martes, diciembre 20, 2011

Supergirl

Supergirl,  Helen SlaterEl rival femenino de Superman, cágate lorito

A mediados de los 80 la franquicia de Superman comenzaba a dar síntomas que la fórmula se agotaba, al menos en taquilla, donde los millones recaudados iban menguando de forma alarmante. Así que es lógico que se buscaran nuevas vías para seguir explotando el cómic de Siegel y Shuster.

La más lógica era tirar por un spin off protagonizado por otros personajes, y ¿qué era más lógico que buscar el target femenino con Supergirl?

Supergirl,  Helen Slater

Así que tenemos al productor de Superman ofreciendo cheques a todas las estrellas de Hollywood para que pusieran el careto en esta nueva película. Al final se tuvo que contentar (que no es poco) con Faye Dunaway como la mala de la función, Mia Farrow como madre de Supergirl y un pequeño papel de Peter O'Toole haciendo de no se sabe muy bien qué. Y como suele pasar en estos casos, el papel protagonista acabó en manos de una debutante, Helen Slater, que luego la veríamos en El secreto de mi éxito o en 12:01. Testigo del tiempo, un telefilm de culto con viajes temporales de la mano de Jack Sholder.


Supergirl,  Helen Slater

Ya sabemos como va esto de los cómics. Muchas sagas, universos paralelos, spin off... vamos, que que llega un momento que saber si han sido respetuosos con el personaje es casi un milagro.

Aquí nos encontramos una civilización que viven Argon City. Dicha ciudad son los restos de Krypton después de su destrucción. Allí tenemos a Kara, la prima de Kal-El, alias Superman, que vive happy flowers de la vida.

Al igual que en Gnomo cop, la ciudad se mantiene con vida gracias a unas esferas de energía que, casualmente, una de ellas es arrojada por Kara, atravesando el manto (para entendernos, un plástico transparente) que rodea la ciudad. Así que ya tenemos a Kara montada en una cápsula detrás de las esferas. Evidentemente la chica acabará en la Tierra, adoptando la falsa identidad de una mosquita muerta llamada Linda Lee, que vive en un internado femenino y (¡bendita casualidad!) comparte habitación con Lucy Lane, hermana de Lois. Pero mientras no lleva un pelucón moreno y uniforme de Escolapios se dedica a combatir el mal bajo los rasgos de Supergirl.


Supergirl,  Helen SlaterEnseñando muslamen

Supergirl fue un fracaso que, según algunas fuentes, fue debido a su distribución, ya que primero se estrenó en Europa y Asia para luego hacerlo en los USA, con lo que ya hacía tiempo que circulaban copias piratas. Sí amiguitos, la copias alegales/ilegales/piratas o como queráis llamarlas llevan mucho tiempo entre nosotros.

Y al igual que en Catwoman, donde no solo comparten fracaso económico (apenas recaudó la mitad de los 30 millones que costó), detrás de la cámara tenemos un director curioso: Jeannot Swarc, que comenzó rodando en televisión para dar el salto al mainstream con Tiburón 2 y En algún lugar del tiempo, peli de viajes en el tiempo, pero con un romanticismo baboso hasta decir basta, con Christopher Reeve y guión de Richard Matheson; y que, curiosamente, acabó otra vez en la tele, dirigiendo capítulos para, entre otras, Smallville.

Supergirl,  Helen Slater

Decir que Supergirl es mala sería ser demasiado cruel, juega algunas divisiones por encima de Catwoman. El film de Jeannot Swarc funciona más (y mejor) como divertimento psicotrópico, bastante más cercano a locuras sin pies ni cabeza como Barbarella o los Spiderman de Nicholas Hammon.
Con unos efectos que dejaremos como resultones, hay cositas conseguidas y otras no tanto (sobre todo los cromas y algunos decorados cartón piedra), pero que tienen un encanto de lo artesanal.
Todo ello bajo un guión esperpéntico, absurdo y que a veces es hasta sonrojante, que quiere ofrecer más de lo que el presupuesto y los medios de la época daban de sí; obra de David Odell, que acabó escribiendo los de Cristal oscuro y Masters del Universo.

