martes, junio 11, 2019

Atmósfera cero


Hace ya mucho que dejamos de ver a Sir Sean Connery en el cine. Retirado de la interpretación desde hace casi dos décadas, que se dice pronto, y, según el chismorreo, con Alzheimer, lo más probable es que cuando vuelvas a ver su nombre siendo trending topic en Twitter será porque la palmó o porque es su cumpleaños. La cuestión es que vale la pena revisar algunas de sus películas en su período de madurez. Que verlo en Zardoz con bigotón, coleta y el bañador-huevera de Borat parece que es la risa, pero hazme caso cuando te digo que no lo es. Por eso es mejor verlo con barbita, recortada en mano y surfeando por el hiper espacio con la voz de Constantino Romero.


Peter Hyams, un habitual de este blog tanto en su faceta de director (2010, Permanezca en sintonía) como de productor (Una pandilla alucinante), estaba como loco por dirigir un western, pero el productor Richard Roth poco menos que se lo prohibió, pues el género comercialmente estaba muerto a principios de los 80. Pero a Hyams se le encendió la bombilla. Si George Lucas lo había petado con Star Wars, que tenía una fuerte influencia del género ¿por qué no usar la misma táctica? Así que Hyams subió su guión al espacio.
  

En un futuro del que no sabemos el año, el sheriff O'Niel es asignado par mantener el orden en una luna de Júpiter. Allí se dedican exclusivamente a la extracción de titanio, siendo esta mina gestionada por la empresa Conglomerates Amalgamated. El sheriff se encuentra con una serie de muertes que presentan el mismo síntoma, todos habían consumido una droga llamada eutimol policlorhídrico que aumenta la productividad de quien la toma. 



Un diseño de producción demasiado parecido a Alien (ambas filmadas en los Pinewood Studios de Inglaterra), además que el diseño de vestuario en ambos casos corrió a cargo de John Mollo. Pero el detalle tiene su punto positivo, pues hace que podamos pensar que ambas comparten universo. Lo que ya no están tan bien son algunos efectos, básicamente lo que respeta a las maquetas, que son demasiado evidentes. Y no porque no tengan calidad, todo lo contrario, pero la sensación es que hay una mala elección de objetivo. Y todo apunta a que era por culpa de haber usado la técnica de Introvision, una variante al clásico efecto de proyección frontal. Siendo Atmósfera cero la primera que lo usaba quizá no estaba demasiado perfeccionada.



De sobras es conocido que estamos ante una nueva versión de Solo ante el peligro, un tipo que se encuentra luchando contra los malos sin que nadie de los que le rodean hagan nada. Y sin duda eso es lo mejor de Atmósfera cero, el momento que Connery sabe que en cuestión de horas van a llegar los sicarios para darle matarile es pura tensión y tiene que ir preparando trampas. Aunque también es cierto que la cosa se diluye rápido cuando vemos que los asesinos son dos tipejos de medio pelo que bien podrían ser los tataranietos de Joe Pesci y Daniel Stern y tienen bien poco que hacer ante Sean "Macho man" Connery. Aun y este pero, el film funciona bien, básicamente porque Connery se lo carga a sus hombros y a partir de ahí Hyams tira millas.



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