Parece mentira que habiéndole dedicado una entrada a Creepshow 2 (Crepshow 2, 1987) no se le dedicara otra a la primera parte.
Lo que iba a ser una colaboración entre Stephen King y George A. Romero para llevar a la gran pantalla The Stand y ante la imposibilidad económica que el proyecto acabase en buen puerto, acabó derivando en un homenaje a los cómics de la EC que la pareja devoraban en su infancia.
Una antología de historias terroríficas que tenían un hilo conductor. Básicamente lo que hizo la Amicus años atrás, pero claro, estábamos saliendo de los 70 y la truculencia más gráfica hacía tiempo que se había instalado en nuestra vida cinematográfica (si no que se lo digan al propio Romero y su Zombi -Dawn of the dead, 1978), así que el tema era no cortarse un pelo a la hora de enseñar sangre, vísceras y lo que hiciera falta.
Las historias las conocemos de sobra: la del día del padre, la caja, las cucarachas... Todas ellas con un reparto repleto de caras muy conocidas: Ed Harris (con su baile imposible), Adrian Barbeau, Leslie Nielsen en plan cabrón, Ted Danson, Tom Atkins, Hal Holbrook... y, por supuesto, el propio Stephen King.
Precisamente la historia de éste es la que nos lleva a la famosa anécdota que nos encontramos a los que vimos la película en su primera edición en VHS de la mano de Polygram, ya que no solamente cambiaron el orden de algunas historias, si no que fulminaron la que protagonizaba King. Y no fue hasta la edición que sacó Manga Films en los 90, que todo volvió a la normalidad y pudimos ver a King hacer el paleto (aunque yo vi este montaje por primera vez en un pase televisivo en algunos de los programas dedicados al cine fantástico/terror que hizo Álex Gorina en aquella década). Y esta edición de Manga nos regaló una de las carátulas más horrorosas que se recuerdan. No como el cartel original que mola muchísimo. Buenos ratos de mi infancia pasé embobado ante ese taquiller@, con el detalle de la ardilla en su bolsillo que no sabía si compadecerla o qué. Y si seguimos con el tema artístico, tampoco es menos mítica la versión cómic que dibujó Berni Wrighston (que luego seguiría enlazado a King en El ciclo del hombre lobo) y que también apareció por entregas en la Creppy de Toutain.
Es imposible hablar de esta peli y no dejar caer cual es nuestra historia favorita. En mi caso siempre me he quedado con el segmento de La caja, que realmente son dos historias en una: la del marido que quiere deshacerse de su mujer (muy Hitchcock) y la del monstruo que habita una caja que está escondida en el hueco de una escalera. Una historia con un tempo pausado. Se toman su tiempo para abrir la caja. Y, pese a que sabemos de antemano que ahí hay algo y en cualquier momento hará aparición, nos mantiene en vilo y tensión. Lo peor es que vemos a la bestia de forma bastante clara y le quita puntos al asunto, pues, en el fondo, no es más que un mono con dientes afilados.
Creepshow es de aquellas que se facturaron en pleno estado de gracia de sus responsables, todo un homenaje al estilo cómic, con esa fotografía de Michael Gornick (que luego dirigiría la segunda parte pasando totalmente de estos recursos) llena de colorines chillones y con unas transiciones estilo viñetas. Los inevitables guiños al mundo de King (Castlerock), una banda sonora alucinante y, posiblemente la primera (¿y única?) vez que vemos a un zombi con poderes telequinéticos. Si no como se explica la muerte de Ed Harris?
Como ya sabemos, en 1987 se facturó Creepshow 2, que si bien no llega a la genialidad de su antecesora, mantiene bastante bien el tipo; y ya en el nuevo milenio una tercera parte totalmente infecta de la que uno no sabe como un producto practicamente amateur pudo conseguir los derechos para usar el nombre. Y para no variar se prepara remake. Pero de momento lo que tendremos seguro en unos meses será Just desserts: The making of Creepshow, un Blu-Ray que nos explicará con pelos y señales la realización de Creepshow.
Lo que iba a ser una colaboración entre Stephen King y George A. Romero para llevar a la gran pantalla The Stand y ante la imposibilidad económica que el proyecto acabase en buen puerto, acabó derivando en un homenaje a los cómics de la EC que la pareja devoraban en su infancia.
