martes, agosto 17, 2010

Tiana y el sapo

Tiana y el sapo, Disney
Tiana y el sapo
o como Disney volvió dar en el clavo con las 2D.
Y es que 5 años después del pseudo fracaso de
Zafarrancho en el rancho y anunciar a bombo y platillo el cierre de sus estudios de animación tradicional, Disney volvía a estrenar un largo hecho a mano (es un decir, ya que el ordenador lleva muchos años presente en esta "animación tradicional"). Todo esto ocurría cuando la compañía del tito Walt compraba Pixar y la entrada de John Lasseter y Ed Catmull hizo que se volviera apostar por las 2D.

¿Y quién mejor que los directores que relanzaron a
Disney a finales de los 80 con La Sirenita para reavivar las 2D? Y vaya si se nota que John Musker y Ron Clements (que empezaron en Disney trabajando en el guión de Tarón y el caldero mágico) están detrás del film aquí comentado. No sólo porque volvían a sacarse de la manga una pequeña maravilla (no llega al nivel de La Sirenita o Aladdín, pero tiene su miga) que no da un sólo momento de aburrimiento al espectador, si no por algún que otro paralelismo con el film protagonizado por Ariel.

Allí la malvada Úrsula se las apañaba para robarle la voz a Ariel y así engañar al príncipe Eric, en Tiana y el sapo Facilier le roba la sangre al príncipe Naveen para hacer pasar a su esbirro por él y poder hacerse con el control de Nueva Orleans.

 Tiana y el sapo, Disney
Porque de eso va la cinta. Años 10 del pasado siglo en plena fiebre del jazz. Allí la joven Tiana es una camarera que sueña con poder abrir su propio restaurante una vez haya podido ahorrar el dinero suficiente, pero casualidades de la vida acabará encontrándose con un príncipe en horas bajas convertido en sapo que al besarlo no sólo no recuperará su aspecto humano si no que la convertirá a ella en una ranita.

¿Comentaba antes cierta similitud con La Sirenita? Pues no se vayan que aún hay más.
Y es que parece que los encargados del film se hayan dedicado a dejar pequeños guiños por todo el metraje: el cocodrilo trompetista, aparte de llamarse Louis por Armostrong, es idéntico al de Peter Pan; aparece una serpiente clónica a la Kaa de El libro de la selva que vive junto a una sacerdotisa vudú llamada Mamá Odie que no hace más que recordar a la señora Voodoo que habita en los pantanos de la saga Monkey Island (de la que ya se encargaron de saquear suficiente en las entregas de Piratas del Caribe).


Continuando con la moda imperante no han podido evitar usar caras conocidas en el doblaje. Por fortuna el que aparezca por ahí la voz de
Álex Ubago o (¡)King África(!) en las canciones no molesta. Quizás, el que chirría es Gurruchaga que dobla en los diálogos y en las canciones al malo de la película. Pero no porque lo haga mal, si no porque su voz es tan reconocible que uno no puede evitar pensar en él en las partes que aparece el Dr. Facilier. Debería de aprender de Josema Yuste en el doblaje del genio de Aladdín.
 
Tiana y el sapo, Disney
Tiana y el sapo fue un gran éxito, no sólo a nivel de público (recaudó casi el triple de lo que costó), si no a nivel de crítica, que la catalogaron a la altura de los mejores Disney. A opinión personal se me hace difícil poner esta cinta a la altura de La bella durmiente o La Sirenita por una cuestión muy simple: la música.
Los grandes clásicos de
Disney no dejan de ser musicales y si son grandes es, entre otras cosas, por tener una fabulosa banda sonora, aquí compuesta por el omnipresente en Pixar Randy Newman. Y esto no ocurre en Tiana y el sapo. Cuidado, no es que sea mala, en absoluto, durante su visionado acompaña magníficamente, pero una vez acabado el metraje te olvidas totalmente de ella, ninguna de sus canciones son de esas que acabas tarareando o te pegan el empujón a comprarte el CD con la banda sonora. Sin duda Tiana y el sapo es el vehículo perfecto para reactivar el interés no sólo de Disney, si no del público en general por la animación en 2D.

