martes, julio 14, 2015

Timestalkers. Misión al futuro (Los cazadores del tiempo)

Timestalkers, Misión al futuro, Los cazadores del tiempo, Klaus Kinski, William Devane,  Lauren Hutton

A todos nos gustan las historias de viajes en el tiempo, y quien diga lo contrario miente. El problema es que en el cine las buenas historias de esta temática escasean. Mucha serie B que acaba siendo el protagonista persiguiendo al malo de turno y, casi siempre, en alguna época que no cueste demasiado recrear. Parece que los directores/guionistas/productores pensasen que el público somos demasiado planos para ver historias más enrevesadas y acaban pariendo productos más simples que una chincheta. Y luego, cuando se meten con cosas más locas, te saltan con pelis como Primer. O se pasan o no llegan.

En Timestalkers la historia tiene un punto de partida interesante: un profesor universitario aficionado a todo lo que tenga que ver con la época del lejano oeste, gana en una subasta algunos objetos de esa época, entre ellos una fotografía donde aparece un pistolero. Observándola, descubre que en ella hay algo que no cuadra: el arma que luce el pistolero es una Magnum de los años 80. En un principio piensa que le han timado, pero manda analizar la fotografía, que da como resultado su autenticidad. Así que la única explicación a la que llega es que el pistolero es un viajero del tiempo.


Timestalkers, Misión al futuro, Los cazadores del tiempo, Klaus Kinski, William Devane,  Lauren Hutton

Y hasta aquí lo mejor de la historia, porque luego es una caída libre. Pero no es de extrañar, pues estamos ante un telefilm de 1987, una época en la que las producciones televisivas (telefilms o series) eran pasto de poco presupuesto y actores de segunda fila. Al menos aquí nos topamos con un montón de caras conocidas: William Devane (el justiciero urbano de El ex-preso de Corea), John Ratzenberger (el cartero de Cheers), Tracey Walter (el Bob del Batman de Burton), Lauren Hutton (la vampira milf de Mordiscos peligrosos), James Avery (el tío Phil de El príncipe de Bel-Air) y Klaus Kinski, que, evidentemente, con esa cara sólo puede hacer de malo.


Timestalkers, Misión al futuro, Los cazadores del tiempo, Klaus Kinski, William Devane,  Lauren Hutton

Por lo demás, el telefilm acaba cayendo en los malos clichés del subgénero, con muchas persecuciones en tres espacios temporales: el presente de 1987, el pasado (con un far west que se limita a cuatro descampados y dos barracas) y el futuro (en el que solamente vemos unos supuestos laboratorios donde el personal va vestido como Abba cuando ganó Eurovision).

La movida de cómo hacen los cronoviajes tampoco tiene mucha historia, una especie de diamante al que se le marca la fecha, salen un haz de luz y fundido a blanco. Ni tendrían muchas ganas de pensar algo más original, ni tampoco tendrían más presupuesto, que parece que se lo gastaron todo en los títulos de crédito.

Timestalkers, Misión al futuro, Los cazadores del tiempo, Klaus Kinski, William Devane,  Lauren Hutton

Y es una lástima, porque la historia, que está basada en una novela llamada The Tintype y firmada por un tal Ray Brown, el cual no tengo el gusto, tiene un punto de partida lo suficientemente interesante para que nos mantenga con toda nuestra atención a flor de piel, pero nada, a la media hora la cosa ya ha decaído cuando nos muestran todas las cartas.

Lamentablemente todo acaba siendo una chorradita que no tienen ninguna lógica. SPOILERS El malo quiere viajar al pasado para cargarse al antepasado de su colega, el cual le ayudó a crear la máquina temporal. Entonces, ¿no se supone que si no llega a existir, nunca se inventaría esa máquina que tanto quiere poseer? Y, ¿por qué al final mandan al protagonista antes del accidente de su familia para que cambie el rumbo de la historia? ¿No se supone que eso es algo que no deben hacer los cronoviajeros? Mucho agujero de guión veo por ahí.
 
Timestalkers, Misión al futuro, Los cazadores del tiempo, Klaus Kinski, William Devane,  Lauren Hutton

Dirigida por Michael Schultz, que, salvo unas pocas películas (Un mundo aparte, Tres gordos y un millonario), ha cultivado su carrera en la caja tonta. Cosa que en Timestalkers o, como también se le conoce, Los cazadores del tiempo, se nota mucho, con una realización ramplona que unida a los pobres decorados hace que bascule en la serie B por los pelos, porque si no fuese por un reparto medianamente apañado, estaríamos rozando la serie Z.

jueves, julio 09, 2015

Juez Dredd

Juez Dredd, Stallone, Danny Cannon,  John Wagner, Carlos Ezquerra, Judge Dredd, Sly

Los 90 fueron abono para las adaptaciones de personajes de cómic en la gran pantalla. Pero no sólo de las grandes Marvel (Capitán América, Nick Furia, Los 4 Fantásticos, Blade) y DC (los Batman, Steel) vivían los estudios, tiraron mucho de editoriales independientes con Spawn, Rocketeer, Timecop, La sombra, The Phantom, El cuervo, Tank girl, Tortugas ninja, Dick Tracy... y, por supuesto, Juez Dredd.

Ya por el 89/90 se empezó a dar vueltas a una adaptación del personaje, muy posiblemente por el éxito de RoboCop, que no dejaba de ser una versión robotizada de Dredd, con la idea que el mismísimo Schwarzenegger fuese su protagonista. Pero la cosa no acabó de cuajar hasta unos años después, cuando el proyecto acabó materializándose porque Stallone, pese a saber poco o nada del personaje, aceptó unos buenos 20 millones de dólares por protagonizarlo y pusieron a un jovencito Danny Cannon, que venía de hacer The young americans con Harvey Keitel, en la silla de director. Y este sí conocía bien al personaje, siendo un fan que, incluso, en los 80 llegó a dibujar un póster para un concurso de la 2000 AD (la revista donde nació el personaje) de una ficticia adaptación protagonizada por Harrison Ford y dirigida por Ridley Scott. 

