de Carpenter) acabaron siendo desastres de taquilla (aunque luego les sacaron las castañas del fuego sus pases a videoclub) pues no podemos decir que el bueno de Kurt vaya a ser un referente. Al pobre siempre le faltó ese gran pelotazo que casi consigue con Tango y Cash o Conexión tequila. Stargate, Sky High o Dreamer: camino hacia la victoria tuvieron sus buenos beneficios, pero no eran ese mega pelotazo. Y ni siquiera el eterno intento de Tarantino de relanzar carreras le ayudó mucho con el fracaso de Death proof.
 

Pero eso sí, cariño le tenemos, porque un tío que ha hecho todas esas maravillas con Carpenter, más su trilogía de instituto para Disney y hasta Llamada a un reportero (la película en la que se ven más micrófonos colgando por minuto) merece eso y más.

 Decisión crítica, Kurt Russell, Steven Seagal, Halle Berry, John Leguizamo

Decisión crítica no deja de ser una vuelta de tuerca del Delta Force de Chuck Norris: un avión (de la compañía Oceanic!) es secuestrado por un grupo de terroristas. El plan es conseguir introducir en pleno vuelo a un grupo de fuerzas especiales que consiga reducir a los terroristas.
Hasta ahí nada nuevo bajo el sol. Y lo que sigue mucho menos porque tenemos todos los clichés habidos y por haber: el especialista en desactivar la bomba se queda impedido para hacer su función y ha de ir guiando a otro, personaje que no está preparado para coger un arma tiene que lidiar con los terroristas, los militares a punto de ser descubiertos en su escondite, aterrizaje de emergencia en el último momento por parte de un no piloto...

Decisión crítica, Kurt Russell, Steven Seagal, Halle Berry, John Leguizamo

Pero todo eso no es para nada malo, porque son los ingredientes necesarios para tener una muy buena película de acción puramente noventera. Aunque lo de acción hay que cogerlo con pinzas, porque lo que se dice acción pues como que no hay tanta como podemos pensar en un principio. Lo que sí que hay son muchas escenas de tensión, siempre jugando con ese grupo de fuerzas especiales escondidos en los compartimentos del avión y siempre estando en el filo de la navaja por ser descubiertos.

Decisión crítica, Kurt Russell, Steven Seagal, Halle Berry, John Leguizamo

Si bien tenemos como prota absoluto a nuestro querido Russell, tenemos a otro que podría parecernos el coprotagonista: Steven Seagal. Esto ya es más engañoso porque SPOILER (aunque teniendo la peli casi 20 años ya lo deberías saber) el prota de Alerta máxima apenas sale 15 minutos en pantalla para morir de una forma totalmente pasmosa. Ésto viene dado porque el actor no estaba muy de acuerdo con su fallecimiento en el film, dando por hecho que no gustaría a los fans, pero los productores los tenían bien cogido por temas de contrato y le obligaron ha rodar sus escenas, en las que se nota mucho la desgana del actor. Es más, en los primeros posters en su estreno americano Seagal ni salía (por no salir no sale ni su nombre en los créditos) y sería para el estreno del resto del mundo cuando se decidió usar la carta Seagal para ayudar a que la película tuviese más tirón entre las audiencias, ya que en USA apenas llegó a recuperar los 60 millones que costó. Luego amasó 70 más en la taquilla internacional, con lo que unido a su explotación doméstica dejó unos pingües beneficios en las arcas de la Warner.

También estaba por ahí John Leguizamo (el payaso de Spawn), que tuvo sus más y sus menos con Russell y con Seagal, el cual le dio un golpe de aikido que le dejó ko. Halle Berry haciendo de florero en uno de sus primeras apariciones importantes; David Suchet, que hacía de Poirot en una de esas series que emiten en todas las cadenas locales, haciendo de malo malísimo; y Oliver Platt, uno de los de Línea mortal.

 Decisión crítica, Kurt Russell, Steven Seagal, Halle Berry, John Leguizamo

Dirigida por Stuart Baird, que aquí hacía su debut, luego vendrían U.S. Marshals, secuela/spin off de El fugitivo, y Star Trek: Nemesis. Corta filmografía, aunque la función más destacable de Baird es como montador, suyas son las ediciones de un montón de pelis de Richard Donner (Superman, Maverick, Lady Halcón, Arma letal....) o Casino Royale, entre otras.
Con un guión firmado por los que escribieron Depredador y siendo una producción de Joel Silver la cosa no puede ser mala. Mucho mejor les hubiera ido a los malaysios de Airlines tener un Russell en su vida.

martes, marzo 18, 2014

Berberian Sound Studio

Berberian Sound Studio, giallo, Peter Strickland, Toby jones

Lejos quedan esos primeros años del vídeo doméstico que se editaba hasta el engendro más costroso filmado en el culo del mundo. Los videoclubs estaban on fire y con poner una carátula engañosa todo se alquilaba.
Ahora la cosa ha cambiado. Y mucho.

miércoles, marzo 12, 2014

El cuervo (y secuelas)

el cuervo, the crow, brandon lee, alex proyas

Si hubo una película que le dieron bombo y platillo como a pocas en la Fantastic Magazine fue, sin duda, a ésta. 
Allá por finales de los 80 apareció el cómic de El cuervo (aquí tardaríamos bastantes años para verlo) de la mano de James O'Barr, inspirado por su tragedia personal cuando, una década antes, su novia había muerto a manos de un conductor ebrio. De ahí se alistó en la marina americana y se dedicó a ilustrar manuales técnicos mientras, en sus ratos libres, maquinaba a este personaje de maquillaje blanco y pose triste.