miércoles, agosto 04, 2010

Batman: Under the Red Hood

Batman: Under the Red Hood
Como hace dos veranos
Batman nos vuelve a visitar con una aventurilla estival directa al mercado doméstico.
Como bien indica el título en esta nueva historia del hombre murciélago se recupera a un personaje clásico como
Capucha roja, o mejor dicho, aparece un personaje con la clásica indumentaria que lució el Joker antes de transformarse en el payaso del crimen, cuando todavía era un ladrón de medio pelo, que aparecería en los cómics a principios de los 50 de la mano de Bill Finger pero que sería Alan Moore cuando le daría todo su significado más amplio en los 80 en el archiconocido La broma asesina.

Como decía antes, un nuevo personaje llamado
Capucha Roja aparece en Gotham City, encargándose de desmantelar toda la red de narcotráfico controlada por Máscara Negra (personaje creado a mediados de los 80 que luce un aspecto demasiado similar al Cráneo Rojo de El Capitán América), y controlarla a su antojo. No hace falta decir que la guerra entre bandas estará servida.
 
Batman: Under the Red Hood
Pues sí, al igual que en Batman. La máscara del fantasma la base del guión es la guerra entre las bandas de gangsters que operan en Gotham. Pero ese no es sólo una de las similitudes con el largo de los 90, aquí también tenemos una estructura formada por continuos flashbacks que nos van poniendo en situación e iremos entendiendo que es lo que está pasando y porque los personajes actúan como lo hacen.
Uno de los detalles que dan pie estos flashbacks es que vemos como ha ido evolucionando el traje del propio Batman o su batmobile, que en el presente se parece bastante al de las películas de Burton o en el pasado al de La broma asesina.

La comparación con el largo o la serie de Batman de los 90 no es gratuita, su gran valedor, Bruce W. Timm, es aquí el productor. Y vaya si se nota su presencia, todo el diseño de personajes y la paleta de colores se parecen mucho a la serie del pasado milenio. La animación es de un nivel altísimo (comparada con la que suele ser habitual hoy en día a los productos que no están destinados al estreno en pantalla grande) aunque hay elementos generados por ordenador que se los podían haber evitado.

 Batman: Under the Red Hood
Aparte de estos
Máscara Negra y Capucha Roja tenemos bastante caras conocidas del universo Bats: el Joker, Ra's al Ghul, Robin, Nightwing y una pequeña aparición de Enigma que es doblado por el propio Bruce W. Timm.
Aunque desde hace unos años es bastante habitual ver caras conocidas en el doblaje de las cintas animadas esto ya se hacía en la serie de los 90, pero eso sí, cuidando hasta el extremo que el doblador fuese el apropiado para el personaje. En este Batman: Under the Red Hood no es que haya un gran elenco en cuanto a caras conocidas, pero hay algunas, cuanto menos, curiosas: aparte del mentado
Bruce W. Timm, John Di Maggio (el Bender de Futurama), Dwight Schultz (nuestro Mad Murdock favorito) o el médico precoz Neil Patrick Harris.
 
Batman: Under the Red Hood
En Batman: Under the Red Hood nos encontramos uno de los trasfondos más clásicos dentro del universo del caballero de la noche: el límite que separa a Batman de cualquiera de los criminales a los que persigue. Que viene dado por todo el principio del metraje que es una aproximación (y creo que es la primera vez que la historia traspasa las páginas impresas) al archiconocido Una muerte en la familia.