Años después apareció un Director's cut que incluía media hora más. Recordemos que la versión estrenada ya nos llevaba hasta las dos horazas. Así que no sé quien es el guapo que se quedaría con ganas de más.

domingo, diciembre 18, 2011

Entre tomas (III)

Michael Jackson, John LandisMichael Jackson, antes de ser blanco, y John Landis

De niño es fácil tener miedo de muchas cosas, la imaginación hace malas pasadas y una chaqueta colgada en el perchero durante la oscuridad de la noche puede adoptar mil formas, a cada cual más horripilante. Pero si algo me daba pavor de niño era la transformación de Michael Jackson en el videoclip Thriller. No había nada más eficaz para que me comportase y dejase de hacer trastadas que la amenaza de poner en el vídeo el clip. Aquello no me asustaba, eso es decir poco, me acojonaba como pocas cosas. Seguramente porque el hombre lobo era el monstruo que me daba más respeto. Pero esta transformación tenía un plus. La gran mayoría piensa que era un hombre lobo, pero no, realmente era un hombre pantera.

jueves, diciembre 15, 2011

Catwoman

Catwoman, Halle Berry
Habiendo visto las Catwoman de Julie Newmar, Eartha Kitt y Michelle Pfeiffer (no nos olvidemos que Adrianne Barbeau le puso la voz en la serie animada de los 90) ya nos podemos hacer una idea de lo delicado que es interpretar el personaje. La línea que separa lo correcto a la vergüenza ajena es finísima.

Ya desde el estreno de Batman Returns salió la noticia de una película que la protagonista absoluta fuera Catwoman, nada de hombre murciélago, ni chicos mandarina.
Todo ello bajo la batuta de Tim Burton, que había quedado encantado con el personaje, y, por supuesto, Michelle Pfeiffer, que al parecer tenía un contrato firmado, bajo los rasgos de la mujer gato.
El tiempo fue pasando y de la película nunca más se supo. Quizá porque Burton acabó escaldado de todo lo que oliera a Gotham City después de los palos que le dieron, porque prefirió hacer otros films o simplemente la Warner no estaba por la labor.

Curiosamente han tenido que pasar la friolera de casi 20 años para que Burton y Pfeiffer volvieran a trabajar juntos en la todavía no estrenada Dark Shadows.

Catwoman, Halle Berry

La cuestión es que mas de diez años después apareció la película de Catwoman, que, al parecer, contó con el estratosférico número de 30 guionistas, aunque al final sólo hay 4 acreditados de forma oficial.

El "afortunado" que se convirtió en director del entuerto fue Pitof (Jean-Christophe Comar). Una elección cuanto menos curiosa, ya que el francés era más conocido por haber estado detrás de los efectos especiales de los films de Jeunet y Caro, y solamente contaba con una película como director, la infravalorada Vidocq.
El director, en cuanto leyó el guión presentó a la Warner una versión alternativa, pero la productora la rechazó por ser demasiado personal y poco comercial.

Para protagonizar el film se contó con una Halle Berry (que personalmente nunca la he visto muy adecuada para el papel) en alza después de ganar un Oscar, y como contrincante usaron la clásica estratagema de poner un cara de primera fila, Sharon Stone.

Si todos estos elementos ya hacían presagiar que las cosas no iban por el buen camino la cosa acabó de explotar cuando aparecieron por la red los diseños del traje de Catwoman. Todo el mundo coincidía, eso era un fake. Aquellos atuendos parecían más propios de una sesión de sadomaso que el traje de un personaje de cómic.
Catwoman fue vapuleada por la crítica (y con razón) y por el público (con más razón aun, que estos han de pagar), cosechando un fracaso en taquilla que le impidió recuperar los 100 millones de dólares de presupuesto.

Catwoman, Halle Berry
Antes comentaba lo delicado que es el personaje, es muy fácil pasarse de la raya. Y es justamente eso lo que hace Berry, pasarse pero bien pasada.
A la película le llovieron premios Golden Raspberry (los anti Oscar), con la peculiaridad que Berry lo recogió in person, eso sí, criticando a su representante: "la próxima vez, asegurate de leer primero el libreto”. Ni que ella no tuviera ojos para hacerlo.

Cualquier parecido con universo Batman y este film es puramente anecdótico. Nada, absolutamente nada tiene del cómic. O lo que s lo mismo, como coger el nombre de alguna obra conocida y hacer una película que no tenga nada que ver salvo el título y poco más. Algo así como aquel Spiderman setentero, pero a este se le perdona porque ni tenían presupuesto ni había los medios para hacer algo con cara y ojos.

