Morgan Hanna es una escritora a la que las
fechas apremian. Tiene comprometida la entrega de un libro y apenas
tiene unas escasas páginas escritas.
Paralelamente empieza a tener
pesadillas con su novio, que años atrás se quitó la vida lanzándose
desde lo alto de un faro. Y justamente la madre de este, llama a la
escritora para que pase unos días en el pueblo costero donde ocurrió el
fatal desenlace. Morgan decide ir para enfrentarse a sus temores e
intentar poner punto y final a las pesadillas.
Como protagonista absoluta tenemos a Dee Wallace-Stone, la mamá por antonomásia de los 80 en Hollywood con E.T., El extraterrestre a la cabeza, pero con otros títulos tan destacables como Cujo, Critters, Aullidos o Admiradora secreta. Y en papeles secundarios hay algún nombre llamativo como Cloris Leachman, una habitual en películas de Mel Brooks (El jovencito Frankestein, Máxima ansiedad, La loca historia del mundo) y Al Strobel, el hombre manco de Twin Peaks.
Susan Shadburne estaba
detrás del guión y la dirección, siendo esta Amenaza en la niebla su
producción más destacable, además de escribir varios cortos de su
marido, Will Vinton, que aquí aparecería como productor. Vinton fue toda
una institución en el mundo de la animación claymotion, varias veces
nominado al Oscar, ganándolo en 1975 por su corto Closed Mondays. Y que,
además de varios anuncios televisivos (entre ellos los de las famosas
pasas de California), estuvo detrás de las escenas del rey gnomo de Oz, un mundo fantástico o la de Moonwalker con Michael Jackson convertido en conejo motorista.
Amenaza
en la niebla parte de una serie de elementos que, pese a ser muy
recurrentes en las historias de terror clásico, siempre gustan:
apariciones fantasmales, una muerte tiempo atrás, un pueblecito costero
con un faro... Lamentablemente este film decanta la balanza al drama,
dejando lo fantástico/terror en algo casi anecdótico. Teniendo un ritmo farragoso, lentorro, que se acrecenta porque no vamos a encontrar ni una gota de terror. Ni siquiera un triste susto. Porque apenas se juega con el "¿nuestra protagonista recibe la visita de un fantasma o se está volviendo loca?". Nada de nada. Un dramón que se acentúa con una fotografía más propia de telenovela de la época.
En USA tuvo un estreno muy limitado en cines, siendo pasto de emisión en canales por cable. Y aquí nos llegaría directamente en formato VHS para su alquiler en videoclubs de la mano de la terrible RecordVision.







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