lunes, junio 02, 2008

Resident Evil

resident evil, capcom, milla jovovich, Paul W.S. AndersonQue en Hollywood ya no saben que inventar es algo que lo sabemos todos. La falta de ideas hace que aparezcan una avalancha de remakes, versiones de series televisivas, adaptaciones de cualquier cómic o de videojuegos; esta última modalidad es la que nos importa.
Las primeras adaptaciones fueron o muy malas o reguleras, pelis que se aprovechaban del nombre de la franquicia y luego salían cosas como Super Mario Bros o Street fighter (difícil de olvidar es el plano que cierra la película). Cosa hasta cierto punto entendible porque los juegos de la época, en su mayoría, consistían en ir pasando de nivel, rescatar a la princesa de turno y poca cosa más; esto pasaba en el Mario, en cambio pese que Street fighter pudiera parecer un juego de peleas one vs one las historias de cada uno de los personajes acababan desembocando en Mr. Bison y daban para mucho más de lo que se vio en la pantalla. Afortunadamente para las productoras las nuevas tecnologías hacían posible videojuegos más trabajados, no sólo en lo audiovisual si no también en el argumento, llegando a niveles practicamente cinematográficos. Curiosamente Mortal Kombat siendo mediocre no era más que una serie B entretenidilla, quizás por este motivo a su director, Paul W.S. Anderson, le dieran las riendas de lo que tenía que ser el lanzamiento de la franquicia de Resident evil por la puerta grande de Hollywood; pese a que durante mucho tiempo se dijo que la dirigiría George A. Romero (y que ahora se dedica hacer engendros de tamaño descomunal como El diario de los muertos) que estaba obsesionado con rodar su famosa guerra entre zombis y humanos (que ya quiso hacer en los 80) y Capcom pensó que eso no seguía la línea del videojuego.

resident evil, capcom, milla jovovich, Paul W.S. AndersonLa saga de Capcom ya tenía unos cuantos juegos en el mercado con lo que se puede decir que era una apuesta bastante segura. Pero los americanos son muy suyos y en lugar de seguir las pautas marcadas por los juegos se sacaron de la chistera cuantos más cambios mejor. Para empezar crearon el personaje de Alice (Mila Jovovich), nombre nada casual ya que al igual que el personaje de Carroll ésta se adentra en un mundo (a priori) desconocido para ella a través de un espejo. Digo lo de a priori porque al empezar la película tiene amnesia, usuase el clásico recurso de guión para que mientras le van explicando todo a la prota el espectador se vaya enterando (otro es meter a un personaje que viene de fuera y le van poniendo al día). Además, después del prólogo, nos encontramos un primerísimo plano del ojo de Alice (plano que se repetiría a lo largo de la trilogía), un claro indicio de que todo lo que vamos a ver a continuación será a través de ella.
Tan libre es la versión que en un principio la peli se tenía que llamar Resident Evil: Ground Zero y tenía que ser la precuela de lo visto en los juegos, explicando el origen del virus que condena a Raccoon City, ciudad que apenas vemos al final, con el ineludible guiño a Romero con ese periódico de The dead walk! (error porque luego descubrimos que todo sucede de repente y sería harto complicado haber sacado una edición del periódico), en el mejor plano de la película donde Alice descubre que el virus T ha salido a la superficie. También es más que evidente la alusión al HAL de 2001 en las cámaras de seguridad que pueblan la colmena (laboratorios que se ocultan bajo tierra propiedad de Umbrella Corporation) dirigidas por el ordenador central (la reina roja, otra referencia a Alicia).

resident evil, capcom, milla jovovich, Paul W.S. Anderson
Lo que en un principio tenía que ser una superproducción se quedó en un quiero y no puedo, lastrada por sus poco más de 30 millones de presupuesto, pasando toda la trama en los interiores de la colmena. Además los efectos digitales eran bastante malos, caso difícil de olvidar es el enemigo final creado en digital caspa que, además, se mueve de mala manera, y es ahí, en esa torpeza, donde cae hasta simpático recordándonos los muñecos en stop motion. Los maquillajes de los zombis, que aquí son lentos y torpes como los de la escuela Fulci y compañía, no eran excesivamente truculentos; y mucho menos las escenas de desmembramientos.

La realización de Anderson tampoco es para lanzar cohetes, incidiendo en planos evidentísimos para recalcarnos las cosas, aunque quizá fuera, más que por su incompetencia, para que el público pelo cenicero a la que iba dirigida se le quedara bien clarito todo (un tipo de gente que, por otro lado, visita este blog. Hola hijos de puta). Pese a estos defectos la peli tiene un ritmo trepidante con grandes escenas como el pasillo donde aparecen los láser (saqueado de Cube), la escena del tren que siempre me ha recordado a la de Fantasmas de Marte o la del ascensor en el prólogo.
Mucho se criticó la película, seguramente porque miedo daba más bien poco, declinándose más por el género de acción a lo Alien salpicándolo todo con flashbacks y la intriga para saber que es lo que ha pasado en el laboratorio. Sin ir más lejos a mí no me gustó la primera vez que la vi, pero en un segundo visionado, sabiendo que me encontraría, la disfruté y mucho; aunque podría haber sido mayo el disfrute de no haber tenido que sufrir a Michelle Rodriguez que vuelve hacer el mismo papel insufrible de marimacho que hace siempre. Por fortuna muere, que se joda.

Sus más de 100 millones de taquilla a nivel mundial hicieron que los productores dieran como bueno el resultado y siguieran con la saga en la gran pantalla.

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