Catwoman, Halle Berry
Catwoman es mala, muy mala. Con momentos que causan auténtica vergüenza ajena, montones de planos ultra rápidos de la ciudad, efectos terriblemente malos, una actriz que es para darle con un calcetín sucio y una historia plana hasta decir basta. Ni siquiera el clásico recurso de agarrarse al malo de turno como un clavo ardiendo nos servirá de salvavidas, porque Sharon Stone sale muy guapa pero tampoco se le ve muy motivada salvo por coger el cheque. Y eso que su personaje tenía ciertos ramalazos de Clayface.
La única forma de aguantar un pase en la tele es un domingo al mediodía mientras hacemos la siesta, y con el volumen bajito.

martes, diciembre 13, 2011

El enigma de Jerusalén

El enigma de Jerusalén
En unas excavaciones cercanas a Jerusalén se encuentra el cuerpo de un hombre que data de 2.000 años atrás, con el detalle que lleva empastes. Y para más sorpresa junto a él encuentran el manual de una videocámara que todavía no se ha fabricado.

domingo, diciembre 11, 2011

Entre tomas (II)

Albert Pyun, Capitán AméricaAlbert Pyun y su Capitán América

Este director chaparraete con pinta de hawaiano (básicamente porque lo es), se ha labrado toda una carrera entre la serie B y Z. Empezó en esto del cine como ayudante en producciones japonesas a principios de los 70, para luego volver a los USA.

martes, diciembre 06, 2011

Guerra sucia

Guerra sucia, Juan Piquer Simón, Dirty war
Que me perdonen los más puristas, pero Juan Piquer Simón era un adelantado. Cuando en estas tierras se tiraba o bien por el cine de autor o las comedietas de humor grueso y chicas destapadas, él prefirió tirar por un cine más espectacular (dentro de sus limitaciones, que eran muchas) y buscando la gracia del mercado internacional.

Con su primer largo, Viaje la centro de la tierra, buscó adaptar la obra de alguien conocido a nivel mundial porque eso le facilitaba enormemente vender el film a distribuidoras de todo el mundo (aparte de rodar en inglés). Viendo que la jugada le salió bien (según él, sacaron un beneficio del 300%) siguió por estos derroteros de hacer un cine enfocado para vender más allá de las fronteras hispánicas, pero en lugar de adaptar obras conocidas prefirió copiar el estreno revienta taquillas procedente de los USA. Que los yankis sacaban Superman, él Supersonic Man; que se ponía de moda el slasher con Viernes 13 a la cabeza, Piquer se sacaba de las chistera Mil gritos tiene la noche; ¿alguien dijo E.T.?, pues tenemos Los nuevos extraterrestres; que nos venía una oleada de pelis marinas como Abyss o Profundidad 6, él nos regala La grieta.
A partir de ahí la cosa se le comenzó a torcer con producciones mucho más modestas, como La mansión de los Cthulhu, que ya no tuvieron ningún tipo de repercusión.

Guerra sucia, Juan Piquer Simón, Dirty war
Una de las muchas facetas del director valenciano, aparte de meterse de lleno en sus producciones (ya fuese con el guión, efectos especiales, decorados, etc.), era la producir obras ajenas, normalmente producciones muy pequeñas con tufo a exploitation, ahí tenemos Escalofrío o Más allá del terror. Films de los que siempre acababa teniendo rencillas con el director de turno y acababa rodando escenas o controlando el montaje.

Guerra sucia, Juan Piquer Simón, Dirty war
Guerra sucia es sin duda una curiosidad dentro de la filmografía del director valenciano. Básicamente por su escapismo al thriller de espías, mafias y ajustes de cuentas; muy alejado de su elemento habitual, el cine fantástico, lleno de monstruos, hombres musculosos en mallas y aventuras exóticas en continentes mitológicos.
Aquí nos encontramos las andanzas de un mercenario, un tipo que no se quita sus Ray-Ban ni para cagar, que se acuesta con todo lo que se menea y tenga dos cromosomas X, y se cepilla quien se atreva a llevarle la contraria.

Guerra sucia, Juan Piquer Simón, Dirty war
Estamos ante una serie Z con todas las de la ley, donde presenciamos multitud de escenas recicladas de algunas de sus películas anteriores y un documental sobre la visita de Juan Pablo II a las tierras del toro y la pandereta, muy poco le importa a Piquer que el formato cambie de un plano a otro o que veamos escenas donde los mismos malos de SuperSonic Man corretean por la misma central nuclear que en la susodicha. Pero tampoco le podemos pedir más a un subproducto que costó escasos 9 millones de pesetas (54.000 euros) y que su única intención era la de venderla en el mercado internacional de Milán al mejor postor, que acabó siendo la Cannon.