Los escasos 75 minutos de la cinta son bastante irregulares. En un principio se juega por adivinar la identidad del misterioso
Capucha Roja, pero es tan evidente que a los 10 minutos ya lo habremos adivinado. Por fortuna en el film se resuelve pronto esa cuestión para dar paso a los momentos más aburridos (¿ninjas con armaduras cybernéticas? ¡No me jodas!) y, por fin, en su último tramo recuperar el pulso dejarnos lo mejor de su metraje.


viernes, junio 25, 2010

Locuras de medianoche

Locuras de medianoche, Midnight madnes, Michael J. Fox, David Naughton
Sigo con películas estudiantiles con Michael J. Fox, cuando todavía salía acreditado como Michael Fox, al menos en los créditos iniciales, en los del final ya aparece la jota.
Aunque el verdadero protagonista era otro licántropo, esta vez el de Un hombre lobo americano en Londres, David Naughton, haciendo de adolescente con 29 añazos, que en la época hacía anuncios de la Dr. Peppers, y que en Locuras de medianoche aparece bebiéndola como guiño.

Locuras de medianoche, Midnight madnes, Michael J. Fox, David Naughton
Locuras de medianoche (Midnight madness, 1980) es una producción Disney de la que se llevó las riendas como productor Ron Miller, un afincado en la major que se había echado en las espaldas Te veo y no te veo, Contacto en Londres, Los ojos del bosque, Tarón y el caldero mágico, entre otras.Que nadie espere una comedia chabacana como muchas de las que se hacían con adolescentes en la época, Disney estaba detrás y eso se nota, aún y así tampoco es excesivamente ñoña (durante un momento un personaje habla de su virginidad, el grupo de jugadores de fútbol están obsesionados con el alcohol o uno de los enigmas del juego está escondido entre los pechos de una camarera demasiado desarrollada). Tal es el caso que cuando se estrenó en los cines americanos no la clasificaron apta para todos los públicos y Disney retiró su nombre de los títulos de crédito.

Locuras de medianoche, Midnight madnes, Michael J. Fox, David Naughton
La película sería la versión adolescente de ¡Jo, qué noche!, aunque la película de Scorsese se rodaría 5 años después. Aquí nos encontrábamos a un grupo de estudiantes que reciben una invitación para una reunión secreta donde un tal León les invitará a participar en un juego que él mismo a ideado por toda la ciudad durante una noche (algo así como una gincana valenciana).

Cada uno de los invitados al concurso tendrán que formar diferentes equipos, así tendremos al equipo amarillo, digamos que son los protagonistas y buenos de la peli, el blanco, repleto de nerds, el verde, jugadores de fútbol americano, el azul, capitaneado por un gordo millonario, y el rojo, formado por un clan de chicas. Sí, como hemos visto ahí tenemos retratados todos los clichés de personajes adolescentes.

Locuras de medianoche, Midnight madnes, Michael J. Fox, David Naughton
Durante el transcurso de toda una noche los equipos irán recibiendo pistas dentro de unos enigmas que deberán solucionar para llegar al siguiente punto con la intención de llegar los primeros a la meta. Todos esos enigmas están compuestos de juegos de palabras inglesas que en la versión doblada los traductores lo hicieron con más pena que gloria. Aunque en la versión original tampoco eran para tirar cohetes, teniendo un nivel de absurdo a la par de los momentos más lisérgicos del Batman de los 60's.

A los antes citados David Naughton y Michael J. Fox, que hacían su debut en la gran pantalla, hay que añadir algunas caras conocidas como Stephen Furst (el gordito de Una pandilla de lunáticos o el ayudante de Chuck Norris en Furia silenciosa), Eddie Deezen (imprescindible en cualquier película de estudiantes de la época) y un cameo de Paul Reubens, alias Pee-wee Herman.

Locuras de medianoche, Midnight madnes, Michael J. Fox, David Naughton
Locuras de medianoche fue un gran fracaso en la taquilla americana. Tuvo un estreno muy minoritario y no recaudó ni 3 millones habiendo costado 28. Hay que apuntar que en la época pocas películas tenían un estreno simultaneo, no ya a nivel mundial, si no a nivel nacional y los reestrenos estaban a la orden del día.
Resumiendo, que ante el escaso público que congregó la película, Disney decidió retirarla del mercado.
Por estos lares desconozco si llegó a estrenarse en cines o apareció directamente en vídeo de la mano de Filmayer, cosa que podría ser ya que el doblaje que tiene la película no es de cine.

