viernes, diciembre 25, 2020

Los llanos de Footrot Flats. La historia de perro

 

Murray Ball fue un dibujante neozelandés que, después de irse a vivir a Inglaterra para ganarse las habichuelas, se dedicó a publicar tiras cómicas en la revista satírica Punch. Con su historieta Stanley the Paleolithic Hero (sobre un cavernícola con gafas que hacía crítica política) consiguió ser la tira que duró más años en la publicación que se vendía en UK, Australia, Italia y USA.


Pero sería en 1976, cuando, una vez vuelto a Nueva Zelanda y habiendo dejado de dibujar Stanley, que conseguiría el reconocimiento masivo cuando se sacó de la manga Footrot Flats, otra tira cómica en la que el protagonista era un perro que se avergüenza de su nombre y prefiere que le llamen simplemente "Perro", y que vive en una granja llamada Footrot Flats ubicada en Nueva Zelanda. Tal fue su éxito que Ball tuvo que dejar sus otras tiras y dedicarse de pleno a 
Footrot Flats. Además de publicarse en cientos de periódicos de medio mundo, los álbumes recopilatorios se vendían como churros e incluso tuvo una obra de teatro musical en 1983 y un parque temático.


Uno de los miles de fans que tenía el cómic era Pat Cox, un irlandés que se mudó a Australia y montó una compañía de postproducción donde se editaban infinidad de anuncios comerciales. Cox se puso en contacto con el dibujante, pues veía que la tira podía convertirse en un largo animado. La idea no convenció al autor, pues en aquel momento nunca se había hecho un largo animado en Nueva Zelanda y parecía una quimera. Finalmente lo acabó convenciendo y probaron a escribir un guión que se alargó dos años. Al tándem se les unió Tom Scott, otro dibujante en revistas satíricas.

Murray Ball y Perro

Pese al gran éxito de la obra en papel, conseguir financiación fue un problema. Ninguna compañía pensaba que se pudiese hacer en Nueva Zelanda y la única salida que encontraron fue conseguir el capital a través de pequeñas inversiones (¡más de 600!) de varias empresas, acumulando 5 millones de dólares neozelandeses (algo más de 1,5 millones de dólares norteamericanos de la época).
Casi un año y medio de trabajo, con más de 150 animadores (se tuvo que contratar a australianos porque en Nueva Zelanda no había suficientes) que tuvieron que animar los más de 100 mil fotogramas, supuso todo un reto en una industria totalmente inexperta en levantar una producción de esas características.


La película se estrenaría en noviembre de 1986 y fue un gran éxito, siendo la producción autóctona más exitosa de los 80. En Nueva Zelanda recaudó casi 1 millón de dólares y en Australia 1,5.
La crítica alabó el esfuerzo, pero criticaban el que añadieran varias canciones por en medio y que, a diferencia del cómic, Perro perdía todo el protagonismo en favor de su amo Wall. Tampoco está de más señalar que, como pasaba en muchas ocasiones en cuando se hacían largos de historias cortas, el arco argumental es bastante endeble. Casi es más una sucesión de situaciones enganchadas con un hilillo argumental.



Y aunque la película fue un éxito y se llegó a ver en varios países como USA (aunque de manera bastante testimonial), nunca hubo ninguna secuela pese a que se estuvo tanteando la idea.
La tira original se siguió publicando hasta 1994 (28 años consecutivos), y en ella los personajes iban envejeciendo como si de la vida real se tratase y Ball había perdido un poco las ganas de seguir con esos personajes. Ya en 2017 moriría después de haber sufrido demencia. Tal es su fama en Nueva Zelanda que la gente de Weta (sí, los de los efectos especiales) realizó una estatua de bronce con sus icónicos personajes que nos dan la bienvenida a la biblioteca de Gisborne, lugar donde vivió desde que volvió de Inglaterra en los 70.


Siendo una película de Nueva Zelanda y basada en unos cómics que aquí nunca se han publicado, lo raro es que nos llegase. Pero eran los locos años 80 y cualquier cosa se editaba en VHS. Si bien la sonorización es tirando a mala, hay un montón de voces que seguro que reconocerás y las canciones ni si doblaron ni se subtitularon. Cosa habitual en la época.
En la actualidad la película ha tenido edición en DVD y Blu-ray con sus buenos extras, cosa que, evidentemente, aquí no ha llegado ni se le espera sabiendo del desconocimiento hacia el autor por estos lares.

Sin más dilación, Los llanos de Footrot Flats. Historia de perro en la lengua de Cervantes:



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