martes, julio 09, 2019

Cuando los créditos venían en castellano


Hace unos años ya traté el tema cuando rescaté las partes localizadas al castellano de El resplandor. El film de Kubrick era un caso bastante especial que se permitían el lujazo de, no sólo editar los textos en pantalla a varios idiomas, si no que rodaron escenas especialmente para algunos territorios. Ya sabes, aquello de "no por mucho madrugar...".

La cuestión es que en la primera época del VHS se respetaban los títulos de crédito que, en algunos casos, la distribuidora de turno se molestaba en editar. Todo esto se perdería definitivamente en los 90, por no hablar del nuevo milenio con la entrada en tropel del DVD. Así que, en épocas que cada vez había menos distribuidoras pequeñas y las grandes se iban a ir comiendo la mayoría de pedazos del pastel (¡y eso que aun estábamos lejos de la actualidad con Disney comprándolo todo!) a estas últimas les era más fácil centralizar la producción, usarían el mismo master visual para todos los países y simplemente cambiarían el audio.
Es por ello que no está mal dejar constancia de una época no tan centralizada en la que las distribuidoras (algunas de ellas auténticas majors) se molestaban en algo más que en contar billetes, y para muestra algunos casos con sus particularidades.


Mi amigo el extraterrestre. Penúltima película de Louis de Funès antes de pasar a la otra dimensión en la que ya lucía un semblante cadavérico. Como es habitual, se trata de un producto para el lucimiento de sus aspavientos marca de la casa pero que en una segunda capa esconde un dramón de tomo y lomo.
En este caso, su distribuidora, Manuel Salvador S.A. (que a finales de los 80 y principios de los 90 se encargó de hacer lo propio con muchos títulos de la Fox), tuvo a bien traducir el título pero sin matarse para que quedase pefectamente integrado. Ni respetaron el efecto ni la tipografía. Pero se entiende que par apoder hacer esto debería haber salido de la empresa que se encargó de estas funciones en orígen y que la distribuidora poco podía hacer. Menos da una piedra.




Cristal oscuro. O El cristal oscuro como dice en los títulos de crédito. Manteniendo la preciosa tipografía original tuvimos nuestra traducción. Evidentemente lo debieron hacer desde la propia empresa original y el fallo de añadirle el artículo "el" pinta que hicieron la traducción desde los USA antes de tener claro como se titularía aquí.

Tampoco quiero dejar pasar la ocasión para tocar dos detalles. El primero es que, como era habitual en aquella época que la televisión era cuadradas, poco menos que destrozaban el formato original. A veces podrías encontrar que lo habían respetado añadiendo las famosas franjas negras pero en aquellas, que eramos poco instruidos en la materia, nos quejábamos de ellas porque "¿para qué desperdiciar tanta pantalla?". Otras veces, cuando las franjas eran "postizas" y existía imagen arriba y abajo se las quitaban. Y esto pasaba mucho en algunas emisiones en televisión y es cuando empezabamos a ver los micros. Efectivamente, no eran errores de la producción, es que originalmente, para su pase en cines, estaba controlado que aquello no se iba a ver. Aunque en la mayoría de ocasiones encajaban la imagen al formato 4:3 y ya. Eso hacía que nos cortaran imagen a los lados y era frecuente ver a dos narices hablando en lugar de las dos cabezas de los actores enfrente una de la otra. Para solventar esto se sacaron de la chistera el polémico Pan and Scan, que era básicamente era un método en el que seleccionaba las partes donde recortar y la imagen podía moverse de un lado a otro según quien hablase. Esto al menos nos permitía ver la cara de quien hablaba.

Después de esta lección de destrucción de formatos volvamos a Cristal oscuro. En este caso tenemos un film rodado originalmente en panorámico y que en su primera edición a VHS se amputó a 4:3. Salvo los títulos de crédito iniciales, tomando la extraña decisión de poner las franjas pero con el detalle que estaban decoradas como si fueran piedra en lugar de las clásicas de color negro. Una vez acaban los créditos pasaba a 4:3. Y ya en los títulos de crédito finales pusieron una imagen del personaje de Aghra en duotono que en posteriores ediciones sería reemplazada por una imagen del castillo.


 


Escalofrío en la noche. Para el final he dejado el debut de Clint Eastwood en la dirección. Aquí sería el caso de traducción total, ya que Universal no solo tradujo el título, si no todos créditos que aparecían en pantalla, incluso pusieron el logo de la compañía que se encargó del doblaje, Voz de España (aguilucho incluido).

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