Paralelamente la cadena de tv MBC no consigue hacer un solo programa con un mínimo de éxito, así que su presidente, Parker Braithwaite (Gerrit Graham) para poder salvar el culo decide utilizar de cabeza de turco a uno de los ejecutivos y lo despide.
Poco después De Salvo se cuela en el despacho de este ejecutivo despedido y le presenta uno de sus guiones, como a este le quedan dos días en la empresa y es consciente que el guión que tiene entre manos es una auténtica mierda lo compra para así poder vengarse de la MBC.
Así que nuestro protagonista está más feliz que unas pascuas al haber vendido su guión y monta una fiesta invitando a todos los productores y actores conocidos del mundillo, evidentemente no se presenta ni dios, sólo una mujer llamada Francine Kester (Rhea Perlman).
Francine trabaja en Computron, que es la empresa que se dedica a controlar los audímetros que hay repartidos por algunas casas, es decir, que son los que miden las audiencias.
Francine y De Salvo se hacen muy amiguitos pero este último se lleva una gran decepción porque su episodio piloto de emitirá en un horario malísimo, ya que tiene como rival a las series mundiales de béisbol, maniobra de programación del director de la cadena ya que sabe que el piloto es una mierda.
Francine, como le ve tan deprimido, le explica que sólo con que 100 televisores, los que tienen el audímetro, sintonicen su programa conseguirá ser líder de audiencia. Así que De Salvo consigue de extranquis la lista de 100 familias que tienen el aparato y les monta un crucero, y meterá a sus secuaces en las viviendas de estos para que vean su programa convirtiéndolo en el éxito del año.
Esta peli del año 84, también llamada The Mogul, se puede considerar la primera de De Vito, aunque ya había dirigido algún episodio de su famosa serie Taxi, y es que este El juego de las audiencias es realmente un telefilm. Y como en el resto de su filmografía tiene un humor muy negro, aunque no tanto como sus obras venideras pero ya apuntaba por donde iría su estilo. Aquí es una crítica cinísima al mundo de la tv y la gente que lo rodea, ya sean sus directivos que lo único que quieren es conseguir el éxito a cualquier precio o sus actores, donde sólo les mueve el ego; y es que todos quedan retratados a la altura del betún
Un apartado aparte son los anuncios que aparecen en el telefilm de series que emite la MBC todos rodados de una forma paródica a más no poder: series como Cuerpos calientes, donde monitoras del aeróbic trabajan por las noches para la CIA, Dominado por ellas, donde un tío no puede alistarse en el ejercito por inepto se trasviste y lo hace en el ejercito femenino, La patrulla del alba, un drama protagonizado por tres basureros o en una de las galas del canal donde el presentador es un niño que parece salido de Webster pero insufrible a la máxima potencia.
El telefilm tiene un montón de caras conocidas, desde el cameo de Jerry Seinfeld, hasta, el que luego sería su compañero en su famosa serie, Michael Richards, pasando por dos caras del universo Dante como Kevin McCarthy y Mark L. Taylor; otras caras conocidas son Joe Santos, Carl Wheeny, Vincent Schiavelli, Daniel Stern o George Wendt.
Un detalle que es una chorradilla pero que me ha gustado un montón es cuando aparece el edificio de la MBC, que es un dibujo y se nota un huevo pero que le da un toque chulísimo.
Si hay algo malo es que es eso un telefilm, con lo que su factura técnica es planísima, a eso hay que añadirle un De Vito novato. Pero que se compensa con una historia muy divertida, que cae a lo baboso y predecible en su último cuarto de hora, y unos diálogos muy inteligentes y lleno de réplicas.
Algunos anuncios de las series de De Salvo
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