"Imagine Who framed Roger Rabbit? with witches and zombies instead of toons". Así rezaba una frase publicitaria, extraída de una reseña del Usa Today, en la carátula del VHS editado en USA. Hombre, compararla con la peli de Zemeckis se me hace excesivo, pero creo que tampoco es que fueran demasiado desencaminados.
Años 40, el ex policía y ahora detective privado Phillip Lovecraft malvive en su oficina, de la que debe varios alquileres. Para su suerte recibe un encargo bien pagado: recuperar un viejo libro que ha sido robado de la mansión de un millonario.
Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, la clásica película del no menos clásico investigador privado que le da demasiado al alpiste y gusta de rodearse de fulanas. Pero si añadimos que el libro a recuperar es el necronomicón, que en el universo donde acontecen los hechos todo el mundo usa la magia y podemos encontrarnos gárgolas que cobran vida o gremlins en el motor del coche, la cosa cambia. Y mucho.
Con lo que lo que comentaban en el USA Today, comparándola con el film de Zemeckis, es un resumen bastante acertado de lo que nos vamos a encontrar en este telefilm. Sí, es un telefilm, pero por todo lo alto.
Protagonizada por un tipo que mola mucho pero que nunca ha conseguido dar el salto más allá de la serie B, Fred Ward, que nos será más conocido por Temblores, Remo desarmado y peligroso, La presa o el Rocco de la tercera entrega de Agárralo como puedas.
Además le acompañan un par de caras conocidas en el fantástico como son David Warner (el Jack el destripador de Los pasajeros del tiempo o el malo del Tron original) y Clancy Brown (el malo de Los inmortales o uno de los sargentos de Starship troopers). A eso hay que añadirle a una primeriza Julianne Moore como la chica de la peli. Si en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? teníamos a una pelirroja como Jessica Rabbit a lo femme fatale, aquí el turno es para Moore.
Producida por Gale Anne Hurd, ex mujer de Brian De Palma y James Cameron, además de ser haber producido la saga Terminator, las pelis de Hulk o la serie The walking dead. Y dirigida por... atención, redoble de tambor...¡Martin Campbell! Justo antes de dar el salto a las grandes producciones con Goldeneye, las dos pelis del Zorro de Antonio Banderas, el renacer de 007 con Casino Royale y el descalabro de Linterna verde.
El telefilm, es un continuo homenaje a H. P. Lovercraft, no es que esté basado en su mundo u obra, pero sí que durante todo el metraje hay guiños a ella y a la literatura fantástica en general. Por ejemplo: el bar del malo se llama Dunwich, aparece el necronomicón, hay un agente de policía que se llama Bradbury y, por supuesto, el protagonista se llama Harry Philip Lovecraft.
El telefilm está producido ni más ni menos que por la HBO, que por la época tocaba bastante el fantástico, pariendo cosas como Una pandilla alucinante, las series Historias de la cripta y Hotel room de Lynch o Peligrosamente unidos.
Hechizo letal es un telefilm muy poco recordado y/o conocido, pero los amigos del fantástico lo van a disfrutar. Hay mucho efecto artesano, los monstruitos son muñecos, maquillaje y látex como la buena época.
Además de ser una parodia divertidísima del cine de investigadores privados, con todos sus latiguillos: la voz en off del protagonista, la femme fatale del club, el antiguo amigo ahora mafiosillo, la casera del prota que no para de exigirle que pague el alquiler... todos, están absolútamente todos.
Tres años después, ya en 1994, se facturó una segunda parte bajo el nombre de Caza de brujas (Witch hunt). Eso sí, con todo el equipo nuevo. El personaje del investigador Lovercraft es aquí interpretado por Dennis Hopper, secundado por Penelope Ann Miller y Juliand Sands; además de contar con, el siempre unido a Lynch, Angelo Badalamenti. También contamos en la dirección con un clásico, Paul Schrader, guionista de Taxi Driver, Toro salvaje y Hardcore. Un mundo oculto, la cual también dirigió.
Aquí la cosa va de Hopper investigando un caso de asesinato mientras, paralelamente, un senador quiere prohibir la magia.
En esta secuela la cosa les quedó mucho más flojita, usando esa "caza de brujas" como alegoría del comunismo, que podría haber sido de interés pero la inspiración del equipo del telefilm no estaría muy allá a tenor de los resultados.
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