De Roger Corman se ha hablado y se hablará largo y tendido. Personalmente no es, precisamente, santo de mi devoción. No por su estratagemas de ganar dinero al menor coste, aunque para eso reutilice infinitamente secuencia de sus innumerables producciones, si no porque, en general, sus producciones suelen ser tirando a malas siendo generosos.
Por eso cuando te sientas a ver una producción suya con el título de Space raiders ya te hueles la enésima producción que intenta engancharse a la estela de las aventuras espaciales dejada por Star Wars y con el añadido de Indiana Jones.
En el fondo lo de Indiana se queda en la tipografía usada en el cartel y el título (Raiders of the lost Ark), y todo es otra space opera de rigor.
Aquí va de un grupo de mercenarios/piratas/aventureros que llegan a un planeta para robar no sé que. Allí tienen una pequeña batalla y se han de ir por piernas, con la cosa que un niño se les cuela en la nave. A partir de ahí la cosa acaba por coger un rumbo en el que se mezcla seres que quiere al niño para pedir un rescate y otros que quieren cargarse a nuestros héroes.
Mientras uno va viendo el film tiene una sensación de aburrimiento bastante grande. Cuando piensas que la trama está muy avanzada y entramos en la recta final, miras el reloj y solamente han pasado 40 minutos. ¡Madre del amor hermoso!
Por contra, pese a lo soporífero de su argumento nos quedamos flipado con los efectos. Todo maquetas, pero de las buenas. Ok, hay escenas que se notan los cromas y los fondos pintados, pero la cosa está realmente conseguida. Entonces uno recuerda que está ante una producción Corman... aquí hay gato encerrado.
Efectivamente, los más avispados ya saben como se las gasta este señor. O mejor dicho, como no se las gasta, ya que si de algo presume es de ahorrarse hasta el último céntimo y de sacarle todo el jugo a cada una de las tomas. Me viene a la cabeza como a mediados de los 90 produjo un remake del Piraña de Joe Dante que él mismo había producido. En esta nueva versión solamente rodó las escenas de paliqueo de los actores para luego reutilizar las escenas donde intervenían las pirañas rodadas en 1978. Y así un montón de producciones.
Con lo que mientras vas viendo Space raiders vas pensando "que buenos efectos... espera... esa nave ya la he visto antes... y esa explosión también... pero si esta misma persecución galactica es la de... ¡Los 7 magníficos del espacio!"
Sip. El tito Corman lo ha vuelto hacer, ha rodado media película en cuatro decorados bastante poco agraciados, todo hay que decirlo, y le ha insertado todas las escenas de las naves espaciales. Y no solamente eso, es que además había usado todo la banda sonora que compuso James Horner. Ahí estamos, con un par.
Dirigida por Howard R. Cohen, que lo más destacable de este señor sea quizás sus parodias del slasher títuladas Saturday the 14th y Saturday the 14th Strikes Back, Aquí la primera no llegó y la segunda se editó como Sábado 14 (con la coletilla de "La comedia más terrorífica desde Bitlelchús"). No confundir con Scream, un film de terror que data de 1981 con dirección del stunt Byron Quisenberry, que aquí también se título Sábado 14, al menos en su edición en vídeo. Por lo demás era un guionista habitual de la factoría Corman, aunque lo más llamativo es que no le hacía ascos a nada, como, por ejemplo, guionizar series de dibujos como Los osos amoros o Estela, la guardiana del puente del Arco Iris.
En cuantos a los actores podríamos pasar de largo porque no se puede destacar demasiado. Si acaso al niño David Mendenhal, que luego haría de hijo de Stallone en Yo, el halcón; Luca Bercovici, que era el compinche de Michael Keaton en De repente, un extraño, y, como es de rigor en una producción Corman, una mini aparición de Dick Miller.
Lo dicho, un subproducto que intenta recoger las migajas de Star Wars, de la que hasta copia la escena de la cantina, aunque aquí con señores con careta y guantes de lana. Todo muy de baratillo, rodado en un descampado, en una fábrica y en 4 decorados con miles de lucecitas intermitentes para simular el cuadro de mandos de una nave. Si acaso, mucho mejor ir al original, Los 7 magníficos del espacio. Nuestro cerebro nos lo agradecerá.
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