martes, julio 10, 2012
Staying Alive (La fiebre continúa)
Nunca he entendido que pintaba Stallone dirigiendo esta secuela de Fiebre del sábado noche. Sí, estaba viviendo un momento dulce en la taquilla con las primeras Rocky o Acorralado, pero, ¿quién fue el lumbreras que asoció el mundo de Tony Manero con Sly?
Tiene su gracia que en el film de Badham Manero tuviera un poster de Rocky en su habitación, pero de ahí a que su protagonista acabara dirigiendo la secuela media un abismo.
Todo esto salió de la cabeza pensante de Robert Stigwood, el productor de la anterior película y de otros éxitos musicales como Tommy, Jesuscristo superstar, Grease o Evita, y que además era mánager de los Bee Gees; que a saber como contactó con Sly y este se prestó a incluso a producir y escribir el guión.
No olvidemos que el protagonista de Rambo empezó con películas de muy bajos vuelos como El semental italiano o La carrera de la muerte del año 2000, con lo que viendo que lo tenía muy crudo en el cine decidió escribir sus propios guiones y protagonizarlos. Ahí apareció con el guión de Rocky bajo el brazo (por el que estuvo nominado al Oscar en guión y como mejor actor) que le catapultó a la fama, para luego ser considerado carne de Cannon y fascistoidadas estilo Cobra o secuelas de Rocky a mansalva. Pero a lo que íbamos, que en la época Sly todavía iba por la vida de auteur.
Si bien a Travolta le fue muy bien con Grease, con Vivir el momento e Impacto las cosas comenzaron a torcerse (entre medio Cowboy de ciudad fue un exitazo en USA). Así que lo más lógico era conseguir un éxito fácil con alguna secuela de sus mayores éxitos. Después de tantear y descartar aparecer en Grease 2 solamente nos quedaba resucitar a Tony Manero. Pero claro, la estética disco desapareció rápidamente una vez entrados en los 80, si antes las chorreras y los pantalones de campana eran molones en la nueva década eran simplemente horteras. Todo eso se había cambiado por los calentadores, la estética gay y la música new wave. Ahí teníamos pelis como Fama, Flashdance del mismo año y la posterior Footloose.
Con todo eso parecía lógico sacar al personaje de las discotecas y meterlo como bailarín en una producción de Broadway, donde busca la oportunidad de subir peldaños y ser el protagonista de la función.
Y es todo eso lo que le da un aire extraño al film. Porque si el protagonista no se llamase Tony Manero nadie, absolutamente nadie, pensaría que estamos ante una secuela de Fiebre del sábado noche. Ni siquiera por su banda sonora.
Se puede apreciar que a Stallone poco o nada le importaban los Bee Gees. Si en la anterior película emplearon la clásica estratagema de usar una banda sonora para arrastrar al público a los cines aquí pasó lo mismo, pero en cambio las canciones poco se aprovecharon en el film, donde apenas se dejan escuchar. Por contra se potenció los temas escritos por Frank Stallone, muchísimo más acordes a la estética del film, junto a su colega Vince DiCola, que luego se marcó unos temazos en el soundtrack de Rocky IV.
En el reparto poquito que destacar salvo que Julie Bovasso vuelve a repetir como madre de Manero y un pequeño papel Kurtwood Smith, uno de los malos de Robocop.
Aunque nos parezca mentira el film no fue ni mucho menos un fracaso. En USA tuvo bastante éxito, no recaudó tanto como la primera, pero los 60 millones cosechados la auparon entre las más taquilleras de 1983.
Otra cosa es lo que dijo la crítica, que la puso a caer de un burro. Y con razón, porque el film es malo y aburrido como pocos. Con un guión al que se le nota la firma de Sly, porque estamos ante Rocky pero cambiando los guantes de boxeo por mallas y los cuadriláteros por escenarios. Lo mismito. Y de nada sirve ese momento final de "ahora quiero fardar" y los Bee Gees sacando gorgoritos. Te enteraste tarde donde te metías, Sly.
Curiosamente Travolta quemó su último cartucho para volver a catar el aroma del éxito en su siguiente film: reunirse con Olivia Newton-John, que también venía rebotada después del vapuleo que recibió por otro film musical, Xanadú.
Tal para cual tampoco tuvo mucha más suerte y naufragó por las taquillas. Pero claro, con el peinado que le pusieron a Olivia, ¿qué esperaban?
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1 comentario:
absolutamente de acuerdo, un tostón y nada comparable a su predecesora.
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