Juez Dredd, Stallone, Danny Cannon,  John Wagner, Carlos Ezquerra, Judge Dredd, Sly

Rodada en los estudios ingleses de Shepperton, con presupuesto muy holgado (unos 100 millones de dólares) y un elenco que rodeaba a Sly, que luce unas imposibles lentillas azules, lo suficiente interesante (aunque no tanto como para robarle protagonismo): Armand Assante, Max Von Sydow, Joan Chen (la Josie Packard de Twin Peaks), Balthazar Getty (el prota de Carretera perdida), Jürgen Prochnow (prota de El submarino de Wolfgang Petersen), Ewen Bremner (el Spud de Trainspotting) y Diane Lane. Mención aparte del alivio cómico que acaba por destrozar cualquier intento de dignidad como es Rob Schneider. Y es que el cómico encarna a un ladronzuelo que acompaña a Sly durante los 90 minutos que dura el film, haciendo tonterías y diciendo chorradas constantemente. Y ese es el primer fallo de muchos. El más importante y que más critican los lectores del cómic es que en su versión impresa nunca se quitaba el casco (y el par de veces que lo hizo NUNCA le veíamos el rostro), mientras que en la película no lo lleva durante el 95% del metraje. Claro, también es entendible que si pones a una de las estrellas del momento y le cascas 20 millones no lo vas a tener toda la película sin que se le vea la cara. Para tenerlo con la cara cubierta tienes que buscar a un actor de perfil mucho más bajo como pasó en la adaptación de 2012 con Karl Urban o, por ejemplo, Jackie Earle Haley en Watchmen. Es más, desde hace más de una década parece imprescindible que en las películas de superhéroes como Spiderman y compañía, los protagonistas tengan que quitarse la máscara para que veamos que son las estrellas de turno las que se enfundan el traje e intentarnos hacer olvidar la figura del stuntman.

Juez Dredd, Stallone, Danny Cannon,  John Wagner, Carlos Ezquerra, Judge Dredd, Sly
 
Volviendo a Juez Dredd. Es una lástima que esos problemas de guión, que llevaron a una batalla entre Sly, que quería aligerar el tono serio y violento del cómic, y el director, siendo un conocedor del personaje y sabiendo que la cosa no iba por buen camino, acabaran por ofuscar un diseño de producción soberbio (aunque las vestimentas son tan fieles que parecen más bien cosplays). Incluso Stallone, a nivel físico, es una muy buena elección. Otra cosa es que no tenía ni idea de donde se metía, decía que se había inspirado en Mussolini (¡Olé!).
Pese a todo, les acabó saliendo algo más violento de lo que esperaban. Al menos lo suficiente para que la catalogaran "R" (los menores de 17 años tenían que ir acompañados por un adulto), a lo que se dedicaron a recortar escenas para conseguir una calificación más amplia. Calificación que nunca consiguieron, pero el mal ya estaba hecho porque la película había quedado totalmente amputada.

Juez Dredd, Stallone, Danny Cannon,  John Wagner, Carlos Ezquerra, Judge Dredd, Sly

Todo esto no hizo otra cosa que, en el momento de su estreno, la crítica y los fans la pusieran a caer de un burro y en taquilla acabara siendo un descalabro que apenas consiguió recuperar los 100 millones gastados, liquidando cualquier atisbo de convertir el personaje en franquicia cinematográfica. Aun y así, dio tiempo a desarrollar un videojuego para las consolas de Nintendo y Sega de la época.

Por su parte, Danny Cannon juró no trabajar nunca más con una gran estrella, lo que unido al fracaso comercial, lo llevó a desaparecer del mapa para hacer la intrascendente y Screamexploitation Aún sé lo que hicisteis el último verano y ¡Goool! (aquella que salía Beckham), acabando en el mundo televisivo, donde produce y/o dirige capítulos de C.S.I., la desaparecida Alcatraz, Nikita o Gotham.

Juez Dredd, Stallone, Danny Cannon,  John Wagner, Carlos Ezquerra, Judge Dredd, Sly

Juez Dredd es un film con un acabado muy bueno (salvando las limitaciones en cuanto a efectos especiales de mediados de los 90), con ritmo, aunque se le nota que ha sido cercenada en la sala de montaje y que faltan escenas para explicarnos porqué los personajes pasan de un lugar a otro en un momento, por ejemplo. Ahora bien, si vamos más allá de una película hollywoodiense y palomitera, y nos centramos en su condición de adaptación del personaje del cómic, en gran medida, es un despropósito que indignará a los lectores. Resultando una especie de remake de Demolition man, con la que comparte partes argumentales idénticas, y otro vehículo del action hero que era/es Stallone

Una década después a Stallone le preguntaban por el film y respondía con un tono de decepción considerándolo una oportunidad perdida, que, según él, le tenían que haber puesto mucho más humor y que no entendía porqué a los fans les irritó que se pasara toda la película sin el casco puesto. Conclusión: ya pueden pasar los años que el tío no se entera de nada. Demasiado botox.
Por último, cagarme en Lauren Films con aquella horripilante edición en DVD que no tuvo la dignidad de editarla en formato anamórfico.

lunes, julio 06, 2015

Curso 1984 (y secuelas)

Curso 1984, Class of 1984, Mark L. Lester, Michael J. Fox, Perry King, Roddy McDowall, Timothy Van Patten

Un buen día del 81, Mark L. Lester, que empezaba hacerse un nombre como director, decidió visitar su antiguo instituto, el Monroe High School en la valle de San Fernardo. Su sorpresa fue al comprobar como había degenerado todo. Los estudiantes campaban a sus anchas, habían bandas, los profesores deambulaban por los pasillos sin ningún tipo de autoridad... En ese momento nació Curso 1984.

La película, que según Lester es de la que se siente más orgulloso, acabó siendo escrita por él mismo, John C.W. Saxton (guionista de Cumpleaños mortal y La loba de la SS) y Tom Holland (no el nuevo Spiderman, si no el guionista y/o director de Muñeco diabólico, Noche de miedo o Thinner). La idea era hacer un El justiciero de la ciudad, que en las secuelas acababa retroalimentándose del film del Lester, cruzándose con el clásico Semilla de maldad y con gotitas de La naranja mecánica.

 
Curso 1984, Class of 1984, Mark L. Lester, Michael J. Fox, Perry King, Roddy McDowall, Timothy Van Patten

Curso de 1984 narra la historia de un profesor de música que llega a un peligroso instituto para hacer una sustitución. En el centro se topa con un conflictivo chaval que lidera una banda que hace lo que le da la gana en el instituto: atemoriza a los demás alumnos, venden droga, contratan a chavalas para que se prostituyan... todo eso sin que ningún profesor diga ni pío, ya que su condición de menores y la falta de pruebas hacen que la policía no pueda hacer nada. Pero el nuevo profesor no se amedrenta y les planta cara, desatando un guerra muy peluda.

Curso 1984, Class of 1984, Mark L. Lester, Michael J. Fox, Perry King, Roddy McDowall, Timothy Van Patten

Con reparto muy apañado: Perry King, que venía de Mandingo, Lápiz de labios y La patrulla de los inmorales; Roddy McDowall (contratado porque Lester le admiraba por su papel en El planeta de los simios) que se zampa todos y cada uno de los planos en los que aparece; Timothy Van Patten, de la saga de los Van Patten, como el malo de la función; y un jovencito Michael Fox (todavía no se había puesto la J.), que fue contratado por su condición de candiense, ya que el film se rodaba en ese país, necesitando un número mínimo de actores de allí. En ese momento Fox apenas había hecho algún telefilm, Locuras de medianoche y la primera temporada de Enredos de familia, luciendo en la película una cara de pan como nunca se le había visto.