Decir que es mala es decir poco. Seguramente nadie se acordaría de ella si su director no fuese quien es. Y ni eso, porque Piquer ni siquiera firmó con su nombre (quizá a sabiendas de la baja calidad de la cinta), si no que aparece acreditado como Alfredo Casado, el que era su socio.

A los que les guste el Piquer de muñequitos, maquetas y cromas casposos, quedarán decepcionados, a los que les vaya los thrillers de espías y explosiones, quedaran decepcionados. Conclusión, decepción al canto.

Guerra sucia, Juan Piquer Simón, Dirty war

jueves, diciembre 01, 2011

Entre tomas (I)

Michael Winner. Charles BronsonMichael Winner y Charles Bronson en el rodaje de El justiciero de la ciudad


Decía John Huston que el bueno de Charles Dennis Buchinski, más conocido como Charles Bronson, era "una granada de mano a la que se le ha quitado el seguro". Cualquiera lo diría viendo la estampa superior, donde M. Winner parece darle instrucciones mientras Charly debe estar pensando "dame una pistola y unos cuantos macarras como blanco".

martes, noviembre 29, 2011

Satán, fuerza del mal

Satán, fuerza del mal, Harrison Ford
Satán, fuerza del mal
es un telefilm que intenta seguir la lejana estela de El exorcista. Para eso se vale de un colegio interno femenino en el que hay extraños sucesos, como que la gente muera por combustión espontánea. No podrá faltar la aparición de un sacerdote que, después de morir y aparecer en el limbo, recibe la misión de volver entre los vivos para perseguir a las presencias satánicas.

domingo, noviembre 20, 2011

El cuchitril de Joe

El cuchitril de Joe
En la primera mitad de los 90 todos conocíamos a la Mtv, pero pocos la seguían, básicamente por la necesidad de tener una parabólica, cosa más bien rara en la mayoría de hogares. Años después llegaría el Canal Satélite y Vía Digital, pero eso es otra historia.

La cuestión es que uno se iba enterando de las movidas de la Mtv gracias al Virgin Megastore que teníamos los barceloneses en pleno centro de la ciudad. Sin internet o Fnac, y pasando de ir a El corte inglés, el Virgin era lugar de peregrinación forzosa para los que nos gustase perder el tiempo entre pelis, discos y videojuegos. Aparte que tenían una máquina de realidad virtual la cual, si no recuerdo mal, te cobraban 500 pelas por 10 minutillos.

Sin duda la gracia era la cantidad de material de importanción que abundaba en las estanterias, ya fuesen videojuegos, libros o pelis. Y aquí es donde quería llegar, ya que te podías encontrar un montón de material de la Mtv, como la serie animada de Aeon flux, The head o recopilaciones de Liquid television.

Lamentablemente la tienda se fue al pique (básicamente por culpa de sus exageradísimos precios) y en verano del 98 cerró sus puertas, no sin antes haber hecho unos días de liquidación, con colas que atravesaban Passeig de Gràcia. Actualmente el local alberga un Zara. Muy triste.

El cuchitril de Joe
La cuestión es que a mediados de los 90 nos encontramos en los videoclubs la primera película producida por el canal musical: El cuchitril de Joe (luego vendrían Beavis & Butt-head recorren América, Zoolander o Napoleon Dynamite).

En el film nos topamos con un tal Joe, un garrulillo venido del pueblo que viaja hasta Nueva York con la intención de encontrar un buen trabajo. El tío, al que nada más bajar del autobús le roban unas cuantas veces, busca un piso donde vivir, pero claro, con el poco dinero que tiene poca cosa puede conseguir. Por una serie de casualidades se hace pasar por hijo de una mujer que acaba de morir y no tiene familia para poder quedarse su piso: un apartamento de renta antigua.
Lo que le chaval no sabe es que el piso está infestado de cucarachas, además que unos mafiosos quieren dejar el edificio sin inquilinos para derribarlo y construir una mega cárcel en el terreno.

El cuchitril de Joe
En 1992 apareció en Mtv un chorto donde unas cucarachas le estropeaban el plan al chaval que vivía en el piso. El chorto, de un tal John Payson, cayó en gracia y tuvo el suficiente éxito para que el canal televisivo decidiera hacer un largometraje.