La película luce todos esos fallos que tanto nos gustan en este tipo de películas: actores veinteañeros/treintañeros haciendo de adolescentes que ya tienen su coche, aunque la película pasa en su totalidad de madrugada los comercios están abiertos y hay bastante vida en la ciudad, los personajes están estereotipados a más no poder...

Vista hoy es bastante floja, básicamente lastrada por una realización planísima que parece de telefilm puro y duro y de un tempo cansino que hace excesivas sus casi dos horas.
Aún todo eso y que en su momento pasó con más pena que gloria debió tener mucho tirón en el videoclub ya que es de esas películas que siempre pregunta el despistado de turno en los foros.

sábado, junio 19, 2010

Teen wolf (De pelo en pecho)

Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason Bateman
Si algo han caracterizado a los 80's son, entre otras cosas, las comedietas de adolescentes/estudiantiles. En este caso era fabricar un Porky's (pero sin el componente erótico) y mezclarlo con aquellas películas de serie B y Z estilo Yo fui un hombre lobo adolescente y casposidades varias. Aunque, también hay que recordar que a principios de los 80 el inefable Larry Cohen dirigiera la espantosa Regreso a Full Moon (Full moon high, 1981), que ya mezclaba hombres lobos y universitarios.

Aquí la idea era coger al clásico loser de instituto y meterle genes licántropos que le permiten ser la estrella del equipo de baloncesto y llevarse todo el protagonismo en el instituto mientras su padre no para de decirle aquello de "todo poder conlleva una gran responsabilidad". Efectivamente, los guionistas (los mismos que escribieron Comando), muy avispados ellos, filtraron lo suficiente los componentes del universo Spiderman para que nadie se percatara del plagio.

Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason Bateman
Y para protagonizarla nadie mejor que aquel chaparraete actor canadiense que despuntaba en la serie Enredos de familia, Michael J. Fox, con su condición de eterno adolescente (se decía que iba a ser el Robin del Batman del 89 cuando el personaje aún estaba en el guión). Que, por cierto, que crueles los guionistas ambientar la trama de la película en el mundo del baloncesto cuando Fox apenas pasa del metro sesenta. Que sí, que Fox nos caerá simpático y todo eso, pero no nos engañemos, es un actor limitadísimo que siempre actúa igual, repitiendo los mismos gestos y movimientos película tras película.

El resto de actores tampoco es que destacasen demasiado, cosa que tampoco importaba: James Hampton, que le pasaba las misiones a Condorman; Mark Holton, que hizo La gran aventura de Pee-wee y luego aquella basura de Gacy, el payaso asesino. Aunque quizás mejor destacar la aparición de Scott Paulin, el que fuera Cráneo Rojo en Capitán América de Albert Pyun.

Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason Bateman

Si hay algo que siempre interesa en las películas de hombres lobos es el maquillaje, y aquí es donde Teen wolf flojea al máximo. El hombre lobo parece más un yorkshire peludo (quien sabe si influido por el Wolfie de lo Groovie Goolies) por no hablar del padre, un auténtico oso amoroso cruzado con un ewok. Que nadie se espere transformaciones al estilo Un hombre lobo americano en Londres o Aullidos. Sólo hay una y es bastante de estar por casa (véase vídeo).

Pero salvo esos aspectos técnicos la película se lleva muy bien, es muy entretenida. Con mucho detalles a destacar, como los títulos de crédito que parece que apunten a una película de terror. O los aspectos puramente de película de adolescentes con sus fiestas, su surf furgonetero y sus aventurillas para comprar alcohol, con esa escena tan recordada del barril de cerveza. ¿Quién no ha hecho la broma cuando en las fotos era común el efecto ojos rojos?

Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason Bateman
Curiosamente Regreso al futuro se estrenó un mes antes (julio del 85) en los USA, manteniéndose número 1 de taquilla hasta septiembre (a excepción de la última semana de julio, donde Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana le arrebató el primer puesto) y Teen Wolf se estrenó en agosto consiguiendo el número 2, con lo que Fox reinaba en la taquilla americana durante el verano del 85.