En la banda sonora tenemos a Lalo Schifrin, que era muy amigo de Alice Cooper y le pidió si podía hacer un tema para la película, dando lugar a I am the Future.

 
Curso 1984, Class of 1984, Mark L. Lester, Michael J. Fox, Perry King, Roddy McDowall, Timothy Van Patten

El film, que apenas había costado algo más de 4 millones, tuvo muchos problemas en su distribución en medio mundo por su violencia, lo que hizo que tuvieran que hacer bastantes cortes para que no la catalogasen X (en Europa tuvimos una versión de unos cuantos minutos más que la edición yanki). Aquí ya no era una violencia exagerada, era algo bastante real, que se aprovechaba de esa entradilla al comienzo del film donde se indica que en aquellos primeros 80 se habían producido 280 mil casos de violencia de estudiantes contra sus profesores. Todo muy exploitation. Pero lo que está claro es que Curso 1984 acabó siendo un film profético, adelantándose (o viéndolo venir) a un futuro donde los alumnos hacen los que les da la gana y sus padres prefieren hecharle las culpas al profesorado antes que pensar que su hijo es un ser despreciable.
Su andadura por los cines fue discreta por este factor de violencia, pero, como solía pasar en los 80, en los videoclubs encontró a espectadores deseosos de violencia y morbo.


Curso de 1999, Class of 1999, Mark L. Lester, Pam Grier, Malcolm McDowell, Stacy KeachCurso de 1999 (Class of 1999, 1990). Después de una carrera brillante en los 80, Mark Lester entró en los 90 (y en su decadencia) con esta tardía secuela que era más o menos lo mismo pero la bestialidad multiplicada por mucho. A finales de los 90 la juventud ha llegado a tales grados de violencia que las escuelas son prácticamente cárceles. En la más conflictiva de todas, la policía ni se atreve a ir, con lo que tienen que echar mano de la seguridad privada y del gobierno, que prueba un nuevo método insertando profesores que en realidad son robots extremadamente violentos.
Si bien los protagonistas son poco menos que meras comparsas, en cuestión de secundarios la cosa cambia totalmente: Malcolm McDowell (en un mini papel que rodó en dos días), Stacy Keach (con unas pintas de espanto), Pam Grier (todavía joven pero lejos de sus gloriosos días de blaxploitation) y John P. Ryan (cara habitual en pelis de la Cannon). Y a partir de ahí poco que destacar en un film flojeras, con alguna idea muy loca como las tetas biónicas de Pam Grier, los robots matando alumnos... pero con demasiadas cosas malas como un ritmo cansino que lastran el visionado. Además que toda su exageración hace que el impacto de la primera entrega acabe volatilizado, siendo esta secuela la otra cara de la moneda, ya que aquí los malos son los profesores.
Según Lester, que aquí ejercía de productor, guionista y director, su intención era hacer un cruce entre Semilla de maldad y Mundo futuro, a la par que se subían al carro de Terminator. Pese a ser un film pequeño de escasos 5 millones de presupuesto, no era tan pequeño para su productora Vestron Pictures, más habituada a la modesta serie B y que por la época pasaba por una crítica etapa económica (recordemos que acabó petando en la época de Gnomo cop). Curso de 1999 fue vendida a la Taurus (distribuidora de, entre otras, Campeón de campeones o Los ojos del diablo), que la estrenó en los cines norteamericanos muy de tapadillo, haciendo que la cosa no funcionara en taquilla ni para recuperar la mitad de lo invertido, lo que hacía difícil que la saga se pudiera alargar mucho más. En cuanto a Mark Lester, su carrera cayó a productos de serie B como Little Tokyo. Ataque frontal, para abrazar la decadencia absoluta con subproductos televisivos de dinosaurios y monstruos generados por el CGI más tercermundista para Sci-Fi Channel y su productora Titan Global Entertainment.

Curso de 1999 II. El sustituto, Class of 1999 II: The Substitute, Sasha MitchellCurso de 1999 II. El sustituto (Class of 1999 II: The Substitute, 1994). Secuela de la secuela, una degeneración que ya poco tenía que ver con el original. Incluso, parece que, como pasa muchas veces (Noche de paz, noche de muerte), ubicarla en la saga Curso 19XX es una mera escusa para hacer una película y facturar. Si bien la segunda parte no había funcionado en cines, encontró su lugar en los videoclubs, donde ya cosechó mejores cifras, por lo menos como para hacer una nueva entrega ya directamente para el mercado doméstico y (creo) que aquí ni llegó a salir en vídeo.
Volvemos a tener una clase conflictiva y un profesor sustituto que en un principio podría ser otro androide que se dedica a liquidar a los alumnos más cabrones. Mientras tanto vemos a otro tipo que podría ser un policía que le sigue los pasos para detenerlo. Todo un batiburrillo de sin sentidos en una serie Z que a sus poco más de 80 minutos se hace más larga que un día sin pan, en la que al final nos quieren meter un giro de guión para decirnos que el supuesto androide no es tal, si no el hijo demente del profesor que encarnaba Stacy Keach en la anterior entrega, y el supuesto policía que le persigue quiere clonarlo para no se sabe qué. Una demencia dirigida por un tal Spiro Razatos que era un stuntman de serie B, y guionizada por Mark Sevi, que hizo lo mismo con Arachnid de la Fantastic Factory. Entre los actores solamente destacar a Sasha Mitchell, que aquí lo hace tan mal como lo hiciera en Kickboxer 2, 3 y 4. Menuda filmografía se ha marcado el colega.
Con la decepción de esta última entrega, la saga Curso 1984 descansa en el olvido. Aunque con la inevitable sequía creativa de Hollywood ya ha sonado para un remake, de la que quiere hacerse cargo Mark Lester con un guión que ha escrito su hijo. Veremos qué pasa.

viernes, junio 26, 2015

Horns

Horns, Alexandre Aja, Joe Hill, Daniel Radcliffe, Juno Temple, Heather Graham, David Morse.

