miércoles, junio 11, 2014

El cortador de césped

El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

El exitazo que supuso el Carrie de Brian De Palma supuso la época dorada de las adaptaciones cinematográficas de Stephen King. Directores como Kubrick, Cronenberg, Carpenter o hasta el propio Tobe Hooper estuvieron metidos en adaptaciones (alguna muy libre) que funcionaban muy bien y fueron la base para una longeva relación entre el cine y el escritor.
Pero todo lo que empieza acaba y las adaptaciones a lo grande, con directores de renombre, dieron paso a producciones mucho más modestas y, en muchos casos, directamente para televisión, ya fuesen telefilms o mini series.

Curiosamente este punto de inflexión vino del propio King, cuando decidió que quién mejor que él para llevar uno de sus relatos al celuloide. Para ello usó el titulado Camiones (Trucks), uno de sus primeros escritos que acabó recopilado en El umbral de la noche. Lo que terminó siendo Maximum Overdrive fue un fracaso, más por los logros artísticos que por taquilla, que el autor rodó enfarlopado hasta las cejas mientras David Lynch estaba metido con Terciopelo azul que se rodaba a pocos metros (recordemos, las dos producciones de De Laurentiis). Y ya. El tipo nunca más volvió a dirigir.
A partir de ahí su obra en versión celuloide decayó, aunque, de vez en cuando, iba apareciendo alguna producción que llamaba la atención. Y una de ellas fue este El cortador de césped.

 El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Un científico experimenta con la realidad virtual, consiguiendo con esta aumentar la inteligencia de los monos. Por diversos motivos acaba fuera del proyecto, pero él sigue trabajando en su casa. Una vez que da por terminados sus experimentos con monos decide trabajar con humanos. Y el elegido es un tipo deficiente que se dedica a cortar el césped del vecindario.

El que haya leído el relato original comprobará que poco o nada tiene que ver con esta sinopsis. Esto viene dado cuando la New Line adquirió los derechos y pensó que podría fusionar la historia con un guión que tenía entre manos titulado Cyber god (Ciber dios). Aunque lo que realmente hizo fue meter el título del relato a ese guión y poco más. La clásica estratagema de usar el nombre de un autor super ventas para vender una película que no tiene nada que ver.
En cuanto King se enteró que el film no tenía nada que ver con su relato activo la maquinaria judicial para que eliminasen su nombre de los créditos.

 El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Lo que en los 90 molaba, como eran todas esas secuencias hechas por ordenador, hoy son poco más que horrendas, lo que hace que a día de hoy el film ha envejecido fatal, y eso es muy malo cuando el principal reclamo son esas secuencias virtuales.
El resto de la estética del film no ayuda mucho más. Sobre todo el supuesto laboratorio que luce una iluminación azulada que da la impresión de cualquier cosa menos de laboratorio científico.
Aun y así, si dejamos de lado la estética, la peli se hace hasta disfrutable si la tomamos como una serie B para pasar el rato. Aunque claro, si su fuerte era la estética... mal vamos.

Con un elenco bastante curiosote con un Pierce Brosnan pre James Bond, cuando era conocido por Remington Steele. Aunque el prota real era Jeff Fahey, cuando prometía mucho con la tercera parte de Psicosis, Cazador blanco, corazón negro de Clint Eastwood y Cuerpo maldito. También corre por ahí Jenny Wrigt (la prota de Lecturas diabólicas), Geoffrey Lewis (El misterio en Salem's Lot), Austin O'Brien (el niño de El último gran héroe) y Troy Evans (el director del instituto de Twin Peaks). Y dirección de Brett Leonard, que viendo su filmografía se entiende su elección para el puesto, además de ser el guionista, ya que está obsesionado con todo lo relacionado con la realidad virtual. Ahí está Virtuosity, la del Denzel Washington, aquel espantoso videoclip de Peter Gabriel de la canción Kiss that frog y alguna cosita para Imax.


El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

Un apunte, existe una versión de finales de los 80 dirigida por un tal James Gonis, totalmente amateur que sí sigue el texto original. Esta versión forma parte de aquel invento del propio escritor llamado Dollar baby, que consistía en que estudiantes de cine podían comprar por un dolar los derechos de algunos relatos de los que King poseía los derechos y hacer un versión audiovisual de la cual no podían explotarla comercialmente. De este grupo salió Frank Darabont, que luego se convertiría en un director recurrente en la obra de King (La milla verde, la versión noventera de El resplandor, The mist...).  Algunas de estas versiones aparecieron por estos lares en VHS de la mano de Dister bajo el título Pesadillas nocturnas.


El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'BrienEl cortador de césped 2. Más allá del ciberespacio. 4 años después, en pleno 1996, aterrizó en las salas más "selectas" esta secuela. Mucho me temo que los amigos de New Line querían convertir El cortador de cesped en otra de esas franquicias, cosa que les facilitó el final abierto de la original. Aunque más que final abierto era un chiste/guiño a los fans de esas sagas donde siempre meten al final el momento que el malo nos deja con la duda si ha fenecido o no. Y no olvidemos que la original tuvo una taquilla bastante estimable e, incluso, sacaron algún que otro videojuego para las consolas de la época.
En esta segunda parte, escrita, entre otros, por Michael Miner, uno de los guionistas del Robocop original, estamos en un futuro ya totalmente cyberpunk en el que todo está controlado por los ordenadores. Una mega corporación encuentra con vida al chaval deficiente de la primera parte y aprovechan para usarlo con un chip que están desarrollando con intención de controlar todos los ordenadores del mundo. Evidentemente "el cortador de césped" comenzará hacer de las suyas en cuanto esté dentro de la red.