El propio Payson se encargaría de escribir el guión (con el que estuvo un año) y dirigirla. Los efectos especiales correrían a cargo de Blue Sky Productions (que luego trabajarían en El club de la lucha, Titan A.E. o Tigre y dragón) que se estarían otro año para la postproducción incorporando las cucarachas digitales a lo rodado, gracias al trabajo de 14 artistas digitales que se encargaron de trabajar en las 200 tomas que necesitaban de CGI.



El chorto original

El cuchitril de Joe, que tenía como a productor a Griffin Dunne (prota de Jo, ¡qué noche!), fue un fracaso en los USA. No solo porque recaudó menos de dos millones de dólares habiendo costado 13, si no porque tuvo unas críticas demoledoras, catalogándola como una de las peores películas de la historia.
Sin duda tacharla como uno de los peores bodrios jamás filmados es excesivo. Aunque entiendo que haberla estrenado en cines le hizo mucho daño, de haber pasado como aquí, con un estreno directo a vídeo, se le hubiera dado otro trato, mucho más acorde al producto que es.

Pero siendo un film que bebía en exceso de ese lenguaje televisivo tan cartoon que veíamos en Beakman's world o Parker Lewis Can't Lose, el público que la vio en cine se quedaría con cara de lelo. A lo que tampoco ayudaría un actor tan malo como Jerry O'Connell o un desaprovechadísimo Robert Vaughn haciendo de senador al que le gusta travestirse.

Curiosamente con el tiempo ha ido cogiendo cierto estatus de culto, seguramente por lo original de su propuesta (no deja de ser un musical con cucarachas) y lo descacharrante de su realización.


jueves, noviembre 17, 2011

El secreto de mi éxito

El secreto de mi éxito, Michael J. Fox
El secreto de mi éxito
es sin duda, y de forma superior a Wall Street, una recreación perfecta de lo que fueron los 80 dentro del marco de los yuppies. Toda una plasmación del sueño americano, empezar desde lo más bajo y llegar a lo más alto, pisando a quien haya que pisar o follándose a quien haga falta, incluso si es a tu tía (como es el caso del film).
 

Si nos acercamos mucho a la pantalla mientras la vemos seguro que podremos oler la laca de todos esos ejecutivos que se pasean por los fotogramas, cargados de maletines, corbatas y mullets mientras pasean por esa Nueva York de postal que en el film nos la enseñan de todas las maneras posibles: atardeceres, soleada, la urbe en toda su ebullición... sin duda Holllywood nunca fue mejor anuncio para los turistas.

El secreto de mi éxito, Michael J. Fox
Una de las muchas maravillas del film es su condición (!equivocadísima!) de cinta juvenil. Pero que el hecho que esté protagonizada por Michael J. Fox no nos nuble la vista. Que este metro sesenta con patas y un eterno flequillo acabara de sacarse de la manga un Regreso al futuro y un Teen wolf (así a saco, una detrás de otra, como el que no quiere la cosa) puede llevarnos a equívoco, pero Miki ya estaba cansado de su imágen teen con solo 2 películas como protagonista absoluto, pero montones de horas en tv y telefilms ya la habían explotado hasta el infinito y más allá.
De ahí se explica su ímpetu para lanzarse con balas (de fogueo) como Rock star, Noches de neón, Corazones de hierro o ese inteligentísmo auto retrato que es Colegas a la fuerza.

El secreto de mi éxito, Michael J. Fox
El secreto de mi éxito parece parida por algún italiano de los 70. Me aventuro con un Mariano Laurenti o un Luigi Russo a la dirección de una segunda parte donde nos expliquen que pasa en las alcobas de la casa del tío Prescott.
Es difícil entender como un producto para el lucimiento de Michael J. Fox (los más de 100 millones recaudados en el mundo lo avalan) es capaz de acercarse tanto a cualquier italianada parida para la explotación de la pilingui del momento dispuesta a enseñar todas sus virtudes en pantalla. Y ese es el único elemento que le falta a este film, algo más de carne.

Y quien mejor que los guionistas de Top Gun para dejarle en bandeja de plata este suculento plato a Herbert Ross, director que tenía el culo pelado de reirse en los morros de Woody Allen (Sueños de un seductor), Barbra Streisand (Funny lady), Walter Matthau (La pareja chiflada) o Kevin Bacon (Footloose). Y si a ese guión portentoso le añadimos a Helen Slater, que poco antes había subido a los altares de Hollywood para pegarse el gran morrazo con Supergirl (de la que ya hablaremos), y una cachonda y húmeda Margaret Whitton, mejor que mejor. Aunque tampoco debieramos olvidarnos de Richard Jordan y Fred -Herman Munster- Gwynne.