La historia es conocida por todos: parejita de enamorados, de esos que dan tirria, acaban asesinados por unos maleantes que pasaban por ahí. Todo ello ocurre la noche del diablo, la víspera de Halloween. Justo un año después el chico resucita y, evidentemente, se dedicará a darle matarile a los que le mataron.

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Todos sabemos que todo el culto que arrastra en film es en gran medida por la muerte de su protagonista, Brandon Lee (hijísimo de Bruce Lee) durante el rodaje. Hecho que hizo que la película estuviera prácticamente un año pérdida en salas de postproducción, hasta que la Miramax la compró e invirtió para intentar salvarla y conseguir estrenarla.
Y, seguramente, ese es uno de sus grandes logros, conseguir insertar digitalmente al protagonista o su cara en escenarios o en los cuerpos de los dobles. Y, 20 años después, sigue pareciéndome un trabajo técnico impecable, donde resulta imposible saber donde está el falso Lee a menos que te digan donde.

Otra cosa son los efectos más rudimentarios, donde se le ve el truco a los cromas, maquetas (pero que no dejan de ser fabulosas) o la mano falsa con un agujero de bala. Aun y así hay que recordar que estábamos ante una producción bastante modesta de apenas 20 millones de dólares que se acabaron convirtiendo en 150 en las taquillas de todo el planeta. Sin duda, el morbo de ver al vástago de Bruce Lee muriendo en pleno rodaje como su padre un par de décadas atrás (aunque en Juego con la muerte solucionaron el entuerto de forma chapucera), dando pie a esa leyenda urbana de la maldición Lee, ayudó mucho a su éxito.

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Con guión de David J. Schow, articulista de Fangoria en la época y guionista de La matanza de Texas 3 y Critters 3 y 4, y John Shirley, que venía de escribir novelas cyberpunk y había hecho sus pinitos como guionista en series de animación (Los auténticos cazafantasmas, Los defensores de la Tierra, BraveStarr), como encargo del productor Edward R. Pressman, que había estado metido en fregados tan variopintos como El fantasma del Paraíso, Masters del Universo o Street Fighter. La última batalla. Y dirigida por Alex Proyas, director especializado en los videoclips que ya había dirigido un film, el poco conocido Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds, que le daba a El cuervo una estética muy deudora de los 90, con un aspecto tan videoclipero como oscuro y lluvioso (todo muy Blade Runner), a la par que cierto aire emo. Todo ello lo repetiría en esencia en su siguiente film. Sí, ese que fue fusilado por los Wachowski bros. Hay que ver lo que le debe Matrix al pobre de Proyas.

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Al mentadísimo Brandon Lee hay que añadir en el cast a David Patrick Kelly (el malo de The Warriors o uno de los personajes oscuros de Twin Peaks), Tony -Candyman- Todd, Jon Polito (un habitual del cine de los hermanos Coen), Hernie Hudson (el siempre olvidado negro de Los cazafantasmas), Michael Wincott y Michael Massee (igual alguien lo recuerda en Carretera perdida de Lynch). 

Fue precisamente Michael Massee quien realmente mató a Lee, con los famosos disparos en los que tenían que haberse usado balas de fogueo. Sin duda el gran aliciente de este film que, personalmente, nuna me ha acabado de llegar más allá de una estética muy cuidada, casi de cine negro, y que, sin lugar a dudas, cuajó en un sector del público. Tanto que el pajarraco siguió volando. Algo bajo, eso sí.


El cuervo 2. Ciudad de ángeles, el cuervo, the crow, brandon lee, alex proyasEl cuervo 2. Ciudad de ángeles. Como comentaba antes, el exitazo del film original animó a los temibles hermanos Weinstein y su chupóptera Miramax a convertir el invento en una franquicia. Con guión del hoy afamado David S. Goyer cuando escribía para la Full Moon (Juguetes asesinos, Dollman contra los juguetes asesinos).
Con buenos trucajes a la vieja escuela, pero el poco Cgi que muestra es horrible.
Apenas llega a la hora y cuarto, lo cual se agradece y mucho, pero eso tampoco ayuda mucho para salvarle de la quema.
Con Vincent Perez (el Christopher Lambert de los 90 y que le birló el papel a Jon Bon Jovi) como el Cuervo, el arrugado de Iggy Pop como sicario del malo y un primerizo Thomas Jane haciendo de viciado de las cabinas X. Dirigida por un tal Tim Pope que le hacía videoclips a Iggy Pop y The Cure, y nunca más hizo cine. El tipo acabó renegando del film, ya que su intención era desmarcarse totalmente del film original y los Weinstein le remontaron la película y cortaron más de una hora, para hacer todo lo contrario, que fuese un calco de lo que hizo Proyas.