Una antología de historias terroríficas que tenían un hilo conductor. Básicamente lo que hizo la Amicus años atrás, pero claro, estábamos saliendo de los 70 y la truculencia más gráfica hacía tiempo que se había instalado en nuestra vida cinematográfica (si no que se lo digan al propio Romero y su Zombi -Dawn of the dead, 1978), así que el tema era no cortarse un pelo a la hora de enseñar sangre, vísceras y lo que hiciera falta.
Las historias las conocemos de sobra: la del día del padre, la caja, las cucarachas... Todas ellas con un reparto repleto de caras muy conocidas: Ed Harris (con su baile imposible), Adrian Barbeau, Leslie Nielsen en plan cabrón, Ted Danson, Tom Atkins, Hal Holbrook... y, por supuesto, el propio Stephen King.
Precisamente la historia de éste es la que nos lleva a la famosa anécdota que nos encontramos a los que vimos la película en su primera edición en VHS de la mano de Polygram, ya que no solamente cambiaron el orden de algunas historias, si no que fulminaron la que protagonizaba King. Y no fue hasta la edición que sacó Manga Films en los 90, que todo volvió a la normalidad y pudimos ver a King hacer el paleto (aunque yo vi este montaje por primera vez en un pase televisivo en algunos de los programas dedicados al cine fantástico/terror que hizo Álex Gorina en aquella década). Y esta edición de Manga nos regaló una de las carátulas más horrorosas que se recuerdan. No como el cartel original que mola muchísimo. Buenos ratos de mi infancia pasé embobado ante ese taquiller@, con el detalle de la ardilla en su bolsillo que no sabía si compadecerla o qué. Y si seguimos con el tema artístico, tampoco es menos mítica la versión cómic que dibujó Berni Wrighston (que luego seguiría enlazado a King en El ciclo del hombre lobo) y que también apareció por entregas en la Creppy de Toutain.
Es imposible hablar de esta peli y no dejar caer cual es nuestra historia favorita. En mi caso siempre me he quedado con el segmento de La caja, que realmente son dos historias en una: la del marido que quiere deshacerse de su mujer (muy Hitchcock) y la del monstruo que habita una caja que está escondida en el hueco de una escalera. Una historia con un tempo pausado. Se toman su tiempo para abrir la caja. Y, pese a que sabemos de antemano que ahí hay algo y en cualquier momento hará aparición, nos mantiene en vilo y tensión. Lo peor es que vemos a la bestia de forma bastante clara y le quita puntos al asunto, pues, en el fondo, no es más que un mono con dientes afilados.
Creepshow es de aquellas que se facturaron en pleno estado de gracia de sus responsables, todo un homenaje al estilo cómic, con esa fotografía de Michael Gornick (que luego dirigiría la segunda parte pasando totalmente de estos recursos) llena de colorines chillones y con unas transiciones estilo viñetas. Los inevitables guiños al mundo de King (Castlerock), una banda sonora alucinante y, posiblemente la primera (¿y única?) vez que vemos a un zombi con poderes telequinéticos. Si no como se explica la muerte de Ed Harris?
Como ya sabemos, en 1987 se facturó Creepshow 2, que si bien no llega a la genialidad de su antecesora, mantiene bastante bien el tipo; y ya en el nuevo milenio una tercera parte totalmente infecta de la que uno no sabe como un producto practicamente amateur pudo conseguir los derechos para usar el nombre. Y para no variar se prepara remake. Pero de momento lo que tendremos seguro en unos meses será Just desserts: The making of Creepshow, un Blu-Ray que nos explicará con pelos y señales la realización de Creepshow.
2 comentarios:
Peliculon de los buenos. Tengo el cómic en casa, un poco ajado y desvencijado pero lo conservo como oro en paño que están supercotizados. El mío perdió la portada en algún momento, pero se la escaneé y aun da el tipo. Ese blu ray que comentas que se va a editar tendrá que venirse a mi colección de Stephen King. Un saludo.
Veremos si llega aquí, porque ese tipo de productos no nos suelen llegar. Y Stephen King no participa en él, es reacio a salir en extras de las pelis y documentales de este tipo.
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