Me parece que Alexandre Aja ha quemado todos sus cartuchos para entrar en la serie A de Hollywood. Llegar a los USA después de la muy estimable Alta tensión (Furia es de aquella manera y se la pasamos por ser una opera prima y tener banda sonora de Brian May) llegó el salto al charco con los remakes de Las colinas tienen ojos, Mirrors y Piraña 3D.
Y, al igual que le pasara al Peter Jackson bueno, el de los 90, que dejó los cachondeos y vísceras cachondas de Mal gusto, Braindead o El delirante mundo de los Feebles para marcarse un quiebro de cintura con Criaturas celestiales, Aja deja el terror puro para meterse en algo más cercano a la fantasía.

Horns, Alexandre Aja, Joe Hill, Daniel Radcliffe, Juno Temple, Heather Graham, David Morse.

Harry Potter ha crecido y ya se afeita y arrima cebolleta con la pelirroja de su pueblo, la cual, un buen día, aparece violada y asesinada y todo el mundo apunta como asesino al novio. En pleno proceso judicial y con la prensa siguiéndole los pasos, se mete una borrachera de órdago donde apareció el cadáver de su novia. A la mañana siguiente se despierta con unos cuernos que comenzarán a crecer y tendrán el extraño influjo hacía los que están a su alrededor que no puedan resistirse a decir lo que verdaderamente piensan. Poder que utilizará para intentar descubrir quién es el auténtico asesino.

Horns, Alexandre Aja, Joe Hill, Daniel Radcliffe, Juno Temple, Heather Graham, David Morse.

Si antes decía que el film es el particular Criaturas celestiales de Aja, tampoco sería descabellado buscar paralelismo con Donnie Darko o Cuenta conmigo. Esta adaptación de la novela homónima de Joe Hill (hijo de Stephen King) tiene la suficiente extrañeza y pochez en su acabado para dejarnos con esa sensación que la intención del director era llegar a un público más amplio.

Y la cosa acaba funcionando bastante bien. La película nos intercala flashbacks con la infancia de los protagonistas, escenas que nos pueden ir dando pistas por donde pueden ir los palos de la resolución final. Y, pese a lo contenido que está, Aja se saca de la manga algún momento de sangre hacia el final, casi más como un guño a los que conocen su obra que otra cosa. Pero se agradece.

Además del mentado Daniel Radcliffe, tenemos por ahí a unos desaprovechadísimos James Remar (uno de los pandilleros de The Warriors), Juno Temple (una de las hadas de Maléfica), Heather Graham y David Morse.

Horns, Alexandre Aja, Joe Hill, Daniel Radcliffe, Juno Temple, Heather Graham, David Morse.
  Tratándose de un film de un presupuesto tirando a modesto tuvo muchos problemas. El más destacado fue la bancarrota de Newbreed Visual Effects, que se encargaba de los efectos y los dejó inacabados. Y lo cierto es que estos efectos lucen de aquella manera. No son terribles, pero se notan su condición de digital. También hay que apuntar que el equipo de Greg Nicotero estuvo metido por ahí, creando, entre otras cosas, los cuernos del protagonista.

Su estreno norteamericano fue una cosa más bien limitada, teniendo más potencial en su distribución en descarga digital y en formato DVD y Blu-Ray. Aquí pasó de estrenarse a principios de año a verano, más de dos años después de la finalización del rodaje, lo que viene a ser una inmolación por parte de la distribuidora.
Aja tendrá que seguir esperando para dar el salto a los grandes estudios.

jueves, junio 11, 2015

Invasores de Marte

Invasores de Marte, Tobe Hooper, Stan Winston, Cannon

Aunque siempre se ha señalado a Masters del Universo y Superman IV como las culpables de la bancarrota de la Cannon, otro que tuvo mucha culpa y ha quedado en un segundo plano fue Tobe Hooper.

Después de su extraña experiencia en la serie A con Poltergeist estuvo un tiempo fuera de circulación (se hablaba de clínicas de desintoxicación) hasta que acabó en la Cannon. La primera película que facturó para el duo Yoram Globus y Menahem Golan fue Lifeforce. Fuerza vital, siendo la producción más cara que hicieron, gastándose la friolera de 25 millones de dólares. Un presupuesto mediano-alto para un gran estudio, pero para la Cannon era una superproducción por todo lo alto. Al final la cosa acabó mal, muy mal, recuperando menos de la mitad en su estreno norteamericano.

Invasores de Marte, Tobe Hooper, Stan Winston, Cannon

El siguiente film de Hooper para la Cannon fue este Invasores de Marte. Una producción algo más modesta (algo más de 10 millones, que luego no recuperarían) y se trataba de un remake de una serie B de los 50 del mismo nombre que ha quedado como un clásico de la época, pero que visionarla hoy en día se hace duro.

La historia la de siempre. Un chaval obsesionado con el espacio, pues su padre trabaja en la NASA, es testigo del aterrizaje de un ovni. Como es natural, sus padres y profesores no le creen, pero estos comienzan a tener un comportamiento extraño, lo que acabe desembocando en la inevitable invasión alienígena.

Invasores de Marte, Tobe Hooper, Stan Winston, Cannon

Si La cosa de Carpenter era un remake que se tomaba en serio al original, Invasores de Marte es todo lo contrario, es una locura tras otra siendo siempre consciente de ello. No llega al extremo de Mars attacks! pero lo que no se le puede negar a Hooper es su intención de hacer algo juvenil, que sea ameno y tenga el suficiente delirio para que lo disfrutemos. Otra cosa es que consiguiese su objetivo, que no lo conseguía ni por asomo.

Y eso que la cosa empieza bien, porque no se andan por las ramas y a los 10 minutos de metraje ya tenemos el aterrizaje y empieza la trama. Ni presentación de personajes ni hostias. Es por eso que sus primeros 45-50 minutos pasan muy rápidos, casi sin darnos cuenta, pero a partir de ahí la cosa se encalla. Precisamente es cuando llegamos al clímax final, con la aparición del ejército, que debería ser el momento álgido.

Invasores de Marte, Tobe Hooper, Stan Winston, Cannon

Y es una lástima porque hay un montón de buenos nombres detrás de esta producción. Además de Hooper, teníamos a Dan O'Bannon y Don Jakoby, que ya habían escrito Lifeforce, como guionistas. En los efectos a un Stan Winston que está totalmente encorsetado por un presupuesto limitado y sus creaciones son algo flojeras, salvo el jefe de los marcianos, un cerebro con ojos que recuerda al Krang de las Tortugas ninja.

En el casting: Karen Black, James Karen (La divertida noche de los zombis), Timothy Bottoms (el prota de Serpiente de mar) y Louise Fletcher (la enfermera de Alguien voló sobre el nido del cuco). Y un par de curiosidades en papeles de reparto: Eric Norris (hijo de Chuck) y Scott Leva (el que se iba a enfundar el traje de Spiderman en la adaptación de la Cannon).