El secreto de mi éxito, Michael J. Fox
Estoy totalmente convencido que la única intención del director era hacer una nueva versión de El graduado para el público de los 80. Demasiadas similitudes para que los protagonistas de ambos films casualmente no levanten un palmo del suelo.

Que sí, que la peli está muy bien (¡salvo por el último cuarto de hora puramente made in Hollywood!), Michael J. Fox mola y su tía nos pone cachondos, pero si por algo nos acordaremos es por su banda sonora, con el clásico Oh yeah! de Yello (su otro tema mitiquísimo es The race, y si no que se lo digan a Mikimoto), carne de cañón para cualquier banda sonora que se preciase en los 80 y para Duffman.

martes, noviembre 15, 2011

Mr. Boogedy

Mr. Boogedy, Disney
Mr. Boogedy es una de esas rarezas que, teniendo bastante culto en los USA (sobre todo siendo el producto que es), aquí no es excesivamente conocida, aunque los pocos que la vieron en su momento todavía la recordarán.

Para empezar hay que decir que no estamos ante un largo, si no ante un mediometraje de apenas tres cuartos de hora que fue rodado para emitirse en el Disney Channel un domingo por la noche, que es cuando emitían telefilms propios. Por estos lares la pudimos catar en un recopilatorio de aquellos que sacaba Filmayer de El canal Disney, concretamente en un especial titulado Fantasmas para reír. O para llorar, porque viendo la carátula que se gastaban...

Mr. Boogedy, Disney

Mr. Boogedy
narra la historia mega manida de la familia que compra una casa en Nueva Inglaterra, que, nadie me pregunte como puede ser, no han visto ni en fotos hasta el día que llegan para quedarse (eso sería cosa del boom del ladrillo). La cuestión es que (¡evidentemente!) la casa está embrujada. Un fantasma llamado Mr. Boogedy campa a sus anchas por la mansión.


Dirigida por Oz Scott (experto en telefilms y series de tele) a partir del guión de Michael Janover (que procedía de The Groundlings, una compañía de teatro especializada en la improvisación de donde han salido gente como Lisa Kudrow, Pat Morita -sic-, Cassandra Peterson o John Lovitz, entre muchos otros).
El mediometraje originalmente tenía que haber sido un film paródico de las pelis de terror (lo que hoy en día sería un Scary movie cualquiera) protagonizado ni más ni menos por Cheech y Chong cuando el guión fue ofrecido a la Columbia, pero la major no estaba por esas historias y el guión acabó en Disney, que decidió reconvertirlo en un mediometraje para toda la familia.

El nombre de Boogedy fue un pequeño hurto de Michael Janover, el guionista, cuando vio Los ojos del gato, aquella estupenda cinta basada en relatos de Stephen King. Concretamente del segmento done un millonetis hace dar la vuelta al edificio por la cornisa a otro tipo mientras le espetaba "¡Boogedy! Boogedy!!".

Mr. Boogedy, Disney

Pese a su condición descaradamente pobre tiene un elenco que, como mínimo, nos sonará bastante: Richard Masur (uno de los que la palman en It), David Faustino (el chaval de Matrimonio con hijos, y que se llevó el papel después que rechazaran a Joaquin Phoenix), Kristy Swanson (que sería la primera Buffy en la peli de Buffy, la cazavampiros), Benji Gregory (el hijo de la familia Tanner en Alf) y John Astin (el Gómez Addams orginal y que ha aparecido en demasiadas películas zetosas). Casi nada.

Por lo demás estamos ante un telefilm tan modesto que rozaría la serie Z si no fuese por estar bajo el amparo de Disney. El guión, repleto de chascarrillos que causan vergüenza ajena, canta a leguas que simplemente estaban probando si de la historia se podía sacar más chicha para una serie.

Mr. Boogedy, DisneyEl éxito que obtuvo hizo que Disney se planteara hacer una serie, pero al final se decantó por hacer una segunda parte, también telefilm pero esta vez de 90 minutos, llamado El regreso del fantasma (Bride of Boogedy). Aquí se volvió a contar con el mismo guionista y director y varios de los actores originales pero el resultado ya no dejó satisfechos ni al público ni a la Disney, que pese a que no hace mucho recibió la propuesta de hacer una tercera parte o un remake por parte de Oz Scott, no están muy por la labor, ni siquiera de sacar las dos partes en DVD.

