Sean S. Cunningham se pasó los 70 produciendo y dirigiendo productos rápidos de hacer y aún más rápidos de consumir que apenas tuvieron relevancia salvo La última casa a la izquierda de Wes Craven. Ya en el 80 produjo y dirigió Viernes 13. No hace falta decir que la película, un explotation de La noche de Hallowen de Carpenter, tuvo suficiente éxito como para convertirse en una saga que 30 años después sigue generando películas con sus secuelas, crossovers o remakes, convirtiendo a Jason en un icono. Pero que, curiosamente, Cunningham no volvería a estar involucrado en la saga hasta bien entrados los 90 con la novena parte (en medio llevó las riendas de la producción Frank Mancuso Jr.), así que en los 80 se entretuvo poniendo en marcha otra saga, la de House.
Todo comenzó porque un veinteañero Fred Dekker tenía pensado el argumento de una película de terror llamada House, la cual quería rodar él mismo con muy poco presupuesto y en blanco y negro, que le explicó a su amigo Ethan Wiley que, basándose en lo que le acababa de explicar Decker, escribió el guión.
El problema era que había introducido mucho humor, cosa que no acababa de convencer a Dekker, así que, buscando una segunda opinión, le mostró el proyecto a Steve Miner.
Miner había dirigido la segunda y tercera parte de Viernes 13 y luego se dedicó a rodar caquitas del calibre de Eternamente joven, Mi padre, ¡que ligue! y tropecientos episodios de series televisivas, aunque de vez en cuando nos ha sorprendido con alguna joyita como Warlock o Lake Placid, conocida en estos lares como Mandíbulas; y que un tiempo atrás se habían juntado con Dekker intentando levantar el proyecto de Godzilla: King of the Monsters 3D, pero que viendo que el presupuesto iba a ser estratosférico las productoras no quisieron materializarlo.
A Miner le encantó el guión de House y se lo enseñó a Sean S. Cunningham que también vio posibilidades al libreto. Así que prometiéndole a Dekker que le ayudarían a rodar futuros proyectos Miner y Cunningham pusieron en marcha la película House.
Hay que decir que un año después Fred Dekker debutaría en la dirección con El terror llama su puerta que él mismo había escrito y que el director de la segunda unidad sería el mismísmo Steve Miner.
Para el rodaje de House Cunningham y Miner se rodearon de parte del equipo con los que hicieron Viernes 13: Harry Manfredini para la banda sonora (que también hizo la música de las tres secuelas) y Kane Hodder para coordinar los especialistas.
Luego, como protagonista, ficharon a William Katt, que estaba en su momento de máximo esplendor después de protagonizar Babe, el secreto de una leyenda de la Disney (y que se adelanto una década al Parque jurásico de Spielberg) y, sobre todo, la serie El gran héroe americano. Esplendor que nunca más cataría y que acabó relegado a telefilms de Perry Mason, la tercera parte de Este chico es un demonio directamente para vídeo o el remake de Piraña.
En otros papeles nos encontrábamos a George Wendt, que por el nombre no sonará nadie pero que es muy conocido por ser el Norm de Cheers, y también corría por ahí el gigantón de Richard Moll, el de Juzgado de guardia y que acabaría haciendo ponzoñadas con Hulk Hogan como Mentiras muy arriesgadas o telefilms de Casper.
Roger Cobb (William Katt) es un escritor que está pasando una mala racha, su hijo pequeño ha desaparecido, se ha divorciado de su mujer, su tía ha sido encontrada ahorcada y además hace tiempo que no consigue escribir un libro.
Para intentar escribir su nueva obra decide trasladarse a la casa de su tía muerta, casa donde se crió.
Una vez instalado en su nueva casa comenzará a tener extraños sueños y alucinaciones. Desde los clásicos flashbacks de cuando estuvo en Vietnam a las apariciones de su hijo o de su tía.
La cosa se complica cuando descubre un monstruo en el armario, un pez espada disecado que cobra vida y demás troupe que le hacen la vida imposible.
Y si el pobre Roger no tenía suficiente con vérselas con todos estos fenómenos además tendrá que lidiar con el cotilla de su vecino (George Wendt) que no deja de espiarle ya que sospecha que el escritor se está volviendo loco.
Distribuida por la New world pictures de Roger Corman, que también estuvo metido en la producción aunque no salga acreditado, cosechó un gran éxito en la época (sobre todo dado su escaso presupuesto) que se vería acrecentado en su distribución en vídeo, convirtiéndose en peli de culto (¿y cuántas van ya? lo raro es encontrar una peli que no sea de culto).
Reconozco que es una peli que no me gusta excesivamente. Su mezcla de terror, o más bien fantasía, y humor no me funciona. Ojo, que la mezcla en sí no me desagrada, me gustan mucho películas que reunen las dos vertientes como Un hombre lobo americano en Londres o El regreso de los muertos vivientes, pero en la peli que nos ocupa no acabo de encontrarle el equilibrio.
Terror tiene poco o nada, más bien es género fantástico. Realmente no da una sensación de peli de casa encantada, si no que es una casa normal donde se mueven unos cuantos monstruitos. Unos monstruitos con un diseño excesivamente infantilizoide.
Y en cuanto al humor pues no acabo de encontrarle la gracia a la mayoría de las situaciones que buscan la risa del espectador. Como donde vemos a W. Katt firmando ejemplares de su novela a un grupo de freaks o cuando oculta el cadáver de su no-esposa mientras dos policías toman té en su cocina, escena totalmente vodevillesca y vista miles de veces en películas de Paco Martínez Soria, por poner un ejemplo al azar.
Sin duda el personaje más divertido es la del vecino chafardero, que se adjudica la mayoría de gags divertidos como cuando le dispara a William Katt un arpón por accidente y casi lo atraviesa y el tipo se queda tan pancho como si nada hubiera pasado.
Otra escena bastante ridícula es la que lleva de fondo una cancioncita de la época mientras el prota se dedica a trocear a un monstruo y ha enterrarlo en el jardín.
Y es una auténtica lástima porque la peli empieza terriblemente bien con esos títulos de crédito que acompañados de una inquietante musiquilla te meten en tensión pero es que es empezar y descarrilar a tocho mocho.
Aún y así serían capaces de hacerlo peor como veremos en los próximos post.
Que no os engañe el trailer, la peli no es así
4 comentarios:
A mi la peli me gusta mas o menos pero la última vez que la revisé la encontré mucho peor, aunque mucho peor encontré la serie "el gran héroe americano", totalmente sobrevalorada y que ni terminé de ver un capítulo. A todo esto, sin duda las pelis de Paco Martínez Soria son mucho más graciosas que ésto. Por lo que dices que hay muchas pelis de culto tienes razon, ahora todo es de culto, igual que cualquier patán que coge una videocácara se hace llamar director.
Videocácara... JUAS!
me ha entrado curiosidad por esta cuatrilogia. voy a ver si la encuentro por ahi y la veo, entonces ya comentare con conocimiento de cuasa . Saludos. Buen blog
Pués precisamente en el mes de enero sacan un pack con las 3 primeras. Aunque yo no gastaría un céntimo en ninguna de ellas.
Avisado estás.
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