Invasores de Marte, Tobe Hooper, Stan Winston, Cannon

Invasores de Marte no puede negar su condición de 80tera, esa mezcla de humor, absurdo (la profesora y su rana) y seriedad casaban muy bien en la época, pero el resultado final es un poco decepcionante, con cosas muy mal explicadas (¿los marcianos venían solamente a robar nuestro cobre como los rumanes hoy en día?) y una media hora final que acaba haciéndose larga, y eso que apenas llega a los 90 minutos. 

jueves, junio 04, 2015

Desafío total

Desafío total, Total recall, Paul Verhoeven, Arnold Schwarzenegger, Philip K. Dick, Sharon Stone, Michael Ironside

A Schwarzenegger hay que reconocerle su olfato para apuntarse a proyectos que iban más allá de las cintas de acción y disparos al uso. Al menos en su época dorada, los 80 y los primeros 90. Terminator, Depredador, Perseguido y Desafío total tenían ese noséqué que las han hecho perdurar en el tiempo y convertirse en clásicos populares.

Se acaban de cumplir 25 años desde el estreno de Desafío total, seguramente el film del grupo anterior que a nivel estético más mella ha hecho estas dos décadas y media. Pero tampoco nos lo flipemos, que en la época ya me cantaban muchos esos decorados tan artificiales, el animatrónic de Arnie cuando está disfrazado de señora (que siempre me pregunté que pintaba en la intro de Noche de lobos) que se parece más a Ray Liotta que al Chuache, o las maquetas como la del tren de Marte.
Pero que nadie se me enfade. Que sí, que el resto de efectos tenían mucho valor y mérito, y el animatrónic del Chuache nunca ha lucido tan bien a la hora de sacarse un localizador de la nariz o haciéndole sacar los ojos de órbita.

Desafío total, Total recall, Paul Verhoeven, Arnold Schwarzenegger, Philip K. Dick, Sharon Stone, Michael Ironside

Como casi todo el mundo sabe, Desafío total es una adaptación del relato de Philip K. Dick We Can Remember It For You Wholesale, aquí Podemos recordarlo por usted al por mayor (aunque yo tengo una antología de Alfaguara donde viene como Lo recordamos por usted perfectamente). El relato original se publicó por primera vez en The Magazine of Fantasy & Science Fiction, siendo comprados los derechos a mediados de los 70 por unos irrisorios mil dólares por Ronald Shusett que, junto a Dan O'Bannon, escribió un primer guión, moviéndolo por los grandes estudios, llegando a manos de la mismísima Disney en su época más convulsa, que se dedicó a escribir multitud de versiones para acabar descartándolo por resultar demasiado caro su materialización.

De ahí pasamos a nuestro viejo amigo Dino De Laurentiis, que acaba comprando el guión y ficha a Richard Rush como director que acaba rápidamente harto del italiano y deja paso a la llegada de David Cronenberg, que se embarca en nuevas reescrituras, diseños y búsqueda de localizaciones hasta que, otra vez, acabó desquiciado por los peros del productor. En ese punto se contrata para la dirección a Bruce Beresford (a mi entender una elección malísima) y como protagonista a un Patrick Swayze pre Dirty Dancing. En ese punto la producción parecía que arrancaba, llevando el rodaje a Australia y construyendo multitud de decorados.

Desafío total, Total recall, Paul Verhoeven, Arnold Schwarzenegger, Philip K. Dick, Sharon Stone, Michael Ironside

Pero los últimos fracasos (Dune, King Kong 2, Hunter) de De Laurentiis le llevan a (otra) la quiebra, acabando por cancelar el rodaje pese haberse gastado varios millones de dólares. Ahí es donde entra Schwarzenegger, demostrando que quien tiene más culpa que el film acabase en buen puerto fue él. Sabiendo de la existencia del proyecto desde que cae en manos de De Laurentiis (¿quizá se enteró durante el rodaje de Ejecutor, producido por el italiano?) se pone en contacto con Andrew Vajna y Mario Kassar o lo que es lo mismo, la Carolco, y les aconseja comprar los derechos, a lo que De Laurentiis no pone ninguna pega porque es la única forma de recuperar algo de lo mucho que ya había invertido. Además, Arnie se encargó de elegir a Paul Verhoeven como director, pese a que éste había quedado harto de los efectos especiales después de RoboCop y estaba apunto de ponerse a los mandos de Black Rain, pero una suculenta oferta económica y el poder de modificar el guión le hacen cambiar de parecer.
 
Desafío total, Total recall, Paul Verhoeven, Arnold Schwarzenegger, Philip K. Dick, Sharon Stone, Michael Ironside

Como es habitual en la adaptaciones de Philip K. Dick, el relato y la película se parecen como un huevo a una castaña. Aquí cogieron el punto de partida en el que un tipo aburrido de todo solamente piensa en viajar a Marte, pero la imposibilidad económica del hacerlo lo llevan a una empresa que le injerta un falso recuerdo en el que ha estado en el planeta rojo en una misión secreta. A partir de ahí muy poco acabaría en los fotogramas. Si acaso la recepcionista de Recuerda S.A., aunque ahora no se pinta sus pechos desnudos, si no sus uñas; y también el hecho que el protagonista lleva el transmisor en su cerebro, aunque en el original nunca llega a quitárselo.

Uno de los puntos candentes era su protagonista, que, por exigencias del físico del austriaco, pasó a ser un funcionario (lo cual le pegaba a Richard Dreyfuss, uno de los primeros elegidos cuando el proyecto era de De Laurentiis) a un obrero de la construcción. Además de darle a la historia del film un ritmo trepidante de persecuciones, peleas, muchos disparo y más sangre. Lo que hizo que el listo de Verhoeven entregara un primer montaje extremadamente violento, sabiendo que le pedirían que lo suavizara, para luego entregar el que él realmente quería.

Desafío total, Total recall, Paul Verhoeven, Arnold Schwarzenegger, Philip K. Dick, Sharon Stone, Michael Ironside

Uno de los grandes aciertos del guión final fue mantener siempre abierta la puerta a las interpretaciones. Nunca nos queda del todo claro si lo que hemos visionado es un sueño o realidad. Aunque el propio director siempre se ha inclinado por lo primero, metiendo ese fundido a blanco al final del film. En cambio, Schwarzenegger se queda con que todo es real. Pero lo que está claro es que cualquiera de las dos opciones es tan valida como la anterior.

Tenemos a un buen puñado de actores que, aun sin quitarle el más mínimo protagonismo a Arnie, son de sobras conocidos: Michael Ironside, Ronny Cox, la voz de Robert Picardo como Johnny Taxi y Sharon Stone, que empezaba a despuntar para dejar de lado la serie B.
Quien ya si le quita algo de protagonismo son los míticos efectos de Rob Bottin, que, pese alguna cosa que canta bastante como he dicho antes, tiene de sobras para montarse un festival de mutantes y personajes chungos.  
Y no menos mítica es la banda sonora de Jerry Goldsmith, que aquí nos la comimos durante muchos años en las previas de los partidos de fútbol de Canal Plus.


