Hagamos un poco de regresión. A principios de verano de 1977 se estrena en los USA Star Wars, que, aparte de reventar las taquillas de todo el planeta, saca a la palestra un negocio apenas explotado por Hollywood: el merchandising.Pero los juguetes no fueron lanzados a la vez que el film, ya que nadie daba un duro por ella. Con lo que su fabricación no comenzó hasta que el film empezó a amasar millones y Kenner, la compañía juguetera encargada de su fabricación, no podría tener las remesas de figuritas hasta mediados de 1978. Así que en pleno año 78, un año después, la franquicia iniciada por George Lucas seguía muy viva en la mente del populacho, así que no era de extrañar que la CBS le encargara un especial de 90 minutos para emitir en televisión.
La cosa era reunir nuevamente al cast original (Harrison Ford, Mark Hamill, Carrie Fisher, etc) y meterlos en nuevas aventuras. En esta ocasión se trataba de la persecución que tienen Han Solo y Chewbacca con las naves del imperio mientras iban camino del planeta del segundo para celebrar el Día de la Vida, algo así como nuestra Navidad. Mientras tanto, la aventura se traslada a casa de Chewbacca, donde vemos los tejemanjes de sus familia, que acaban recibiendo la visita de fuerzas del imperio.
Entre todo el desaguisado iremos presenciando extraños videoclips, un extraterrestre haciendo un guiso a lo Arguiñano style y un segmento en animación, mientras vemos a toda la troupe con cara de no saber muy bien que hacen en semejante berenjenal lleno de gente peluda emitiendo gruñidos.
The Star Wars Holiday Special fue emitido unicamente el 17 de noviembre de 1978. Después de ese día el especial acabó pudriéndose en alguna caja fuerte de George Lucas, que, seguramente, cruzaba los dedos para que los espectadores olvidaran eso que habían presenciado. ¡Lo que hubiera dado por el aparato borra-memoria de los Men in black!
Y eso que, aunque no participó en su creación, sí dio el visto bueno y, en un principio, no le pareció un mal producto. Aunque luego dijo que seguramente se equivocó al dejar que la gente de la tele hiciera lo que quisiera con sus personajes. Entre ellos el director del entuerto, Steve Binder, ojito que el tipo también estuvo detrás de aquellas escenas en imagen real de la serie de Super Mario Bros. Menudo carrerón.
Cualquiera que haya aguantado sus 90 minutos estará de acuerdo que lo mejor y único salvable es el episodio animado, en el cual hace, por primera vez, acto de presencia Bobba Feet, que no sería hasta El retorno del Jedi cuando lo vieramos en carne y hueso.
Para que nos hagamos una idea del valor de este fragmento animado (surgido de la factoría Nelvana): es lo único de este especial que ha usado Lucas como extra en las tropecientas ediciones que ha llegado a sacar. Concretamente aparece como huevo de Pacua en la edición Blu-ray lanzada en 2011. Si buscamos en Youtube este especial podremos encontrarlo con facilidad, pero el fragmento animado no, ya que la Fox lo censura. Curioso.
Lo que muchos no saben que después de este despropósito, la saga Star Wars volvió a tantear la suerte con un chorto llamado Return of the ewook. Dirigido y escrito por David Tomblin, director de episodios sueltos de alguna serie de culto como El prisionero, pero con mayor bagaje como director de segundas unidades (Barry Lyndon, Superman 1 & 2). Fue director de segunda unidad en El imperio contraataca y volvió a ser contratado para El retorno del Jedi. Justo en el rodaje de esta última se dedicó, entre toma y toma, a rodar una pequeña historia protagonizada por un jovencísimo Warwick Davis, el ewook Wicket, donde se narra las peripecias de este para convertirse en actor y por el camino se topa con otros actores de la saga como Ford, Hamill o Fisher. Sabiendo esto lo podríamos considerar un mockumentary o falso documental, tan de moda en la actualidad.
Mientras que el especial navideño había sido (época pre internet) una cinta muy difícil de conseguir, pero de la que se sabía de su existencia, el corto protagonizado por Warwick Davis era algo totalmente desconocido incluso para los fans de la saga. Al parecer solamente existía una copía y era propiedad de su protagonista, que simplemente se la enseñaba a sus amigos y familiares como mera curiosidad. Y es que la cosa quedó en un proyecto que ni siquiera llegó a ser editado pese a que, en un primer momento, se pensó en usarlo para promocionar la tercera entrega de Star Wars.
El tema no salió a la luz hasta mediados de los 90, cuando el protagonista de Willow habó de su existencia en una entrevista. A partir de ahí los fans, como es normal, sintieron curiosidad y consiguieron que se proyectase en algunas convenciones, donde fue grabado por algún asistente, de ahí que los vídeos que corren por la red sean screeners, salvo algún fragmento que tiene mejor calidad ya que fue colgado en la web oficial y formaban parte de algún documental incluido en el DVD.
Un par de décadas después, en 2001, volvíamos a encontrarnos con otro falso documental: R2-D2: Beneath the Dome, esta vez basado en el pequeño robot. El chorto juega a que realmente el robot existe. Dirigido por Don Bies, un técnico de efectos de la ILM, y con las apariciones de Lucas, Hamill, Ford, Fisher, Coppola, Spielberg... y un largo etcétera.
La cosa tiene su gracia, pero claro, le falta el misticismo y la leyenda negra que tienen los otros dos trabajos, mucho más ingenuos y hasta sórdidos, pero más auténticos y sinceros. Internet ha hecho mucho daño.
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