Clásico de la serie Z que muchos conocimos por la loquísima carátula de Ízaro-Cannon, que se limitaron a su distribución.
Un grupo heavy (aunque las canciones que tocan tienen poco de ese estilo) llega a Grand Guignol, un pueblo de habitantes muy cerrados que nada más verlos prohiben su concierto. Por ahí tendremos abuelas lobo que fornican en presencia de sus nietos, nazis asilados, familias matarife, canciones que reviven a los muertos...
En definitiva, una historia de esas que cada cinco minutos te meten una locura más chiflada que la anterior. Todo ello con escasez de medios, maquillajes a base de polvo talco porque los "actores" querían salir guaepetones, poca y mala iluminación... Vamos, serie Z en todo su esplendor. A todos estos elementos hay que añadir un montaje loquísimo donde meten insertos que no vienen mucho a cuento, dejándonos la sospecha que detras de la producción habría alguna movida.
Y efectivamente, así es. Hard Rock zombies en origen era una falsa película de 20 minutos que se proyectaba dentro de American Drive-In, otra zetada del mismo director (básicamente un American Graffitih low cost), de la que alguien pensó que sería buena idea poner más dinero para convertirla en un largo con vida (es un decir) propia. Detrás de esta pantomima de rockeros de bigotillo lampiño, zombies, mujeres lobo y nazis tenemos a Krishna Shah un indú afincado en USA que, en esencia, solo parió basura y fracasos económicos pese a que siempre estaba vendiendo proyectos como si fueran lo más grande parido en Hollywood.
Otros nombres que nos pueden interesar son los de Phil Fondacaro (Troll o cualquier peli que salgan enanos), el maquillador John Carl Buechler (director de Troll y padre de los Ghoulies), el productor Sigurjon Sighvatsson (que ha estado detrás de cosas tan variopintas como Corazón salvaje o Candyman), o Paul Sabú, que aquí se encarga de la banda sonora y es hijó del famoso Sabú protagonista de El ladrón de Bagdad.
Mucha gente ha creído ver en Hard Rock Zombies una película de humor negro, que parodia el género y mil locuras más, pero que no te engañen, es una película zarapastrosa que solamente funciona para reirte de ella. ¿Que arrastra cierto culto? Sí, ¿y?
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