Desafío total acabó siendo un éxito de taquilla de más de 250 millones de dólares sobre un presupuesto de unos 60 millones (muy alto para la época. Y dando pie a multitud de merchandising como una novelización, una revista oficial que hablaba de la elaboración de la película, una adaptación al cómic, videojuegos para los ordenadores de la época y uno para la Nes. Ya a finales de los 90 apareció una serie para televisión (que aquí vimos en alguna autonómica y es bastante flojeras porque no tiene nada que ver con el relato o la película), luego vino una mini serie de cómics y, hace unos años, un remake con Colin Farrell del que voy a intentar que los amigos de Memory Call me lo borren de la memoria.


martes, junio 02, 2015

Nexus 2431

Nexus 2431, Juan Piquer Simón, JP Simon, Jose Maria Forque

Durante mucho tiempo la existencia de Nexus 2431 parecía más bien una leyenda urbana. Un film de esos que uno no sabe si realmente se rodó, si se llegó a terminar o qué pasó con el.

La gestación del guión fue por obra y gracia de nuestro amigo Juan Piquer Simón, titulándolo Espadas y brujería, que, como su nombre indica, era un film del estilo de Conan. Por la época, después de La mansión de Cthulhu, empezó con sus diseños, mientras se fraguaba la inversión económica que tenía que llegar entre España, Inglaterra (Golden Pictures, que básicamente habían distribuido La mansión... en UK) y Checoslovaquia (
KF, antiguamente especializados en documentales y cortos de animación). Pero estos últimos pusieron problemas y el director valenciano abandonó el proyecto porque consideraba que necesitaría más dinero del que disponía, así que le vendió el guión a José Maesso, que había sido productor de La mansión…, que ficharía a José María Forqué que, junto a su hijo, firmaría el guión definitivo. Y no se les ocurriría otra cosa que modificar el libreto para adaptarlo a una historia futurista con naves espaciales. Vamos a ver, ¿no te ha dicho Piquer que con el dinero que le daban no tenía para una de espada y brujería, cómo te va a dar para una space opera si encima te dan menos cash, alma de Dios?

Nexus 2431, Juan Piquer Simón, JP Simon, Jose Maria Forque

Resumir el argumento es complicado porque la película está explicada con los pies. Más o menos seria algo como que en el año 2431 el Sol muere y todo el Sistema Solar se va al garete. En ese momento, la Tierra está gobernada por dos reyes que tienen intención de casar a sus hijos. Con la hecatombe que se aproxima mandan algunos habitantes al planeta Taron. En el viaje, la nave que transporta al príncipe es absorvida por el agujero negro en el que se ha transformado el Sol.
Una vez llegan los supervivientes de la Tierra a Taron, se encuentran que está gobernado por un tipo que se ha convertido en inmortal gracias a los gases que emanan de un volcán, además de convertirlo en un malvado que quiere casarse con la princesa Zhylia, que es quien se tenía que casar con el príncipe desaparecido en el agujero negro.


Todo esto son simplemente los primeros 10 minutos de película que, evidentemente, nos lo explica una voz en of. Dado la poca pericia para explicar nada, se vieron obligados, al igual que en el Dune de Lynch, a usar ese recurso. Y es que los paralelismos con ese film son muchos. Pese a que estemos ante una película futurista de ciencia ficción con muchas naves que conviven con la magia, la cosa se aleja del cine palomitero de Star Wars y nos metemos en el terreno de Dune, con un argumento bastante complejo. Al menos eso es lo que nos puede parecer en un primer momento, porque la complejidad que pueda tener Nexus 2431 no es porque nos quiera explicar una trama muy profunda, si no porque sus responsables se gastaron una ineptitud de hórdago.


Nexus 2431, Juan Piquer Simón, JP Simon, Jose Maria Forque

Visualmente la cosa se mueve entre efectos muy bien resueltos y cosas que rayan el tercermundismo. Las naves, puras maquetas, cumplen con creces, para luego ver unos decorados que parecen hechos con papel de aluminio y salidos de algún programa infantil para la televisión de los 80, y una banda sonora desastrosa. Pero no todas las maquetas son pasables, hay otras, como la zona donde vive el malo, que parecen un cruce entre el catálogo de Mattel de los castillos de Masters del Universo y los Power Rangers.
Se dice que por la época Forqué ya estaba con un pie en la tumba y el que se encargó en mayor medida del rodaje fue su hijo. Pero tampoco se puede negar que darle un proyecto de esta clase a Forqué era un error garrafal. Muy posiblemente Acción mutante tuviera muchos menos medios que Nexus 2431 y da sopas con ondas a ésta.


Nexus 2431, Juan Piquer Simón, JP Simon, Jose Maria Forque

Además del cambio de director, la película se resintió de la situación política de Checoslovaquia, ya que el país se disolvió para convertirse en la República Checa y la República Eslovaca. Este hecho acabó perjudicando el rodaje hasta puntos insospechados, y eso que en principio se quería estrenar por todo lo alto, con merchandising incluido. De todo esto solamente quedó una adaptación en cómic que no salió de su país de origen y un estreno directamente a vídeo.

Aquí ni eso, viéndose en algún pase televisivo de La 2. Y ni falta que hacía, porque verla es un plato indigesto incluso para los más experimentados en bazofias. Se podría salvar por su condición de rareza, pero ni por esas.

jueves, mayo 28, 2015

Miedo azul

Miedo azul, Silver bullet, Stephen King, Daniel Attias, Don Coscarelli

Muy posiblemente Miedo azul sea la gran tapada de la etapa álgida de las adaptaciones de Stephen King. No suele ser de las más recordadas, y muy posiblemente tenga que ver con el hecho que sea una película de hombre lobo, subgénero que ya había tocado techo unos años atrás con Un hombre lobo americano en Londres y Aullidos, y a mediados de los 80 al público poco le interesaban los monstruos clásicos.
 