Realmente no estamos ante nada del otro mundo, la ponemos junto a cualquier episodio de El cuentacuentos, que es de la misma época, y se nos cae el alma a los pies. Peeero, como siempre ocurre en estos casos, el factor nostalgia nos puede. Además, siempre está bien recordar que hubo una época que en el Disney Channel no solamente hacían telefilms para lanzar a la enésima Hannah Montana.

jueves, noviembre 10, 2011

Elvira's Haunted Hills

Elvira's Haunted Hills
Elvira
fue puramente un fenómeno ochentero, una vez metidos en los 90, su fama fue menguando. Cierto que iba haciendo sus apariciones y sus historias de Halloween, pero ya no era lo mismo.


Es por eso que resulta sorprendente que en pleno año 2001 apareciera este Elvira's Haunted Hills, aunque eso sí, estrenada de tapadillo porque Elvira ya se había convertido en un dinosaurio para las nuevas generaciones.

Elvira's Haunted Hills

Todo el entuerto de la trama es de una poca originalidad aplastante. Un argumento que por una extraña razón parece hipnotizar a las parejas de cómicos: los hermanos Calatrava, Tim Conway y Tom Knotts o Martes y trece; ya fuese con Horror story, Detectives casi privados o Aquí huele a muerto. Es decir, la clásica pareja donde uno es tontísimo y el otro más o menos normal que acaban metidos en un castillo donde no paran de aparecer fantasmas o seres igual de espeluznantes.

Aquí tenemos a Elvira a mediados del siglo XIX perdidas por esos caminos de tierra junto a su sirvienta con la idea de ir a París a montar un show estilo cancán. O sea, lo mismo que en la pasada película. Aunque, ojo, no estamos ante una secuela, precuela o nada de eso.

Así que tenemos a la pareja perdidas hasta que un carruaje las recoge y la lleva a un castillo supuestamente maldito donde viven unos personajes a cada cual más estrafalario.
Y, casualidades de la vida, Elvira es el vivo retrato de la mujer del señor del castillo que murió en extrañas circunstancias.

Elvira's Haunted Hills

Si la película que protagonizó a mediados de los 80 ya tenía un presupuesto ajustado aquí directamente nos encontramos una producción de saldo; un millón y medio se gastaron en los decorados de cartón piedra que luce el film, que se lo podíamos pasar al ciclo dedicado a Poe por Roger Corman, pero que en pleno siglo XXI solamente podíamos pensar en escasos medios y poca gracia para aprovecharlos.Rodada en Romanía para abaratar costes la se queda en poca cosa, más bien a unos de esos truños de los que hace gala ultimamente Fred Olen Ray. Los mismos chistes de siempre en el mundo de Elvira, osea, insinuaciones de mamellas y culamen.

Elvira's Haunted Hills

Actores de tercera fila a excepción de, evidentemente, Cassandra Peterson y ¡atención!
Richard O'Brien, más conocido por The Rocky Horror Picture Show y secuela, que se metió en el rodaje dos semanas antes de su inicio después de la escampada de Richard Chamberlain.
Pero el que más gracia me hace de todo el elenco es un tal
Gabriel Andronache, un rumano que no tendría ni idea de inglés porque se nota mucho que está doblado y cuando habla normalmente no le enfocan la cara. Todo muy auténtico. Casi como el hecho que el tipo, después de rodar un par de pelis más (una de vampiros con ¡Ted Nicolau! -director de TerrorVision- en el guión) dejó el mundillo para invadir los canales del teletienda más costroso en Italia y vender su dieta revolucionaria.


Y en la silla de director Sam Irvin, que solamente ha dirigido ponzoñadas, aunque curiosamente fue productor de Dioses y monstruos, aquella peli con Brendan Fraser e Ian McKellen; y fue asistente de De Palma en Vestida para matar.

