Después del resurgimiento de Disney gracias a La Sirenita, su modus operandi fue seguir el mismo esquema: estrenar una gran producción animada con muchas canciones anualmente dándole estatus de "peli acontecimiento". ¿Pero qué pasaba con las producciones de imagen real?
Pues que no acababan de funcionar. Intentaron meterse en adaptaciones de cómic con Dick Tracy o Rocketeer, pero o no eran éxitos tan grandes como esperaban o directamente fracasaban.
Algunas tuvieron más o menos aceptación en cines pero en videoclub vivieron una segunda juventud que les permitió llenarse un poco los bolsillos (El retorno de las brujas) o, incluso, tener secuelas (Colmillo blanco, Somos los mejores).
Pero sí, muchas morían en el camino. Es el caso de Capitán Ron, uno de esos films que pinta a que a nadie le importaba lo más mínimo.
Martin Short interpreta al clásico padre de familia topeyankie que es un trozo de pan y está aburrido de su monótona vida en la ciudad. Para su fortuna un tío lejano muere y le deja en herencia un cochambroso barco que tendrá que ir hasta el Caribe a buscarlo. Y ya que no tiene ni idea de manejar la nave contrata los servicios de un borrachuzo marinero de nombre Ron Rico.
Realmente el esquema lo hemos visto en infinidad de ocasiones. Básicamente un pez fuera del agua (Short) al que le puede la ilusión mientras choca con la tosquedad del capitán interpretado por Russell, que acaba por engatusar a la familia del primero. El protagonista de La cosa es lo poco salvable de la cinta, interpretando un personaje estrafalario que le da el suficiente margen para divertirse y salirse de sus más clásicos action hero.
Salvo el tándem Short-Russell no se puede destacar mucho más en el cast.
En cambio, en la dirección ya nos llama más el nombre de Thom Eberhardt, responsable de un par de títulos tan llamativos como Sin pistas y la cult movie La noche del cometa, que es por la que su nombre sigue más o menos sonando entre el fándom. Además de ejercer como guionista de Cariño, he agrandado al niño. A partir de mediados de los 90 cayó en series y telefilms para desaparecer definitivamente del mapa hace más de una década.
Capitán Ron es un producto muy de su época, de esos 90 de ni chicha ni limoná que para intentar divertir a pequeños y mayores tiraba por el camino del medio y no hacía gracia a nadie. El ejemplo más claro es una escena entre Martin Short y su señora en la ducha del camarote, en la que a ella (o su doble de cuerpo) se le medio ven las ubres, que hizo que Disney frunciera el seño y la estrenara en USA bajo el sello de Touchstone y sin demasiada promoción, condenándola a desaparecer rápidamente de la cartelera. Aquí llegaría directamente a vídeo con un doblaje acartonado de esas que las voces, pese a ser de actores de primer nivel, no pegan nada con los caretos que aparecen en pantalla.
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