El cortador de césped, Stephen King, Pierce Brosnan, Jeff Fahey, Austin O'Brien

De los actores del original el único que repitió fue Austin O'Brien, cuando ya no lucía ese cabezón infantiloide que le acompañó en su época gloriosa de Mi chica 2 o Prehysteria! Como científico nos colaron a Patrick Bergin, y como malo, repitiendo el personaje de Jeff Fahey en la primera, a Matt Frewer, que le recordamos por ser el vecino cascarrabias de Cariño, he encogido a los niños y, sobre todo, por ser Max Headroom, lo que le da cierta gracia al hecho que aquí también sea un personaje cibernético. Además, el director es Farhad Mann, que hizo las mismas tareas en el piloto de Max Headroom.

El film acabó siendo el punto y final de una posible franquicia ya que en la taquilla USA fue un pufo. Cosa nada rara viendo los resultados. Y la cosa empieza más o menos bien con ese futuro con esa estética tan cyberpunk, pero la cosa decae rápidamente cuando el resto de la película pasa en interiores, todos ellos con mucha iluminación azul y aséptica, efectos especiales de los que se abusa de los cromas. Sí, todo muy de los 90. Stephen King ya puede dormir tranquilo por las noches.

jueves, junio 05, 2014

Tank girl

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

De lo 90 hacia atrás las adaptaciones de comics eran unas chuflas que, salvo un par de super producciones, eran, en el mejor de los casos, series B cuyas pretensiones no iban más allá de criar polvo en los estantes del videoclub.
Pero una cosa es ser una mala adaptación, como era el caso del Juez Dredd de Stallone, y otra ser, directamente, un bodrio. Porque si nos olvidamos de sus orígenes comiqueros, como película de acción es, cuanto menos, resultona. Eso es algo que, por lo general, los yankis lo tienen muy claro, el espectáculo ante todo.
Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Y por otro lado está Tank girl, que como adaptación es mala, pero como película, más allá de las páginas impresas, es nefasta, aburrida, ridícula y patética.
Seguramente buena parte de culpa es de su directora Rachel Talalay, que venía de hacer Pesadilla final: la muerte de Freddy, aquella que tenía 15 minutos en pseudo 3D, y producir un par de trabajos de John Waters, y después de dirigir el film aquí comentado se pasó al mundo televisivo de donde nunca más salió.

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Una trama aburrida, situaciones ridículas, de aquellas que te producen vergüenza ajena y te obligan a girar la cabeza para no ruborizarte. Y mira que la cosa empieza de una forma más o menos simpática con un montón de viñetas del cómic como en aquel Flash Gordon de Mike Hodges, pero ya, hasta ahí se queda cualquier atisbo de gracia. A partir de ahí se dedica a meter transiciones en forma de viñetas o animaciones, todo muy del estilo cartoon del que se tiraba mucho en los 90 en series como Parker Lewis nunca pierde.
Que la presencia de Lory Petty como protagonista no ayuda en absoluto en de sobras conocido, pero tener como al malo de la función a Malcolm McDowell, en su época que salía de malo en cualquier bodrio en el que se dignasen a pagarle lo que fuera, es para tomárselo a guasa. Ni la pobre de Noami Wats, mucho antes del salto a la fama con Mulholland drive, sale bien parada.
Y por salvar, los maquillajes de los canguros mutantes obra del estudio de Stan Winston. Aunque aprueban de forma muy justita, eso sí.

Tank girl, Rachel Talalay, Lori Petty, Malcolm McDowell

Ni siquiera los autores originales, Jamie Hewllet (creador del grupo Gorillaz junto a Damon Albarn) y Alan Martin, son capaces de sacar algo positivo de este comistrajo. Es más, hablan pestes de ella. Lo que ya hace que nos hagamos idea de este despropósito post nuclear.

martes, junio 03, 2014

Un pacto de mil demonios

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

No sólo de películas extrañas se nutría Disney en los 80, también dejaba caer, de vez en cuando, con alguna producción de corte amable como las que sacaba años atrás. Es el caso de Un pacto de mil demonios.
Elliot Gould es Max Devlin (¿lo pillas?), un administrador de apartamentos de esos que pasan de arreglar los desperfectos y dice que las cucarachas que campan a sus anchas son hormigas. Algo así como el Joe Pesci de El super. La cuestión es que el tipo muere atropellado y va a parar al mismísimo infierno, donde será juzgado por el administrador de almas Barry Satin (éste si lo has pillado, ¿no?), para nosotros Bill Cosby, y condenado. Pero en el infierno deciden darle una oportunidad de salvarse y le ofrecen regresar a la vida y conseguir 3 almas que le suplan.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Tratándose de una producción Disney tan blanca como solamente ellos serían capaces, no hay que ser un lumbreras para adivinar que el caradura de Gould, cuando ya empezaba a coger esa figura tan rolliza que luce desde hace décadas, empezará muy decidido a engañar al personal para que les cedan sus almas, pero que con el tiempo se irá hablandando.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Es por eso que ya en su época la película no eran gran cosa, con una realización planísima de Steven Hilliard Stern, que se pasó casi toda su vida cinematográfica entre series (La fuga de Logan, El cuervo) y telefilms (Monstruos y laberintos, aquella de Tom Hanks estilo Dragones y mazmorras). Lo que se traduce en un ritmo lento como él solo y un montaje ramplón. Y si a eso le añadimos que aquí nos llegó a finales de los 80, cuando es originalmente de 1981, directamente a vídeo de la mano de Filmayer (¿quién si no?) y su doblaje no está tan cuidado como si fuese para cine, ya tenemos un completo.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Aunque ya ha quedado claro que el film no es para tirar cohetes, hay un par de elementos que se les puede sacar punta. El detalle que el personaje de Elliot Gould va durante gran parte del metraje con corte en la cara ya que cuando es devuelto a la vida no se refleja en los espejos, con lo que siempre se corta al afeitarse. Detalle chorra pero gracioso. 
Y, sin duda lo mejor, la recreación del infierno. Los trucajes se le notan mucho, pero molan más, además de ser muy evidentes los guiños a Melies. Y el detallazo de poner a Reggie Nalder, el vampiro de El misterio de Salem's Lot, como el presidente del concilio del infierno, es todo un punto de partido.