Elvira's Haunted Hills
Si aún con todo eso estáis dispuestos a verlas vosotros sabréis, pero seguramente vuestra alma arderá en los infiernos mientras el feo de los hermanos Calatrava os susurra al oído alguna canción de David Bowie.

martes, noviembre 08, 2011

Elvira. Mistress of the Dark

Elvira, Mistress of the Dark, Cassandra Peterson

A principios de los 80, Maila Nurmi, la Vampira presentadora de ciclos de pelis de terror en la televisión americana, aunque seguramente la recordaremos más por sus apariciones en las pelis de Ed Wood, presentó un proyecto de resucitar al personaje al canal de televisión KHJ-Tv. Por diferencias creativas se quedó fuera del proyecto y el canal de televisión decidió tirar adelante el show y para ello fichó a la actriz Cassandra Peterson, creando el personaje de Elvira (ya que no podía usar el nombre de Vampira), un cruce de Morticia Addams, Lily Munster y Vampira, con un vertiginoso escote, que se dedicaba a presentar películas de terror.

jueves, noviembre 03, 2011

El secreto de Joey

El secreto de Joey, Roland Emmerich
Dice la Wikipedia que Roland Emmerich quería ser diseñador de producción, pero que después de ver La guerra de las galaxias tomó la decisión de ser director. Maldita fue la hora.

martes, noviembre 01, 2011

El secreto de los fantasmas

El secreto de los fantasmas, Roland Emmerich
Warren y Fred son una pareja de veinteañeros que se dedican a rodar chortos y películas de mala muerte. Un día, Warren recibe la notificación de que ha de ir a la lectura del testamento de su abuelo, un millonetis que le ha dejado toda le herencia. Herencia que finalmente se reduce a un tiquet de una casa de empeño, que previo pago de 20 dólares le darán un maletín repleto de fotografías y un viejo reloj.

Esa noche a las 12, (la hora que salen los fantasmas, según decía Mortadelo en El armario del tiempo) del reloj sale una especie de ectoplasma que se mete en los sueños de Fred, que acaba teniendo visiones con el abuelo de Warren y su mayordomo. Al día siguiente dedicará todo su ingenio en fabricar un animatrónic con el aspecto del mayordomo. Esa misma noche el fantasma del mayordomo tomará el control del muñeco y ayudará a los chicos en su aventura de buscar la fortuna perdida del abuelo en un viejo caserón.

El secreto de los fantasmas, Roland Emmerich
Leyendo fríamente la sinopsis uno puede pensar que estamos ante una entretenida cinta juvenil con ese encantador regusto de los años 80, ¡hasta a mí me lo parece! Pero no, nada más lejos de la realidad.

La tercera película del hoy todo poderosos Roland Emmerich fue un intento de meterse en Hollywood rodando este engendro a medio camino entre Alemania y los USA, con actores americanos pero con equipo técnico germano. Y para conseguirlo se valió de todos los tic de las pelis que nos llegaban de Hollywood, empezando con una cancioncilla de Belouis Some que nos taladra desde los títulos de crédito hasta el final y más allá; y con una estética demasiado ochentera hasta para una película de los ochenta, con esa casa repleta de muñecos y posters de pelis, hasta el coche fúnebre que conducen los protas.

Los actores son malísimos, empezando por el prota, un tío con nariz de cerdo que cada vez que lo veía me venía a la mente el pobre Porky, y su amiguete director de chortos que, si en la época hubieran hecho una adaptación de Los cazafantasmas de la Filmation, podría haber encarnado sin problemas a Jake Kong Jr.

Pero para darle la nota yanki, Roland se sacó de la manga a dos símbolos de la comedia adolescente ochentera, por un lado a Chuck Mitchell, que nadie sabrá quien e,s pero que si apunto que era el Porky del Porky's de Bob Clark la cosa está más clara; y como villano de la función a un perdidísimo Paul Gleason.

El secreto de los fantasmas, Roland Emmerich
Estamos ante un film muy torpe, con escenas que están fatalmente rodadas, como esa en la que los protas luchan contra una armadura, que da la sensación que está ahí para alargar el metraje hasta unos mínimos 85 minutos. Por no hablar que hay un momento que hablan de cosas que no hemos visto. Quizás escenas que acabaron en la sala de montaje y podría ser que apareciera en la versión alemana que es la versión apadrinada por Emmerich y dura 20 minutos más.


Los efectos flojísimos, a excepción del animatrónic del mayordomo, que sin ser para tirar cohetes no molesta y es bastante digno, aunque no deja de ser su llamativo parecido con E.T.

El secreto de los fantasmas, Roland Emmerich
El secreto de los fantasmas (o Hollywood-Monster en su versión original y Ghost Chase en su distribución en USA) es el clásico ejercicio de Emmerich de querer ser Spielberg. Es por eso que nos encontramos en una especie de conglomerado de E.T. El extraterrestre, solo que aquí cambiamos los chavales por veinteañeros y al extraterrestre por un fantasma mezcla entre Yoda y E.T.