Ya en su momento comenté como las carreras cinematográficas de Keaton y el director Ron Howard empezaron de la mano con Turno de noche (en los 90's se reencontraron en The paper. Detrás de la noticia).
Keaton venía de tener dos grandes éxitos con sus dos primera películas (Turno de noche y Las locas peripecias de un señor mamá) pero con la tercera, Johnny Peligroso, se había pegado un buen descalabro. Y Howard, después de Turno de noche había cosechado muy buenas taquillas con Un, dos, tres... splash (que en un principio tenía que haber protagonizado Keaton en lugar de Tom Hanks) y Cocoon.
Así que a mediados de los 80 se vuelven ajuntar para rodar este Pisa a fondo, o Gung ho en su título original, donde dos de los guionistas eran Lowell Ganz y Babaloo Mandel, colaboradores habituales de Howard (Turno de noche, Un, dos, tres... splash, Ed tv) y que también estuvieron entre los guionistas de Mis dobles, mi mujer y yo (Multiplicity).
El título original, Gung Ho, vendría a traducirse como "entusiástico" o "patriotero", y es esta última la acepción que nos interesa. El termino sería usado por el cuerpo de marines estadounidenses en los años 40 copiado de las corporaciones chinas, donde lo usaban como lema para destacar el esfuerzo colectivo sobre el individual.
Porque de eso va la película, el esfuerzo colectivo. Keaton es una especie de enlace sindical de una fabrica de coches de un pueblecito llamado Hanleyville, donde la mayoría de sus habitantes viven de esa factoría.
La empresa comienza a caer en picado y Keaton se va a Japón con la intención de convencer a una gran empresa automovilística, Assan (un remedo de Nissan), para que les ayude a reflotarla. Entre mentira y mentira consigue su propósito.
El problema vendrá cuando los trabajadores americanos, poco dados al trabajo duro, se encuentren con las nuevas normativas de los empresarios nipones.
Si años atrás escribía sobre Mr. Baseball, donde veíamos el clásico choque de culturas, donde un individuo llega a un país con unas costumbres totalmente opuestas a las suyas, en este Pisa fondo nos encontramos lo mismo pero al revés, los protagonistas reciben la visita de esa amenaza extranjera.
No olvidemos que esa visita "extranjera" es un tema muy presente en las anteriores películas de Howard, Un, dos, tres...splash (un hombre conoce a un personaje mitológico, una sirena) y Cocoon (unos abuelos reciben la visita de unos extraterrestres).
Y es que en el fondo todo lo que vemos en Pisa a fondo es algo que hemos visto en multitud de ocasiones, ese primer choque para luego acercar posturas y colaborar para conseguir el objetivo común. Peeeero, aún y así, Howard nos reserva ese mensaje final donde los yankis, en comparación con los japoneses, continúan siendo unos chapuzas que harán lo que sea por largarse al bar de enfrente en lugar de quedarse hacer horas extras. Algo muy hispánico, por otro lado.
Cierto es que en aquellos lejanos 80's Keaton era muy dado a la sobreactuación, en cambio aquí está muy contenido y lleva muy bien el peso de toda la película, a la vez que está flanqueado por gente como John Turturro, Mimi Rogers, George Wendt y Clint Howard, hermano del director que aparece en la mayoría de sus films en roles secundarios.
Pisa a fondo tuvo críticas bastante favorables y una más que correcta carrera comercial en suelo americano, cosechando unos 37 millones de dólares, haciendo que los productores realizaran una serie para televisión de corto recorrido, donde el personaje de Keaton, Hunt Stevenson, fue interpretado por Scott Bakula (Quantum leap y El señor de la ilusiones) y Clint Howard volvía a repetir su papel de la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario