martes, noviembre 17, 2020

La fuga de Logan


En el siglo XXIII, después de guerras, contaminación y la superpoblación, lo que queda de humanidad vive en una ciudad bajo una cúpula. Sus habitantes disfrutan de bacanales y sin ningún tipo de preocupación hasta los 30 años, momento en el que deben someterse a un ritual en el que morirán o renacerán.
Algunos rechazan esta idea y al final del ciclo intentan escapar de la ciudad, pero se verán perseguidos por los Vigilantes, encargados de mantener las normas. Logan 5 es uno de estos vigilantes que, de forma casual, empezará a replantearse ese modelo de sociedad y descubrirá que los que huyen se dirigen a un lugar llamado el Santuario.


Con ciertos toques de Un mundo feliz, ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! o Soy leyenda, William F. Nolan y George Clayton Johnson publicaron en 1967 La fuga de Logan, que aquí no llegaría hasta el estreno de la película y de la mano de Ediciones Picazo. La novela llamó la atención de la Metro, que se hizo con los derechos para darle vueltas durante casi una década. Lo que tenía que ser una producción de George Pal (La guerra de los mundos, El increíble hombre menguante) con guión de Richard Maibaum (guionista de más de una docena de películas de James Bond) acabó con la salida del primero cuando se fue a producir Doc Savage que dirigiría Michael Anderson y que, precisamente, acabaría haciendo la misma labor en La fuga de Logan cuando, por fin, se dio luz verde al guión que firmaría David Zelag Goodman (Perros de paja) y que heredó después que Stanley R. Greenberg (autor de Soylent green) hiciera una escritura.

Con la construcción de multitud de decorados y unos problemáticos efectos especiales, la producción se encareció mucho, pasando de un presupuesto inicial de 3 a 9 millones de dólares. En el elenco nos encontramos a un Michael York que ya venía de éxitos como el Romeo y Julieta de Zeffirelli, Cabaret o Los tres mosqueteros; Jenny Agutter (La estrella con Julie Andrews); Richard Jordan (Yakuza); Farrah Fawcett y Peter Ustinov en papeles breves, aunque este último de importancia en la trama.

Burundanga para todos

Revisitar La fuga de Logan en la actualidad es un plato de los que cuesta digerir. Si bien películas anteriores o de la misma época que siguen esa sintonía de ciencia ficción, futuros distópicos y/o apocalípticos (El planeta de los simios, El último hombre vivo...) mantienen el interés y sus limitaciones técnicas se dejan ver o, incluso, sorprenden cómo se las ingeniaron, el film de Michael Anderson ha quedado muy acartonado y de un naif que parece mentira que sea de 1976. La primera mitad, con esa civilización tan del Star Trek sesentero, con gente en pijama, decorados de saldo y unas miniaturas que son tan malas que ni te lo puedes creer se hace cuesta arriba. A partir de ahí, una vez que nuestros protagonistas salen de la cúpula, el asunto mejora algo. Los matte painting de la ciudad devorada por la naturaleza están conseguidos y los decorados tienen gracejo, y la trama coge interés con el personaje de Peter Ustinov. Aun y así hay cantadas como el robot de papel de aluminio que casi parece una parodia del estilo de personaje de la ciencia ficción de los 50. Pero en conjunto el sabor de boca que nos deja es rancio como unas malas almendras.
Algo parecido pasa con la banda sonora. Mientras la acción acontece en la ciudad futurista todos sin ruiditos y música electrónica de la época, que en la actualidad parece una de las demos de los teclados Casio. Una vez la acción cambia de ubicación pasa a ser una OST totalmente clásica.

Una cosa es su mensaje (que ya viene del libro) sobre una sociedad joven que no admite la vejez y todo es superficial, está totalmente a la orden del día con los filtros de Instagram y la madre que los parió a todos.


Sin ser un gran éxito, amasó el triple de lo que costó en su estreno norteamericano. Aquello hizo que se produjese una serie de televisión que apenas duró una temporada de 14 episodios. Y es que, un año después del estreno de la película y casi a la vez que la emisión de la serie, se estrenaría Star Wars, que arrasaría con todo lo que encontraba a su paso y dejó a La fuga de Logan a la altura del betún.
Aun y así, desde hace un par de décadas que se intenta producir una nueva versión que no acaba de arrancar. Pese a todo han habido montones de producciones que han ido picoteando (Westworld, Equilibrium, Perseguido) o directamente han saqueado (La isla) la obra de William F. Nolan y George Clayton Johnson.


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