Si te digo el nombre de Bobcat Goldthwait lo más normal es que no te suene de nada. En cambio, si te digo Zed, el heavy gritón que acaba siendo poli en Loca academia de policía 2: Su primera misión (Police Academy 2: Their First Assignmen, 1985), la cosa te sonará más. Y si tampoco te suena, enciende tu Playstation y sigue jugando al Fifa o lo que te venga de gusto.
Bobcat Goldthwait, era el clásico cómico de stand up que alguien decidió darle una oportunidad como secundario en comedias. Ya fuese en la comentada Loca academia de policía y secuelas, o La ratera (Burglar, 1987), una de aquellas 80teras para lucimiento de Whoopie Goldberg. Y, como es natural, llegó el momento de ser protagonista absoluto, con una película que él mismo ha reconocido que el guión le pareció una basura pero que el cheque era lo suficientemente generoso para hacer de tripas corazón.
El argumento es tan estúpido como lo que suena a continuación: un tontolaba (en la película le legan a llamar mongólico) recibe como herencia de su madre recien fallecida el 50% de una importante empresa de bolsa y un caballo. El otro 50% de la empresa es de su padrastro un cabronazo que lo único que quiere es conseguir el otro 50% y mandar a su hijastro a freír espárragos. El tontolaba decide no vender su parte del negocio y se queda como bróker, pero, evidentemente, el tipo no sabe nada del negocio. Para su suerte, el caballo que recibe en la herencia es un equino parlante que escucha una conversación en los establos que hará que su nuevo dueña lo pete en la bolsa.
Así tal cual. Una patochada de tomo y lomo que en los USA cosechó un fracaso, apenas recaudó la mitad de los 10 millones que costó. Y realmente no tiene mucho interés, salvo por algunos detalles que envuelven a la producción.
Por un lado el proyecto fue ofrecido al mismísimo Tim Burton, que acaba de tener un relativo éxito con La gran aventura de Pee-Wee (Pee-Wee's big adventure, 1985) y comenzaron a ofrecerle comedias. Según el propio Burton, estuvo dando vueltas al guión de Un caballo en la bolsa para ver como podía sacar algo de ahí y cuando se dio cuenta ya la habían estrenado. Posiblemente uno de los detalles que quedó en la producción de cuando el director de Batman (Batman, 1989) estaba en la producción fue la elección de Danny Elfman en la banda sonora. Aunque el trabajo del compositor es más bien anecdótico, porque música incidental hay más bien poca, con cierto toque a Bitelchús (Beetlejuice, 1988), que es del mismo año. Sin duda, Burton tuvo buen olfato para dejar de lado esta patochada y decantarse por la película del bio exorcista.
Otra de las curiosidades es que la voz del caballo corría a cargo de Elliot Gould, pero los pases de prueba fueron tan desastrosos que decidieron sustituirlo por John Candy, que se dedicó a improvisar la mayoría de sus diálogos. Quizá en la VOSE la cosa quedaría graciosa, pero en la doblada la cosa está totalmente descafeinada, pues aquí el film se estrenó directamente a vídeo, lo que le otorga un doblaje de segunda fila. Ni siquiera el doblador de Goldthwait saca partido a las exageraciones del actor.
En el resto del reparto destacar a una florero Virgina Madsen, Dabney Coleman, Burgess Meredith (poniendo la voz al padre del caballo) y breves apariciones de Tim Kazurinsky (el poli pequeñajo de Loca academia de policía) y Gilbert Gottfried (un secundario de infinidad de comedietas).
Por lo demás, un bodrio de aquellos que salían directamente en VHS, y que apenas son 80 minutos de metraje, pero se vuelven tediosos y desesperante. Aun y así, hay algún atisbo de gracietas como esa familia de caballos que en lugar de tener una herradura en la entrada tienen un zapato o el padre que se reencarna en mosca (que en su primera aparición recuerda a la mosca de Bitelchús). Pero ni por esas merece la pena perder el tiempo en su visionado.
El fracaso de Un caballo en la bolsa truncó la carrera de Bobcat Goldthwait como actor, relegándole a apariciones esporádicas en series de televisión, pequeños papeles en películas muy de vez en cuando, y mucho, muchísimo doblaje en dibujos animados. En cambio, empezó una carrera como director que, en general, le ha dado bastantes buenas críticas.
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