Miedo azul, Silver bullet, Stephen King, Daniel Attias, Don CoscarelliBasada en la novela El ciclo del hombre lobo (Cycle of the Werewolf), titulada Silver bullet en su versión original y, ya para acabar de liarlo todo, Miedo azul aquí, que llamaba la atención por las ilustraciones de Bernie Wrightson. La historia era la de Marty, un chaval minusválido que vive en la clásica town norteamericana donde todos se conocen. De repente, comienzan a aparecer gente asesinada, lo que hará creer a la gente del pueblo que hay un asesino suelto. Pero Marty comienza a sospechar que el asesino no es una persona, si no un hombre lobo. Y, como ya nos podemos imaginar, nadie le cree hasta que su hermana comienza a intuir que podría tener razón.
Miedo azul, Silver bullet, Stephen King, Daniel Attias, Don Coscarelli

Miedo azul es una de esas películas pequeñitas, que no hicieron mucho ruido, con un reparto muy de serie B (Gary Busey, Everett McGill, Terry O'Quinn, Corey Haim, Lawrence Tierney). Incluso su versión de hombre lobo se ve austera. Y digo se ve aunque realmente debería decir se intuye, porque el licántropo es un visto y no visto. Al parecer el propio Stephen King, que se encargaría personalmente del guión, presionó mucho para que las apariciones de la bestia fuesen muy fugaces. Aun y así, cuando hace acto de presencia, el trabajo de Carlo Rambaldi queda un poco deslucido si lo comparamos con otros licántropos cinematográficos. Y entre italianos anda el juego, porque el film está producido por Dino De Laurentiis, que en la época se embarcó en algunas adaptaciones de King, y, como era habitual en él, montó alguno de sus líos, ya que cuando vio el diseño del hombre lobo dijo que era muy malo y que así no se hacía la película. 

Entre tiras y aflojas la preproducción se alargó demasiado, hasta que Don Coscarelli, el director elegido, decidió empezar el rodaje y dejar para el final las escenas del licántropo. Hasta que en algún momento, y harto del productor, se apeó del rodaje, siendo sustituido por Daniel Attias, que con Miedo azul haría su primera y única película, para acabar dirigiendo series de televisión.

Miedo azul, Silver bullet, Stephen King, Daniel Attias, Don Coscarelli

El tiempo ha dejado algo tocada a la película y se le ve cierta infantilidad (¿qué pinta todo el rollo de fabricarle una silla de ruedas con más cilindrada que una moto al niño?), no al estilo Una pandilla alucinante, pero los momentos de aventura infantil llegan a sobrepasar los de terror. Pero secuencias como la del puente, por muy chorra que sean y que estén ahí puestas con calzador, siguen siendo pura tensión. Además de tener el detalle que nos deja jugar a saber quién es el hombre lobo, cosa que se agradece.
No será la mejor película de hombres lobos ni la mejor adaptación de Stephen King, pero tiene los suficientes ingredientes para alegrarnos un visionado.


martes, mayo 26, 2015

Thinner (Maleficio)

Thinner (Maleficio) , Stephen King, Tod Holland, Robert John Burke, Joe Mantegna

Muchos fuimos los que vimos esta carátula en el videoclub y la dejamos de lado dado su poco atractivo. A eso hay que añadirle que en los 90, las adaptaciones de Stephen King estaban de capa caída (al menos en su vertiente fantástica), y muchas nos llegaban directamente a vídeo pero realmente eran miniseries de 3 horas facturadas para televisión, como era el caso de Langoliers, aquella tan mítica con los comecocos que se comen el tiempo. Precisamente el director de ésta acabó siéndolo de Thinner. Tom Holland se marcó un combo difícil de repetir con dos clásicos ochenteros como Noche de miedo y Muñeco diabólico, lamentablemente luego se torció con el bodriete telefilmesco de La suplente y episodios de series para televisión.

Thinner (Maleficio) , Stephen King, Tod Holland, Robert John Burke, Joe Mantegna

Como la Warner había quedado contenta con Langoliers, le ofreció volver a dirigir una adaptación de King, ya fuese La danza de la muerte (The Stand) o Maleficio (The thinner, y firmado bajo su seudónimo Richard Bachman), eligiendo esta última porque pensaba que La danza de la muerta era imposible de comprimir en una sola película.
Maleficio llevaba rondando por Hollywood desde hacía una década, pero nunca acabó por materializarse. Quien más cerca estuvo fue De Laurentiis, que había producido Los ojos del gato, Miedo azul o Maximum Overdrive, el debut como director de King.

Thinner (Maleficio) , Stephen King, Tod Holland, Robert John Burke, Joe Mantegna

Billy Halleck es un orondo abogado que tiene un serio problema para controlar su apetito. Las dietas no le surgen efecto, básicamente porque tampoco se esfuerza mucho y no pierde oportunidad de llevarse cualquier cosa a la boca. Una noche, volviendo a casa con su mujer, ésta le comienza hacer un trabajito de bajos, lo que hace el abogado se despiste y acabe arrollando a una vieja gitana. Gracias a sus trapicheos con el juez y la policía local, consigue ser absuelto, no sin antes recibir una maldición gitana por parte del padre de la atropellada que le susurra "adelgaza". A partir de ese día comenzará adelgazar un kilo por día y lo que en un principio parece una bendición pronto será una pesadilla cuando compruebe que le es imposible parar la perdida de kilos.

Thinner (Maleficio) , Stephen King, Tod Holland, Robert John Burke, Joe Mantegna

Como decía antes, con semejante carátula (como muchas de la época y ahí está El aviador nocturno como ejemplo) y que aquí se estrenó muy de tapado, la cosa no invitaba a su visionado. Tampoco ayuda que luce una factura muy de telefilm o de serie estilo Historias de la cripta, cosa no muy descabellada porque Holland había dirigido unos cuantos capítulos de esa serie. Y esa pátina de serie fantástica que hace que la cosa empiece de forma interesante y nos haga gracia ver a Robert John Burke (prota de RoboCop 3 y habitual de los films de Hal Hartley) con un maquillaje de gordo en la línea de "el gordo cabrón" o la Monica gorda de Friends, pero la cosa empieza a decaer rápidamente porque a mitad de metraje la cosa ya no da más de sí. A partir de ahí todo da un vuelco que comienza a dejar de lado su vertiente fantástica y se torna una road movie de venganzas (con Joe Mantegna en plan mafioso de saldo) y locuras, aunque esto último, como otros muchos elementos que flotan por el film, queda muy en el aire.

Thinner (Maleficio) , Stephen King, Tod Holland, Robert John Burke, Joe Mantegna

Thinner acabó teniendo muchos problemas en sus pases previos al estreno, haciendo que las malas opiniones de los espectadores pusieran en alerta a los productores y obligaran a rodar un final no tan deprimente que, por otro lado, era respetuoso al de la novela original. Con lo que al final la cosa tampoco acabó de despegar, pasando sin pena ni gloria en su estreno, pero al menos duplicó los 8 millones de dólares que costó, y con su director renegando de ella. Al menos de su final.