Un pacto de mil demonios, Disney, Bill Cosby, Elliot Gould

Por lo demás, una producción Disney totalmente desganada y más blanca que la nieve (la que cae del cielo o la que te metes, tú decides), con un Elliot Gould cuando tuvo su época Disney (La película de los Teleñecos, El último vuelo del arca de Noé) y un Bill Cosby totalmente serio que apenas sale 15 minutos en pantalla.
En los 90 la ponía TVE los domingos a la tarde, ahora ya ni la ponen en 13Tv. Con eso queda todo dicho. 

jueves, mayo 29, 2014

Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre

Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre, Curdled, Tarantino, Reb Braddock, William Baldwin

Pulp Fiction convirtió a Tarantino en el máximo gurú del cine "independiente". Incluso, a día de hoy, cualquier cosa que diga es casi Palabra del Señor. Ahí está Big Bad Wolves como ejemplo o El hombre de los puños de hierro, Hostel o Mi nombre es Modesty. Cualquier piropo que haga de una película es bueno para reproducirlo en el cartel correspondiente.

martes, mayo 27, 2014

Creepshow 2

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

No cabe duda que Creepshow fue unos de los puntos álgidos del cine de terror y de los films de antologías en particular. Fue una película de modesto presupuesto pero que funcionó muy bien en taquilla y tuvo muy buena prensa. Es por eso que sorprende que tardaran 5 años en estrenar la secuela. Posiblemente tuvieran por ahí líos de derechos, porque los primeros 80 fueron especialistas en explotar al máximo secuelas de films del género.

En la producción volvíamos a tener a la Laurel (que se habían montado Richard Rubenstein y George A. Romero una década atrás, aunque éste último ya no estaba en la compañía a mediados de los 80) pero además estaba por ahí la New World Pictures (cuando Roger Corman ya se la había sacado de encima).
Y a partir de ahí muy pocas caras del primer Creepshow repetirían. Romero se limitaba al guión, adaptando 3 historias de Stephen King que, salvo La balsa, que apareció en Skeleton crew / Dos historias para no dormir, estaban creadas especialmente para el film.
En la dirección Michael Gornick, que con Crepshow 2 haría su única incursión en esas tareas en largometrajes, ya que siempre había estado haciendo tareas como director de fotografía en varias películas del propio Romero (Zombi, El día de los muertos, o la misma Creepshow).

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

Tenemos a Billy que, si nadie dice lo contrario, es el niño de la primera parte, aunque aquí ya no está interpretado por el hijo de Stephen King. El chaval se va a la oficina de correos a recoger un paquete y por el camino se encuentra a los gamberros del barrio que quieren darle una tunda. Entre medio el personaje de Creep (para nosotros el tío Creepy) nos explicará tres historias macabras:
El viejo jefe Cabeza de Madera, donde un matrimonio que regenta una tienda en un poblacho de mala muerte son asesinados en un robo y una vieja estatua de madera cobrará vida para vengarles.
La balsa. Un grupo de chavales van a pasar el día a un apartado y solitario lago que está habitado por una extraña mancha flotante.
El autoestopista. Una mujer, que vuelve a su casa después de pasar la noche con su amante, atropella a una persona y se da a la fuga. A partir de ahí será perseguida por el cadáver del autoestopista.

A estas tres historias habría que considerar que la historia que va hilando a las otras, la de Billy perseguido por los matones, sería una cuarta. Ésta es la que más me gusta, porque la gracia es que transcurre totalmente en animación, lo que en la época, donde casi no existía la animación para adultos, me cayó en gracia.

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King

La balsa es, seguramente, la más recordada por todos. Lo que comienza con un grupo de porreros que se adentran a un pantano no hace otra cosa que remitirnos a esos inicios de los Viernes 13 y demás slashers de la época. Además que teníamos la inevitable escena sexual que siempre ha de haber en los slasher y eso le añade puntos. Pero lo que se lleva la palma es la inquietud que nos transmite la mancha. Y encima un buen final. Originalmente estaba planeada su adaptación para el primer Creepshow, pero la cosa se les alargaba demasiado y la dejaron fuera hasta que la repescaron en esta secuela.

En cambio de El viejo jefe Cabeza de Madera la cosa es bastante peor. La clásica historia de EC Comics de venganza de ultratumba huele bastante y el muñeco de madera, mitad animatrónic, mitad mimo disfrazado, tiene tan poca personalidad que nos dejará frío.
Y El autoestopista no da para mucho más en una historia mil veces vista, en lo único destacable es la pequeña aparición del propio Stephen King.

Creepshow 2, Michael Gornick, George A. Romero, Stephen King
 
Al final Creepshow 2 quedó muy descompensada, con algunas historias que se hacen largas. Mejor hubiera sido acortarlas e incorporar alguna otra historia. Cosa ésta que era lo previsto con la adaptación de El gato del infierno, pero el presupuesto no era demasiado y se quedó fuera. Años después esta historia acabó en otro film de historietas, El gato infernal, de la que Tom Savini dijo que era la tercera parte espiritual de Creepshow.

