martes, abril 13, 2010
Beowulf. La leyenda
Que la carrera de Christopher Lambert está más acabada que las maracas de Machín es algo que sabemos todos, pero, aunque no lo parezca, hubo un tiempo en que el tipo prometía y parecía que nos íbamos a encontrar un nuevo Belmondo pero a nivel internacional y con mirada estrábica.
Comenzó muy fuerte con Greystoke, Subway. En busca de Freddy y, sobre todo, Los inmortales. Luego intentó labrarse una carrera como actor serio y todo comenzó a descarrilar: El siciliano, Conspiración para matar a un cura y hasta se atrevió con la comedia en A mi que me registren.
Como veía que la cosa no acababa de funcionar empalmó proyectos más comerciales: la innecesaria Los inmortales II. El desafio, Jaque al asesino (una rémora de El silencio de los corderos que él mismo producía) y Fortaleza infernal (que es hasta salvable).
A partir de ahí se pasa a películas de acción que tiene su objetivo la explotación en videoclub y que con suerte se estrenan en cines: Gunmen, Sin escrúpulos, Los inmortales III. El hechicero, Presa de la secta y la archiconocida Mortal Kombat.
No voy a seguir repasando lo que vino después porque no vale la pena pero resumiendo, que Lambert finalmente ha terminado en una especie de action-actor de películas de serie B, muy lejos de jugar en la primera división (Stallone/Schwarzenegger) o, incluso de la segunda (Van Damme/Seagal -al menos hasta los 90-) y tiene que convivir en la tercera más zetosa junto a Dudikoff o el Seagal del nuevo milenio (especializado a sacar uno o dos telefilms al año de supuesta acción).
Nos trasladamos a verano del 99 ¿y qué nos encontramos? Christopher Lambert por partida doble.
Por un lado la película buena (cojámoslo con pinzas, please) Resurrección. Su reencuentro con Mulcahy no era más que un explotation de Seven, con todos los clichés habidos y por haber, donde Lambert producía y escribía el argumento. Pese a todos sus peros el film se podía ver y disfrutar si uno no era excesivamente exigente.
Y luego teníamos la mala, Beowulf, que en los USA se estrenó directamente en vídeo, basada muy libremente en un poema épico anglosajón.
Nos encontrábamos a Lambert, que vaga por un mundo totalmente anacrónico, hasta que se topa con un castillo donde cada noche sus habitantes comienzan a morir a manos de una extraña criatura que vive en las catacumbas. No hace falta decir que Beowulf, el personaje de Lambert, se introducirá en él para dar caza a la bestia.
Muchas cosas negativas se han dicho del film, que si la peor película del año, una de las peores de la historia... Hombre, la película buena no es, ahora bien, en un segundo visionado (cuando ya sabemos lo que nos vamos a encontrar) la cosa cambia y es un producto mucho más disfrutable y, sin lugar a dudas, más divertido.
Si no, no se puede entender esa escena al principio del metraje (que es toda una declaración de intenciones) donde un grupo de hombres, que a cada cual lleva unas vestimentas más estrafalarias, están a punto de degollar a una mujer con una navaja de afeitar gigante.
Esos atuendo que comentaba tienen una estética que sólo eran capaces de conseguir los sucedáneos italianos de Mad Max y 1997: Rescate en N.Y., al igual que parte de la estética del castillo que tiene unas chimeneas industriales que no paran de bramar fuego.
Más cosas malas: nos encontramos una peleas que en estética parece que quieran parecerse a las de Pacto de lobos si no fuese porque el film de Christophe Gans se estrenó dos años después. Peleas donde no hacemos más que ver a Lambert, perdón, al doble de Christopher Lambert dando volteretas por el aire mientras no paramos de ver los arneses que lo sujetan.Pero sin duda hay dos puntos que siempre aparecen en las críticas de la película: los efectos digitales y la música. Los efectos son, sin temor a exagerar, tercermundistas. Cuando aparece el monstruo lo vemos difuminado, es decir, que le han metido un filtro para distorsionarlo, seguramente porque se darían cuenta que el disfraz les quedó excesivamente ridículo. Pero eso sólo es detalle minúsculo cuando vemos el último combate del film, no se puede explicar con palabras, aunque la imagen de abajo puede darnos una pista.
Y la música, ¿qué decir de la música? Pues que ya puestos en hacer una escabechina no se les ocurrió otra cosa que poner música maquinera en una película de "cierto" aspecto medieval. Música electrónica pero de un gusto terrible, ni mi viejo Spectrum 128K era capaz de crear semejantes ruidos al cargar los juegos.
Curiosamente muchas de las personas que participaron en Beowulf están relacionados con la saga de Mortal Kombat, la película, sus secuelas o los telefilms: ya fuese los responsables de la banda sonora, varios de sus productores, los de efectos digitales y, por supuesto, su protagonista.
En cuanto a los actores pues todos muy mal, empezando por Lambert y su imposible rubio oxigenado o el alemán Götz Otto, que vivía ciertos días de gloria después de aparecer en El mañana nunca muere y que el que vea cine espanyol le pueda sonar de varias películas de Trueba: La niña de tus ojos y El embrujo de Shanghai.
Si acaso destaquemos a un par de féminas (más por cuestiones físicas que no actorales) que no paran de lucir palmito durante todo el metraje. Rhona Mitra, que venía de ser la Lara Croft publicitaria, y su escote vertiginoso y Layla Roberts, modelo del canal Playboy, que directamente se pasea totalmente desnuda en la mayoría de sus escenas o, como mucho, lleva algún vestidito transparente que no deja nada para la imaginación.
El director de todo estos desvaríos varios es Graham Baker, que venía de dirigir videoclips y en terreno cinematográfico El final de Damien, Alien Nation y que después de este Beowulf (¡oh, sorpresa!) nunca más ha vuelto a ponerse detrás de las cámaras.
Lo sé, después de todo esto puede parecer que la película es un gran bodrio, y sí, lo es, pero no hay que dejarse engañar, porque es un bodrio muy divertido y disfrutable. Una exageración en mayúsculas en cada uno de sus planos y secuencias, donde siempre sabemos lo que ocurrirá y que antes que Lambert abra la boca para soltar sus intentos de imposibles frases lapidarias sabemos lo que dirá. Sin duda, la película favorita del señor que va dentro del disfraz de Godzilla en la películas de Ishiro Honda.
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2 comentarios:
Que sea la típica película mala de serie b tiene pase; pero el logo que aparece en el trailer es más propio de un mal juego de SNES.
Y a pesar de todo, tengo ganas de verla.
Hombre, decir que es de serie B es ponerla en los altares. Pero sí, hay que verla para creerla.
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