El éxito de Regreso al futuro fue aprovechado por la productora de Teen wolf y en alguno de los carteles americanos añadían la coletilla de "Is back from the future in a new comedy" (el propio cartel de la CBS ya iba por ahí). En algunos países le cambiaron el nombre al personaje de Fox, de Scott pasó a Marty, o directamente el título de la película, quedando en un El chico del futuro.

Así pues, Teen wolf se convirtió en un éxito taquillero (más de 30 millones de dólares) cosa que propició que la cosa no quedara ahí.


Atención al tío de la bragueta del final


Explotando el éxito (la serie de Tv)


Al año siguiente del éxito de la película llegaría la serie de dibujos a cargo de la división australiana de la Hanna Barbera, donde se limitaban a coger un buen puñado de los personajes del film y cambiar toda la mitología de la historia original.
Aquí la historia acontece en un pueblo llamado Wolverton, lugar donde existe cierto folclore a la figura de los licántropos, que, supuestamente, rondan por el lugar. Hasta ahí llega lo más interesante del planteamiento de la serie, porque luego es coger a Scott y a toda su familia, que son licántropos, y meterlos en aventurillas intrascendentes con cierto tufillo a La familia Addams. Quizá lo más llamativo de la serie era su cabecera y que seguían el clásico recurso de la Filmation de usar constantemente la repetición de secuencias, en este caso era la transformación del protagonista.

Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason Bateman
La curiosidad es que en este tipo de productos totalmente exploitation, los actores no doblan a sus personajes animados, de eso se encargan dobladores profesionales, pero en este caso James Hampton, el padre de Fox en la película, sí lo hacía.


Teen wolf, De pelo en pecho, Michael J. Fox, Jason BatemanAuge y caída (la secuela)
Un años después la productora Atlantic Entertainment Group (modestísima compañía que dejó de existir a finales de los 80 y fue la distribuidora de la primera parte) estrenaría Teen wolf 2. Una secuela que no era más que una fotocopia de la anterior entrega, donde se limitaron a usar el mismo guión pero cambiando los nombres de algunos personajes y donde aparecía la palabra "baloncesto" sustituirla por "boxeo". Un buscar y reemplazar del Word de toda la vida.


Aquí utilizaban la figura del primo de Michael J. Fox, Jason Bateman que, casualmente y nadie sea mal pensado, era el hijo del productor. Y por lo demás más de lo mismo, tenemos la escena donde bajo un momento de tensión al protagonista se le ponen los ojos rojos y la voz de cazalla, se transforma en medio de un combate y vemos como se le sube la fama.

Si en la primera entrega el maquillaje parecía sacado de una atracción de freaks, aquí se asemeja más a las bestias de La isla del doctor Moreau versión 1977. Y, al igual que la primera, que nadie espere ningún tipo de transformación.

Aunque fueron varios los personajes que volvían aparecer, sólo un par volvieron a contar con sus actores originales: Mark Holton y James Hampton, que tenía breves apariciones al inicio y final del film. No corrieron esa suerte los personajes del entrenador y Stails (que en la primera parte era doblado por el aborrecible Joan Pera). De las nuevas incorporaciones sólo destacaremos al director de la universidad, John Astin, el Gómez Addams televisivo de los 60.

Muchas veces solemos decir que si algo funciona mejor no tocarlo, y aquí hicieron eso al pie de la letra. Como he dicho antes, toda la película es una fotocopia de la anterior, pero nada acaba de funcionar. Toda ella está muy mal hecha, a destacar una escena musical tan lamentable como mal rodada.
Si en la primera nos encontrábamos una película que respiraba años 80 en cada uno de sus fotogramas, en esta secuela parece más un telefilm directo para la televisión que otra cosa.