El cuervo. Salvación, el cuervo, the crow, brandon lee, alex proyasEl cuervo. Salvación. Después de que la secuela no funcionara tan bien como se esperaba, pero no tan mal como para cargarse la franquicia, parieron la serie para televisión El cuervo. Escalera la cielo, de la que muchos episodios fueron lanzados aquí de la mano de Filmax directamente a DVD como si de películas se tratara. Lo mismo que pasó en su día con series como RoboCop o Mortal Kombat. Todo sea por timarle al cliente. La serie estaba protagonizada por Mark Dacascos y apenas duró una temporada.
Con lo que tuvimos que esperar al año 2000 para ver otro film del personaje. Aquí ya tenemos un aspecto totalmente telefilmesco para un film que tenía que haberse estrenado en cines, pero en su test screening la cosa fue tan mal que acabó directamente en los videoclubs. Por contra, en nuestras tierras de botijo y pandereta, Aurum (la actúal eOne Films) decidió estrenarla en cines. Y así le fue.
Desaparece cualquier referencia a la noche del diablo, pero la historia es la misma de siempre: parejita asesinada y él vuelve a la vida para cepillarse uno a uno a los culpables, con lo que llega un momento que esto es un cruce de justiciero urbano y body count. Eric Mabius (el colega amnésico de Mila Jovovich en Resident evil y que acaba convertido en Némesis) hace muy malamente su papel protagonista; Kirsten Dunst sale poco menos que 15 minutos pese a que su nombre es el primero en los títulos de crédito. Más que nada para aprovecharse que se había estrenado Las vírgenes suicidas y no era cuestión de desaprovechar el tirón. Un guest star para el gran Fred Ward (Remo, desarmado y peligroso, Hechizo letal) deseoso de que le den el cheque y William Atherton (visto en las primeras Jungla de cristal). Dirige el indio Bharat Nalluri, que acabó con sus hueso en el mundo de las series de televisión.


El cuervo 4, el cuervo, the crow, brandon lee, alex proyasEl cuervo 4. Aquí la escasez de medios es ya alarmante y la presencia de, un cada vez más fanegas, Edward Furlong no hace otra cosa que empeorarlo todo. Por ahí corre una primeriza Tara Reid y Dennis Hopper en plan "coge el dinero y corre", el siempre presente en estas secuelas directas a vídeo Danny Trejo, la cantante Macy Gray y David Lea, el que fuera doble de Michael Keaton en los films de Batman
La cosa se traslada a un pueblecito mejicano, con lo que todo acaba sucediendo en medio de un desierto y en cuatro barracas. Allí un chaval y su novia son asesinados. él resucita y bla, bla, bla. En USA directa a DVD y aquí no llegó ni eso. Dirige el entuerto Lance Mugia, el de Holocausto samurái, y que, actualmente, anda algo perdido

Ya hace varios años que preparan un remake/reebot del personaje, pero por alguna razón la cosa nunca acaba de salir adelante y los directores candidatos para dirigirla van pasando y saliendo de él. Ahora el que parece que está metido hasta el cuello es Javier Gutiérrez y Luke Evans como protagonista. Que el Señor les tenga en su gloria.

jueves, marzo 06, 2014

Baño de sangre en la casa de la muerte


Kenny Everett fue un cómico inglés que en los 60 había dado el salto de una emisora pirata a la BBC, donde sus programas humorísticos causaban sensación. Fue en este medio, concretamente en Capital Radio, donde recibió de manos de su amigo Freddie Mercury una copia del Bohemian Rhapsody antes de que se lanzase de forma oficial. Después de escucharla no pudo contenerse y la emitió sin permiso repetidas veces, ayudando a su éxito en Inglaterra. Ya a finales de los 60 tuvo sus primeras apariciones en la televisión inglesa, pero el gran éxito televisivo en el Reino Unido le llegaría a partir de los 70 con sus programas humorísticos como The Kenny Everett Television Show (visto en alguna autonómica como Tv3 bajo el título El show d’en Kenny Everett).

martes, marzo 04, 2014

S1m0ne

simone, s1m0ne, al pacino, Andrew Niccol

Ya en los 80 hubo cierto revuelo con aquello de colorear películas en blanco y negro. Pero lo que Ted Turner no se imaginaba que aquello sería pecata minuta cuando, una década después, Coca Cola lanzó aquel anuncio que reunía al star system de los 40 en un bar donde Elton John tocaba el piano y le daba lingotazos al refresco light. Comenzaba el debate de la utilización de actores ya fallecidos en nuevas producciones mediante el arte digital, aunque en los 80 ya hubo cierto amago con Max Headroom.