También se nota a faltar todos aquellos juegos de luces tan de cómic del film original, cosa extraña porque, precisamente, el directro de fotografía de aquella era el propio Michael Gornick. Curiosamente, éste sí usó esos recursos de iluminación en uno de los episodios que dirigió para Historias del más allá (Tales from the darkside), justamente uno basado en un relato de Stephen King, El procesador de palabras de los dioses (The word processor of the gods). En cambio, la música, pese a que ya no estaba John Harrison, sigue siendo inquietante.
¿Los efectos? Obra de Greg Nicotero con ayuda de Tom Savini (que también interpretaba al Creep), aunque, la verdad, es que no hay demasiados.

Probablemente lo peor para el film es que es secuela de una obra maestra del terror y eso es un lastre difícil de superar. Pero si la vemos como una película independiente sabremos sacarle muchas cosas.
Casi dos décadas después apareció un Creepshow 3 totalmente deleznable, del que ya no tiene nada que ver con el original. Para subsanar este error/horror están planeando un remake desde hace años. Veremos como acaba.

jueves, mayo 22, 2014

El abismo negro

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Por alguna razón existe el pensamiento que Star Wars motivó el resurgimiento de las aventuras espaciales/space opera, cosa que no es real, ya que el género siempre estuvo ahí. Terror en el espacio, Planeta prohibido, 2001, Flesh Gordon, Naves misteriosas... fueron films que aterrizaron antes de 1977.
Otra cosa es que George Lucas mostró a los estudios que si se invertía los suficiente y se ponía a disposición de la película las últimas técnicas en efectos especiales, un género que (casi) siempre había vivido en la modesta serie B (en el mejor de los casos) pasaba a convertirse en una gran producción que podía mover a las masas hacia las butacas y amasar millones.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Y la prueba es que, pese a las inevitables bazofias llegadas desde Italia o la factoría Corman, tuvimos grandes producciones como la adaptación de Star Trek, el Flash Gordon de De Laurentiis, Alien o hasta una serie de televisión como Galactica.
Otro gran estudio que creyó en hacer una science fiction por todo lo grande fue Disney, en el período más oscuro de su historia. Período donde se inició una lenta travesía hacia los nuevos tiempos, donde convivieron las viejas figuras, que no hacían más que preguntarse qué haría el mismísimo Walt Disney en esos caóticos momentos, y las nuevas generaciones que entraban, deseando cambiar el rumbo del estudio con sus nuevas ideas.
Pero como he dicho, el relevo generacional no se hizo de la noche a la mañana, y todo ese conglomerado de ideas antiguas y modernas nos brindó películas como El carnaval de las tinieblas, Oz, un mundo fantástico, Tron, Taron y el caldero mágico o Los ojos del bosque. Films que, aunque fallidos, aportaban extrañeza y traumas a partes iguales. Siempre se ha dicho que combinaban momentos infantiles con otros mucho más adultos. Quizá no fuesen tan tan adultos, pero al estar enmarcados en una producción Disney el contraste se hacía excesivo, y la sensación que algo estaba cambiando en la compañía de Mickey Mouse era patente.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Una de las primeras (si no la primera) películas que comenzó a introducir a la compañía en un terreno más oscuro de lo acostumbrado fue El abismo negro, o en su versión original The black hole (El agujero negro). A principios de los 70 un par de guionistas de serie B y teleseries llamados Bob Barbash y Richard Landau se presentaban en la compañía con un guión bajo el brazo titulado Space station-one, en el cual no había el elemento del agujero negro, pero que aparecería en la siguiente re-escritura. Con lo que el proyecto comenzó a entrar en esa espiral donde los mandamases de la compañía nunca estaban contentos y pedían más y más escrituras. Se contrataron a más guionistas, el guión cambió el título varias veces, pasando a llamarse Probe One, Space Station One hasta el definitivo The black hole, incluso se contrató a John Hugh, que en la época estaba en nómina en Disney dirigiendo La montaña embrujada y secuela y que, años después, firmaría Los ojos del bosque, para dirigir la película, pero los 4 años que duró el periplo de nuevas escrituras hizo que éste acabara desertando para irse a dirigir Objetivo: Patton.
Finalmente sería otro interino el que se haría cargo de llevar a buen rumbo la producción, Gary Nelson, que ya había dirigido para la compañía Un viernes loco con una jovencísima Jodie Foster, y que, años después, realizaría para la Cannon Allan Quatermain y la ciudad perdida del oro, secuela de Las minas del rey Salomón.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Ya, por fin, en otoño de 1978, se iniciaba el rodaje del film después de haberse gastado casi 4 milllones de dolares sin haber rodado un solo fotograma. Y no sin antes picar a la puerta de la Industrial, Light and Magic para alquilar los equipos con los que se rodó Star Wars y, ante los altos precios que pedían, buscarse otras alternativas.

Como buena historia de ciencia ficción tenemos a la nave de rigor, llamada Palomino (sic), que regresa a la Tierra pero se topa con un agujero negro y, junto a éste, una nave que desapareció décadas atrás, de la que, casualmente, formaba parte el padre de la doctora de la Palomino, con lo que está claro que irán a investigar que ha sucedido en la nave.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

Multitud de referencias a Star Wars con los personajes que pululan por la nave, desde el dúo Robert Forster y Joseph Bottoms, que parecen unos trasuntos de Han Solo y Luke Skywalker (sensación reforzada por tener los mismos dobladores), hasta el robot V.I.N.C.E.N.T., mezcla de C3PO Y R2-D2. Además de tufillos a 20.000 leguas de viaje submarino o 2001. Todo ello en una película muy adulta para venir de donde viene, con personajes oscuros y muertes miserables, en un claro antecedente de lo que años después sería Horizonte final.

Con unos efectos especiales adelantados a su tiempo, solo afeados por el robot V.I.N.C.E.N.T., que es casi tan horrible como los de Naves misteriosas. Y un buen plantel de actores que a los Forster y Bottoms ya mentados hay que añadir a Anthony Perkins, Ernest Borgnine, Tom McLoughlin (director de Viernes 13, Parte 6 Jason Vive), Maximilian Schell y Roddy McDowall poniendo la voz al robotito.

El abismo negro, The black hole, Disenye, Robert Forster, Gary Nelson, Anthony Perkins

La que fuera la primera película Disney que no está clasificada para todos los públicos acabó pasando algo de puntillas por la taquilla, cosechando unos 35 millones de dólares que acabaron amortizando los 20 millones que acabó costando. Beneficios que, por otro lado, no fueron ni de lejos lo esperado por la productora.

Si algo tiene el film es que es un espectáculo visual que, si quitamos la ausencia de batallas espaciales, está por encima de Star Wars, con estampas que parecen sacadas de un Métal Hurlant, una banda sonora del gran John Barry a la altura de las circunstancias (¡la primera que se grabó en formato digital!), unos efectos/trucajes que a día de hoy han resistido el paso del tiempo como pocos y un final totalmente tripado que deja en bragas al de 2001. No es un manjar para todos los paladares, pero el que le encuentre el punto de cocción, repetirá.

martes, mayo 20, 2014

Bigfoot y los Henderson

Bigfoot y los Henderson, Spielberg, bigfoot, John Lightow

Claro ejemplo de lo que era la factoría Spielberg en los 80. El amigo Steven eran sinónimo de espectáculo, emoción y, of course, buenos sentimientos. Pero algó pasó porque en Bigfoot y los Henderson el tito Esteban no dejó que su nombre apareciera. Ni en los créditos ni en el cartel. Algo debió pasar.

jueves, mayo 15, 2014

Skatetown USA (La fiebre del patín)

Skatetown USA, La fiebre del patín, Patrick Sawayze, Scott Baio, Greg Bradford

Nos encontramos con máximo exponente de la moda de discotecas de patines que inundó los USA entre finales de los 70 y principios de los 80. Skatetown USA, aquí mal llamada La fiebre del patín, huele a farlopa en cada uno de sus fotogramas. Cosa nada extraña porque los que participaron en ella han reconocido que la coca rulaba por el rodaje de mala manera.

martes, mayo 13, 2014

Trabajo sucio

Trabajo sucio, Chevy Chase, Norm MacDonald, Bob Saget

Hace años que en este blog se escribió sobre la figura de Norm MacDonald, ese cómico canadiense más bien desconocido en la piel del toro, pero que en USA y su Canadá natal de vez en cuando hace algún que otro trabajo televisivo o haciendo cameos en films de sus colegas Adam Sandler o Rob Schneider.

jueves, mayo 08, 2014

Waking sleeping beauty

Waking sleeping beauty, Disney, Don Hahn, Tim Burton

Documental que apareció en 2009 que profundiza en una de las épocas más extrañas por las que ha pasado la gran mega corporación Disney, que comprende un periodo de 1984 a 1994. Periodo que empezó cuando Don Bluth se fue de Disney para crear su propio estudio, llevándose a la mitad de animadores.

martes, mayo 06, 2014

Joysticks

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

A principios de los 80 había dos formas de hacer pasta en el mundo del celuloide sin gastarse demasiado: facturando un slasher o una teen movie. Alguien tuvo la ocurrencia de juntar los dos géneros con Wacko (aunque sí, antes estuvo 13 asesinatos y medio) y las cosa no quedó demasiado bien. Pero tampoco le culparemos porque los otros inventos que mezclaron estos subgéneros (Sábado 14, Pandemoniun desmadre en las aulas, Class reunion de la National Lampoon...) nunca salieron bien parados.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

La cuestión es que detrás de Wacko estaba el productor-director-guionista-actor Greydon Clark, experto en excretar cagarros de tomo y lomo como Satan's cheerleaders, El regreso de los extraterrestres y cualquier exploitation del momento que pudiera generar cuatro chavos. El culmen de esta táctica de rémora llegó a principios de los 90 cuando dirigió Lambada, el baile prohibido para la 21 Century, que compitió de tú a tú con Lambada, fuego en el cuerpo, producida por Yoram Globus y su Cannon, Sí, un Golan vs Globus después de partir peras en el ocaso de la Cannon. Una de esas guerras en las que, como decía Bart Simpson, no hay vencedores, sólo vencidos.

Clark, que no perdía ocasión para facturar cualquier cosa que oliera a dinero, se percató del éxito masivo que estaban teniendo los salones recreativos entre la chavalada, con lo que hizo un simple 1 + 1 = 2, y se puso manos a la obra para facturar un film que pasara en un salón recreativo repleto de adolescentes.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

Un chaval regenta una sala de arcades (llamada en el film como "la arcada" ¡¡!!) que montó su abuelo. Allí se reunen toda una fauna de jóvenes sedientos de darle a los mandos del come-cocos de turno y de ponerse morados con los pechotes de las féminas. Un buen día aparece por el lugar el padre de una de estas chicas y se horroriza ante lo que allí ve, así que, aprovechando su condición de hombre acaudalado emprende una cruzada para cerrarles el chiringuito.