Y como no, la sequía que impera en Hollywood desde hace décadas, donde primero fueron los remakes de películas francesas, luego las adaptaciones cinematográficas de televisión, le siguieron las versiones del último éxito asiático de género fantástico y por último los remakes del los clásicos de antaño, ha hecho que Teen Wolf no se haya librado y la MTV está manos a la obra rodando el episodio piloto para una futura serie de tv bajo la dirección de Russell Mulcahy.

miércoles, junio 09, 2010

Clásicos Keaton: Pisa a fondo

Pisa a fondo, Michael Keaton, Ron HowardReseña número 100.
Ya en su momento comenté como las carreras cinematográficas de
Keaton y el director Ron Howard empezaron de la mano con Turno de noche (en los 90's se reencontraron en The paper. Detrás de la noticia).
Keaton
venía de tener dos grandes éxitos con sus dos primera películas (Turno de noche y Las locas peripecias de un señor mamá) pero con la tercera, Johnny Peligroso, se había pegado un buen descalabro. Y Howard, después de Turno de noche había cosechado muy buenas taquillas con Un, dos, tres... splash (que en un principio tenía que haber protagonizado Keaton en lugar de Tom Hanks) y Cocoon.

  Pisa a fondo, Michael Keaton, Ron Howard
Así que a mediados de los 80 se vuelven ajuntar para rodar este Pisa a fondo, o Gung ho en su título original, donde dos de los guionistas eran
Lowell Ganz y Babaloo Mandel, colaboradores habituales de Howard (Turno de noche, Un, dos, tres... splash, Ed tv) y que también estuvieron entre los guionistas de Mis dobles, mi mujer y yo (Multiplicity).

El título original,
Gung Ho, vendría a traducirse como "entusiástico" o "patriotero", y es esta última la acepción que nos interesa. El termino sería usado por el cuerpo de marines estadounidenses en los años 40 copiado de las corporaciones chinas, donde lo usaban como lema para destacar el esfuerzo colectivo sobre el individual.

  Pisa a fondo, Michael Keaton, Ron Howard
Porque de eso va la película, el esfuerzo colectivo. Keaton es una especie de enlace sindical de una fabrica de coches de un pueblecito llamado Hanleyville, donde la mayoría de sus habitantes viven de esa factoría.
La empresa comienza a caer en picado y Keaton se va a Japón con la intención de convencer a una gran empresa automovilística, Assan (un remedo de Nissan), para que les ayude a reflotarla. Entre mentira y mentira consigue su propósito.
El problema vendrá cuando los trabajadores americanos, poco dados al trabajo duro, se encuentren con las nuevas normativas de los empresarios nipones.

  Pisa a fondo, Michael Keaton, Ron Howard
Si años atrás escribía sobre Mr. Baseball, donde veíamos el clásico choque de culturas, donde un individuo llega a un país con unas costumbres totalmente opuestas a las suyas, en este Pisa fondo nos encontramos lo mismo pero al revés, los protagonistas reciben la visita de esa amenaza extranjera.

No olvidemos que esa visita "extranjera" es un tema muy presente en las anteriores películas de Howard, Un, dos, tres...splash (un hombre conoce a un personaje mitológico, una sirena) y Cocoon (unos abuelos reciben la visita de unos extraterrestres).

Y es que en el fondo todo lo que vemos en Pisa a fondo es algo que hemos visto en multitud de ocasiones, ese primer choque para luego acercar posturas y colaborar para conseguir el objetivo común. Peeeero, aún y así, Howard nos reserva ese mensaje final donde los yankis, en comparación con los japoneses, continúan siendo unos chapuzas que harán lo que sea por largarse al bar de enfrente en lugar de quedarse hacer horas extras. Algo muy hispánico, por otro lado.
Cierto es que en aquellos lejanos 80's Keaton era muy dado a la sobreactuación, en cambio aquí está muy contenido y lleva muy bien el peso de toda la película, a la vez que está flanqueado por gente como John Turturro, Mimi Rogers, George Wendt y Clint Howard, hermano del director que aparece en la mayoría de sus films en roles secundarios.