En el 2012 Tom Holland estuvo detrás de la adaptación de otro King, La gente de las 10 (The Ten O'Clock People), pero la cosa no cuajó y se quedó en el limbo de los muchos proyectos que no llegan a ningún sitio.

jueves, mayo 21, 2015

Festival de trailers (VII)


 

Maurice (Maurice, 1987) de James Ivory. Con Hugh Grant, Simon Callow, James Wilby, Denholm Elliott, Ben Kingsley. 




Sombras de sospecha (Shadow of Doubt, 1998) de Randal Kleiser. Con Melanie Griffith, Tom Berenger, Craig Sheffer, Huey Lewis.




Baila conmigo (Dance With Me, 1998) de Randa Haines. Con Vanessa L. Williams, Chayanne, Kris Kristofferson, Jane Krakowski, Beth Grant.


martes, mayo 19, 2015

La grieta

La grieta, The rift, Endless Descent, Juan Piquer Simon, Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Pocholo Martínez-Bordiú, De Laurentiis

Decía Piquer que él no era de los que se apuntaban al carro de las modas cinematográficas, todo lo contrario, si no que él iniciaba los proyectos antes que nadie, pero que sus dificultades a la hora de materializarlo hacían que llegara el último. Repito, es lo que decía él.

Después de los buenos resultados que dio la asociación Piquer- Escrivá-De Laurentiis con Slugs, se pusieron manos a la obra en otro film. Lo que en un principio tenía que ser un film ambientado en el espacio acabó cambiando su localización a la del fondo del mar, según el director porque ya se había tocado demasiado el tema espacial y meter el embrollo en las profundidades era lo nunca visto. Poco sabía (o sabía demasiado) que a la vez que la grieta estaban gestándose un buen montón de proyectos con temática acuática: Abyss de James Cameron, con diferencia la gran triunfadora; Profundidad seis de Sean S. Cunnigham; Leviathan: El demonio del abismo, de George P. Cosmatos, que a la postre también estaba producida por Dino De Laurentiis;  y las flojísimas La fosa del diablo y Los señores del abismo.

La grieta, The rift, Endless Descent, Juan Piquer Simon, Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Pocholo Martínez-Bordiú, De Laurentiis

La historia no tiene ningún secreto de lo manida que está: un submarino de  última generación ha desaparecido en las profundidades, así que llaman al tipo que lo diseñó para enrolarlo en una expedición de rescate. Evidentemente lo que se encuentran ahí abajo es algo que no se esperan.
Como decía, nada nuevo bajo el sol. Pero es lo que nos gusta de estas series B que están escritas con el mismo patrón, previsibilidad a tope, personajes estereotipados (el prota se encuentra como miembro de la expedición a su ex-mujer por la que todavía siente algo), situaciones mil veces vistas y locuras por doquier.

Como ya comenté, a Piquer lo que le gustaba era rodar películas como las que veía de chaval, es por eso que La grieta es una especie de versión de Viaje alucinante (sí, esa que la mayoría conocimos por ser la inspiradora de El chip prodigioso) pero con gore y casquería, además de unos bichejos muy feos. Que, a la postre, son el plato fuerte del film, gestados por Colin Arthur y Carlo de Marchis

La grieta, The rift, Endless Descent, Juan Piquer Simon, Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Pocholo Martínez-Bordiú, De Laurentiis

En lo que respecta al elenco, la cosa les quedó muy apañada: Jack Scalia (actor de un montón de teleseries americanas), Ray Wise (que ya lo habíamos visto haciendo de malo en RoboCop y poco después lo veríamos en Twin Peaks), R. Lee Ermey (básicamente conocido por La chaqueta metálica y que, según Piquer, era el peor de los actores), Emilio Linder (que, al igual que en Slugs, le revientan la cabeza), Luis Lorenzo (clásico mariquita de pluma en las comedietas de los 70/80 y que para más señas era el mayordomo que se convertía en hombre lobo en El liguero mágico), Garrick Hagon (el padre al que atracaban al principio del Batman de Tim Burton), Edmund Purdom (que ya lo habíamos visto en Mil gritos tiene la noche), Frank Braña (indispensable en cualquier peli de Piquer) y ¡claro que sí! el archiconocido Pocholo, que apenas tiene dos líneas de diálogo y se lo cargan el primero.

La grieta se quedó como una serie B muy agradable de ver, con un ritmo endiablado (al parecer, el propio Dino De Laurentiis se encargaría de quitar 10 minutos de película para hacerla lo más trepidante posible), muchas ideas locas, explosiones dignas de la mejor mascletá y actores tan malos que no puedes hacer otra cosa que cogerles cariño. Con unos efectos muy dignos, salvo la maqueta del submarino que es de los chinos, que hacen acto de presencia en casi todo el metraje y nos dejan con la pregunta de qué nueva idea descacharrante nos van a escupir en la cara.

La grieta, The rift, Endless Descent, Juan Piquer Simon, Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Pocholo Martínez-Bordiú, De Laurentiis

Aquí superó los 300 millones de pesetas (casi 2 millones de €) lo que ya la convierten en un gran éxito económico, pues había costado unos 200 millones. Además, contó con distribución en Norteamerica de la mano de la Carolco, eso sí, directamente a vídeo. Y es que cuando La grieta hizo acto de presencia a principios de 1990, ya hacía un año que se habían estrenado los Abyss, Leviathan y compañía, lo que hizo que el mercado para este tipo de films estuviera demasiado saturado.
Todo ello culpa de Dino De Laurentiis, que teniendo entre manos Leviathan, se dedicaba a pedir más y más borradores del guión porque aquello no le acababa de convencer. Hasta tal punto llegaron que Piquer dejó el proyecto por imposible y se dedicó a mover otras opciones hasta que Escrivá le convenció para retomarlo.

La grieta, The rift, Endless Descent, Juan Piquer Simon, Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Pocholo Martínez-Bordiú, De Laurentiis

Con Slugs y La grieta, Piquer llegó a su punto álgido en términos artísticos, es por eso que choca que a partir de ahí su filmografía fuese cuesta abajo y sin frenos. Entró en los 90 con La mansión de Cthulhu, un film mediocre con precariedad de medios que da que pensar el porqué pasó de rodar dos películas de bastante presupuesto para lo que se solía manejar y acabó en un berenjenal que salió muy mal parado, pues tuvo sus más y sus menos con Lauren a la hora de la distribución y el film quedó en el limbo hasta que la sacaron directamente a vídeo. Después llegó la decadencia absoluta con La isla del diablo, Manoa, la ciudad de oro y El escarabajo de oro, un triste final para alguien que llegó cuando el fantástico español estaba en decadencia y tuvo que remar contra viento y marea para hacer productos que, si bien a veces no llegaban a los mínimos exigibles, solo  el hecho de conseguir realizarlas ya es motivo de elogio.