Joysticks es un film muy muy sórdido, como todos los films de escaso presupuesto de la época. Todo él es oscuro (hay muchas escenas nocturnas y otras que pasan en el salón recreativo), con muchas tías que van de guapas (y no lo son ni por asomo) y enseñan sus tetas gelatinosas de cabra.
En el aspecto divertimento nos encontramos con una falta de gracia tremenda. Chistes de parbulario, personajes horripilantes a los que se les resbalan las salchichas y acaban en el canalillo de las mozas del lugar. Simplemente repugnante.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

Solo tiene un detallito que puede ser simpático, que es una transición entre escenas en la que aparece un Pac-man comiéndose la pantalla. Y ya. Como mucho, y apurando al máximo, el único interés puede ser de carácter arqueológico para los amigos del arcade, ya que en el film pueden encontrarse máquinas de la época como Super Pac-Man o Satan's Hollow (se nota que Midway estuvo ahí detrás) o varías pantallas en los títulos de crédito.

Apuntar solamente un par de nombres en el cast: Joe Don Baker (habitual en la filmo de Greydon Clark), cara conocida que nos sonará de El cabo del miedo y de algunos films de James Bond; y Jon Gries, el hombre lobo de Una pandilla alucinante o el tío Rico de Napoleon Dynamite.

Joy sticks 1983, Greydon Clark, Pac-man

El film acabó por ser uno de esos pequeños éxitos que, de vez en cuando, se sacaban de la manga esta gente tan alejada de los grandes estudios. Sus escasos 300 mil dólares que se gastaron en rodarla se convirtieron en 4 millones muy jugosos.
Demasiados millones para este engendro que parece salido de las peores pesadillas del programador del E.T. de Atari. Yo no le insertaría un coin y esperaría que me saliera un Game Over.

miércoles, abril 30, 2014

Tres mujeres para un caradura

Tres mujeres para un caradura, L. A. Story, Steve Martin

Me da la sensación que en este boniato de país Steve Martin es un gran desconocido. El clásico actor que a todo el mundo le suena pero que nadie se acuerda de su nombre. Eso y que se refieran a él como "el tío del pelo blanco que hace películas de risa". Lo que suele dar confusión a otro que, no sé muy bien porqué, tiene muchísimo tirón por estas laderas como es Leslie Nielsen.

viernes, abril 25, 2014

Mortadelo y Filemón y el armario del tiempo

mortadelo y filemón el armario del tiempo, estudios vara, vara, ibáñez

Rafael Vara fue un dibujante de cómics que, a finales de los 50, creó Estudios Vara, donde facturó anuncios, documentales y algunas animaciones para algún que otro film como ¿Por qué te engaña tu marido? de Summers. Y fue a mediados de los 60 cuando adquirió los derechos de Mortadelo y Filemón a Editorial Bruguera, aunque realmente fue a Creaciones Editoriales, un rollo de derechos y eso.

lunes, abril 21, 2014

Trabajo basura

trabajo basura, office space, mike judge, jennifer aniston, milton

Fue llegar el verano del 99 y enterarme que el creador de Beavis and Butt-head estrenaba un film y no haber mañana. Y en una de esas calurosas tardes me metí en una de esas minúsculas salas del cine Glories y salí con una decepción del mismo tamaño con la ilusión que había entrado.

miércoles, abril 09, 2014

Leprechaun. La noche del duende (y secuelas)

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Me da la sensación que los leprechaun, estos personajes puramente irlandeses que esconden una olla repleta de oro al otro lado del arco iris, no han sido demasiado explotados en el cine. Salvando, of course, su vertiente puramente infantil con series o largos de animación o alguna que otra producción Disney (El cuarto deseo, El abuelo está loco). Es por eso que, por muy criticada que pueda ser la película, me parece que el personaje de un duende que se carga a todo aquel que le robe sus monedas de oro, está muy bien parido.

La cosa va de un tipo que compra una vieja casa que perteneció a un tal O'Grady. Allí se va con su hija, que es muy pitiminí y no le gusta nada lo de pasar el verano en una vieja casa llena de bichos. Así que contratan los servicios de un chaval para que le arregle la finca, además de a sus ayudantes, un gordito que no para de elucubrar teorías conspiranoicas y a un chavalín. El problema de la finca es que dentro hay prisionero un duende/leprechaun. El bicho consigue escapar con la única intención de recuperar el oro que le robaron una década atrás.

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Mark Jones venía de ser guionista en series de animación (Mr. Magoo, Scooby Doo, James Bond Jr.) y acción real (Las desventuras del sheriff Lobo, El equipo A), aunque lo que él anhelaba era ser animador, pero su pericia para el dibujo no era suficiente y se coló en la industria escribiendo. Viendo que la productora/distribuidora Trimark estaba sacando al mercado películas de bajo presupuesto probó de colarles el guión que había escrito basado en los personajes irlandeses. La productora aceptó encantada, siempre y cuando cambiara el tono y lo hiciera más adulto, ya que esa primera versión era más de corte infantil.

Y con la tontería Jones acabó siendo también el director del film, donde nos encontrábamos una primeriza -pre operación de nariz- Jennifer Aniston (aunque el estudio quería a una rubia y el propio director les engañó diciendo que le teñirían el pelo, y cuando se dieron cuenta que no lo hizo, el rodaje ya estaba comenzado y era tarde para volver a empezar), Mark Holton (el gordito de Teen Wolf), Ken Olandt (una especie de intento de estrella juvenil en los 80 que vimos en Juerga tropical, El equipo A o Super Force) y Warwick Davis (Willow, el Wicket de los ewoks) haciendo de leprechaun.

Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis

Una vez terminada, la Trimark no lo tenía demasiado claro con su lanzamiento. Prueba de ello es que la tuvo un año entero guardada hasta que le dio por estrenarla en 1993. El film fue un éxito sorpresa. Su escaso millón de dólares de presupuesto se convirtió en 8 en su paso por los cines. Luego, en su distribución en videoclubs, volvió a petarlo.

Leprechaun es una peli muy oscura (básicamente pasa todo en una noche), lo que le ayuda a esconder sus limitaciones, que son muchas, dada su condición de modesta serie B. En cambio, tiene detalles muy buenos que hacen referencia al folclore de estos seres irlandeses, desde que son zapateros y su obsesión es arreglar el calzado, o que los tréboles de cuatro hojas ejercen una gran influencia sobre ellos.

Su éxito propició que la productora pusiera en marcha la maquinaria de crear secuelas como veremos después. Pero también aparecieron producciones que intentaban subirse al carro como Wishmaster (producida por Wes Craven), la llegada desde Inglaterra Funny Man o Rumpelstiltskin, que, en el fondo, fue producto del cabreo de Mark Jones cuando la Trimark lo apartó de seguir ligado a la saga Leprechaun, y decidió probar suerte creando otro personaje muy similar. Aunque, lamentablemente para él, el inventó no funcionó.



Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun 2. Dado el éxito del film se dieron mucha prisa, porque un año después sacaban esta secuela hecha con el doble de presupuesto, aunque luego no se notara demasiado en su resultado y mucho menos en su cast, donde apenas podemos destacar los cameos de Kimmy Robertson (la Lucy de Twin Peaks) y Clint Howard (hermanísimo del director de Apollo 13); además de Jack Klompus, que lo recordamos por salir en varios episodios de Seinfeld. Y, por supuesto, Warwick Davis nuevamente como el leprechaun, papel que repetiría en todas las películas que siguen.
Con un prólogo que acontece en la antigua Irlanda, rápidamente nos trasladamos a la actualidad (la de 1994, se entiende) donde un borrachuzo le da por meter una botella de whisky en el hueco de un árbol y ¡voilà! aparece nuestro pequeño y desagradable protagonista, que se pasa toda la peli detrás de una chavala que es descendiente de su prometida mil años atrás. Aquí ya tenemos algunas novedades en su forma de actuar, por ejemplo, se dedica a crear ilusiones en la cabeza de las personas, lo que, unido a sus constante chascarrillos, hace que el parecido con Freddy sea cada vez mayor.
Dirigida por Rodman Flender, un afincado en la pequeña pantalla que, muy de vez en cuando, hace algún largo para cine como El diablo metió la mano. La cosa le quedó más o menos correctita pero sin tirar muchos cohetes. Su paso por los cines fue muy de tapadillo, pero al menos recuperó los 2 millones que se gastaron en ella. Eso sí, en los videoclubs volvió a petarlo.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun. El duende asesino. O lo que es lo mismo, tercera entrega para una saga que oficialmente deja de ser facturada para cine y se tira directamente a las estanterías del videoclub. Un tipo lleva una estatua con la figura del leprechaun a una casa de empeños para venderla, no sin antes advertirle al dueño que no toque un medallón que tiene la estatua. Evidentemente lo coge, lo que hace que la estatua cobre vida y ya tengamos a nuestro verde protagonista liándola parda en Las Vegas.
Bastante gore, al menos más que en las anteriores, con varias mutilaciones. En esta es la primera vez que vemos unas tetas en la franquicia. Más detalles que nos van aportando de nuestro mitológico personaje: descubrimos que sus monedas de oro conceden deseos y que sus mordiscos son capaces de transformar a un hombre en leprechaun como si de un zombi se tratase.
Protagonizada por John Gatins, que empezó con las secuelas Witchboard 2 y Pacto de sangre 2, para reciclarse como guionista. Cosa que le ha ido de fábula, escribiendo Acero puro, Need for speed o El vuelo de Zemeckis, por la que tuvo una nominación al Oscar. También tenemos a Caroline Williams, habitual en el cine de terror con Masacre en Texas 2, El padrastro 2 o Halloween 2.
La película, pese a estar hecha con un escaso millón de dólares, tiene mejor empaque que la segunda, aunque esto no quiere decir mucho. Algo se debía de notar la mano de su director, Brian Trenchard-Smith, uno de los máximos exponentes de la ozploitation con mogollón de films a sus espaldas: El secreto del lago, El dragón vuela alto o Los bicivoladores.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun 4: in space. Muy contenta debió quedar la Trimark con Trenchard-Smith, porque un año después (1996) volvió a contar con él para esta cuarta entrega que nunca llegó a nuestro país. Como suele pasar en estas sagas interminables llega un momento que el único balón de oxígeno para evitar el agotamiento de la serie es mandar al protagonista fuera de su hábitat natural (aunque aquí ya lo habíamos visto en Las Vegas) y, suele pasar, que en el género fantástico el espacio causa debilidad. Vimos como ahí arriba mandaban a Jason (Jason X) o al mismísimo señor de las tinieblas (Drácula 3000). Aunque eso sí, todas estas fueron mucho más tarde, con lo que podemos decir que la saga del enano fue pionera en este aspecto. Aunque visto lo visto se podían haber quedado en la Tierra.
Aquí la cosa va de un grupo de marines espaciales que llegan a un planeta en el que, casualmente, tenemos al leprechaun que acaba de secuestrar a una princesa para casarse con ella y convertirse en el rey del planeta Dominian. Para su decepción los marines lo revientan con una bomba, pero uno de ellos tiene la ocurrencia de orinar en sus restos, lo que hace que el duende se meta en su cuerpo através de la orina (¡sic!). Una vez dentro de la nave militar nuestro pequeño protagonista reventará a su anfitrión para ir dando caza al resto de la tripulación.
Con unos efectos realmente cutres incluso para ser de mediados de los 90, arneses que se ven y unos escenarios menos realistas que los de Barrio Sesamo. El leprechaun sigue con sus dentelladas de humor, como cuando mata a uno con una espada láser made in Star Wars, o la gran ocurrencia de, mediante un rayo, convertirlo en gigante (efecto realmente casposo este). Pero salvo esto, monotonía total y absoluta con una falta de medios alarmante. Aquí se lo cargan lanzándolo fuera de la nave para que reviente en una escena que hace grande a la explosión final de Beowulf. Del elenco apenas destacar a Guy Siner, que le recordaremos por la serie Allo Allo haciendo de alemán y a Miguel A. Núñez Jr., el negro punk de El regreso de los muertos vivientes.


Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick Davis
Leprechaun 5. La maldición. O también conocida en su país de origen como Leprechaun in the Hood.
La fórmula estaba dando más que evidentes síntomas de cansancio y la dejaron descansar hasta el 2000 para parir esta nueva continuación en la que, por primera y única vez respetaron sus rimas en el doblaje, curiosamente cuando teníamos el tema raperos de por medio. Unos niggers cavan un túnel buscando oro. Y lo encuentran, en una vasija junto a una estatua del leprechaun. Y, al igual que en la segunda, le quitan el collar que lo mantiene convertido en piedra. Para la suerte de uno de ellos, consigue volver a ponérselo. Años después el tipo está montado en el dolar y triunfa como productor musical. Pero unos chavales entran en su despacho dispuestos a robarle y ¿qué se encuentran? Pues sí amiguitos, la estatua del leprechaun de la que, evidentemente, cogerán el collar deshaciendo el encantamiento.
Aquí contaron con Rob Spera (un afincado en la televisión que hizo Campamento infernal -Bloody murder 2) para que se hiciera cargo de las riendas del proyecto. Y lo que hizo fue meterle bastante humor, lo que hace que, por momentos estemos ante una Scary movie. Es la única forma de entender a ese negro sacando armas de su pelo afro como un cartoon cualquiera o a nuestro colega leprechaun dándole unas caladas a un porro o rapeando en los créditos finales. Además de arrebatar un elemento común en toda la saga: la oscuridad. Todas ellas pasan en interiores y de noche, en cambio, aquí ya hay algo mas de escenas diurnas. Además encontramos algunas buenas ideas, como la explicación de porqué el tío que encuentra el oro consigue ser un magnate de la música. Pero todo lo bueno de la peli dura media hora para pasar al tedio absoluto, con un Leprechaun que sale más bien poco. En el elenco apenas destacar a Ice-T.



Leprechaun. La noche del duende,  Jennifer Aniston, Warwick DavisLeprechaun. El regreso. Leprechaun: Back 2 tha Hood que la llamaron en las américas. Muy bien debieron ir los alquileres de la anterior entrega porque tres años después facturaron una secuela de la secuela. Un follón, vamos. Nada más empezar tenemos un prólogo de animación rudimentaria pero muy conseguida, dándole un toque de cuento de hadas. La cosa prometía para seguidamente meternos a un grupo de negros que encuentran el oro del duende y se dedican a pegarse la vida padre. Hasta que leprechaun aparezca para darles pal pelo. Ahí es cuando la peli naufraga estrepitosamente. Muchas transiciones del Premiere 2.0 y un leprechaun colocándose con una cachimba que ya no hace la más mínima gracia.
Dirige y guioniza Steven Ayromlooi (si no te suena, don´t worry), por ahí tenemos a Laz Alonso (visto marcando bíceps en Avatar o en alguna secuela de Fast and furious). La producción pasó a Lions Gate, ya que esta había absorvido a la Trimark.


Pero la cosa no termina aquí. Ha pasado una década desde la última vez que vimos al leprechaun en pantalla y como mandan los cánones actuales urge un remake/reebot. Y los amigos de WWE Studios, o lo que es lo mismo, los del Pressing catch, en colaboración con Lionsgate, han parido Leprechaun: origins, donde el pequeño luchador Dylan Postl (alías Hornswoggle) es el protagonista. Dirige Zach Lipovsky, de la escuela de telefilms catastrofistas con infografía casposa de Cuatro.

Por su parte, Mark Jones ha decidido contraatacar recuperando a Warwick para protagonizar Vamprechaun 3D, donde nuestro duende favorito muta a vampiro. Lo cosa está muy verde porque ningún estudio se la financia y el hombre está probando suerte con el tema crowdfunding, y, a falta de un mes, lo tienen muy peludo. Si te sobran 1.500 pavos te dejan darte un garbeo por el set de rodaje y pasarle un cupón de la Once por la chepa a Warwick. ¡Guau!

martes, abril 01, 2014

EDtv

Woody Harrelson, Matthew McConaughey, Edtv, ed tv, ron howard

Ya sabemos como es Hollywood. O mejor, como son sus estudios y sus guerras. Cuando la Warner hizo Cristóbal Colón el descubrimiento (uno de los mayores fiascos económicos del cine) en Europa la Goumont hace una coproducción para parir 1492: La conquista del paraíso. Touchstone (Disney) hace Armageddon y Dreamworks Deep Impact. También tuvimos una guerra de volcanes con Un pueblo llamado Dante's Peaks y Volcano o una de Robin de los bosques con Robin Hood el magnífico versus Robin Hood príncipe de los ladrones.