 
Pisa a fondo, Michael Keaton, Ron HowardPublicidad hispánica de la época

Pisa a fondo tuvo críticas bastante favorables y una más que correcta carrera comercial en suelo americano, cosechando unos 37 millones de dólares, haciendo que los productores realizaran una serie para televisión de corto recorrido, donde el personaje de Keaton, Hunt Stevenson, fue interpretado por Scott Bakula (Quantum leap y El señor de la ilusiones) y Clint Howard volvía a repetir su papel de la película.


jueves, junio 03, 2010

Chillidos en el aire, ajoceite y tangando a Ono



Lista de la compra:
  • Donuts de Jud
  • Mocos de elefante fluorescentes (3)
  • Entradas para el Chicago protagonizado por Millán







  • La sonrisa de Punset y su revista fantasma
  • Cocacolas con sabor a Kojack
  • El universo para-lelo(s) de Faraday
  • Tesoros y coronas en 3D

miércoles, mayo 26, 2010

Paranoia Agent

Paranoia Agent, Satoshi Kon

Paranoia Agent
es un manga de apenas 13 capítulos ideado por Satoshi Kon (Perfect Blue, Paprika), un señor al que siempre le ha gustado rizar el rizo en sus historias de (¿)misterio(?), para entendernos, un Lynch en versión anime, al que le gusta jugar mucho con la simbología. Sin ir más lejos, en este Paranoia Agent la figura de animales está muy presente, ya sea desde la aparición de éstos, la cara de muchos personajes humanos que tienen aspecto casi grotesco o sus nombres, muchos de ellos de animales.

Aunque realmente la serie, que fue estrenada en el 2004, es fruto de un trabajo efectuado varios años atrás. Muchas de las ideas que su director no pudo (o no quiso) usar en sus trabajos anteriores las acabó guardando para luego recopilarlas en esta historia donde varios personajes, todos ellos en un momento de crisis de ansiedad, reciben la visita de un chico que, calzado con unos patines dorados y bate de béisbol en mano, les asesta un golpe en la cabeza para liberarlos de su presión (matando algunos de ellos inclusive).


Lo que en un principio parece la clásica historia de la pareja de policías que han de encontrar al chico del bate (shounen bat) y verse metidos en una historia con tintes sobrenaturales (el chico del bate parece más una aparición que otra cosa) acaba siendo un reflejo de la degeneración de nuestra sociedad.


Paranoia Agent, Satoshi Kon
Cada episodio es protagonizado por un personaje distinto (aunque algunos de ellos acaban entrecruzándose) que retrata muchas de esas "enfermedades modernas" (algunas de ellas puramente japonesas).

Tenemos el caso del alumno al que todos aprecian, saca buenas notas, es buen deportista pero que en el fondo es un manipulador que hará cualquier cosa por conservar su estatus; el trío que se conocen en un chat y acaban quedando para suicidarse juntos; el clásico periodista sensacionalista que hará lo que sea por publicar una noticia que lo encumbre; la mujer que de día es profesora pero por la noche es prostituta; el putero que pone una cámara oculta en la habitación de su hija para espiarla y que es un policía corrupto; el estudiante que ante la presión de un examen no puede parar de estudiar para luego vomitar, literalmente, sus conocimientos (
hecho más real de lo que puede parecer); o el chaval que está obsesionado con los juegos de rol y es incapaz de distinguir la realidad de las fantasías heroicas surgidas de su mente.

Paranoia Agent, Satoshi Kon
Al final de cada episodio, trás los títulos de crédito, aparece un personaje secundario enfundado en un smoking dándonos pistas encriptadas del siguiente episodio al igual que hiciera a mediados de los 90 el dogmático Lars von Trier en la serie The Kingdom (luego remakeada por los yankis bajo la batuta de Stephen King con el título Kingdom Hospital). Detalle, en cierta forma, inspirado en las introducciones de Lady Leño que se grabaron para el pase de Twin Peaks en el canal Bravo.
Y hablando de la serie de Lynch y Frost, muchos son los guiños que le hace Paranoia Agent, desde el hombre que hace nudos con los rabitos de cereza o la visita de los dos policías a la primera víctima del chico del bate que recuerda a la escena del agente Cooper y el Sheriff Truman en el hospital donde se recupera Ronette Pulaski.


Mención aparte la espectacular banda sonora, obra de Susumu Hirasawa, especializado en música electro pop que compone con ordenadores Amiga y que en sus ratos libres le hace las bandas sonoras a Satoshi Kon, que tiene un componente triste y melancólico muy importante.

Paranoia Agent, Satoshi Kon
Uno de los handicaps de Paranoia Agent, como le acaba de ocurrir esta misma semana a esa serie que todo el mundo comenta y no hace más que instigar textos en la red, es su final. Un final que acaba siendo un desvarío hulkiano más próximo a Akira que a Twin Peaks, donde Satoshi Kon intenta fabricar una cinta de moebius (que tan buenos resultados le dio a Lynch en Carretera perdida) pero fracasa estrepitosamente por intentar ir más allá de lo que la historia podía dar de sí. El conglomerado de ideas recicladas que comentaba antes pesan como una losa y no se puede montar un puzzle con piezas de diferentes rompecabezas.

Paranoia Agent, Satoshi Kon
Aún y así no nos dejemos engañar. Paranoia Agent, al igual que su prima lejana Lost, es mucho más que un desenlace fallido, posee grandes momentos que recrean a la perfección la sociedad del siglo XXI y es por ello que, al final, es mejor el viaje que el punto de destino al que llegamos. Ya lo decía Punset: "La felicidad se encuentra en la antesala de la felicidad".

miércoles, mayo 19, 2010

Monte follopio

Corrían principios de los años 90, época recordada por la moda de usar pantalones y chaqueta tejana de un azul blanquecino, como si se nos hubiera caído una botella de lejía por encima; donde lo que entendíamos como un aparato multimedia era el Telepick o el Teletrebol; y salvo los que tenían el codificador del Canal Plus la pornografía era casi un mito.
La recién estrenada Telecinco lo intentaba, aparte de emitir cualquier espanyolada de José Frade, la enésima película del Jaimito de Alvaro Vitali y la caspa de ¡Ay que calor!, se tiraron el moco con aquel ciclo los viernes por la noche llamado Erotísimo (contando que lo más fuerte que pusieron fue Fritz, el gato caliente ya nos podemos hacer una idea) o aquel Playboy que se quedaba en videoclips erotiquillos.

Por su parte TVE, o mejor dicho TV2 contraatacaba con Venus Tv, programa de variedades (por decir algo) de producción francesa. El programa, de media hora de duración, era una sucesión de apartados: desde el mitiquísimo Narcisso Show, donde chicas (supuestamente) no conocidas hacían un número musical (que encima los de TVE tuvieron los inmensos cojones de subtitular las canciones) para al final quedarse en cueros; Venus mañana, que básicamente era ver a una chavala como se despertaba entre gestos presumiblemente eróticos; Venus correo, una especie de consultorio de Elena Francis; o Venusteca, fragmentos de alguna peliculilla erotica del año de Matusalén. Y entre medio chicas desnudas que daban paso a las diferentes secciones.
En definitiva, que durante media hora salían un par de chicas desnudas y para de contar. Como mucho destacar a una (todavía) desconocida Marlène Mourreau que se lo montaba con una pitón entre las sabanas.

Pero lo mejor de todo, a mi entender, era Mic Mac de los MactarMac. Bajo este título que parece un trabalenguas se escondía un serial lisérgico con continuidad que se emitía dentro de un apartado llamado El folletín, toda una declaración de principios, más que nada porque todos los chistes de Venus Tv rayaban ese nivelazo de dobles sentidos y juegos de palabras.
En este culebrón, si veíamos a una chica en ropa interior ya es que se estaban estirando al máximo (no nos engañemos, la única sección que, seguramente, no me borrarían el vídeo los del Youtube). Con una cabecera que rompía moldes con una música hipnótica a base de teclado Casio y un montaje que dejaba en pañales a la mejor escena de Rocky IV, unos decorados más lamentables que cualquier sketch de Noche de fiesta, con muchos zooms para la transición entre escenas, trajes de colorines y hombreras y mucho actor malo.
Señoras y señores, con todos ustedes Mic Mac de los MacTarMac.